Si el río abriese los ojos: Antología de la continuidad. AnCe Jesús Zamora Maneiro (Venezuela)

Bolivar Pérez, Zorian Ramírez y Juan Lebrun construyen un dossier de nueva poesía venezolana, Si el río abriese los ojos: Antología de la continuidad, título en homenaje a César Panza y Caneo Arguinzones. Leemos aquí a AnCe Jesús Zamora Maneiro. Ganó el Poetry Slam Costa Rica 2025.

 

 

 

 

 

Si el río abriese los ojos: Antología de la continuidad.​​ Es una selección que reúne voces de poetas venezolanos nacidos a partir de 1990. La muestra nos invita a reflexionar acerca de​​ las diversas identidades que se presentan en la poesía​​ actual venezolana. La escogencia del título rinde homenaje a dos voces que dejaron una huella fundamental en el panorama más reciente de la vida literaria del país: César Panza, con su verso​​ Si el río abriese los ojos qué viera, y Caneo Arguinzones cuando dice que​​ Haber retrocedido al abismo ha convertido la continuidad / en una festiva alabanza. César nos devuelve la pregunta de la identidad sin pretender abrirnos los ojos, sino buscando que habitemos con él la pregunta; defiende lo auténtico mientras nos habla de la impermanencia.​​ Caneo plantea una​​ vivencia corporal que enfrenta a la muerte, pero que, en un detenerse, busca la continuidad de la vida como una “festiva alabanza”. Estos autores y referentes, por siempre jóvenes, son voces desenfadadas, discontinuas, navegantes de lo incierto en el río identitario, vitales, como las que presentamos a continuación.

 

 

 

 

 

 

***

 

 

 

 

AnCe Jesús Zamora Maneiro​​ (1993) es poeta de poesía hablada,​​ artiste interdisciplinarie, performer, intérprete, biodanzante. Ganadore del Poetry Slam​​ Costa Rica 2025, competidore para el mundial de poesía hablada 2025. Migrante, trans no binarie, representante del teatro de las personas oprimidas y de la poesía marginal como género artístico, facilitadore de talleres de manejo del placer y displacer a través de la escritura creativa.

 

 

 

 

 

 

 

 

Yo

Perra negra, pequeña, callejera.

Ando por la calle pensando una mirada que se me abra como camino tranquilo.

 

Yo

Perra negra, maloliente.

 

Yo

pública pero marginal, válida pero condicional, Salvaje, violenta, carente de territorio. Mínima, huyendo de la inexistencia.

 

 

Perra negra, sabuesa cansada, afónica de aullarle al cielo por carne para hundir el diente.

Me siento en medio de la plaza desierta.​​ 

 

Como la presa.

 

En silencio

Como la presa.

 

 

Perra negra que debajo de mi pelaje, blanca pero cutre, tierra, tierrosa.

 

 

Yo

Enterrando en heteronormativa sexualidad las palabras de mi abuela.​​ 

Mija

Se llora​​ 

Como se sangra

Y se sangra

Como se ama

Y se ama​​ 

En silencio.​​ 

 

Yo

Pensando en nosotras vendedoras

De la maquila bananera postmoderna

Donde nuestras cuerpas son el producto.

 

Yo

Preguntándome ¿soy buena perra? ¿De quién?

 

 

Yo

Debo agradecer la oportunidad que se me dio,

Estoy entrenade para temer, porque sé que no existo, en sus estadísticas no existo.

 

Yo

Perra negra, chimuela

Me hacen faltan dedos para señalar el mal,

Dientes para morderlo, hacerlo sangrar,

Voluntad para hacer algo más que pegarme a chuparlo como una teta.

 

Pienso

En toda la sangre en las ropas de mi gente linda

Pienso en los frutos prohibidos

Pienso en la contradicción entre ser pueblo, pobre, trans y ser maricón.

Pienso en como he dedicado más de la mitad de mi vida luchando por los pueblos.

Y los pueblos no ven la mariquera.​​ 

Ni siquiera en la muerte.

En especial en la muerte.

 

Pienso en mi madre y en cómo quisiera olvidar para ella.

 

Pero la respuesta a mi horror no es olvidar el pasado.

El pasado no es el único lugar donde existe.

 

Me estás pidiendo que olvide esta parte.​​ 

Esta pequeña parte.

 

Que soy buene a pesar de lo que habita entre mis piernas.

 

Me estás pidiendo que finja.

 

Que finja que todes nacemos con las mismas oportunidades

Que hay cosas que no fueron decididas para mí desde un principio.

 

Yo

Que defiendo la propiedad privada de mi dolor.

Conjuro

Abre tu puerta madre,

Que quiero volver.

 

 

 

 

 

 

 

Él

Es como un hermano para mí.

Y confío en su sonrisa.

