Entrevista con Mario Bojórquez. Segunda parte

 Presentamos la segunda de tres partes de una entrevista que el poeta cubano Waldo Leyva le ha hecho al poeta mexicano Mario Bojórquez. Poesía experimental y poesía de la tradición son tópicos tocados por esta conversación a la luz delos poemas que Bojórquez escribió para su libro Y2K.

 

 

 

 

 

WL. Creo que no es ocioso recordar de nuevo que los poetas de vanguardia eran mucho más ideologizados, si cabe el término, que sus predecesores los modernistas. Hay quienes también despolitizan a los románticos, pero no estoy de acuerdo, aquellos si eran políticos, y muchos defendían un ideal de sociedad y se oponían al capitalismo que los desplazaba. La vanguardia retoma esa actitud política desde otra óptica, estableciendo un compromiso ideológico. Y no pienso sólo en la izquierda, el compromiso era también para los de derecha. Para La izquierda, el socialismo representa ese futuro; para los de derecha, es el fascismo…Ese elemento extraliterario, para llamarlo de alguna manera, está pesando sobre el poeta de vanguardia.

MB. Desde luego, tienes razón. Ahora pensemos en esto, y quiero venir al presente, hacia 1997 ocurrió una especie de congestión espiritual mundial; tenía que ver con las computadoras, un movimiento que se llamó wye  two key (Y 2 K). ¿Qué significaba eso? Se refería a que las computadoras habían sido programadas para marcar hasta el año 2000, y ya no iban a poder contar más allá de ese año; eso exigía vacunar a todas las computadoras, reformar todos los sistemas operativos, para que pudieran contar el 1 de enero del año 2000. Eso fue un gran escándalo mundial, había que buscar modos para que no se pararan todas las comunicaciones, que todos los instrumentos de guerra no se volvieran locos y nos llegaran ojivas de quién sabe dónde. Yo digo que ahí se murió el futuro, ese futuro que cantaban las vanguardias se murió con el Y 2 K. Y lo que nació es esta cosa que estamos viviendo, Waldo, que yo no estoy seguro de que sea el presente, ni el futuro, es otra cosa, que se convierte en una noción simultánea del tiempo; no esa visión que se ha llamado del simultaneismo, es otro asunto sobre el que tenemos que platicar mucho más, pensar mucho más. Analiza lo siguiente: cuando alguien, en su computadora, usa el chat, puede abrir hasta cuatro ventanas de conversación distintas al mismo tiempo, en diversos lugares del mundo y en distintos tonos anímicos. En uno puede estar enojado, en otro conquistando a una chica, en un tercero peleando con la tía por algo y en el último pidiendo dinero; y es sincero en todas ellas al mismo tiempo, pero además, puede estar hablando por el celular, oyendo en el mp4 su música favorita, bajando un video de internet, escribiendo para un periódico su colaboración cotidiana y un correo a su primo lejano. ¿En qué parte está su conciencia? Si pones a Sócrates a hacer este ejercicio le revienta el cerebro, sin embargo eso es común para cualquier joven de hoy en día. Sin duda nosotros ya estamos en otra parte.

 

WL. Desde luego que sí, que estamos en otra realidad donde son otros los problemas que se presentan. La escuela de hoy en día no puede ser la escuela del XIX ni siquiera la de la primera mitad del pasado siglo. Los niños de hoy entran a las nuevas tecnologías de la comunicación de manera natural…

MB. Ahí me gustaría hacerte la siguiente observación: los niños de hoy presentan un problema que se llama el “síndrome de déficit de atención”. Les resulta difícil concentrarse en la pizarra, o en lo que  dice la maestra. Su cabeza está por otros rumbos, su atención está en siete cosas al mismo tiempo. Estamos hablando de una nueva manera de pensar, una manera distinta de usar el cerebro, que tiene que ver con que estamos atravesados por un montón de cosas. Es por esto que nuestro futuro no puede ir más allá de dos o tres semanas, alguien que pueda ser muy esforzado lograría planear hasta seis meses pero, más allá, imposible.

 

WL. ¿En qué medida la literatura responde a eso?

