100 años del surrealismo: el secreto de Gui Rosey

Rememoramos la publicación, hace 100 años, del Manifiesto del Surrealismo. Lo hacemos con la lectura de distintos poetas del movimiento. Julián Axat nos acerca a Gui Rosey. "Desapareció en Marsella en 1941, entre el grupo de surrealistas refugiados que esperaban partir en barco y huir del nazismo. Desde entonces no se tuvo más noticias de él..."

 

 

 

 

 

 

 

 

Gui Rosey nació en París el 27 de agosto de 1896. Colaboró con los surrealistas desde 1932. “El raíl de caoba”, tal como fuera designado en el​​ Dictionnaire abrégé du surréalisme​​ (1938). Participó en el homenaje a Violette Nozières y firmó la declaración contra los procesos de Moscú. Publicó​​ La Guerre de 34 ans​​ (Les Cahiers libres, París, 1932).​​ Drapeau négre​​ (Editions surréalistes, París, 1933).​​ André Breton, poéme épique​​ (Editions surréalistes, París, 1937).​​ Les Moyens d'existence​​ (Sagessc, París, 1938). Desapareció en Marsella en 1941, entre el grupo de surrealistas refugiados que esperaban partir en barco y huir del nazismo. Desde entonces no se tuvo más noticias de él. ​​ 

 

Esta breve referencia biográfica esboza la​​ Antología de la poesía surrealista​​ en lengua francesa de Aldo Pellegrini (Compañía Fabril Editora, Buenos Aires, 1961, Pág. 228/230). Luego de la guerra se lo daba por muerto o desaparecido. Así, el escritor chileno Roberto Bolaño (1953-2003) evoca la figura del poeta en su famoso cuento​​ Últimos atardeceres en la tierra​​ (Putas asesinas, Anagrama, 2001) y sigue el enigma del poeta perdido en el sur de Francia.​​ 

 

Lo cierto es que Rosey reaparece en los años 60. Se dedica a la importación y exportación de productos varios, encontrándose un día por casualidad con Bretón vendiendo tirantes y corbatas por los bulevares de Paris. ​​ En 1963 y 1965 se publican en sus​​ oeuvres vives, recopilación de poemas. En 1967 aparece​​ 12 poèmes, con dibujos de Roberto Matta. En 1968,​​ Electromagie, con aguafuertes de Man Ray. En 1971, interrogado sobre “el surrealismo de hoy” por la revista​​ Gradiva,​​ expresa su decepción con el grupo. Al poco tiempo se traslada a vivir a Suiza. En 1972 publica​​ Faits divers faits éternels,​​ con ilustraciones del pintor y cineasta alemán Hans Richter. ​​ 

Gui Rosey muere en 1981.

 

Los primeros poemas que que aquí seleccionamos pertenecen a la ​​ Antología de la poesía surrealista,​​ con traducción de Aldo Pellegrini. El poema “Los sentidos”, traducido por César Moro. Y el último pertenece al libro​​ 12 poemas, con​​ traducción propia.

 

 

 

 

 

 

***

 

 

 

 

 

Cuando hablo a las divinidades

 

Cuando hablo a las divinidades anónimas que parasitan la tierra

oh rueda dentada de la sombra en el estuche de la noche

te llamo por todos los nombres del mundogranjero de la naturaleza que escudriña el cielo sobre las tumbas

 

Señales de espanto

es acaso la estación donde se detienen las apariciones de la vida

el embriagado con la propia voz ya no encuentra las palabras

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ de amor

ahora que el frío obliga al misterio a bajar

los cursos del agua

​​ 

Nieves memorables precediendo la caída de alfileres con cabeza

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ de ángel

qué confusión de influencias astrales por encima de los osarios

uno de cada dos muros me defiende de las quimeras

 

El bello crimen pasional cuando las manos del leño se apoderan​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ del fuego

 

​​ 

(La Guerre de 34 ans. Trad. Aldo Pellegrini)

 

 

 

 

 

 

 

Bandera Negra

(fragmento)

 

Lugares colmados de llamas

donde mi andar gótico rehace el gesto fantasmal de la sangre

contra la vida iluminada por sonrientes rubores de corrupción

se yergue sorprendente

la experiencia de la palabra

contra la vida tomada en su fuente de desventuras

oh recuerdos relámpagos parecidos a grandes dogos que se ponen como soles

contra la esperanza abierta como una herida ornada de pedrerías

se eleva la palabra en el aire del tiempo

y hace que un hermoso poema arranque ojos en lugar de lágrimas

 