Y acabo de vomitar en el baño del bar

Y nos vamos trastabillando hasta

Mi apartamento.

Nos acostamos.​​ 

Y todavía estoy borracha cuando sus dedos me despiertan desde adentro.

Y yo sé que no dije que sí

Y yo sé que no he dicho nada

Porque yo

Estaba dormida

Y sé que debería decir no ahora

Y le echo la culpa a la 8tava cerveza.

Y la culpa es del shot de Jagger.

Y culpar es más fácil que detenerlo

Así que dale, dale

Tómalo todo, toma más.

Y yo solo me acurruco en una esquina a esperar y lo veo desde la esquina

Y finalmente él termina

Y al fin puedo volver a dormir.

 

Y una alarma suena

Y lo abrazo, nos despedimos

Y él

Vuelve a ser

Solo un amigo.

 

Y yo voy a mi trabajo de oficina

Y evito los espejos

Y evito conversación

Y vuelvo a casa

Y me vuelvo a duchar de nuevo

Y lo sigo amando

Porque

Él

Es como un hermano para mí

Y lo sigo amando.

 

Y culpo a esa chica

La que se oculta en el paño con las marcas anémicas rastrillando sus piernas

Culpo a esa chica

La culpo a ella

La que arrastra mi nombre como un trapeador

Lo usa como una puerta pública.

 

O

Abrazo mi pecho​​ 

O uso ceniza como perfume

O vacío la copa

O tomo en mis brazos a las mujeres que pulen mi nombre herrumbrado.

U olvido llamarlo en su cumpleaños

O rompo los juguetes viejos de mi casa

O pago otra ronda

Solo para que no me dejen sola.

O me masturbo hasta que me duelan las muñecas.

O vuelvo a fumar de nuevo.

Y de nuevo.

Y de nuevo.

O busco sus fotos para ver si todavía sé sentir asco.

O trago sal

Rompo la cerradura

Vuelvo a maquillarme

Evito los bares

Llamo llorando a mi mamá solo para colgar antes de que conteste.

 

O​​ 

Perdono a esa chica

La que huele a aserrín todavía debajo de tanta ceniza.

Perdono a esa chica que vive entre la brillantez y la calle.

 

No se equivoquen

Esto no es valentía.

 

Somos un coñazo

Y estamos peleando

Y estamos cansadas

Pero estamos peleando

Y no sé si estamos perdiendo​​ 

Pero estamos PELEANDO.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nací de piernas y puños,​​ 

sin boca.

Nací de piernas como columnas rotas,​​ 

un llanto inmóvil, piernas dolientes, rabiosas de mi madre.

 

Y tal vez por eso nací callada.

 

Un grito de años, mujeres sin apellido, sin papeles, sin identidad, de piernas que llevaban corriendo sin rumbo generaciones.

 

Tal vez por eso nací corriendo

He nacido del terreno baldío entre la palabra familia y la palabra amor.

 

Nací mujer

 

Nací sin boca

 

Nací mujer triste hambrienta rabiosa cansada emputada, sola.

 

Y sin boca.

 

Nací de un puño

De la parte gris de la ciudad

De hombres en botas que nunca necesitaron para pisotearme.

 

Nací en un país que no tuvo tiempo de conocerme.​​ 

 

Nací migrando, corriendo descalza y mujer.

 

Nací de un panteón

Nací del “no podemos salvarlos a todos”

Nací en la frontera exterior del olvido.

 

Nací de dolor.​​ 

De estómago, de muelas, de pecho, de garganta.

 

 

Nací sin saber cómo nombrar mi dolor más que con los precios de las medicinas que no teníamos para comprar.

 

Nací de vodka barato, ron barato

Nací de alcohol con sabor a alcohol.

 

Asfalto, callejones oscuros, carros como depredadores salvajes, gentes chocando contra su propia hambre. Nací de manadas de gente buscando carne. Hormigas en la cama, polillas buscando la luz.

 

Nací comiendo tierra.

Fumando hierba en el baño de mujeres, en las reuniones, en la calle, en la parte de atrás del bus, en el parque, fumando sola con las luces titilantes de la ciudad, como foco de interrogatorio.

 

Nací de hierba

Ácido

Hongos​​ 

Líneas del tren que nunca vi pasar.

Nací de “es tarde y no tengo donde ir.”

Nací de quiero olvidar.

 

Nací de una boca como tajo, como cicatriz de cesárea.​​ 

Una herida maltrecha, un hueco violento, nací de una boca como minería a cielo abierto.

Yo

Me abrí una boca a punta de puñetazos.

 

Semen a cambio de un techo.

 

Nací de “cuando te golpea no es amor”

Pero era amor

 

Nací

De “no tengo a dónde ir”

“Cállate la boca y tómalo”

De año nuevo, ron con Coca.

 

Labios rotos, morados en las piernas, semen como pesticida entre las piernas.

