Si el río abriese los ojos: Antología de la continuidad. Es una selección que reúne voces de poetas venezolanos nacidos a partir de 1990. La muestra nos invita a reflexionar acerca de las diversas identidades que se presentan en la poesía actual venezolana. La escogencia del título rinde homenaje a dos voces que dejaron una huella fundamental en el panorama más reciente de la vida literaria del país: César Panza, con su verso Si el río abriese los ojos qué viera, y Caneo Arguinzones cuando dice que Haber retrocedido al abismo ha convertido la continuidad / en una festiva alabanza. César nos devuelve la pregunta de la identidad sin pretender abrirnos los ojos, sino buscando que habitemos con él la pregunta; defiende lo auténtico mientras nos habla de la impermanencia. Caneo plantea una vivencia corporal que enfrenta a la muerte, pero que, en un detenerse, busca la continuidad de la vida como una “festiva alabanza”. Estos autores y referentes, por siempre jóvenes, son voces desenfadadas, discontinuas, navegantes de lo incierto en el río identitario, vitales, como las que presentamos a continuación.
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Paola Alzuru (Caracas, 2000). Tesista de Letras en la Universidad Católica Andrés Bello. Ha participado en varios concursos de slam poético bajo el seudónimo "La Peregrina". Es slammaster de eSlam Poético Venezuela y representante de Venezuela en la junta de Abya Yala Poetry Slam. Su poemario Deli(ríos) de cisne translúcida obtuvo mención honorífica en la 8va edición del concurso "Descubriendo Poetas". Su poesía ha sido publicada en la I Antología de Poesía Diversa (2023). Ha publicado cuentos en las antologías Los Novísimos (2023, abediciones) y Premio de Cuento Julio Garmendia 2021, así como un ensayo en la antología Las humanidades en tiempo presente (2022, abediciones).
manifiesto corazonado de mujer ¿cis?ne para su translésbica futurista
me quiero quedar mujer para gustarte
aunque nunca nos vayamos a conocer
no me quiero cambiar la anatomía
no tengo problemas con mi grieta
me parece práctica
pero tengo un problema con
"lo femenino"
tengo un problema con esa voz que me dice
"señorita"
Con puta sí me identifico
pero puta para mí es todo.
Cualquiera puede ser puta.
me quiero quedar mujer
para seguir leyendo a Safo desde la mismidad
y conecto
con tu amor a las mujeres
pero
no con tu claridad de ser mujer
mi querida persigue a la feminidad
la ha atajado en el frasco de su rostro aporcelanado
yo le he rehuido a todo
no rehuido como membrana hidrofóbica al nimio avistamiento de la lluvia
rehuido como alambre que no se pega al imán
no me atrajo el mandato de la virginidad
no me atrajo la virilidad
sí me erizó metálica
la militancia desde el dolor
desde el agravio
¿solo se puede ser mujer desde la humillación?
¿Desde que la presencia
de mi boca roja
y mi pecho libre en la calle
le yerga la verga a un tipo
y decida hacérmelo saber
con un llamado a mi oído
o con el robo de mi mano?
¿La erección de un desconocido
es la alcabala que se alza
para entrar a eso que llaman
"ser mujer"?
Cuando estoy con una mujer,
no la deseo como mujer ni como hombre.
Cuando estoy con un hombre,
no lo deseo como mujer ni como hombre
(¿lo deseo acaso? No sí, no me hubiese metido en tantos zanjones solo por confusión).
Y cuando imagino estar contigo
participo de tu feminidad
confeccionada
moldeada a tu medida
alcanzada.
Me veo
y veo belleza
no veo una bella mujer
tampoco un bello hombre
veo
una boca que sirve para besar y dar risas nerviosas
una sombra debajo de mis pómulos
que refresca a quien la mire
unos pliegues debajo de mis ojos
pliegues que tragan monedas y papeles de caramelos como los escondrijos de un sofá
(¿es esta una invitación a usar mi cara como uno? probablemente, pero solo para ti)
y los propios ojos
tan pequeños se vuelven hendijas cuando te veo
(o no te veo, no sé, me haces sonreír y me haces ciega).
Me mantengo mujer por ti,
aunque no sé qué signifique serlo.
