Dossier de poetas peruanos de los ochenta y noventa

Presentamos el siguiente dossier de poetas peruanos. La muestra incluye a los poetas: Tilsa Otta (Lima, 1982), Denisse Vega Farfán (Trujillo, 1986), Myra Jara (Lima, 1987), Jorge Alejandro Vargas Prado (Cusco, 1987), Kevin Castro(Lima, 1993), Josué R. Hipolo (Lima,1995), Roberto Valdivia (Lima, 1995), Jorge Rengifo (Lima, 1995) J. Estiven Medina Ortiz (1995) y, Valeria Román Marroquín (Arequipa, 1999).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tilsa Otta (Lima, 1982)

 

Ha publicado los poemarios “Mi niña veneno en el jardín de las baladas del recuerdo” (2004),“Indivisible” (2007), “Antimateria” (2014, Ediciones Neutrinos, Argentina; 2015, Editorial Pesopluma, Lima) y el libro de cuentos “Un ejemplar extraño” (Solar, 2012).Forma parte de antologías, entre las que destacan 1.000 millones. Poesía en lengua española del siglo XXI (Argentina, 2014), 4M3R1C4 2.0 (México, 2012), “Me gustas tú. Adolescentes en la poesía peruana” (Perú, 2011), “Voces para Lilith” (Perú, 2011) y “Chicha. La nueva poesía peruana” (Argentina, 2005).

También se dedica al cine y el video y colabora con diversos medios escritos.

 

 

 

 

 

 

El primer día de sol descubre mi piel

Luz irracional

Repite los días como un mantra

El amor es puro si permanece salvaje

Como el primer día de sol

Cuando veo tu cuerpo

Mi primer instinto es tocarlo

Sin importar lo demás luz

Irracional el primer instinto

 

 

 

 

Animal definitivo

 

Oculta tu guante perro lobo

El pueblo te alcanza y las noches son heavys

Susurra distancia en un viento al oído

Encarna sustancia de dios en colmillos

Sal

Deforma la cola del banco

Reeduca a la institutriz

Diseña el castillo lobo perro

No empines el codo

Cierra el hocico estirando la pata

Trasciende la búsqueda anal y salva el día

Concluye el desorden gitano

Compuesto de planos con bobos

Decora el castillo

Aspirando al eco

 

Perro

Perro

Perro

Tú eres Perro

Lobo      Lobo

Nacionalízate Lobo

Recuerda tu origen y escupe la fruta

Escribe tu risa en la piel de la oveja

Roba, caza, aniquila

Copula con perras

Copula con lobas

Mata Mata

Ponte en cuatro

Este es tu himno perro lobo

De canto obligado en liceos salvajes

En tardes peludas que a tientas entrañas

Lobo, Perro

Diablo Pobre

Animal definitivo

 

 

 

*

 

 

Creo que disparar un arma dejaría algo conmovido dentro de mí. Disparar al aire sería un crimen contra todo. El aire, un elemento tan preciado, tan precioso. Me parece hermoso el aire. Y dispararle a una persona ni se discuta. Los ojos cerrándose para siempre o abiertos de par en par. Todas las canciones que ponen son para bailar. Pienso que creer en la sangre dejaría algo conmovido dentro de mí. Huir por las alcantarillas también, y  descargar cajas de cartón en un servicio de mudanzas. Bailar ni se discuta. No me refiero a las flores. No me interesa ese tipo de morbo. La fotosíntesis. Reflexión interna total de una materia inorgánica.

 

 

 

 

Cuando vuelas no puedes detenerte a pensar

 

Menos plástico en las botellas

Más fáciles de aplastar cuando te llenas de ira

En esos momentos puedes reciclarlo todo con tus propias manos

Suerte del mundo que puede contar contigo

Los anillos de Saturno le hacen a tus dedos

Eres todo poderoso cuando dices la verdad

Lxsdiosxs usan altavoces

Porque algunos se resisten a escuchar

Se beben el agua y ya no tienen por donde caminar

La cuarta dimensión del deseo

Reproduce el viento en tus gestos

Esta noche se estrella contra los autos

Los camiones de basura salen del cielo

Te digo que eres un rey porque tengo sentimientos encontrados en ti

Porque hay abismos iluminados en la promesa de verte

Partes de mí hasta que regresas

Almas en pena los días que nos separan

Pronto podrán descansar en paz y desvanecerse

El porvenir será un jardín de niños de flores de piedras

Las partículas de piel que cada día se desprenden del amor

Y en señales de humo ascienden

Ascienden

Poemas de amor

Posturas sexuales de los dioses

Coreografías que aprenden los planetas

 

 

 

 

 

 

Denisse Vega Farfán (Trujillo, Perú, 1986)

 

Autora de los poemarios Una morada tras los reinos (CCE &Lustraeditores, 2008)y El primer asombro (Animal de Invierno & Paracaídas Editores, 2014), así como de la plaquetteHippocampus (La Propia Cartonera, Uruguay, 2010). Ha publicado en otras lenguas Una demeureaprès les règnes (Paracaídas Editores, 2013). Poemas suyos han sido traducidos al inglés, francés, chino, italiano y alemán.

 

 

 

 

 

 

Poema

 

A lo mejor hay una línea que sobrevuela la muerte y respira en el poema.

De pie ante un destino que muge, los trémulos ojos de extranjero

detenidos en el recibidor.  La espiral de insignias y sellos

que nada dicen de nuestro nombre apenas entrevisto.