MB. Ese es el punto. De ahí la pregunta que hace un rato nos hacíamos ¿cómo vamos a cantar esto? ¿Cómo vamos a lograr que los que nos lean vayan con nosotros y que participemos juntos de esta atención que implica varias cosas? Realmente yo no tengo la respuesta, pero es algo sobre lo que debemos pensar. De hecho estoy escribiendo una serie de poemas que tienen que ver con este asunto, tomando en cuenta ciertas nociones del video digital, otras que tienen que ver con el hipertexto (ese texto de la computadora al que le marcas una palabra y te lleva a una página y así sucesivamente hasta que no sabes cual es la primera palabra, no sabes de dónde vienes ni dónde terminas y, a lo mejor, no te importa porque lo que  puede interesarte es sólo un segmento de esa parte). La visión de la realidad es fragmentaria y total. Fragmentaria ¿por qué razón? porque solamente podemos tener un pequeño ápice del mundo; y totalizante porque  ese ápice es todo lo que sabemos. Cuando vemos, por ejemplo, los procesos industriales de la globalización, descubres que un circuito electrónico lo hacen en un país, otro circuito en un país distinto y esos dos se van a juntar en un tercero para, finalmente, formar parte  de un equipo que se arma en un cuarto país y se vende en un quinto. De alguna manera la poesía tiene que conocer eso, responder a estas interacciones que tienen que ver con una nueva forma de entender el mundo.

 

WL. No tengo dudas de que tendremos que buscar respuestas a esas interrogantes, aunque debemos, antes, hacernos un par de preguntas: ¿existe el poeta listo para esta tarea?¿ Habrá lector para esa poesía?

MB. Primero necesitaríamos, desde luego, un poeta que lo haga sin renunciar a lo poético. Yo pienso, sin embargo, que somos todavía sumamente ortodoxos, lo cual no es tan malo en nuestro trabajo, sobre todo para poetas de la lengua como tú y como yo. Esto, que puede parecer contradictorio, lo digo porque esa condición de poetas de la lengua, que nos adjudica aquel señor, nos faculta para atender y entender este modo nuevo de pensar, y trabajar en consecuencia desde el conocimiento suficiente de una tradición  sólida.

 

WL. Estamos hablando de un proceso de desarrollo que, además, fue muy rápido; pensemos que, apenas en 20 años, el ritmo de crecimiento tecnológico en todas las ramas del saber y, especialmente, en la comunicación ha cambiado de una manera asombrosa. No nos damos cuenta porque vivimos inmersos en esa vorágine. Contrario a ello, creo que el ritmo de la creación literaria, salvo contadas excepciones, se ha mantenido más conservador y, por otro lado, ese muchacho que puede hacer 5 o 6 cosas en la computadora al mismo tiempo, por lo general, ni siquiera lee poesía. Estoy de acuerdo contigo en que debemos buscar que el poema responda a esta nueva realidad sin dejar de ser poesía. Cómo lo haría, no lo sé. Hay muchas vías que pueden resultar falsas, de hecho ya lo hemos experimentado, me refiero a la intención de atrapar esta realidad desde la forma, gráficamente. El asunto no es responder externamente sino encontrar las claves del espíritu de esta época.

MB. Sí, no es fácil encontrar la respuesta. Sin embargo, yo pienso que podríamos tomar, como ya se ha hecho en otras ocasiones, los recursos de la tecnología moderna y tratar de expresar la esencia de este tiempo en que nos movemos. Hay un poema que presenté en la cátedra Alfonso Reyes y que me resulta ilustrativo de lo que estamos hablando. Es un texto que respondería a lo que, en cine se llama, plano-secuencia. Como sabes, este plano se logra a partir de una cámara subjetiva que está todo el tiempo filmando sin corte alguno. El poema, en el que verás algunos términos que tienen que ver con el cine, dice:

“Ahora que es Halloween

la teenager witch se ha puesto aretes en los pezones y toma XX lager

El Dj You and me baby / Ain’t nothing but mammals / So let’s do it like they do / On the discovery channel

Las muchachas bailan junto las mesas, los chicos fuman puros y hablan de fútbol

Yo estoy en la barra recargado sobre el platito de los cacahuates

Entre el estruendo de música y botellas me llega un para nada también un no inventes

Ella está rubia y tobillos percherones, su cuñado a cuadro y su hermana y su primo,

a todo esto,

ella también es sobrina de la tía

En overshoulder me saluda un ingeniero camisita a rayas que se parece al padre Amway

Doy un paneo y caigo en extrashot sobre la pulserita del tobillo

Cuando en el memorial hospital de chulavista freeway 8

Yo en el cine Isabel todo manos tremantes sobre la Maricruz

Apenas nos llevamos quince años y yo prefiero Pacífico de media”.

