Presentamos un acercamiento al trabajo del poeta chileno Rodrigo Jara (Thanathos). Ha publicado los volúmenes de poesía En los caudales de la memoria, 1997; De la memoria al fénix, 2000 y Dos sur y otros poemas, 2003.
RODRIGO JARA
(THANATOS)
De “BARRIO HONDO”, Libro inédito, 2006
LAS MUJERES DE CALLE BALMACEDA
(A mi abuela que vivió cien años)
Las niñas de Balmaceda no arrullan muñecas Barby
no promocionan pañales de papel
ni van a la catedral los sábados
a compartir la hostia de los ricos
Las niñas de Balmaceda mecen a sus hermanos
tejen coronas con ramas de sauce
y son inmensamente felices
tanto que se olvidan del hambre y del olvido
Las muchachas de Balmaceda se casan en abril
con hombres que conocieron en marzo
hombres de manos ásperas
que las doblan en edad y en tristeza
Las mujeres de Balmaceda crían hijos en el polvo
y para el polvo
crían los suyos
los de otras
y los lanzan al mundo como plumas al río
/que va a ninguna parte
Las mujeres de Balmaceda aman a hombres de piedra
aman como van al mercado en bicicleta
y luego envejecen alrededor del brasero
cebando mates al anochecer
mates que humedecen e iluminan
las historias simples de la cuadra
Las mujeres de Balmaceda no conocen los espejos
se peinan con esqueletos de pescado
y lloran lloran lloran
para que sus lágrimas renueven los surcos
/resecos de la cara
Las mujeres de Balmaceda no saben de letras
de filosofía ni de liberación
se queman las pestañas zurciendo calcetines
son especialistas en química de ollas
y Mesías para repartir un plato vacío
entre veinte chiquillos hambrientos
LAS CALLES
1)
Las calles dejaron su antigua morada
su inocencia de polvo y pies descalzos
Abortaron sus alamedas y sus plazas de tierra
donde los enamorados se amaban mirándose
/a los ojos verdes
no de hambre sino de gozo
Ahora se maquillan como putas viejas
se adornan con semáforos y otras joyas de neón
Ahora los perros orinan sin ganas el cemento
y la lluvia mezquina
no llega a la raíz del mundo
2)
Las calles recogen pasos que pesan y brillan
pasos con la codicia de oficinistas
y sus desmesurados sueños de grandeza
Pasos que pisan a los débiles
a las mujeres solas en casas solas
a los ancianos del abandono
Pasos que delatan a pobres asaltantes
de poca monta
buscadores de tesoros o lo que fuere
Pasos que olvidaron las fugaces calles
terrosas de infancia
la ternura materna en los primeros años
Pasos sin brújula
sin la bulla alegre del clandestino
sin la putita que todos amamos
y hundimos al río oscuro del olvido
3)
Territorio de feriantes
pozo que ahoga los sueños de la tribu
frontera que cierra el paso al soñador de La Mancha
olvido que borra a la usurera y al joven estudiante
Acaso la bella durmiente sea una niña muerta
que nadie besa por temor al contagio
Acaso la Cenicienta quiso vender su inocencia
a las caravanas de mercaderes que asolan los pueblos
LA TARDE DEL CLÁSICO
1)
Esa tarde se hincha hacia los costados
es brisa que sopla semanas antes
por las esquinas
Voces de vecinos que murmuran y apuestan
los últimos pesos del día
El clásico es marea que inunda con sus nobles
banderas de antaño
es horda maldita para los reaccionarios
y bálsamo para los rebeldes
Aparecen las manos callosas de los fundadores
con sus machetes de tiempo
Nos recuerdan los orígenes en la barbarie
de campos iletrados
Muy hondo en la memoria
los fantasmas de los primeros niños
continúan pateando pelotas de trapo
Acaso descalzos
disfrazados de inocencia
quieren burlar a la muerte insobornable
2)
La tarde que no se olvida es la del clásico
un domingo que bulle en cancha del Quintas
Flamean las banderas del este y del oeste
Vuelan insultos de galería a galería
El hambre las traiciones borracheras
amigos amores
todo estalla y da bote
y tranca y corre y suda
El viento teje remolinos sobre el suelo terroso
y la tarde se arrebola en los ojos
en las gargantas resecas
en las amistades retorcidas por los vaivenes del marcador
