Foja de poesía No. 086: Chrystian Zegarra

Chrystian Zegarra

Chrystian Zegarra (Trujillo, Perú, 1971) perteneció al grupo poético Inmanencia. Entre sus libros podemos mencionar: otro desierto (2004), Sacrificios (2007), Escena primordial y otros poemas (2007)—libro ganador del Premio Copé de Oro, XII Bienal de Poesía PetroPerú. Es doctor en Literatura Hispánica.

 

 

De El otro desierto, 2004.

 

Resurrección

 

Guardo entre mis objetos personales

los clavos que dejó en mi lecho

el resucitado

 

El madero crucifica la pared vacía

ante la vela oval

te asombras por las sandalias de cuero

por la  mochila de piel

por la osamenta de hombre o lagarto

y yo que no sé del misterio de la carne

sólo puedo mirar la reja abierta

los tres clavos de sangre clavados

en el horizonte de mis ojos de hierro

 

Antes de la cena escuchamos lejanas voces

ecos de ancianos que abandonaban su querencia

para irse a clamar el caos al desierto

(cuentan los niños desnudos de la plaza

que a las tres de la tarde

bajo un sol carnicero

una silueta humana desolló las aves de la iglesia

vistiéndose de cuerpo con despojos recogidos

en el cementerio animal)

 

Toda sacralidad es un acto de locura

 

Ahora yacemos en esta cama de estacas

esperando un cadáver que llega nunca

un cadáver que—según falsos testimonios—

escupe en la mudez de su boca divina

palabras de humo

en el corazón de sus muertos

 

 

 

 

3 Figuras en la base de una crucifixión

(imitación de bacon)

 

1

El ojo es el límite del universo

pero los párpados la línea central que lo dividen

en la piel del gato sarcófago

las calles con diluvio horizontal

mojan los miembros amputados de una ciudad obscena

su cinturón ramifica un bosque de objetos irreales

en el caldero de la mente

la locura es el principio de la forma

esta noche verás caballos ebrios jinetes

como manchas de tiza hundiéndose en lo gris

hasta no ser

estrangula todo resto de miedo

toda tu humana perversidad

en la esquina cóncava un buey invierte su cuerpo

bajo el humus del agua su rostro con orejas de hombre

con voz piedra de hombre

mastica mis puros instintos animales

me castra con la sombra de su desnudez

en un sablazo de odio

para crucificar una bestia

es necesario que tu grito se ahogue entre sus muslos

hasta que la sangre nos separe

 

2

Me enseñas a dibujar esta ciudad desde tu abrazo zurdo

un manojo de voces hierve en cada piedra

o en el aleteo de una langosta verde

la lluvia procrea murciélagos

sobre nuestras cabezas

bajo del árbol donde colgué de espaldas

tres días en negro

bajo de mi propia frente usurpada por la amnesia

gotas de barro forman una imagen que se desdobla

más allá de los pedregales

anularte en la conciencia y en el tiempo

anularte en el óxido sumergido en mi piel

como una daga oblicua que propicia el placer de la venganza

o la hecatombe

la irrealidad me conduce a una jaula cautiva por domadores ciegos

en el circo de nadie

hacia la tierra que me otorga un cuerpo inhumano

un rostro que incendia con pureza

el agua mágica de tu nombre

 

3

Hacia la tarde el fardo empieza a figurar desnudo

en el abismo de su camisa de fuerza

lo que ven los dientes se escribe con sangre

o con el veneno que inyecta un suicida deforme

entre mis venas iniciáticas

el muro naranja me adiestra en la sustitución de tu presencia 

en otra funeraria ceremonia

de insectos que zumban mi membrana

y la disuelven

abro el capullo mi rostro se despoja de identidad

ahora la luz no es un alacrán moreno

como ojo de pez

es la materia que rasga pelusas terrenales

bajo el vértice o la raíz del tronco primitivo

mi cráneo ha virado hacia el anonimato

escupo una mueca adherido a mi corteza sin ojos

a mi esqueleto sin brazos

a lo que me devora con rabia entre sus fauces

la dualidad es el sentido de la forma

he aprendido a convivir con el embrión que me fornica

que me tiende sin miedo entre la grama

como un bulto picoteado por pájaros o nubes

sin reposo

desde el pedestal de heno se yergue un cuello metálico

la bestia renace invicta

por tercera vez

 

 

 

 

De Escena primordial y otros poemas, 2007.