Cuando de pronto, sin consultarnos, se nos echa de la vida

con la casa a medio hacer

o la pavesa de lo nunca sido entre los dedos.

Soñando con sujetar lo que veloz y fugazmente bate

en la opacidad del verano

nos confiamos al metal que cede en la hoja,

ligamento de una otredad que libremente gesticula,

agua llevándonos río abajo a una inviolada memoria.

Negados astros resbalan de nuestro índice

-poder incierto de las gloriosas aguas,

satélite ebrio de días siempre inaugurales–

y es nuevamente pura la confusión de los ojos.

 

 

 

 

 

El oído del poema

 

Mírate en el poema hasta ser solo ruido,

ese mito que sostiene el armazón

que te transporta cada día y te niega.

Aparecerá entonces la música

de la gota a la cascada,

las siluetas que dibujan tu olvidado rostro.

Mira bien a ese nuevo y familiar que te saluda

y del que, sin saberlo, huiste desde el nacimiento.

Largamente convérsale hasta volver a ser uno.

Luego olvídalo, sin culpa.  En el reluciente vacío

sé la masa plural de otros rostros, la cámara que registra

el secreto murmullo que hace caminar la tierra.

Ya no el ruido, el oído del poema.

 

 

 

 

Enclave

 

El poema está listo.

Eleva casas, puentes, barcas hundidas,

aves de diversa estación migratoria, vidas

que hacia todos lados se desplazan.

Hace realidad lo que no se toca

y simple fábula lo palpado todos los días.

El poema está listo.  Yo estoy en otra parte.

El que estuvo escribiéndolo al pie del aserradero,

ha desaparecido.

Desde el vidrio del poema

veo su último retrato, enjambre en vilo.

El poema está aquí, tiene forma humana, animal,

de mesa, calle, estrella.  Ocupa mi espacio,

que ya no es propio.  Respira por mí, habla por mí,

en una olvidada lengua por nuestro cansancio.

El poema está listo.  Le es entendible

el trémolo final de la tierra.

Roer no es necesario.

 

 

De “El primer asombro” (Animal de Invierno & Paracaídas Editores, 2014)

 

 

 

 

 

 

 

Myra Jara (Lima, 1987)

 

Vive en Roma. Posee una cultura variada, no exclusivamente literaria: cine, música, poesía, danza. Ha estudiado Humanidades en Perú, Alemania e Italia, y talleres de Danza contemporánea en Nueva York y Alemania.  Ha sido parte del Staff del Festival Internacional de Poesía de Lima en 2012 y 2013. Ha publicado, en traducción Italiana, algunas poesías en la revista literaria en web “Le parole e le cose”. La suya es una poesía moderna, contemporánea, legada a la realidad y contemporáneamente al profundo de sí. Su lenguaje es directo, imaginativo, visionario. Es, a mi parecer, uno de los poetas del futuro.

 

 

 

 

 

 

MI BOCA de la enfermedad no es grotesca

la rodea un pudor infantil, vanidad, aburrimiento

mientras él me dejaba

me lavaba la boca

ahora tiene una mujer ligeramente sensual

―sensualidad constructiva

y esa mujer tiene adultez

y también creación

 

 

 

 

ME INTERESAN las imágenes que a mí llegan y de mí parten

y todo lo que gira en torno a mí

tiene la luz de mis ojos

todo lo que me conmueve

tiene impregnada la luz de mí.

el movimiento es blanco

la destrucción es blanca

 

 

HAY UN VIAJE en un tren de los italianos que te aleja de Europa

El tren termina el recorrido en Ucrania, en un túnel

Las cabezas que descienden en el túnel Ucraniano se mueven lentamente en el andén

Algunas cabezas se mueven hacia las escaleras

Las cabezas pequeñas de los niños se mueven, también hay cabezas pequeñas de perros y de cisnes

Otras cabezas esperan en el andén por otro tren

A estas cabezas quietas se les posan moscas negras e insectos

Quienes se embarquen, atravesarán la Siberia. Llegarán a Mongolia,

Partirán después a pequeños lugares en el Asia.

 

El tren a Mongolia lo toman 10 o 15 personas

No suben todos los animales, hay quienes han tenido que abandonar a sus perros y sus gallinas

 

La compañía no los quiere a todos

Acepta a veces a mujeres sin sus hijos

A hombres sin sus mujeres

 

Pocos entran en el tren, consigo llevan poco

 

Yo entro al tren cada mes, me llaman para que lo limpie

Boto las cáscaras de los huevos, la cerveza, los condones

Cuando termino de limpiar, respiro profundo

Escupo y

Me siento

 

Me llaman Señora los que vienen a darme el pago

Pero yo soy una mujer joven

He escogido el trabajo del tren para estar con las vacas

Despreciar

La cantidad obscena de hambre.

 

No desprecio

El hambre, la sed de la gente subida con una idea de aislamiento. Aquella que hará sutiles actos contra sí misma, en el Asia.

Así crece, eso es avejentar el mundo.

 

Limpio Mongolia

Voy fumando con una escoba por sus calles bárbaras

Sus habitantes son todos como frías abejas

Pero las mujeres son mejor como larvas, hinchadas, salvajes y costureras

 

Limpio Mongolia y voy viajando

Cuando llego tengo sexo

Consigo hombres en el bar

Se van, antes me lavan el cuello.

 

En el tren, me lavan el cuello los obreros

Les voy contando cómo es mi hambre

El placer de la miseria ante el hambre.

