Cuadernos de patología humana de Orlando Mondragón en Visor Libros México

Círculo de Poesía y Visor Libros México han publicado Cuadernos de patología humana del poeta Orlando Mondragón (Ciudad Altamirano, 1993), con este título mereció el Premio Loewe 2021. Publicó en 2017 el libro Epicedio al padre con el cual obtuvo el IV Premio de Poesía Joven Alejandro Aura. Escribe Margo Glantz en la cuarta de forros: “Cuadernos de patología humana es un diario médico preciso y ordenado en el cual el poeta recorre una a una las distintas salas donde lo esperan la enfermedad y la muerte, y, si no fuera melodramático, diría que en el poema la muerte es hermosa, coloreada de rojo y azul siguiendo el transcurso vital de las arterias y las venas que, condensadas, aparecen en pequeñas prosas poéticas que en este poemario se manejan como una especie de estribillo: coronan o resumen los distintos tramos de la muerte y de la vida, pintándolos de rojo y azul a la manera en la que Rothko, el pintor estadounidense, pintaba sus extraordinarios cuadros”.

 

 

 

I

Le tomo la mano a mi enfermo
para saber que sigo vivo.

Ha muerto unos instantes
después de que mis manos
buscaran despertar su sangre.
Oscuras turbulencias
revolvían su pecho.
Su vida coagulada
detenía el oxígeno.

No funcionó.

Su corazón ya no podía hablar,
tartamudeaba.

Dentro de las costillas,
un ritmo incompatible, atropellado,
un código sin traducción.

Le tomo la mano a mi enfermo
sin que los otros miren.

El monitor de pulso
sigue chillando con su alarma.
Una enfermera lo apaga. Silencio.

 

 

IV

Desechar jeringas, guantes y errores.
Acomodar los rostros en bolsas de basura
para no llevarlos conmigo a casa.
Miro alrededor. Todo me cerca.
Llevo por dentro habitaciones
repletas, donde alguien
camina arrastrando los pies.
Finísimas agujas atraviesan el aire,
bolsas de suero cuelgan como ubres.
¿En qué ojos buscar una gota
para la sed?
¿Dónde humedecer una gasa
para sorber desesperado?
El tiempo gira, loco,
sobre sí mismo.
El tiempo que me deja.
¿Qué palabra decir entonces?
¿Qué consuelo queda para nadie
si la vida nos hace desafiarla en su juego
y al mismo tiempo
no admite ningún sobreviviente?

 

 

X

Escribo para que el tiempo
realice el inventario
de los hechos.
24 de octubre.
Tengo un niño que nació
muerto en mis brazos.
La madre no quiere cargarlo.
¿Dónde lo pongo?

 

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