 

Campo minado

 

Me tiendo de bruces en esta ladera.

Una fila de hormigas trepa

Las lomas de mi espalda.

La hierba crece como fusiles al borde de este abismo.

Apago cigarrillos en los ojos de los buitres

Que merodean la carne acribillada,

Y acciono la luz de alerta

Ante la inminencia de una escritura negativa.

 

Mis camaradas buscan calzar la noche,

Que baila con cintura de ramera

Y la cuchilla al ras bajo el señuelo.

Es una contradanza que secciona

La ansiedad de los cuerpos.

Un desnudo móvil, cinemático, que se proyecta

Detrás de una escenografía de cadáver.

 

Todos habitan sin falta

Este reino de exterminio.

 

 

 

 

Marginal

 

                       …mixing memory and desire

                                                     T.S. Eliot

 

La sangre habla

Desde un fragmento de mi lengua subalterna.

 

Un árbol removido de raíz,

Libera el movimiento de objetos atrapados

En esta malla.

(No hay castigo para las víctimas del tacto).

 

Poema que transita por un rastro de plomo,

Sobre huesos que cubren la tierra que expira,

Y mezcla deseo y memoria,

En una voz enferma, desmembrada.

 

Mi cuerpo carece de órganos:

Cicatrices usurpan el lugar de manos, piernas, garganta.

La sangre se desplaza por el borde de mi boca,

Hasta inundar la frontera de este campo de ceniza.

 

Mi lengua no conoce de acrobacias;

Una navaja se apresta en este instante a silenciarla.

 

 

 

 

Caso clínico

 

Soy más mortal que mi cuerpo.

Vladimir Holan

 

Me suturo la boca. Permanezco

En el rincón más sucio del hospital, con la vista

Al acecho

En esta trampa que no existe.

Es una jaula en falso para cazar ratones,

Con una mueca cómplice

Para quien ya nunca regresó de la locura.

 

Una camisa de fuerza.

Una lengua disectada.

Sobre la mesa de operaciones.

 

La enfermedad contagia las rejas del lugar.

El paciente de la cama vecina,

Con el culo anestesiado de excremento,

Huele sus harapos como a una dosis de sedante.

ÚLTIMA NOTICIA:

“—El lenguaje ha sido desahuciado—”.

 

Se concede al fin el privilegio del silencio.

 

 

 

 

De Sacrificios, 2007.

 

Arte poética

 

la mueca aún tatuada en el hueco de papel

el exorcismo

el lenguaje súcubo

manos rotas

el vuelo del insecto

el aterrizaje en medio-aire

una camisa de fuerza

una frase desmembrada

un pie mordiendo el borde del abismo

en caída libre

 

el sexo culpable en la raíz del árbol

el hijo del reflejo

la ceremonia enmascarada para nadie

planeta infierno

ojo anónimo

constelaciones de ceniza

y un objeto al alcance de la mano

un objeto para nuestra locura portátil

un objeto para atrincherarse en la batalla

un objeto nada más

 

 

 

 

De Cinema de la crueldad, 2009.

 

Interior con desnudo mutilado

 

La mujer se libera de sus ropas

en la curva del sofá

ante los ojos

   del poeta-pornógrafo

 

Desnuda es un molusco que arrastra la corriente

entre agujeros de ceniza

y el hombre sólo quiere observarla

poseer un cuerpo fetichizado

                                   tras el vidrio

 

Cuando la mujer se acuesta /y abre brazos y piernas

en forma de tijera/ el poeta desciende

hacia una realidad que no admite ninguna recompensa

ni siquiera el alivio

de un instinto sexual finalmente satisfecho

 

Una zanja interminable

es un instrumento de tortura que castiga

la equidistancia de los cuerpos:

todo acto masturbatorio entre el objeto

   &

                                                               la palabra

mientras el lenguaje exhibe los huesos triturados

por filosofías de tocador

 

