Albalá: Else Lasker-Schüler

Else Lasker-Schüler

En esta nueva entrega de Albalá, el poeta, ensayista y traductor José Manuel Recillas nos presenta la poesía de la poeta alemana Else Lasker-Schüler (1869-1945). Su verdadero nombre era Elizabeth Lasker-Schüler. Estableció una estrecha amistad con Gottfried Benn. Tras abandonar la Alemania Nazi, muere en Jerusalén.

 

 

Precursora del expresionismo alemán, Else Lasker-Schüler concibió la poesía como el territorio perfecto para el uso de sus extraordinarias facultades imaginativas. En su obra se conjugan el uso de una febril fantasía y una amplia perspectiva personal con la mitología y tradiciones del pueblo hebreo, en una mixtura no siempre exitosa. En su obra se hallan lo mismo poemas a veces irregulares, a veces insostenibles, con verdaderas joyas y pequeñas obras maestras. Desde un orbe fantasioso e imposible, se erige una poesía de lo maravilloso y lo imposible, de lo cotidiano transubstanciado en experiencia mística, inefable, que refleja la extraordinaria sensibilidad de su creadora.

 

 

 

 

 

Vollmond

Leise schwimmt der Mond durch mein Blut…

Schlummernde Töne sind die Augen des Tages

Wandelhin – taumelher –

 

Ich kann deine Lippen nicht finden…

wo bist du, ferne Stadt

mit den segnenden Düften?

immer senken sich meine Lider

 

Über die Welt – alles schläft.

 

 

 

Luna llena

Leve desciende la luna por mi sangre…

sonidos del sueño son los ojos del día

transformación – vértigo –

 

Tus labios no puedo hallar…

¿dónde estás, lejana ciudad,

con bendecidores aromas?

Siempre se me hunden los párpados

 

Sobre el mundo – todo duerme.

 

 

 

 Meine Schamröte

Du! Sende nir nicht länger den Luft,

den brennenden Balsam

deiner süssen Gärten zur Nacht!

Auf meinen Wangen blutet die Scham

und um mich zittert die Sommerluft.

 

Du … wehe Kühle auf meine Wangen

aus duftlosen, wunschlosen

gräsern zur Nacht.

Nur nicht länger den Hauch Deiner sehnenden Rosen,

er quält meine Scham.

 

 

 

 Mi vergüenza

¡Tú! ¡Ya no me envíes el aroma

del ardiente bálsamo

de tus dulces jardines nocturnos!

En mis mejillas sangra el pudor

y en torno a mí vibra el aire estival.

 

Tú… refresca mis mejillas

con inaromáticas, inapetentes

hierbas nocturnas.

Pero ya no más el hálito de tus anhelantes rosas,

pues atormenta mi rubor.

 

 

 

 Höre

Ich raube in den Nächten

die Rosen deines Mundes,

daß keine Weibin Trinken findet.

 

Die dich umarmt,

stiehlt mir von meinen Schauern,

die ich um deine Glieder malte.

 

Ich bin dein Wegrand.

Die dich streift,

stürzt ab.

 

Fühlst du mein Lebtum

überall

wie ferner Saum?

 

 

 

 Escucha

Robo en las noches

las rosas de tu boca,

para que ninguna mujer se sacie.

 

La que te abraza

me roba con mi temblor

lo que en torno a tus miembros pinta.

 

Soy tu frontera.

Quien te roce

se despeñaría.

 

¿Sientes mi existencia

por doquier

como linde distante?

 

 

 

 O ich möcht aus der Welt

Dann weinst du um mich.

Blutbuchen schüren

meine Träume kriegerisch.

 

Durch finster Gestrüpp

muß ich

und Gräben und Wasser.

 

Immer schlägt wilde Welle

an mein Herz;

innerer Feind.

 

O ich möchte aus der Welt!

Aber auch fern von ihr

irr ich, ein Flackerlicht

 

um Gottes Grab.

 

 

 

 Oh, quiero salir del mundo

Entonces llorarás por mí.

Hayas sangrantes avivan

mis sueños guerreros.

 

Por lóbregas malezas

debo ir,

por zanjas y aguas.

 

Siempre rompe impetuosa ola

en mi corazón;

enemigo interior.

 

¡Oh, quiero salir del mundo!

Pero incluso desde lejos

enloqueceré, titilante luz,

 

junto a la tumba de Dios.

 

 

 

Ein alter Tibetteppich

Deine Seele, die die meine liebet,

ist verwirkt mit ihr im Teppichtibet.

 

Strahl in Strahl, verliebte Farben,

Sterne, die sich himmellang umwarben.

 

Unsere Füße ruhen auf der Kostbarkeit,

Maschentausendabertausendweit.

 

Süßer Lamasohn auf Moschuspflanzenthron,

wie lange küßt dein Mund den meinen wohl

und Wang die Wange buntgeknüpfte Zeiten schon?

 

 

 

 Un viejo tapete tibetano

Tu alma, que a la mía ama,

se entreteje con ella en un tapete tibetano.

 

Rayo en rayo, colores enamorados,

estrellas recorriendo el ancho cielo.

 

Nuestros pies reposan en el tesoro

de la total amplitud.

 

Oh, dulce hijo del Gran Lama en el trono de almizcle,

¿por cuánto tiempo besa tu boca a la mía

y mejilla a mejilla multicolor tejido de horas?

 

 

 

Jakob

Jakob war der Büffel seiner Herde.

Wenn er stampfte mit den Hufen,

sprühte unter ihm die Erde.

 

Brüllend ließ er die gescheckten Brüder.

Rannte in den Urwald an die Flüsse,

stillte dort das Blut der Affenbisse.

 

Durch die müden Schmerzen in den Knöcheln

sank er vor dem Himmel fiebernd nieder,

und sein Ochsgesicht erschuf das Lächeln.

 

 

 

 Jacob

Jacob era el búfalo de su manada.

Cuando pisoteaba con las pezuñas,

chispeaba bajo él la tierra.

 

Mugiendo dejó a sus hermanos machacados.

Del bosque primordial hacia los ríos corrió

ahí calmó la sangre del mordisco de simios.

 

Por los cansados dolores de los tobillos

cayó ante los cielos afiebrado

y su rostro de buey creó la sonrisa.

 

 

 

Weltende

Es ist ein Weinen in der Welt,

als ob der liebe Gott gestorben wär,

und der bleierne Schatten, der niederfällt,

lastet grabesschwer.

 

Komm, wir wollen uns näher verbergen…

das Leben liegt in aller Herzen

wie in Särgen.

 

Du! wir wollen uns tief küssen –

Es pocht eine Sehnsucht an die Welt,

an der wir sterben müssen.

 

 

 

 Fin de mundo

Hay un llanto en el mundo

como si el amado Dios hubiese muerto

y la plomiza sombra que cae

pesa como una tumba.

 

Venid, escondámonos más cerca…

La vida está en todas las almas

como en ataúdes.

 

¡Oh!, vamos a besarnos profundamente –

toca un ansia ante el mundo

por la cual debemos morir.

 

 

 

 In deinen Augen

Blau wird es in deinen Augen –

Aber warum zittert all mein Herz

vor deinen Himmeln.

 

Nebel liegt auf meiner Wange

Und mein Herz beugt sich zum Untergange.

 

 

 

En tus ojos

El azul te nace en los ojos –

pero por qué tiembla mi corazón

ante tus cielos.

 

Niebla en mis mejillas

y mi corazón se pliega ante la extinción.

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