Como te das cuenta es una elaboración abigarrada ciertamente…

 

WL. Muy barroca

MB. Sí, desde luego, porque nuestro pensamiento es barroco; pero aquí lo que se propone es atrapar la noción simultánea de la realidad, la naturaleza fragmentaria del mundo. Si seguimos con cuidado la narración estamos viendo los ojos del autor y estamos viendo la cámara, los paneos que hace…

 

WL. La sucesión de planos simultáneos…

MB. Exacto. Es una manera de hablar, una manera en la cual los tiempos son modificados; uno ya no sabe exactamente qué fue primero si esto o aquello, o si todo ha ocurrido en una sucesión sincrónica. Esas son mis preocupaciones y estoy experimentando a ese respecto. No estoy seguro que esa sea la poesía que yo quisiera escribir, ni siquiera sé eso; sin embargo, me siento obligado a observar esos movimientos de la razón humana, estas formas del pensamiento, e intentar  reflejarlos para dar una respuesta al tiempo que me toca vivir. A lo mejor eso no se compagina con lo que es mi obra, a lo mejor tengo que publicarlo con el nombre de alguien más, o no tengo que publicarlo nunca. Eso no lo sé realmente, será decisión de otro momento pero lo que sí creo es que yo debo escribirlo, debo intentarlo y compartirlo con mis compañeros, decirles: miren, esto podría ser, o no. De lo que sí estoy convencido es que tenemos que proponer algo, porque si no nos vamos a quedar muy lejos, no alcanzaremos a establecer los vínculos que necesitamos con la realidad, con nuestra realidad, como sí lo hicieron las gentes de tu generación en los 60 y 70 que tenían preocupaciones muy concretas y las fueron resolviendo.

 

WL. Para mi generación el problema no era más simple pero si más definidas las prioridades, más claros los espacios que se debían tomar o rechazar. Sin embargo, Mario, la temporalidad, el diálogo del poeta con el tiempo es común a todas las generaciones…     

MB. Es cierto, pero nosotros tenemos que averiguar cómo lo vamos a resolver. Yo digo que uno de los ejes es ése, el temporal…

 

WL. Sin duda tiene que ser el temporal….

MB. Si, pero ya no puede ser sobre las mismas coordenadas que conocemos: de pasado, presente y futuro sino que tienen que ser otras.

 

WL. De todos modos Mario, creo que esta preocupación no es sólo de ustedes, los más jóvenes. Me refiero a la búsqueda del tiempo, la necesidad de atrapar esa simultaneidad temporal. Lo que resulta nuevo es esa otra mirada  que  ofrece una lectura distinta, otra propuesta formal. Cada generación trae su propia lectura, desde luego, y sus respuestas deben corresponder a su visión de la realidad; encontrar la adecuada correspondencia es el problema, pero hay que intentarlo, cada uno desde sus propias herramientas.

MB. Es algo que nos está preocupando, te repito; por ahí tengo otro poema donde vas a notar esta inquietud. Es el primer poema que le escribí a Glafira:

 

En el tercer retorno de tu letra griega

cocino un spaghetti con flor de jamaica

he perdido el olfato en un frasco de comino

y trato en la memoria de reconstruir el santuario del sabor

Así contigo

ya no sé a lo que sabes

Miro la fuente al centro de la mesa y la alegría al rededor

Cuando llego a esta línea en la otra línea

me dices que has tomado mucho café con leche

que tienes fierros y prefierros en los dientes

que tú ya estás curada

Yo te digo

que escribo un poema que empieza

en el tercer retorno de tu letra griega

que Amsterdam 536 dólares con salida San Diego

y que las Hernández saldrán bailando en el poema más adelante

Estamos tan solos hoy como al principio

tú atenderás al técnico en computación

yo a los plomeros en el baño de Mariana Garza

Pienso en tu costillar, en Philadelphia Rib’s y en el cerdo que me comí hace días

