Leemos, en versión de Audomaro Hidalgo, un texto de la poeta egipcia de expresión francesa, Joyce Mansour (1928-1986). Escribió dieciséis libros de poesía y perteneció al “primer círculo” del surrealismo de posguerra. Según Maite Noeno, “Joyce Mansour se revela como un torbellino oscuro y violento, cargado de un erotismo feroz, mezclado con ese gemelo inseparable que es la muerte”.
No conocen mi rostro nocturno
Mis ojos como cabellos ávidos de espacio
Mi boca color de sangre desconocida
Mi piel
Mis dedos perlados de placer
Guiarán sus pestañas hacia mis orejas mis omoplatos
Hacia el paisaje abierto de mi carne
Las gradas de mis costillas se estrechan al pensar
Que su voz podría llenar mi garganta
Que sus ojos podrían sonreír
No conocen la palidez de mis hombros
En la noche
Cuando las llamas alucinantes de las pesadillas reclaman
El silencio
Cuando los muros blandos de la realidad se estrechan
No saben que los perfumes de mis días mueren en mi lengua
Cuando llegan los astutos blandiendo cuchillos
Cuando sólo queda alto mi amor
Cuando me hundo en el lodo de la noche
Joyce Mansour, “Pericoloso, sporgersi”. Rapaces, 1960.