Mar de noche. Novedad editorial. Rubén Márquez Máximo

Mar de noche
Se ha publicado en la editorial Llamarada verde de Bolivia "Mar de noche", nuevo libro del poeta mexicano Rubén Márquez Máximo. Presentamos una selección de poemas.

 

Casi ya no se escribe (buena) poesía de amor. Tal vez este sentimiento ha perdido prestigio en nuestro occidente postcristiano, y/o las metáforas que lo designaban han envejecido y retornado a su plano sentido original. Por eso mismo resulta tan difícil y valioso encontrar un libro de poemas como éste, donde el deseo halla una imagen que lo aprehende, sin pretender atraparlo, en su continuo movimiento de ascenso y descenso, mientras el inasible mar encuentra un lecho en las pasiones y pulsiones humanas.

Poesía musitada al oído, íntima revelación, es la de Rubén Márquez Máximo, y a la vez clamorosa voz que aúna y refleja a sus lectores, como la de los antiguos griegos, que contaban y cantaban el amor al mismo tiempo entre sus anfiteatros. Algo de Chopin asoma en su cadencia, variaciones de una recurrencia que atraviesa las edades: aquella tensión que acerca y aleja a los amantes, esa marea que no pueden gobernar sino que los posee y abandona entre la oscuridad y las persianas, sabiendo que​​ la noche es el lenguaje de los mudos.

Amar es asomarse al mar del otro,​​ asesta el poeta, y todos comenzamos a rememorar nuestros propios mares, nuestras propias mareas, mientras en estas páginas se desnuda​​ la palabra / solitaria herida​​ /​​ navegando oscuridad​​ entre los labios.​​ 

 

Gabriel Chávez Casazola

 

 

 

Mar de noche

 

***

El mar era la noche que temblaba entre nosotros

el tiempo que trascurre en la mirada azul de la penumbra

la voz del cuerpo cuando ama​​ 

y el cantar profundo de las cosas que callamos.

 

El mar era la luz perdida en el silencio​​ 

un murmullo que quiebra cuanto toca​​ 

un cuerpo que suelta sus destellos​​ 

el gemido de un faro a la deriva.

 

El mar era lo que no cabía en nuestros ojos

la palabra que inundaba la noche y nuestros días

silencio que profundo el viento invade

y una palabra indescifrable por tus labios.

 

El mar nos inundaba y la noche era callada.

 

 

***

Frente al mar

miré los días para mirar tus ojos​​ 

y todo calla y se siente el mar distante

como se oscurece la mirada de la noche

como se escapa el aire​​ 

hacia ninguna boca.

 

 

***

La noche es el lenguaje de los mudos

no de los que callan

sino de los que llevan sus palabras

mar adentro.

 

 

***

Esperaba amarte entre las sombras

esperaba hundirme en tu gemido

en el ahogo del jadeo​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ y del barco que se pierde.

 

 

***

Era la lluvia del domingo cayendo en los tejados

las gotas que cubrían los cristales

la humedad cantando sobre el puerto.

 

Era la lluvia  ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ un manto sonoro sobre el aire​​ 

y cada gota un gemido que incitaba

una caricia sobre el cuerpo de las cosas

un silencio que escurría.

 

Era la lluvia aquello que escuchamos​​ 

aquello que estremece el cuarto​​ 

mientras otra lluvia comenzaba adentro.

 

 

***

En esos días

sentí su cuerpo sobre el mío

acaricié el aroma de sus pechos

besé su piel con mis palabras

y dibujamos el mar en las miradas.

 

Por un instante

bebimos del mar de nuestras bocas

y olvidamos que a lo lejos

el horizonte crece​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ y se apaga.

Librería

También puedes leer