 

Piernas cerradas.

Yo​​ 

Yo soy de “NO”

De “Por favor no”

De “Por favor para”

De susurros desesperados en medio de la noche

Soy de no poder gritar.

De “quédate quedita o te voy a hacer daño de verdad”

 

De reina de la noche y vidrios relucientes en su filo más feroz.

De chatarra.

Yo nací de lo usado

De aviso de desalojo

De, no hay luz y es mi culpa.

De, no hay agua y es mi culpa.

Yo le temo a la oscuridad

Nací

De, trabaja, no seas marica

De “deja de llorar o te daré verdaderas razones porque llorar”

Yo nací de tener algo porque llorar, pero morder duro.

De dientes apretados contra la sal.

De ceniza de cigarro por doquier, libros usados, casas de madera y zinc.

 

Yo nací del orgullo.

De “sigue caminando”

“No mires los muertos a la cara”

De “Los muertos no tienen cara”

De “sigue caminando”

Comer arroz y frijoles como una salvación.

Buscar monedas por la casa desesperadamente.

Nací de malas palabras.

De sigue adelante

Deja cicatrices si vas a golpear

No pares.

No pares de golpear.

De golpear como respirar.

 

Manos callosas.

Manos trabajadoras.

Manos que están hartas de hilarse sogas al cuello.

Manos que no saben qué más hacer

Manos pequeñísimas para sostener tanta soledad.

Mierda.

 

 

 

 

 

 

 

 

Sus manos existen y Son mi única manera de entender la idea de dios

Manos grandes, todopoderosas, vastas. La entrada a cualquier pueblo, mercado o casa.

 

Creaban conocimiento, trabajo, comida, limpieza y caricia por igual.​​ 

Manos testamento del poder.​​ 

Eran ellas las que alcanzaban las naranjas.​​ 

Sus manos podían llamar aire para poder respirar, espacio donde no podía caber más.​​ 

 

Ahora​​ 

aquí en este campo de batalla desierto donde sus manos ya no nos acompañan

Comentan que la casa perdió su brillo, la comida su sabor, los remedios su toque

No puedo más que apretar los dientes, los puños, el culo.

 

Porque yo​​ 

Yo sé que fueron sus manos un mapa denso de cicatrices del trabajo de casa, de cuido, de vida

Y de pronto caigo a la realidad de que no recuerdo su cara… Solo esas manos.​​ 

 

Así que ahora empiezo a excavar, hurgar en la memoria

Veo

Cómo esta mujer desarrolló una habilidad para cargar la invisibilidad.​​ 

Una tolerancia a que le escupan la cara.

 

Invisible

Como hacer comida para toda la familia,​​ 

 

Invisible

Como lavarse la cara luego de una semana donde nadie le preguntara cómo se sentía.​​ 

Y ella dice “estoy bien”.​​ 

Cuando su cuerpo está pidiendo una cuerda de salvación​​ 

Y dice “estoy tranquila”

Cuando no se ha tomado un día libre en años​​ 

Y las varices de sus piernas parecen reventar​​ 

En roja furia.

 

 

Esta mujer, que es mi madre y es mi tía y es mi abuela y somos todas y es ninguna.​​ 

 

Esta mujer no pide gracias a cambio del trabajo de sus manos, no pide un premio o un discurso.

 

Esta mujer trabaja con tanto silencio que olvidas que ELLA existe y que tu mundo como lo conoces no podría funcionar sin ELLA.​​ 

 

Esta mujer​​ 

Está tratando​​ 

Que le dirijas la mirada

Y te atrevas a tomarla en cuenta.

 

Como

En este espacio vacío donde solo quedan velas en nombre de tu buena cocina.​​ 

Quisiera gritarle al fuego

HERMANA

YO TE VEO

Y SIEMPRE TE HE VISTO

Y VI CÓMO HAN TOMADO TU SANGRE PORQUE TENÍAN SED​​ 

Y yo pensaba decir algo

Lo juro, yo les iba a decir que pararan, pero yo también tenía sed.

 

Debió ser

Tan duro.​​ 

El último amor decepcionante.

La dictadura de los hijos.

Ese último careverga que te llamó amargada.

Ahora todo lo saboreo en estos frijoles.

Como una jornada de 16 horas diarias te puede hacer sentir.

Siento el sabor

De tu deshidratación luego de limpiar la casa un domingo en la tarde mientras todes descansan.​​ 

No le deseo a nadie tu condena.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

***

 

 

Pamela Rahn / Luis José Glod / Milagro Meleán / Carlos Katán / Jesús García / Érika Manoche Barreto / Yéiber Román / Ana Mirabal Mujica / José Mestre Michela Lagalla / Kaira Vanessa Gámez /  Ricardo Sarco Lira /  Sofía Crespo Madrid / G. Galo / Alejandro Indriago

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