y por los ánimos revueltos y esparcidos
en el campo de mil una batallas
3)
Horas desangradas del crepúsculo
los contrincantes a las manos
a los pies
pero los más a las copas
Hordas de sedientos asaltan cervecerías
barcitos y sartenes de sopaipillas
La vecina del Pata de gallo
vende el boliche entero
La cerveza anega calles cubiertas de papel picado
Los muchachos cantan hasta el amanecer
himnos a los héroes de batallas olvidadas
gestas que ni los viejos más lúcidos recuerdan
Los policías beben en sus gorras de servicio
acaso disfrutan y no se atreven
a estropear la fugaz alegría de un barrio triste
LA TÍA GLAFIRA SE DEJÓ MORIR
Un día se recostó y no quiso levantarse
Los ojos se le fueron hacia adentro
y la boca no quiso abrirse más
ni para soplar palabras
ni para tragar alimento
Los médicos hablaron del estómago
los parientes de parálisis y los vecinos
de un mal de ojo
Nadie pensó que una vejez prematura
le comía el alma
El giro mañoso del tiempo
la dejó en la esquina de nadie
Los rostros no eran los rostros de infancia
las voces no eran las queridas
las calles no sostenían carretas al amanecer
Ni siquiera los recuerdos la visitaban
ni el bastón castigador del padre
ni la madre friendo sopaipillas
ni la lluvia dejando caer sus huestes
inofensivas sobre los tejados
No volvió a sentir la risa de sus hermanos
ni jugó a las escondidas bajo la luna
y entre los limoneros
En una pieza honda
como los pensamientos de personas tristes
la tía Glafira se dejó morir
LA CASA DEL POETA MUERTO
1)
Por los tejados tiembla la luna inerte
La helada abrocha su manto
sobre gatos que llaman a los hombres
con voz pintada de astucia
En el jardín secreto
los árboles cubren la sombra
alargada del poeta que no vuelve
ni volverá jamás.
2)
En hondas noches de invierno
persigue muchachas vírgenes
las corretea por patios interminables
por pasillos que suenan a laberintos
y en habitaciones anchas como plazas
prueba a reinventar el mundo
3)
La casa se derrite sobre si misma
formando figuras como sueños
que sólo los niños pueden descifrar
A veces los borrachos de oficio
ven al poeta bailar desnudo
encanecido y transparente
Prostitutas o fantasmas de prostitutas
lo abrazan
lo miman
curan los dolores de la muerte
las heridas del fuego redentor
4)
Las beatas eternas del barrio
arrojan flores en la puerta
como quien tira un anónimo
o una carta de cobranza
Encienden cirios y piden por el alma
desquiciada del poeta
por su imaginación sucia
delirante
por su cuerpo golpeado por la lujuria
Piden por sí mismas
por la escupidera de sus corazones
por la decepción de no haberlo conocido
ni haberse dejado conocer
5)
La casa del poeta sin nombre
luce muros transparentes
muros que dejan ver la historia sucia de la cuadra
pequeños crímenes de barrio
perdidos en la desmemoria del mundo
el niño de ésta con el marido de aquella
el robo de gallinas por hambre y venganza
la vecina muerta en la desidia
de dos hijos paridos como a lobos
En la última choza del callejón “Las ánimas”
el velatorio al asaltante de caminos
apuñalado por la mano filosa de la traición
Los muros cedieron a las grietas
caladas por el tiempo
se pierden los cuentos transparentes del vino
El amor dulce de dos homosexuales
que se reconocen en terreno baldío
y se aman como flores abiertas al sol
Dos amigos que compartieron casa mujer trago
y la muerte que los sorprendió una noche
/de allanamientos
La hermosa locura de don Pepe anarquista
recibió su herencia y la repartió
como granos al buche de sus amigos
Dicen que murió solo
que de su tumba se desprenden voces como gritos
como alas
hacia los campos de Andalucía
6)
En los muros de cal
levantó los árboles sin gracia del barrio
las veredas con sus asientos y sus vecinos
a la espera del milagro multiplicador de los panes
dibujó borrachos que adivinan esquinas borrosas
soplones que apagaron las velas del régimen
y ladrones pobres que roban a los pobres
En patios más antiguos que la ciudad misma