 

*

 

He aquí la totalidad de los siglos pasados por las armas

cabeza de madera en la cual el ojo izquierdo sólo parpadea para

salvar al otro de la miseria

lo único creíble en el seno vaporoso de las geografías venenosas

son las fugas imprecisas de rostros encadenados por horribles palideces

es la obra simbólica de sabios microbios en el fondo de las

apasionantes cavernas de la materia

es el monumento irracional de la tempestad que derriba a la virtud

y el inviolable desorden

con una voz desesperada

Ahora que los proverbios seductores viajan a costa de los ojos

los brazos carecen de recuerdo y caen a lo largo del cielo

todos los dioses han vuelto a entrar en sus conchas

y la muerte con vestimenta de soldado

coloca al terror blanco en vitrina

en las patrias recién pintadas

he aquí que llegan por senderos azotados por una fiebre lenta

el tiempo de las grandes mudas nocturnas

del terciopelo y de los encantamientos lúcidos

en los que el hombre

destructor de muertos y palabras

escala el oro escarpado

lleno de ruidos

como una selva virgen ...

 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ (Drapeu négre. Trad. Aldo Pellegrini)

 

 

 

 

 

 

 

 

A la muy lejana

 

A la muy lejana

una confidencia

 

A la muy próxima

un beso

 

A la tierra

un viaje a espaldas de las rutas

 

Al cielo

una oración a espaldas de las palabras

 

A mis amigos

algún juguete que haga creer en la felicidad

 

A los que no conozco

la felicidad para que hagan con ella un juguete

 

A los misterios

algunas flores

 

A la naturaleza

un monstruo para vigilarla

 

A los que se han engañado

el medio de tener éxito sin que lo parezca

 

A los que no me creen​​ 

la locura por la música

 

A los que no han conocido el amor

el modo de volverse gigantes

 

A los que lo han conocido

el modo de volverse infinitamente pequeños

 

A los que reciben la visita de la luna

sábanas inmaculadas para la muda de las nubes

 

A los que carecen de vicios

el medio de tener miedo de sí mismos

 

(La Guerre de 34 ans, Trad. Aldo Pellegrini)

 

 

 

 

 

 

 

 

Los sentidos

 

El brazo nebuloso de la naturaleza amontona los olores de la tarde en la carroza extinguida del crepúsculo.

 

Fatiga de la tempestad enganchada que relincha a las estrellas.

 

Marino de las nieves y de los trigos, el silencio, y el pájaro cuya jaula será de mimbre y el mimbre de ondas y de colores.

 

Pintura musical.

 

Vía azul de las voces lejanas, todos los caminos de la noche salen a unir los mundos.

 

Todos los caminos no son de este mundo, pero se asemejan entre ellos como lo invisible y lo visible y las divinidades estelares.

 

Más allá de los espejos.

 

Desenlace del porvenir entrevisto por el ojo de una cerradura. Vejez ínfima o infinita, suenas medianoche.

 

La carpa destinada al sortilegio de las aguas habla de oro ahora que el céfiro de las hadas es el lenguaje de las flores y que la historia del cielo revive en la novela que la lluvia escribe sobre la tierra.

 

Tristeza irreversible, todos los sentimientos, todos los matices del corazón, pasan por los brazos de la naturaleza.

 

Todas las maldiciones, todas las declamaciones del corazón, pasan por el cerebro de la naturaleza. Y todo se pierde como el anillo de las bodas eternas con la esperanza.

 

 

(Drapeau négre, Trad. César Moro)

 

 

 

 

 

 

 

 

Le Foramen

 

Esperanza de esperanza

Estoy esperando un hermoso fin del mundo.

Un país de hadas de agua y fuego.

Hacia atrás desde la creación;

 

Así lo veré realizado en el corazón de la naturaleza.

El fenómeno que a menudo se produce en la mente.

Cuando me atormenta el insomnio;

 

En la encrucijada de las cuatro verdades

Conocí otro yo lleno de verdor

Bajo las ramas que crece el tiempo en nuestro tronco

Yo por fundar amenazado con mi próximo (...)

 

 

(12 poèmes. Fragmento, Trad. Julián Axat)

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