Formó parte de la Asociación de Escritores Hispanos (AEHISP) y su revista Litterae siendo parte de su antología poética “Por amor al Arte”. Es miembro fundador de la revista de difusión literaria Pulsión Poética, ha participado en recitales nacionales e internacionales. Con su primer poemario, “Bajo el camisón sonreía una mosca” publicado por el Fondo Editorial de Fundarte (Caracas, 2022) ha tenido presencia en la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2023, Feria Internacional del Libro de La Habana 2023 y 2024, Feria Internacional del Libro de Venezuela 2022, Feria del Libro de Caracas 2023 y en La Feria Internacional del Libro de Zócalo en ciudad de México 2023.
Ovillo Dorado.
Se me gastó la voz,
se me cayeron los párpados
desde sus altas torres de pupilas cristalinas.
Vi tu clavícula mojada pasar
por el río rojo.
Se me hirió la niebla,
la cara hinchada balbuceando
en la rodilla izquierda
del recuerdo,
el pelo seco de tanta soledad.
Ando olisqueando cual reptil
el saco que dejaste colgado
de ese horrendo perchero
Lleno / de peras / deformes
Sus bolsillos parecían
payasos obesos
a punto de estallar por
las paredes.
La abeja bajó de su panal,
un derramamiento de miel
sobre la fuente seca del jardín
hundió mis pies en un líquido
flotante y pegostoso.
Me volví un ovillo dorado,
comencé a tejerme
entre las piernas
de la tierra dura,
las hormigas me lamian,
las abejas volvían a cubrirme,
devolviéndome
al útero acuático de la muerte.
Cabalgata Nocturna.
A Eva Blanco, acuoso viento de entrañas…
A ti: Mujer de Aguadillas Enamoradas.
«Mi bóveda de carne quemándose
en la nada sospechosa de una flor»
Construyo mi muerte debajo de esta carne
en donde no existo.
Soy lejanía, placer, polvo, fatiga…
Supresión y ruptura de un espíritu
tendido en la perpetuidad.
La tensión corpórea es hollada
por flujos en las células de mi sangre
reflujo de tierra y roca negra.
Manos de mi madre
–simbología perfecta–
Libertad cristalina
Opio, cocaína y heroína
de mi Ser niño.
Humos tiemblan y chocan
contra el pensamiento
de un mundo postrado.
Náusea y furia agujereando mi lengua
convulsionada de bostezos.
Gérmenes los hombres
que endurecen el absoluto
de un firmamento azul
devorando mis ojos cabríos.
Veo correr caballos testimoniales
compasivos
desconfigurando mis angustias
en su galopar perfecto.
Franqueza de mi vida
que me veo turbia
y me desnuda la renuncia
de una cabalgata nocturna.
C o n e x i o n e s.
Minutos portátiles, rígidos
escandalizados
curtidos de arterias y plomo.
Recluidos bajo el suelo
de los montículos regresivos,
del resto de la toalla diseccionada
en el ataúd del baño de huéspedes
donde se apiña el rasguño de la luz
que ya no se lava la cara.
Mi cuerpo rojo
La llaga
La acústica de la noche reposada
El cromático recuerdo
Espasmo
El crimen de la flauta
El último aviso de salida roído
en un ticket donde mis manos
arrojaron el adiós a su existencia.
Esta ciudad que se ha ido al borde
de unos ojos cartesianos,
de un cuerpo que se ha quitado el pecho
porque no le late y su mirada se acumula
en el vacío amansando el fuego vivo.
Enigma taciturno,
de nuevo llegas
con mi olor de tierra sacra
anclada
a tu lenguaje mítico.
A tu voz inadvertida de hombre herido
tras la pared de otras que no
atravesaron tus puertas
Tus ojos
Tus arenas
Tus tiempos distintos
arrojados al tacto de la savia.
Mientras me ves
Mientras me veo
en este enlace acrílico
donde habitan las tecnologías
y el verbo amar se ocupa del
derrumbarse ante la caricia
que penetra la distancia entre
Alma y Alma.
Y el silencio atardece
en las aceras que camino
con la sed de un nómada
que esquiva fronteras.
Con el sonido del borrador
de una máquina que ya no escribe
y se ahonda el olor a tinta que
ahora está completamente seca.