Es necesario hacer miseria

Y les recuerdo mientras nos bañamos juntos, todos desnudos:

Falta mucho para envejecer.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jorge Alejandro Vargas Prado (Cusco – Perú, 1987)

 

Estudió Literatura y Lingüística en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Fue editor desde los 17 años junto al Grupo Editorial Dragostea. Ha publicado Cuentos (Grupo editorial Dragostea, 2006), Para detener el tiempo (Grupo editorial Dragostea, 2008), Kunan Pop (Cascahuesos, 2010) y T’ikray (Grupo editorial Dragostea, 2013). Como traductor y antologador destacan Vello húmedo – Recopilación de literatura erótica masculina (Grupo editorial Dragostea, 2007), Otoño y otros poemas de la rumana Ana Blandiana (Grupo editorial Dragostea, 2008) y Qosqoqhechwasimipiakllasqarimaykuna (junto a Luis Nieto Degregori y César Itier, Centro Guaman Poma de Ayala, 2012). Su trabajo ha sido reconocido con publicaciones en revistas virtuales y de papel en el Perú y en el extranjero, así como con premios en poesía, cuento y videopoesía. Actualmente se dedica al fortalecimiento y difusión de los idiomas andinos y amazónicos del Perú y a la música con la banda Chintatá y su proyecto de arte sonoro en solitario Ishishcha.

 

 

 

 

 

III

 

De nuestros ojos se derraman luciérnagas azules.

Cuando de nuestros ojos se derraman luciérnagas azules llevamos en nuestros pies firmes la potencia ultraterrestre de los jóvenes bailes andinos.

De nuestros ojos se derrama también polvo de estrellas y de nuestro corazón nace una montaña llena de nieve.

Algunos de nosotros se han decidido por los iPods de 160 Gb.

Las canciones islandesas que algunos de nosotros escuchamos en iPods de 160 Gb provocan auroras boreales entre nuestras costillas que son las costillas del ganado gigante que va a morir industrialmente, nuestras costillas son las costillas de las millones de vacas que son trituradas por colosales máquinas oscuras.

Nuestros iPods de 160 Gb entonces nos sirven para presentir la gran crisis que destruirá pronto a las mega-ciudades y que verá surgir los colores más potentes como una explosión.

En nuestros iPods llevamos la nostalgia de al menos 50 países que presienten también este quiebre supremo.

Escuchando nuestros iPods entendemos que Islandia podrá sobrevivir a la gran crisis mundial, así como el Perú. O al menos podrán sobrevivir algunas personas que viven en Islandia y en Perú. Sin embargo, sobre el resto del mundo aún no sabemos.

La gran crisis mundial será el florecimiento absoluto de los idiomas y no habrá más un idioma común o un idioma más fuerte o un idioma más hermoso. Cuando eso ocurra, no será más necesario llevar la nostalgia del mundo en 160 Gb.

Así el internet será inservible como ahora es inservible el excremento humano en el agua.

Así los libros serán inservibles y nuestra memoria será la misma memoria del cielo.

Y este poema no servirá en absoluto.

Entendámoslo nosotros: la crítica literaria no salvará al mundo ni el mundo será salvado por la academia.

Este poema no servirá en absoluto luego de la gran crisis porque existirán formas más hermosas de conversar con las estrellas y los microbios y el infinito que existe en uno de los vellos de nuestros anos o en uno de los vellos entre nuestras piernas.

Este poema y la nostalgia infinita de las grandes ciudades contenida en nuestros iPods sirven ahora, en este momento y, sobre todo, en Perú e Islandia.

En este poema se esconde el llamado de la montaña. Y el amor absoluto por la vida que luego se olvidará y que, nuevamente, tendrá que resurgir.

Porque nuestra venganza tiene que ser el amor infinito por la vida y, sobre todo, por la tierra que es la vida. Nuestra venganza será hermosa e iridiscente. Nuestra venganza será, en último momento, ver la destrucción de las grandes ciudades y la muerte por inanición de los más ricos porque nunca podrán comerse sus billetes ni calmar su sed con sus monedas. Y aunque intentemos ayudar a los más ricos de las ciudades más grandes, ellos nos mirarán con desprecio y sólo al final, sólo en el  instante eterno antes de la muerte entenderán su error.

No nos regocijamos con la destrucción de las mega-ciudades ni con la muerte de los más ricos del mundo.

No nos regocijaremos con la destrucción de las mega-ciudades ni con la muerte de los más ricos del mundo.

Nosotros, simplemente, hemos asumido la verdad en tránsito que significa la supervivencia.

Levantamos nuestros ojos al cielo y repetimos con la potencia del huracán causado por el lamento de los que no han olvidado el idioma de las montañas y que se han muerto de hambre, frío y tristeza. Repetimos, aunque muchos de nosotros también hayamos olvidado el idioma de las montañas: QUEREMOS QUE EL HUMANO SOBREVIVA.

Nuestros abuelos y abuelas hablaban el idioma de las montañas y murieron de hambre, frío y tristeza.

Hay que prepararse desde el fondo más profundo del corazón. Nuestro bando es diverso, como el iridio, como el arco-iris porque brilla con todos los colores. Podemos presentirnos todos, podemos presentirnos siempre.

¡Es hora de bailar con alegría!

¡Porque no sólo en las auroras boreales nos reflejamos!