Al salir de su guarida

el pornógrafo deja de ser un párpado que ve el mundo

desde su observatorio clandestino

se apresta entonces a hacer el amor

en una cama movediza que contiene los fragmentos

de una figura desmembrada

 

    (TODA UNIDAD HA SIDO DEMOLIDA

                EN EL TRÁNSITO MÓVIL TEMPORAL

                QUE DIVIDE LA VISTA DE LA CARNE)

 

El cuerpo-fetiche crece bajo las frases del poema

 

 

 

 

Mantra (muerte por miedo)

 

Miedo Miedo Miedo

 

Ojos / Vacío

Manos / Atadura

Lengua / Cicatriz

Boca / Mordaza

 

Miedo Miedo Miedo

 

OJOS               resplandezcan en este abismo de ceguera

MANOS           deshagan estos nudos de alambre

LENGUA         no lamas esta planicie abaleada

BOCA              esquiva el puñete hacia la aridez del campo

 

Miedo Miedo Miedo

 

La suma de todos mis miembros

es igual al traje que descansa en el respaldo de la silla

y exhibe sin pudor

costuras y membranas

como una máscara que ilumina un cráneo desde adentro

 

Miedo Miedo Miedo

 

Los órganos vitales se esparcen como vidrio

                    bajo aguas sin forma

(no luz          no movimiento          no grito)

 

Y mi cuerpo recompone pedazos de memoria:

restos de una imagen animal

que nace sin voz en el barro

y se disuelve en una mancha de pólvora y ceniza

 

Miedo Miedo Miedo

 

MATADO POR EL MIEDO

 

 

 

 

Estado de sitio

 

La locura del hombre que apedrea gatos

desde el punto de mira de su balcón oblicuo

hace que la luz de la cuadra

se disperse en un espectro de gritos de felino

mientras los vagabundos

y los poetas sin oficio

ni hospicio

                       ni siquiera reciben

el trazo del golpe

                       o el impacto

de la pedrada

 

El asesino de gatos es sólo una más de las tantas imágenes

                       que han invadido la ciudad

(como las cruces negras y los nichos anónimos)

y se ubica de preferencia en los balcones

 al filo de la tarde

cuando todos se refugian en salones de clausura

y murallas que resisten el olor a podredumbre del afuera

 

El ASESINO al igual que el VERDUGO el ASALTANTE o el SICARIO

dispone ahora de un plan maestro de exterminio:

abre tuberías y desagües de la ciudad

para que las ratas huyan libres por esquinas y veredas

y tropiecen al más mínimo descuido

    entre las garras de los gatos

 

Entonces el hombre apedrea

          gatos

                              vagabundos

                      &     

               poetas

para que la demencia no altere la maleza de sus sentidos

para que las gentes de los interiores

 (cuando la mañana despunte

y se cuele otra vez

como tenia en el estómago)

encuentren cadáveres frescos para saciar su hambre

en cada basural de los callejones

 

 

Datos vitales

Chrystian Zegarra (Trujillo, Perú, 1971). Obtuvo su doctorado en Literatura Hispánica en la Universidad de California en Los Ángeles, y actualmente enseña en la Universidad de Indiana Bloomington. Fue miembro del grupo poético Inmanencia, con el que publicó los libros colectivos Inmanencia (1998) y Regreso a Ourobórea (1999). Participó en los eventos literarios “Junio de Poesía”, en México D.F., y “La literatura en el siglo XXI”, en la Universidad de Lima, ambos en 2000. Ha publicado los poemarios El otro desierto (2004), Sacrificios (2007), Escena primordial y otros poemas (2007)—libro ganador del Premio Copé de Oro, XII Bienal de Poesía PetroPerú—y Cinema de la crueldad (2009). Poemas suyos han sido incluídos en las antologías de poesía peruana Los relojes se han roto (Guadalajara, 2005) y Colores comunes (Oaxaca, 2009; en prensa); y también en diversas revistas. Además ha publicado artículos y ensayos de crítica literaria en revistas especializadas y volúmenes editados en Perú, México, España, Inglaterra y Estados Unidos.

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