Y jalo el gatillo
y arranco las cintas y me veo
manchada de amarillos y verdes
de voces lejanas que se escurren
y dibujan un nuevo rostro.
Y quedo tendida
Absorta
Penetrada
Callada
Callada en esta nada.
Pensamientos Parapléjicos.
¿Y qué? Si hablo con Chéjov y me jalo un pitín
Surrealista dentro de su boca.
Estás dentro.
Estás fuera.
Como un molusco.
Eyaculas una vez más en su boca.
Estás en otro lugar
donde el tiempo está perdido.
Los dedos de ambas manos
sobre la mesa,
otro sorbo de café, pálida sonrisa.
La descarga de un rayo.
[La recopilación del silencio
al parecer lo sabe todo,
yo debo confundirme en el paisaje,
un pequeño tren de vagones hundidos]
La voz escurridiza que engatusa la razón
el cenicero consumiéndose
ese gruñido entre los labios
un sofocante olor a lluvia
abreviando la entrada.
Envolviendo los testículos,
tapándose el sexo…
No vaya a ser un pequeño Edipo
—el hálito—
que exhala la habitación.
La obtusa opinión pintando
una expresión meditabunda
como si estuviera leyendo
un sueño parapléjico
una tonalidad lechosa
un artículo necrológico
mientras
se va acabando la caja de Marlboro
y los libros arden en los tablones de pino,
dignos de mención;
como los sacos de la carne y los huesos
el paradero de un hijo
el mejillón en el plato
el padre de carácter agresivo
el periódico y la sección de los desplazados
(anonimatos de un semen duro y seco).
La puerta de entrada abierta.
La puerta de salida abierta.
Poco peso cuando la hipótesis
quiere
acostarse contigo, más allá…
No se acuerda de nada
en esa distorsión temporal.
Te envolvió cálidamente desde
su líquido amniótico
aún estando dentro de ti
agitando
un temblor en los párpados.
–¿Cómo murió?
–Respiró hondo.
–¿Cómo murió?
–No fueron mis dedos, reposaban juntos en la mesa.
–¿Cómo murió?
–En su punto de partida.
–¿Dónde?
–¿Por qué tengo que confesártelo?
–¡Para no matarte!
Señala la misma silla de ayer
Recuerdo un cuerpo inclinado ante el alféizar, repasando los botones de una blusa derramada en café, alguien corría haciendo sonar silbatos, Chéjov escribió El Oso, ¿de quién era La Señorita Julia? ¿Has leído dramaturgia? ¿Sí crees que existe la escritura, la vida, la fe, las cavilaciones, el orden simple, la manzana medio podrida? ¿Soy yo… una persona? ¿Una capilla sintoísta? ¿La sustancia? ¿El cerebro del viento? ¿Existo cien mil metros bajo tierra? ¿Existo?
–Supongo que no lo habrás visto, has sido inundada por la riada con las manos entre tu vello púbico, cálido y húmedo, el sauce lamía tus pezones, el campo visual de tu conciencia se amplificaba, tu lengua se olvidaba de tu nombre, los rumores se expandían en tu mente, las voces altas tendían tus manos hacia adelante, fuiste ojeando las páginas del mostrador, cada una de las páginas era una fotografía de cabellos canos mirándose las manos perplejas teñidas de blanco con una etiqueta y una apertura por detrás.
Eras un yeso muerto sobre un piano verde vertical, pronto llegará la tarde, los goterones de agua sobre el cristal, la vuelta de la llave en la cerradura, el volumen apagándose en el pulso de las teclas, el súbito recuerdo del beige de los botones de aquella niña a la que le derramaron el café, la fijeza del largo clavo en la pared, donde ha desaparecido la marca de nuestro retrato…
La puerta de salida cerrada.
La puerta de entrada cerrada.
Todo permanece igual…
Sans Cages.
«…Y quien se queme en las antorchas de mi cuerpo-invierno,
arrojará,
Suicida, gemidos de un Pájaro Negro a mis pies»
Sangre tibio-salitre.
Hebras finas anidando.
Frío huidizo de ufana piel.
Inmaculadas sombras.
Torsos de musgo fresco,
olor a humedad y sed.