En nuestros iPods no sólo está la nostalgia de más de 50 países. En nuestros iPods también bailan desnudos algunos de nuestros amigos. Y nos gusta olerlos porque huelen como huele el mundo. Y nos gusta pasar nuestras lenguas por sus penes, que son los pene que más nos gustan en el mundo. Y cuando ellos se echan, mostrándonos las curvas de sus espaldas, vemos el rostro de dios sonriendo.

No queremos que nuestros amigos nos recojan siempre del trabajo. No queremos que nuestros amigos recuerden siempre nuestros cumpleaños ni nuestros colores favoritos. No queremos que nuestro mejor amigo nos mande mensajes de texto cada noche ni nos expliquen dónde está. Nosotros sólo queremos abrazar a nuestros amigos y estrujar sus nalgas y tocar sus anos y oler nuestros dedos y hacer que nuestra nariz oscile entre el vello que tienen en las axilas.

Queremos que nuestros amigos iridescan y sobrevivan.

Queremos que nuestro amigo nos enseñe a reconocer el cielo a través del telescopio del planetario de nuestra ciudad o con la ayuda de una aplicación de un nuevo iPad.

Un muchacho observó el corazón de sus amigos a través de aquella aplicación y descubrió qué constelaciones se derramaban, en ese instante, sobre sus pechos.

Entonces, entendió un poco la verdad en tránsito que nos impulsa a luchar y que tiene los colores del iridio o del arco-iris.

Un día no habrá electricidad y no necesitaremos saber, en absoluto, qué ocurre al otro lado del mundo.

Un día no existirá la escritura y los idiomas se diversificarán tanto que casi nadie se entenderá entre sí.

Así el mundo respirará más tranquilo.

Ese día, ni nuestros iPods, ni aquel iPad y ni este poema, servirán, pero, escúchennos bien, habrán servido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Kevin Castro (Lima, 1993)

 

Escribió Los tiempos jurásicos (C.A.C.A. Editores, Lima, 2013; 89plus y LUMA Foundation, Zurich, 2014) y Norcorea (inétido). Es editor de la revista Mutantres y de C.A.C.A. Editores.

 

 

 

 

 

Huayno

 

 

Si me he de morir

ay menuda cholita

que sea en febrero

cuando llueva

cuando bailen

Carlos Rojas

 

 

yendo al sur de Lima

he soñado contigo escribiendo una carta

una larguísima carta en la cuál me dices que tengo los ojos como el fondo de una lata de Red Bull, y tomas un tren que se va por un subterráneo que no es real hacia un lugar que tampoco lo es

sin embargo estoy soñando y al leer tu carta siento miedo y lloro dentro de una caja de TV en una esquina de mi cuarto

qué tristes son las despedidas cuando te vas en tren y yo me quedo dentro de mi caja de TV

elsoundtrack de mi sueño es Kimya Dawson

entonces mi cuarto es un lugar horrible que se convierte poco a poco en un campo con animales como carneros que comen hierba

ninguno de esos animales eres tú

y ninguno de esos animales soy yo

pero bien podríamos serlo y coger con ternura junto a los eucaliptos y las retamas,

haciéndolos temblar,

cholita

 

 

A pesar de los intentos desesperados de la ciencia nadie puede ser un personaje sci-fi

 

te he visto

sobre un edificio rosa pastel

arrojando cosas que se quedan suspendidas a centímetros del suelo

tú no me has visto

eres también algo que me gustaría arrojar desde un edificio verde

mirar

cómo tu cuerpo se estrella contra el pavimento

bajar las escaleras

y curar tus heridas

jurarte que no

que no ha sido mi intención que esto tenga que dolerte tanto

te he visto sobre el siglo xxi arrojando cosas que se quedan suspendidas

a centímetros de algo que no sé qué es

pero que nace de la rabia seguramente

como todo

y todo es como decir: ‘gracias’

pero diciendo: ‘triste’

sin saber por qué realmente

debajo de todas las cosas del mundo

no sé cómo hacer para que estos lentes nuevos disparen rayos láser en lugar de bloquear rayos ultravioleta

 

 

 

 

 

Josué R. Hipolo (Lima, 1995)

 

Es estudiante de Filosofía de la Universidad nacional mayor de San Marcos, vinculándose a la docencia. Es editor y miembro del colectivo/revista Poesía Sub 25 (poesía joven), junto a otros amigos poetas. Hasta el momento ha colaborado con poemas libres en el segundo número de esta misma revista y otras colaboraciones a diferentes webs de poesía. Está convencido de la gran influencia que ejerce el poeta Enrique Verástegui en la nueva poesía que surge de manos jóvenes. Actualmente trabaja en un poemario que espera editarse pronto.

 

 

 

 

 

Andrómeda

 

Te vi llorando frente a la tumba donde yacía muerta tu risa. Te vi llorando mientras el espíritu santo bajaba del cielo y se posaba en tu hombro derecho con ojos de lástima y soltaba una lágrima y tú sonreíste porque creías que las palomas jamás llorarían.

Creías que los arcoíris estaban hechos de azúcar y gelatina, creías que la verdad era la mentira más grande inventada por el hombre y llorabas

mientras la lluvia caía, nieve caía, granizo caía, estrellas caían, asteroides caían… jamás te diste cuenta que vivías en un punto especial del universo, a un millón de años luz de un hoyo negro a una distancia perpendicular de Andrómeda a tres centímetros de la palma de mi mano izquierda.

Recuerdo que subiste a lo más alto de mi hombro y con voz chillona gritaste mi nombre, voltee la mirada pero el espíritu santo ya te había llevado.