pintó mujeres que tienden las banderas de sus ropas
después de conocer la derrota en el amor
o luego de un desastre de la naturaleza
Más allá de la hilera de álamos veloces
una tribu de niños amenazados por el tiempo
patea la pelota de la infancia
justo a la hora del calor
a la hora en que las casas
los habitantes de las casas
los quiltros las moscas
y hasta los árboles duermen la siesta
EL ABUELO PANCHO
1)
El abuelo Pancho bailaba tango en casa de putas
Pícaro el viejo
les pellizcó el traste a las golondrinas en flor
Dicen que ganó un campeonato de milonga
y se dio a beber una semana entera
que le sobraba tristeza en las pupilas
y pasaba tardes y tardes
oteando el horizonte amargo
2)
Nadó en barriles de aguardiente
Apostó el dinero que no tuvo
en carreras de caballos que no corrieron
Se batió a tiros con los gitanos
y cayó de bruces a la leyenda
Acaso leyenda y memoria sean lo mismo
una nebulosa que a ratos se confunde con el olvido
3)
Sabemos de su bondad a toda prueba
de los dulces que llevaba bajo el poncho
para los niños que no tuvo
Los que sufrimos su partida
guardamos de él ciertos momentos
ciertos escupitajos de memoria
como visitas fantasmales o quizá un chispazo
de neurona en la noche tibia del olvido
4)
El abuelo Pancho se movía a velocidad de carreta
a tranco de caballos que no conocían el galope
Su espalda curvada
quiso cargar los fracasos de una estirpe
Dijo que bebía para hacer a un lado las carencias del espíritu
para huir de las misiones incumplidas
para olvidar que nunca pudo acercarse
a la imagen perfecta de su padre
NOSOTROS LOS PEORES
Los que aplanamos calles jugando a la pelota
y fuimos amigos a morir
los que rompíamos vidrios a los vecinos cuicos
y espiábamos a las muchachas púdicas
los que instauramos la competencia de pajas
premio a quien escupe más lejos
Nosotros los cómplices
los que luchamos contra el código
y sus dragones custodios
los que hicimos de la noche nuestra aliada
en contra del demonio de la virtud
Nosotros los peores
los que sembramos las calles de bellas
barricadas sin rostro
los que vomitamos nuestra adolescencia
como tiros o flores de pólvora y acero
Nosotros los peores
los que amamos la libertad extrema
nos quitamos la niñez como pijama sucio
y ahora somos hombres de bien
La vida nos ganó la mano
sacó los triunfos de la manga
y aquí estamos
peinando huevos
de porteros en algún motel de lujo
emperifollados y viejos
nos latean las trifulcas de los estudiantes
y la rebeldía de los hijos
nos escupe a la cara nuestros mejores años
ELHOMBRECITO SIN NOMBRE
El tonto Alejo nunca estuvo aquí
no existió su rostro anónimo
ni el sombrero doblado por la lluvia
ni su barba a medio pelar
ni esos ojillos como uvas atascadas
al cuello de un embudo
Soñé que una madre sin rostro lo abandonó
a crecer como planta silvestre
prendada al terruño de la casa grande
Nunca encendió braceros al amanecer
ni lustró zapatos desagradecidos
ni cargó las carretas del agravio
ni cepilló los caballos
ni a los caballeros dueños de los caballos
El tonto alejo no tenía nombre
ni siquiera su cara enrojecida por el agua ardiente
y por cierta vergüenza de estar vivo
le perteneció
Ni siquiera la muerte cirrótica
ni el funeral vacío
ni la familia postiza y ausente
ni la lluvia que imitó a las lágrimas
reconocieron su cara
De “PIEDRA ERÓTICA”, libro inédito, 2004
RAÍCES DEL AMOR
Debajo del asfalto sin estrellas
el vasto futuro nos esperaba
No supimos leerlo desde nuestra burbuja
Se nos metió el mercado entre las ropas
y quedamos con ese olor al hueso de la piel
Quisimos medir los contornos del viento
tasar la esperanza en moneda común
pero las raíces del amor
rompen muros de acero
se cuelan por tragaluces
por los cerrojos del día
y los amantes que habitaban en nosotros
explotaron en chorros de líquido amoroso
limpiaron con sangre las calles untadas de hollín
alimentaron caseríos de fuego
y avenidas de fuego
con su carne.