Tus manos tapando mis oídos (O Interior de Pan)
Tus manos tapando mis oídos
Son los audífonos
que me dejan escuchar
la sinfonía de tu sangre
burbujeando, son las ondas vibratorias de tu corazón.
El verdadero.
El que desde las arterias desea,
el que desde las venas se marea.
Sangre, marea.
Yo pienso que mi interior es el interior de un pan que se hornea.
Se infla, se leuda
la masa se aligera
se hacen unas curvas y unas cavernas,
recovecos que tus muelas aplastarán.
El calor que estira las entrañas del pan
es el mismo que emana de tus dedos
que saben qué nota toca cada uno de mis ligamentos
de mis membranas,
de mis tormentos,
de mis desganas.
¿Nunca has escuchado el eco dentro de un pan recién horneado?
¿No has gritado frente a una columna de harina y aire y calor lo mucho
QUE DETESTAS EL TIEMPO VACÍO?
Ese tiempo que no se ocupa en el ensamble de la guitarra de mis entrañas y el tamborileo de tu cráneo.
¡Ese es el tiempo que no funciona
el tiempo que no existe
y el tiempo que más me cercena el canto!
¡Es el tiempo que no evoluciona
el tiempo que no persiste
y el tiempo que más se cree santo!
¡Es el tiempo que no convulsiona
el tiempo que no dijiste
y el tiempo que jamás veré sin espanto!
Uno ya no siente nada
un domo se cierne para no percibir
el cambio de las estaciones
uno ya no siente nada
saco paraguas o me pongo bloqueador por costumbre
uno ya no siente nada
¿de dónde la gente saca para regar las flores?
uno ya no siente nada
han sacado bombas y cuchillos para romper el domo
uno ya no siente nada
ahora usan papeles para hacer grietas
uno ya no siente nada
guardo luz aunque espero que no haya para descansar
uno ya no siente nada
si algún día el domo se disuelve ojalá procesar un nuevo oxígeno
que colapse mis pulmones
suena doloroso, pero no importa
uno ya no siente nada.
Espero por el sol
Espero por el sol
que evapore mi lágrima
para que llueva por fin
un lagar de certezas,
para que mi llanto congelado
de las goteras de un bautismo
que me petrifica
ante los ojos de quienes creen
que deben enderezar ramas
se haga océano que ahogue
todas las veces que pensé
que amar como amo es pecado.
Del agua nací
y a ella vuelvo cuando lloro.
¿Por qué te ofende
lo salado de mi lágrima
si aceptas el salitre del mar?
¿Por qué te sabe mal
el agua que te entrego
si no sabe a nada?
Porque te sabe a tu prejuicio,
te sabe a la savia amarga
de esta rama que rompiste
por querer enderezarla.
Por favor, madre: no soy madera
que afilas para lanzar como saeta.
Por favor, padre: no menosprecies mi otro camino
para llegar a la misma meta.
Por favor, Dios: háblame a través de esa grieta
de calor sin nombre
que creas en este planeta
hecho de palabras (de las tuyas y de otros).
Le pediste a Adán poner etiquetas
porque tu sabiduría inquieta
no las reconoce.
Déjame ser agua y estar repleta,
como lo fuiste en una de tus facetas.
Arbolina
ojalá tu boca
pudiera emerger
de esas ramas secas
que hablaras pistilo
de algún chiste
que embriague y
me dé valor
para subir
este tronco
tan delgado
mirar con la lengua
la flor bucal recién nacida
succionar la savia
de tus pensamientos
irme
si quieres
dejarte ahí
que vuelvas
o crezcas
dentro de mí.
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Pamela Rahn / Luis José Glod / Milagro Meleán / Carlos Katán / Jesús García / Érika Manoche Barreto / Yéiber Román / Ana Mirabal Mujica / José Mestre / Michela Lagalla / Kaira Vanessa Gámez / Ricardo Sarco Lira / Sofía Crespo Madrid / G. Galo / Alejandro Indriago / AnCe Jesús Zamora Maneiro / Hamid El Sayegh / Jesús Montoya / Ariana Mathison / Soriana Durán / Carlos Iván Padilla