Regresaste a tu millón de años luz frente al hoyo negro. Sonreíste, alzaste la mirada y encontraste que las estrellas tenían las formas de tus lágrimas y comenzaste a llorar estrellas.

Fue ahí cuando un movimiento telúrico de 4, 6o en la escala de Richter remeció el epicentro de tu rostro dando un gesto de alegría y confusión por las visiones que tenías cada noche acerca del futuro de la humanidad.

Me viste parado en la falangeta de mi dedo meñique pensando en qué pasaría si me aventara de mi propia mano.

 

  1. a) Esto causaría una paradoja.
  2. b) Estaría soñando.

 

Decidimos que sea la tercera opción aunque esta no exista.

Porque ya nada existe

 

Ni tu sonrisa

Ni tu llanto de estrellas

Ni mi mano izquierda

Ni mi falangeta

Ni mi dedo meñique

Ni el espíritu santo

Ni mis palabras

 

Ni nada que tenga que ver con la nada o la idea de tu mundo perfecto, de tu nación, de tu patria o como quieras llamarle. Todo está a la orilla de un desbalance universal.

 

Ahora vuelves a tu gacha postura, a tus lágrimas; te diste cuenta que tu mundo era un anaquel de madera donde compartías espacio con libros de poesía apolillados. Darío, Lorca, Ginsberg, Neruda, Nervo, Vallejo, Bukowski, Rimbaud, ahora son tus mejores amigos y descubriste que estos se leen por las noches en una especie de ritual recitándose el uno al otro.

 

Cuando abriste los ojos te encontrabas de pie, ya no a centímetros de mi mano izquierda, ni siquiera llorando. El desbalance universal había sido una de tus tantas alucinaciones de noche producidas por tu exceso de pastillas. Dijiste: el planeta es de color azul, mis pastillas son azules, me trago al mundo, entro en él, ahora estoy con vida.

 

 

 

Teoría de la vida diaria (fragmento)

 

El mundo es destruido, a cada impresión que recibimos, desfallecemos a mitad de la calle y nuestros brazos se apoyan sobre hombros cansados de una carga inexistente. Vemos al nuevo punto creado desde lejos y la marca mística se extiende  a su alrededor mientras cae una lágrima. Sabemos, pensamos y no llegamos a entender nuestro destino. Paseamos rozándonos las manos y sintiendo hasta el mundo que llevamos dentro del otro, perdemos los caminos, me dirijo hacia tus pasos sobre cielo con mis hombros adoloridos, no soy una persona completa, me doy cuenta. Machu-picchu está a la vuelta de la esquina y yo me encuentro apretantando los pasos en dirección  contraria, buscando 5 razones con las cuales pueda ver tu sonrisa a solo un paso y 5 más para saber lo que estoy haciendo.

 

(Diagrama no 5: primer plano de direcciones)

 

 

 

Perú_001

 

 

Inicio de direcciones

Derecha = pasos hacia tu encuentro

Izquierda = pasos hacia tu encuentro

Direcciones alternas = búsqueda de nuevas rutas

Nótese punto de encuentro*

 

 

Existe una senda donde moran los caídos en guerra, llamada “senda de los caídos” y construiremos una carretera hacia el sur de Vietnam. Tendremos los ojos abiertos admirando las formas de las piedras. Mediremos centímetro a centímetro la distancia de tus pasos con los míos, calcularemos juntos el tiempo y mediré la fuerza del viento en tus cabellos. Sonreiremos con la cara al sol y pedirás tomar mi mano para saber que estoy presente. No importará la coherencia de las cosas, ni tu escaza paciencia de la espera. Alimentaremos el polvo y bañaremos a las rocas con tu perfume. Construiremos la carretera y vendrás a mí cada tarde. No dormiremos tras las ventanas frías de tu cuarto ni haré preguntas sobre la vida y los sueños. Prometo perdernos en el estallar de estrellas azules y no intentaré perder tu aguda mirada imaginando que muero al cruzar la calle.

 

(Diagrama n0 6  puntos cercanos-mitad del camino)

 

 

Perú_02

 

 

Cercanía de los puntos A-B

La facilidad de los pasos

a través del camino.

Corta distancia hacia tu encuentro* 

 

 

 

 

 

 

 

 

Roberto Valdivia (Lima, 1995)

 

Es estudiante de Lingüística de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es miembro editor de la revista de poesía joven, Poesía sub 25. Ha publicado su primer poemario [MP3] (Editorial Gigante, Argentina). En la actualidad prepara un nuevo poemario que consta de siete partes.

 

 

 

Apuesto a que luces bien en la pista de baile

 