TU CUERPO Y MI LOCURA
Qué puedo hacer con tu calva
con tu pecho
con esas formas que llenan de vacío las sábanas
estampadas con tu nombre
Qué puedo hacer si no logro tragar tu presencia mitológica
si me empeño en desmantelar los monumentos de ti
como si no supiese que hasta el aire está salpicado de tu cuerpo
como si no hubiese mordido la mentada manzana
tu carne materializando los sueños de cualquier macho
poético por equivocación
Y prefiero esta suerte de tono irónico
Y descreo de tu cara detrás de todas las puertas
Y apuesto a la vigilia porque el sueño te ha elegido
Y reniego de la fe hermana de la esperanza
Y pongo grillos al deseo cuando cae en idolatría
Y todo esto para hundirme en un cuarto de nadie
en la fascinación de tu rostro
clavado a las cuatro esquinas de mi locura
CONDENSACIÓN
El amor dejó de ser halo
se condensó en ojos
en pezones que miran y no ven
en nalgas de luna
en marea
en muslos que abrazan
ahogando el ímpetu de las embestidas
CLARIDAD IMPURA
Despertar atropellado por tu vientre.
Besar las flamas de tu espalda sin quemarse
tirándolo todo al mar vacío del morir
donde las ventanas del sueño se quiebran
y la noche mellada de los amantes
rompe en claridad impura
AMÉMONOS BAJO LOS PUENTES
Amémonos bajo los puentes
sobre el agua flotante de la dicha
amémonos, amémonos
sobre todo bajo los puentes sin nombre
como si los sueños fuesen todavía posibles
como si el agua fuese la materia prima del sueño
y nosotros formásemos las dos mitades de un madero
arrastrado por el cauce
Amémonos como si no te hubieras ido
y yo tuviera tus senos envueltos
en mis manos derramadas
y tú me tomaras como el madero que siempre fui
mientras naufragabas por el mar del mundo
ese mar donde finalmente te perdiste
AMANTE PERFECTA
Con las piernas al aire, como una mujer lúbrica
ardiente y sudando los venenos.
Ch. Baudelaire
Va por el mundo liviana
desprendiéndose del alma así de fácil
como quien se quita un par de calzones
Es peligrosa y pelirroja
su cuerpo se traga la memoria de sus amantes
y no sólo la memoria
Les deja vagando en la estupidez
Modorra propia de los enamorados
que persiguen mariposas en la metrópolis
y terminan atropellados por la oruga
o la micro según la jerga de turno
Para amarla dicen los entendidos
hundámonos en la ceguera más honda
al pantano del sueño
donde habita el uno indivisible de los idiotas
EVASIÓN DE LA SOLEDAD
Nos educaron para atrás padre
Bien preparados sin imaginación
Y malos para la cama.
D. Maqueira
El hombre del abrigo lleva un edificio en los ojos
una escalera
un ascensor y una puerta con el número quince
clavado en la frente
Detrás del candado amarillo canario
la falda también amarilla
el cabello en caos primitivo
y unas medias de seda gris
El hombre empuja el tranco
no puede ganarle a su deseo
que vuela entre los pisos
transparentes
sin respetar murallas ni cerraduras
El muy fresco se mece con la amada
tiende en el lecho su carne de espíritu
y entra en la muchacha con su verga de espíritu
El hombre del abrigo con lentitud de hombre
corre a sorprender al traidor
y se queda desnudo en el vacío de su cuarto
donde nunca hubo nadie más que él
EL FALSO QUIJOTE
Lleva su corbata en ristre
espada que raja las hojas de las puertas
y abre los pasillos como lonjas de pan
Con su apariencia de lobo
busca carne tierna para el banquete
Añora el descanso del guerrero
del defensor de Troya asediada
y sólo trae aromas amargos de oficina
tres o cuatro billetes y el humo
compacto de mil cigarrillos
No sabe de grietas mutilando los muros
ni de puertas que abren al dorso de lo real
Busca la mujer del sueño con los ojos
amargos de lo cotidiano
Gritan las aves de carroña cuando la toma
del brazo como a las señoras de bien
le sopla al oído
le canta con mariposas y pétalos
La muchacha le dispara el precio a los ojos
y nuestro héroe tambalea trastabilla
y cae muerto de muerte verdadera.