Frágil testimonio:
Confesas mis ansias.
Aguzas el zumo
de un naranjal que duerme
en la medianoche del
Trueno
Mediterráneo.
Recaen cobrizos
sobre mi rostro
Jardines
polinizados
Libaciones
Aliento fértil
Calas anudan al ciervo
cautivo a copioso placer.
Ruinas de mis ojos en tus ojos
–Oscuros Ojos–
«El cuervo vuelve a graznar»
Blanda Calma Alma Blanca,
Te bebes
Mis
Cortezas.
Castidad que sucumbe
En nuestros pechos
```sin tocarse```
C o r t e //
C o r t e
Z a //
D e s // p r e n d í
// i d a
Irrigando
Abstracción
Mis labios violáceos.
Respiran hondo
Los compases de la lumbre
Llagando mis nombres.
<<e c o s>>
```Resuenan```
En el añejo
```Palpitarte```
Lumières de la nuit, et moi
[comme la pluie blanche
Sans cages]
Cohibida
Hambre:
Miras
Mi espalda trémula
Quebrarse
Ante tus-mis
Espejos
D i s o l u c i ó n.
Él…
Ave
Desde el inicio de la tierra oculta,
Como la suspensión
De un todo eterno.
Y qué es
Estar
O no estar
Si en ti
Me disuelvo…
Éter.
A ti…
Indagante siempre
En mis memorias
De Niebla y Arcilla.
De viento piedra y pájaro,
Blanco árbol de ceniza.
Años cincelando
la voz oblicua / aguas.
Piel sobre piel / giramos ciegos.
Grano fértil desierto / amaneces
sin vendas no más vendas
Solo la brisa y lo que somos
rompiendo cántaros / labios
Rojiza bohemia / velas /
Te leo en el espacio que me menciona,
Añil pecado
Ocre infierno
Tus manos / filos arenosos
Suicidio abrupto
de un ritmo epicúrio
arrancando una ferocidad
[sin cuerpo]
–q u e r i e n d o e n s i l e n c i o–
EL CANTO DE LAS AVES
Absorto nocturno eres:
Éter.
Escarpelo gris, sorbo de mi sangre
Champagne lluvioso entre mis dedos.
–Me tomas–
Tácita vinculación que no muere
Subir / bajar / soltar /
Atajarte y liberar
Verte abierto
Desbocado epitafio.
Hojas secas / deslizándose
en tu rostro abstracto
[Contraluz y sombras]
|E R E S|
|I N M E D I B L E|
|P U N Z A N T E|
Mirada adentrada de nieblas
Tú
Silencias.
Pétrea Dilatación.
Negro zumo,
saliva de naranjas pululan
en el retorcido norte de las convulsiones.
El trueno descuartizando al viento.
Presos.
El pecho se quiebra
ante la pesada sombra.
Miro sobre el muro
el orificio es un pozo
de agua pétrea y carcomida.
Un desierto suspendido
flotando entre los astros,
calcinantes cavernas
de irrealidad girando
en el pulgar del hombre.
Y el escombro
donde se gestan las mentiras,
el amor ligero.
Los perros desnutridos y con rabia
La miseria que va…
C a y é n d o s e
como baba.
Baba SIDERAL.
Y están allí, justo enfrente
alzando sus púas:
[Los Hombres]
Y esa flor flotando
Casi inconsciente
Casi celeste
Entre el amor y la
AGONÍA
Entre el amor y lo
COBARDE.
Busco en mi garganta el corazón perdido,
el llanto que romperá este zumbido falso,
la desintegración
Del viejo
Agujero
Cautivo
en las mentes caídas,
como los imperios “descarnizados”
Cansados
de
Morderse.
–Quiero ver el desvanecimiento–
Polvillo sobre los vientres
Humos de tarde-noche
CENIZAS
El labio que tiembla
El cuerpo que choca
contra otro cuerpo
engendrando el retorno.
La vida…
Esa dilatación vegetal
anidándose
en
los fluidos esféricos
de la oscuridad
De un útero que bulle
mientras
Lo amargo, ARDE.
Amnesia.
Soy amnesia.
Mi memoria se ha cerrado de golpe.
Mi retrato yace como espectro
en el chillido de un niño.