Me asustas. Despertaste con una mecha a medio incendiar entre los dientes. Escuchamos esa quinta canción del whateverpeoplethink i am y el humo de nuestras entrañas formaba círculos al tocar el aire. Una de las veinte personas en la fiesta se autoproclamó una reencarnación de un antiguo dios hindú. Un plato de cartón es una corona solar.1980. Tienes un vientre de sintetizador. Te puedo ver atravesando las veredas. Es de noche y llueve. Recuerdo cuando te partieron el labio de un puñetazo y caíste en un charco. Te levantaste rápido más que nada por el susto de convertirte en el objeto de las burlas. Julian canta StrawberryFields metiéndose el micrófono hasta la garganta. Somos felices. El peor de todos se ha levantado encima de una mesa y ha rociado con licor a todos los asistentes. Sus cabellos rizados /parece un león/ me dijiste mientras lo señalabas. Puedo sentir la piel de tus palmas delgada como papel, una fruta pelándose derretida por el calor de este lugar. Tengo ojos de ántrax. Te evaporas como sal. Te he visto atravesar las veredas por la madrugada. Enroscarte junto a un poste esperando mi llamada. Esperando tu llamada. En la casa de Kurt una señora vendía mazamorras en la esquina hacía guardia hasta la madrugada. Prometiste que de ahora en adelante nadie te reventaría los labios de un puñetazo. Kurt se suicidó la semana pasada. En la mano izquierda tenía un dibujo en grafito de una vaca incendiándose. Me asustas. Tengo frío. Estoy helado. En la solapa de tu casaca siempre llevas un libro de Nietzche. Cuando Pete vomita encima de su teclado tú me dices que no puedes creer en un dios que no sepa bailar. 1980. Voces revotando en una pared sin tarrajear. Algún día reventaremos la panza de todos los burgueses de este país gritaste. La barba de Marx en una toalla de baño. Tienes unos brazos delgados como dos cuerdas de guitarra te digo. Torso. Boquitas pintadas. Señal. Ula-ula. El que se autoproclamó un dios hindú se ha marchado. SydBarrett. Te amo. Un grito de gol sin razón alguna. Madrugada. 15 grados. Sangre. Caverna. Ceguera. Sueño. Niebla. Histeria. Alegría. Danza. Danza. Danza.

 

 

(De [MP3].)

 

 

 

Perú_3

 

 

Canción de KurtCobain

Necesito estar un poco anestesiado para recuperar el entusiasmo que tenía cuando era un niño

Ahora reconozco que no es suficiente

Contar trofeos y engañarme repitiendo

No soy un insecto/no soy un desastre

Es hermoso nunca estar satisfecho

Y alcanzar la felicidad es dar círculos y círculos persiguiendo mi cola que nunca alcanzo

Sin embargo, ahora reconozco que no es suficiente

Sereno en la brasa

Lúcido entre las ávidas llamas

Efectúo mi poderosa danza

Porque es mejor incendiarse

a desaparecer

De pronto

 

 

 

 

 

 

 

Jorge Rengifo (Lima, 1995)

 

Estudia Filosofía en la Universidad Mayor de San Marcos. Forma parte del consejo editorial de la revista Poesía sub25. Ha hecho colaboraciones en revistas de poesía como Mutantres y Niño sobredosis de Perú. Aparece en la antología poética 90 revoluciones.

 

 

 

 

HUK. Tengo 20 años y las mismas curiosidades de cuando tenía 10. Tengo 20 años y la inocencia misma de los 10. Mi corazón es atravesado por una lengua eléctrica que baja del cielo y me lame. Mi corazón es un laberinto y dentro de él hay una catarata y dentro de la catarata hay una niña que mira la luna como una parvada de pájaros azules. ¡Oh vida!. Yo sé que eh debido disponerme como un monje a tus pies. Yo sé que eh debido preparar mi cuerpo para ser devorado por los buitres. Yo sé que eh debido besar tu boca/mirar tus ojos / tocar tus manos. Ahora noviembre se abre humildemente entre verdores y tu piel ha adquirido un tono psicodélico (que solo es posible ver cuando uno se enamora). Pues perfecto. Estoy enamorado de ti. Te amo y te amo un trillón de veces más. Y podría ver en tus ojos las visiones más extrañas. El vuelo de mil aves  no es más hermoso que nosotros cuando vamos corriendo de la mano por el bosque cubierto de estrellas. Por ti crecí soñando que los poemas tenían pulso. Por ti crecí soñando que los pajaritos nacían del mar y que su corazón era tan inmenso como la noche misma que ahora tenemos al frente. Princesa de arena clara. Ahora que la noche se ha parado como una estatua de carne ante nosotros. Ahora que somos diminutos submarinos bajo el agua y los lobos (marinos también) desfilan dando la vuelta a nuestros cuerpos. Viajaremos hasta el sumidero de los días. Allá donde los montes son más verdes y más altos. Nuestras células se expandirán por todo el hemisferio y me dirás el código secreto con el que nos reencontraremos vida tras vida. Yo recordare tu sonrisa tecnicolor. Tú recordaras el sonido de mis pasos acercándose a lo lejos. Y a la medianoche nos volveremos fuego/constelaciones andantes. Nos reiremos de aquello que llaman tiempo. Deshojaremos sus pétalos. Armaremos un velero y surcaremos la naturaleza etérea. Conoceremos todos los signos que habitan en el éter y el aliento destructivo de la antorcha pura del sol. Conoceremos la arquitectura errante de la luna y el cielo de escamas circundantes de donde nació. Encenderemos fogatas altísimas entre los robles salvajes y los racimos de mango. Las papayas grandes y jugosas serán manantiales en verano. Aprenderemos a pararnos de puntitas para escuchar lo que dicen las estrellas. Aprenderemos a sacar nuestro amor como una bufanda para estos días de invierno. ¡Oh Pan diario de la muerte!.Flor de helio que te elevas sobre los campos de alfileres.  Ahora que amanece  en todo el meridiano de Greenwich y las gaviotas han comenzado su canto sideral. Viajaremos heridos de ternura. Mi vida. Te lo prometo. Ya somos dos cantándole a un cielo gris. Soñando larga y locamente.

En la orilla frente al mar.

En la orilla frente al mar.