REFLEXIÓN DEL AMANTE DESPUÉS DEL AMOR
¿Qué fue de los amantes que fuimos?
¿Dónde están esas tardes de caricias y refriegas?
Ahora que lo pienso después del desayuno
gastamos todos los besos y las posturas posibles
Se mojaron nuestros petardos con la humedad de las disputas
Palabrotas que de lado a lado
atraviesan nuestra historia
Ese amor por lo práctico
que te brotaba de los poros y mis sueños
como barcos a la deriva de la ciudad
Lograste lo que querías
una casa
un empleíto y dos o tres hijos
Un par de guindas en la torta de la vida
Qué más pedirle a los santos
Acaso un guiño desde la eternidad
Te acusarían de tráfico de influencias
eso que tu sabes pasar por debajo de la puerta
sin que nadie lo note
Amor
perdóname por destapar la olla de otro tiempo
no te olvides de mi afán memorístico
y de esta costumbre de escribirlo todo
Eres un error de la naturaleza
me decías con dulzura y no te faltaba razón
tampoco te sobraba
Siempre he pensado que arrastro fallas de fábrica
la neurona del cinismo por ejemplo
Dios se olvidó de ponérmela
o la guardó para los guardianes de los templos
A cada uno lo que necesita
¿no te parece?
De “DE LA MEMORIA AL FÉNIX”, 2000
DESCUBRIMIENTO
Qué tempestad es esta, me pregunto.
Qué zumbido de rebaños remotos nos reclama.
Ese sonido seco de los cerros, mi sonido.
Esa resistencia de plantas desérticas, la mía.
Soy piedra que apretadamente aparece
Sólo para tus ojos que son ojos entrañables
Sólo para tu beso silencioso y cargado de duda.
Sé que la piedra no sabe de besos
sé que la piedra no sabe del hombre
de sus tempestades interiores
de sus cuerpos combustibles
un día recién encendidos
otro día cegados para siempre.
Adivino con sorpresa tu sangre en movimiento
adivino tu muslo en vez de la luna
y esa arboladura subterránea
y esa ventolera que no cede
y ese estremecimiento que al fundirnos
nos estremece.
De “EN LOS CAUDALES DE LA MEMORIA”,1997
ENEMIGO CÓSMICO
Mi enemigo no tiene brazos
ni manos escamosas
ni cuerpo objetivo
Se disfraza
puebla mi mesa de manjares
deambula por libros y periódicos
se instala en mis zapatos
en mi camisa importada
Monstruo ambiguo
multiforme
Obsoleto quedó mi heroísmo de barricada
mi desayuno frugal
mi abstinencia de computadores
mi metralla de palabras
mi piedra veloz
seducida en amables negociaciones
Sólo resta disolverse en impotencias oscuras
envejecer en alguna plaza sin palomas
ni regresos
BOYERUCA
Sombra de pescadores petrificados
sus naves y sus redes del abandono
Pasan fantasmas de hombres fríos
con manos frías y huesos fríos
Niebla
polvo de conchas soportando la mañana
almas ciegas de ciegos aborígenes
desaparecidos
Me hundo en tus callejones Boyeruca
como los mariscadores hunden sus vidas
en los roqueríos
Datos vitales
Rodrigo Jara Reyes (Talca-Chile). Hizo estudios superiores en la Universidad de Talca, donde obtuvo el título de Profesor de Estado. Publica los libros de poemas En los caudales de la memoria, 1997; De la memoria al fénix, 2000 y Dos sur y otros poemas, 2003. Además, publica cuentos, artículos y ensayos en revistas nacionales e internacionales. Trabaja en el equipo editor de Iridec, en donde construye y corrige libros de capacitación a distancia. En el año 2006, auto-publica el libro de cuentos El extravío y otros relatos. Es recogido en las antologías Travesía por el río de las nieblas, 2000, Faluchos, treinta poetas maulinos, 2003; El lugar de la memoria, 2007. Mantiene dos libros inéditos de poesía (Piedra erótica y Barrio hondo), un volumen de cuentos (Hombres de niebla) y una novela breve (Los delirios de Gabriel Santillán).