En Poema para leer un viernes por la tarde, nuestro editor, el poeta Mario Bojórquez, nos propone la lectura de la Recuesta, de Eudomóndaro Higuera que sostiene con el Güero Astengo. Eudomóndaro Higuera es un poeta mexicano del estado de Sinaloa donde se le considera un poeta de culto que tuvo mucha fama en la mitad del siglo XX tras publicar su libro de poemas Romance del arroyo de los perros. En 1995, Mario Bojórquez compiló el libro Nuevas coplas y cantares del temible bardo Eudomóndaro Higuera, alias el Tuerto. Esta sección es un feliz pretexto para volver a viejos, conocidos poemas, así como para descubrir nuevos autores.
Eudomóndaro Higuera y el Güero Astengo siempre fueron amigos; según crónicas de la época participaron en largas borracheras a costa de Don Baltasar Arteaga, mecenas cantinero, quien gustaba de la poesía y la fomentaba con su líquida benevolencia.
Esta recuesta que presentamos fue recogida por los presentes en aquella memorable ocasión. Reproducirla aquí es un privilegio que las generaciones sabrán guardar con celo; se ha optado por presentarla como libreto de teatro para entender mejor quién es el que habla, al mismo tiempo para ofrecerla a los nuevos directores teatrales, pues se espera verla representada muy pronto en algún teatro sinaloense.
La recuesta fue practicada desde el Cancionero de Baena, primera antología de la poesía española; en México y Argentina tiene su vertiente popular a través de los decimeros veracruzanos o los gauchos milongueros de la pampa.
Mario Bojórquez
Recuesta
(Llega a la cantina Eudomóndaro Higuera; el Güero Astengo lo interpela desde su mesa, causando gran expectación entre los parroquianos).
GÜERO ASTENGO:
–Cuatro versos y abrazada,
ocho sílabas al pie:
si me dices lo que sé
la recuesta está iniciada.
EUDOMÓNDARO HIGUERA:
–La respuesta es muy sencilla,
de fácil combinación,
pues para tu información
la llamamos redondilla.
GÜERO ASTENGO:
–¿Y si la rima es cruzada,
uno, tres y cuatro y dos,
consonante o asonantada?
Di sin hacerla de tos.
EUDOMÓNDARO HIGUERA:
–Pues sin duda es la cuarteta
que en las hordas populares
es la forma más completa
para decir sus cantares.
GÜERO ASTENGO:
–Y esta otra parecida
que es en todo muy igual
sólo que tal para cual
esta nueva embarnecida
con otro verso suicida.
EUDOMÓNDARO HIGUERA:
–Pero préstame tu silla (El Güero se levanta y le cede su silla quedando de pie)
para sentarme a pensar,
pues si me pongo a contar
hasta el cuarto es redondilla,
¿que no será la quintilla?
GÜERO ASTENGO:
–Si le quitas a una décima
la primera redondilla
te quedará una quintilla
más un verso adicional,
si ya sumaste el total
pues regrésame mi silla. (Eudomóndaro la regresa y se queda de pie)
EUDOMÓNDARO HIGUERA:
–La respuesta es la sextilla
también llamada Hernandina
que con seis cuerdas se inclina
y “aquí se poner a cantar”
verso a verso sin parar
pues la pena la domina.
GÜERO ASTENGO:
–Ya me retiro del duelo
regresando a la cuarteta,
pera decir como suelo:
¡Te reconozco, poeta!
EUDOMÓNDARO HIGUERA:
–En redondilla respondo
que ser poeta no es
contar los metros o pies
sino cantar lo más hondo.
(Eudomóndaro toma una copa de la mesa, y la alza para proponer un brindis)
EUDOMÓNDARO HIGUERA:
–Permíteme que ahora haga (Interrumpe intempestivamente el Güero Astengo)
GÜERO ASTENGO:
–Un brindis al alimón.
EUDOMÓNDARO HIGUERA:
–Celebrando la ocasión;
GÜERO ASTENGO:
–Y a don Baltasar Arteaga
EUDOMÓNDARO HIGUERA:
–Un vale que satisfaga
GÜERO ASTENGO:
–El crédito que sostengo
EUDOMÓNDARO HIGUERA:
–Que el respeto que le tengo
GÜERO ASTENGO:
–Con tequila se atempera:
EUDOMÓNDARO HIGUERA:
–Don Eudomóndaro Higuera
GÜERO ASTENGO:
–Y un servidor, Güero Astengo.
(Los concurrentes prorrumpen en grandes aplausos y gritería. Don Baltasar Arteaga exclama en un arrebato de emoción: “Copas para todos, por cuenta de la casa”)