 

 

 

Canción para Ariadna

Mi vida abre sus puertas como un circo de animales en cautiverio. Mi vida abre sus pétalos como una bombarda apocalíptica. Mi vida abre sus alas como una granada al borde del tiempo. Se desnuda frente al mar para que este cuerpo pase a decir. A escribir. Ariadna. La canción para ti. Y no vi tu rostro angustiarse por las calles de esta ciudad. Ni encontré tus huellas rodando sobre una obra de arte contemporáneo. Y no vi tus labios pronunciar como una sonaja el universo en llamas. Y nunca pensé quedarme aquí 20 años. Ni tomar tu mano en las horas más oscuras. Ni cruzar los campos para conocer tu casa. Ni ir a repartirme como obsequio 170 km al sur-este de la ciudad una noche de noviembre entre desconocidos de velas apagadas con saliva de personas ancladas al silencio que nunca te invitaron a un baile. Que nunca mataron por tu cuerpo. Ni reflejaron sus sueños en tu sonrisa. En tus ojos. En tus ojos. Ariadna. En tus ojos. Todo esto es para esas lágrimas desvergonzadas que gritan tu nombre a media noche como un océano de golondrinas. Mi pequeña. Las galaxias se amueblan en tu sonrisa. El equinoccio de los sueños amarrado a tu cuerpo desnudo. La luz de los dioses fermentada en un envase de carne. Mi vida se abre lentamente en dos como un arroyo y te escribo desde una noche estrellada. Te escribo con estas manos que nunca tocaron tus cabellos encerrados en los castillos. Te escribo como un lobo que escupe sus plumas desde un rascacielos. Te escribo como tu muerte proyectada en mí y mi muerte proyectada en la noche. Y la noche proyectada en el canto de la lluvia ácida. Yo nunca eh visto a mi generación arder en llanto lejos del cuerpo. Mi pequeña Ariadna.  Imagino nuestro primer beso como un niño que pintarrajea con crayolas las paredes de su cuarto. Imagino el amor de dos colibríes y las irresistibles ganas de hurgarse el pecho. Imagino a mis manos sosteniendo las tuyas conscientes de que sostienen algo más que un truco de magia. Imagino mi vida como una gota de tinta sobre una hoja que nunca debió ser esta. Imagino al tiempo transformándose en cuerpos de barro/ de agua/ de fuego/  de viento. Yo nunca eh visto a mi generación florecer sobre el vómito de las luces. Ariadna. Voy caminando perdidamente atado al desierto infinito. Voy caminando sobre una calle cubierta de sangre. Dices que la literatura es un asunto de vida/muerte. Un pecho desnudo como un campo de girasoles. Mi pequeña. Yo te creo. Porque mi pecho. Me ahoga. Me levanta. Me  exige a gritos demoler la ciudad. Esta ciudad que se rehúsa a ser arco iris. Que se rehúsa a recoger sus espejos. Yo nunca eh visto a mi generación salir desde el fondo como un tren de focos encendidos en la noche. Pero tu Ariadna. Sé que sueñas conmigo y por eso existo.

 

 

 

 

J. Estiven Medina Ortiz (1995)

 

Ha publicado textos en la “Antología de poesía Catástasis 2013″ (Ediciones OREM, Tercera edición), en Poesía Sub 25 (Perú), Literatura Mutantres (Perú), Kátharsis XXI (México) y en web’s dedicadas a la difusión de la poesía como Décima Avenida y El hablador. Ha escrito un libro de cuentos llamado “Apaguen el fuego”.

 

 

 

 

 

 

El dolor es un ángel del infierno

 

Lamento llamarme como tú

Tener tu sonrisa y tener que exponerla en momentos inapropiados

Lamento caer como las hojas y levantarme como el viento: lleno de polvo e incompleto.

Mis ojos son automóviles que se van por la carretera y que chocan más allá/ unos cuantos metros más allá.

A veces tengo la necesidad de hablar de mi cuerpo como un montón de gente congregada en una manifestación vacía que suplica un momento de tranquilidad.

Mis dedos son el cielo, roto, que se repite a sí mismo que la piel es la misma después de haber sido callada/

Espero estés bien después de verme triste

Que no te importe lo fea que se pone la ciudad

Y Que hace que te pierdas a pesar de no tener prisa y saber bien donde y cómo están las cosas

La música no es la misma cuando entra en mí

La gente no espera a que diga una palabra para luego reír

La gente espera en sus sitios como si fuera lo único que se puede hacer mientras yo,

/ yo no sé que hacer.

Quiero decir que en mi cabeza hay  alguien que soy yo y que se mueve como queriendo salir pero en realidad no hace más que buscar un buen lugar donde descansar.

Y así armarse de un cuerpo

Que pueda atravesar la solidez de los problemas

Quiero decir que en mi cabeza

Sólo hay una palabra que sale constantemente y no es la misma.

No esperaré a que el reloj adopte la forma de un hombre y me golpee

Puedo ir solo/ viendo sonreír a mis zapatos adormilados conversando entre sí, viendo al cielo y al dios que no está / y que dejó un vació

Necesito de una palabra que me escuche y que acaricie mi cabeza

No importa si finge cariño/ o respeto/ o algún mínimo gesto de consideración

No importa si la palabra me miente/ si me dice que a los costados

(A donde no puedo ver)

No hay nadie que pueda hacerme daño

No importa si esa palabra mienta

Siempre que tenga la fuerza de creerle

 

 

 

 

II

 

Voy al espejo a sonreírme

A reconocer todo lo que no he sido en un día

A maldecir no con el afán de hacerme daño

Sino de recomponerme por medio de la ternura que significa decir una serie de bobadas que en el fondo son ciertas y que en fondo hieren.