Se me han clavado
en el alma mariposas desesperadas
Las veo…
Negras, rojas, verdes;
ciñéndose a mi córnea.
Nos hemos quedado atrapadas.
Ellas y yo.
El espacio es sofocante aquí dentro.
Me he encontrado,
soy investidura
de un lago hecho de cristal.
Floto dentro,
pálidas niñas me ven,
[y callan.
Soy una estatua de mármol.
No hay espacio que recorrer.
El frío de mi aliento me eriza,
he visto a lo lejos un clavel azul
como mis labios.
Se me ha ido y lo llamo en soplos
pero no tengo oxígeno.
Soy de mármol salpicado de olvido.
Me han sido dados
dos brotes de bondad
pero ya no tengo alma.
Solo soy un reflejo infinito
un arrojo de lluvia
luminosa y suicida.
Olmo permutante llevándome lejos.
Narcóticas Memorias.
Murmura manso su flotante lamento
el frío de un viento, enfurecido viento.
Sordo pesar de la azucena despojada.
Pureza atormentada
Roja mancha violada
El agua recoge flores
cándidas y lejanas.
Fémur roto de amor
un difunto cielo agita
Callado /
El silencio.
Viscoso recuerdo
irrumpe mi calma,
arranco los tendones
que hoy me ahogan
y entrecortan
sucumbiéndome en asfixia.
He perdido la laberíntica
estrechez de mi cordura
se ha diluido en surcos /
de polvo / en el vacío.
Escarchados ojos,
veo la tinta lanzada al espejo
en donde escupí
la última píldora amarga que tenía…
Revivir las horas de una jaula rabiosa /
De una usurpación prematura /
De un resplandor que se apagó a la fuerza /
Narcóticas memorias.
El hielo se hunde tragado
por un aliento lento
de madrugada oscura.
Me fugo al ahora
—en donde tampoco estoy—
El sueño reposa desnudo
Dulce néctar de abejas
cubre mis heridas.
El viento profesa silencios.
Y aún, la noche se me hace antojo.
Soy retoño bajo la nieve.
Soy un alma despeinada al alba
Vagando…
Vagando cubierta por ríos dorados
de miel en mis venas.
Silencio, inagotable enigma.
“De todo lo que no existe
solo el pasado es verdad…
Fantasmas cuya maldita virtud
es reaparecer y borrarlo todo
en un instante”.
Javier Guzmán.
La azulosa frente…
[Serpentino cadáver del silencio].
La medianoche sorbiendo la luz.
Pupilas
(vertientes de nuestras sombras
Vírgenes en púrpuras adyacencias)
Afán de
Un destino entelerido.
Inmortalidad de los huesos:
Anhelo el atajo
Del inagotable enigma.
Hereje ruge, vida…
El rumiar
De los tumultos.
La poesía
Prosigue a solas su largo dolor
De linajes difusos en
Esta subterránea lumbre
De verbos.
Tolvas alimañas danzan
Sobre los rastros
De un rostro con hambre.
Y a un lado el seguir
Y a un lado el estar
Y a un lado el prorrogarme
Cantando el coro
De un himno infantil
Que se resiste al
DISFRAZ.
Llamamiento:
Prosigo sin periferias
Estas calles
Proféticas.
Multitud
De hilos
Rotos
Remando el
Derrumbe
Para dejar
[escrita]
La orfandad
Del no sabernos.
Revolver
Una bandada
De pájaros
Y empuñar aguas
En los suburbios
Del vuelo.
Exiliarse al mortero
Que ennegrece
El tiempo pasante
En esta antigua
Cobija de lluvias.
He de irme de los días
Al reposo de mi viejo jardín
Vacuo y modesto.
Al silencio que corre suave
Y que sin fin he sido
[siendo esto y nada].
Ese jardín
Enterrado en mis párpados
Donde pinto la memoria
De los dioses desposeídos.
Esa víspera que me abre
A la mixtura…
Sobrevuelan los signos
Recordando el lenguaje de
Las gaviotas que frasean
El canto de un culto hecho
Metástasis
[Abriendo mis puertas].
El punto inmóvil del silencio
Que enviuda la voz.
<<Luz negra:
Me sirves callada
Tus últimas palabras>>.