Quiero que mis ojos me nombren y me apunten con los dedos

Y me digan muchas cosas como para que logre recordar que hubieron días en donde el sol era duro y fuerte y aún vivía tras las sombras

Voy al espejo no a mirarme sino a preguntar qué hay al otro lado

A donde probablemente no voy a ir

A donde probablemente llegaré tarde.

 

 

 

III

 

La distancia que hay entre mis pasos y el último lugar donde he estado

Difieren de las posibilidades que he esperado alcanzar en un comienzo

No traigo equipaje

No porque no haya querido/ sino porque se me obligó

A fuerza de empujones

A Salir con nada más que mi cuerpo.

Difiero de las soluciones que propone mi cerebro motivado por el olor del viento

Y la sospecha del rumbo de las situaciones

Distingo cada color que golpea la pared de mis ojos

Atraigo los pensamientos moderadamente estables

Advierto a todo aquél que me distinga

Que se aparte

Que se nuble

Que se extinga como el brillo o

Que simplemente se vaya.

 

 

De “Unos poemas en la exposición”

 

 

 

 

 

Valeria Román Marroquín (Arequipa, 1999)

 

Estudia en un colegio de monjas francesas. Ha colaborado en distintas páginas web’s de poesía como Tenían veinte años y estaban locos y TRANSTIERROS. Pasa sus días trabajando en un poemario inédito que espera pronto se publique llamado Palo Rosa.

 

 

 

 

paintitblack (o los sucesos de 1983 y la época feliz en adelante)

 

¡VICTORIA O RETORNO!
A un desactivador de bombas de las Fuerzas Especiales

 

Corría el año 1983, mi padre tenía veintidós años

y una radio

Acerca tus huesos y dime

¿vienes hasta aquí para escuchar

sobre los cadáveres de cristal?

 

¿esperas verlos rodando por el rostro de los vivos?

Mi padre tenía veintidós años

y perdió la esperanza

vagando por los campamentos

La guerra había explotado

desde el yugo

Era un héroe quebrando su pecho

 

 

Corría el año 1983,

corrían cuerpos en llamas por las calles

Mi padre tenía veintidós años

y una bomba

Corriendo por las trincheras,

mi padre tenía todos los años contados,

y él era la bomba

 

Héroe de nada, conozco bien tus llagas

y sé que tiemblan

porque yo también las llevo

porque he probado la carne como herencia

Sé que tienes tu sombra empastada

en las botas

esperando por la parca,

subiendo de nuevo al catre para besar tu frente

con el estigma de los hombres buenos

en la punta de un garrote

 

 

Vine hasta aquí para escuchar las historias de los cadáveres

las historias del rostro del diablo

¿tiene también tus ojos? ¿tiene también los míos?

¿no fuiste acaso el rostro del diablo

para otras caras envergadas en los machetes

ahogados por esta mierda de tus manosen erupción?

 

Dime

¿a qué sabía la piel de las mujeres vencidas?

¿a qué sabían los gritos de las mujeres vencidas?

Gran héroe nacional

te corriste dentro de todas ellas

te corriste dentro de la tierra infértil

y por primera vez en la historia de este país

fundaste nuestra estirpe maldita,

única línea latente de lo que quedó esparciéndose

por la violencia aullando en tu canto

 

 

Conoces el sabor de la sangre,

las promesas perdidas

de volver victorioso con un fusil en el hombro

emborrachado con leche agria de la madre veneno

que amamanta todos los suburbios

creciendo desde las alcantarillas

todos los suburbios

creciendo desde tus manos

 

Corría sangre en 1983

pero el miedo fue devorado por estos perros,

y con sus brazos enterrase las raíces secas

tras el incendio que dejó el regreso

del salvador y mesías en el combate

cantandosolamente para sus espaldas

¡VICTORIA O RETORNO!¡VICTORIA O CAÍDA!

con la costra hundida en el alma

 

(inédito)

 

 

 

 

put me in a movie

 

crujo los dientes,

voy a masturbarme porque no quiero sentir mi tristeza

 

puedes preguntar qué es lo que más me calienta y te llevaré en un mágico viaje

por tres poemas

uno

en la noche

dos

en el espejo

 

pregúntame sobre mi actriz porno favorita y te mostraré

el vídeo

de mi primera comunión

el vídeo

de todos mis cumpleaños

 

voy a masturbarme porque tengo mucho miedo

pero

quédate

esto es justo como en las películas

 

cuando se acaban los veintisiete minutos y dieciséis segundos

de “polla para la zorra insaciable”

las lolitas

con el culo partido

ya no existen,

yo sí

estoy de pie

todas las cámaras apuntan a mi corazón

mientras carga otro vídeo,

y en mis ojos hay un océano que arde

y en mis ojos todo está tan claro

y en sus ojos ya no me veo

 

esto es justo como en las películas

 

pregúntame cuánto tiempo duro frente a mi teclado y te morderé los huesos:

hoy quiero contarte todas mis fantasías sexuales

hoy quiero que vean mi sexo como una constelación

a la orilla de esta tristeza

que seca mi espalda

quiero ser la observada y no el observador

la polla sin rostro

la ventana en incógnito

 

quiero borrar el historial y ser dios

porque si me peguntas,

lo que más me pone

lo que más me calienta

es esta culpa

inservible

tonta

que se arrastra

entre

mis

piernas

 

 

(de Palo Rosa)

 

 

 

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