Aquí el poema se regresa al Zócalo

y entre 22 millones de personas el poeta te acerca a mí

Piensas, estás segura, que soy otro fantoche

piensas, mucho, mucho tiempo que soy otro fantoche

tu pensamiento es ese

La inteligencia decimos es el principio de la infelicidad

por eso ahora que vas por Mayorazgo

con tu falda larga y tus botas

piensas otra vez

es un fantoche y sabes que en unos días dirás en Culiacán

Estoy saliendo con un poeta

Ya para entonces habré explorado el site de Marinela

y distribuido tu foto por todo el territorio

de Tuxcacuexco en Rulfo

hasta Trieste en Saba

eres aprobada unánimemente

Hiperboreal en Nortec te dará una serenata en línea

y el poeta Tarín te explicará pacientemente lo que significa el rayo en una hembra humana

Aquí las Hernández bailan con sus hombres

es algo de Santana y las percusiones retumban en las paredes del departamento

luego ellos se aburren y se sientan

hasta que las Hernández los encienden de nuevo

hay un intermedio con cambio de vestuario

y en algún momento reímos con la broma del perro

Yo tengo puesto un vestido de dormir y tu bufanda negra

bailamos con Freddy Mercury cantándonos desde mas allá de la muerte

Eres feliz y se te nota mucho

Freddy hace un silencio que mi voz llena

Tus nalgas son una delicia

Tiro el vino rojo sobre el ejemplar dedicado

hemos tomado whiskey, vodka y nada de café

El anticlímax llega con el taxi

me has pedido que llame al llegar

El spaghetti da vueltas por el cuarto

lo vuelvo a ver

y aún no reconozco las flores de jamaica

WL. Estupendo texto. ¿Está en alguno de tus libros?

MB. No. Éste, igual que los otros, son inéditos; tendré que publicarlos algún día…

WL.  Los incluiremos en esta entrevista. Estaba esperando, a lo largo del texto, que volvieras a la letra griega pero terminaste en las flores de jamaica.

MB. No sé si esto sea poesía, pero me he divertido mucho escribiéndola.

WL. Claro que es poesía, no tengas la menor duda. Por ahí está el camino y son ustedes los que deben explorarlo.  Aquí, en este texto, está ese misterio, esa sombra de la memoria, como alguien ha definido a la poesía. Atrapar este tiempo, su velocidad, su simultaneidad, no implica sólo pensar en las computadoras, en nuevos autos, aviones, cohetes, satélites o todos esos artilugios,  sino también en la sincronía de la muerte, en la  contradicción, la inseguridad o la incapacidad de tener un norte de tipo anímico, de tipo sentimental, ético. La deficiente respuesta a la necesaria espiritualidad del hombre y la mujer de hoy, nos lleva a buscar muchas respuestas que pueden ir desde el vínculo con determinadas sectas religiosas, la droga, hacer de uno mismo una especie de performance permanente etc. Buscar la forma de expresar esto en el poema es complicado pero es un reto que se debe asumir.

MB. Sin duda está muy metida en nosotros esa búsqueda; quizá ésta no sea todavía la forma, tal vez son sólo atisbos de lo que tenemos que lograr cuando nos pongamos a pensar en lo que está pasando. Estos textos y otros que existen pueden ser, todavía, sólo apuntes de lo que en su momento pueda producirse. De todos modos, si te das cuenta, hay segmentos realmente poéticos, hay cierta noción de ritmo que pertenece a la poesía nuestra

WL. Lo que sí está claro es que no se puede renunciar a la poesía. Cualquier resultado, para que realmente sea trascendente, tiene que responder a las exigencias del poema. Hay otra simultaneidad que está implícita en esa búsqueda, me refiero a la participación de otras formas artísticas en el cuerpo del texto poético.  En el poema tiene que vivir toda la cultura.

MB. Desde luego. Hay ciertas formas retóricas que ya están ganadas y responden a ese pensamiento. En los 90 —no sé si lo recuerdas— se dio una discusión que tiene que ver con esto. Entonces se hablaba sobre un tipo de poesía que había encontrado mejores caminos de expresión; de su presencia, por ejemplo, en el cine, en la novela, en la música, en la pintura. Lo que yo estoy proponiendo ahora es otro punto de vista —a lo mejor este es el camino—: la pintura en la poesía, el cine en la poesía —como el poema que te enseñé—, la música en la poesía; por qué no intentarlo de este modo. La poesía, ese elemento valioso, participa de todas las formas artísticas; a esta gente de los noventa se les ocurrió sacarla pero a nadie se le ha ocurrido hacerlo al revés, incluir estas otras formas de lenguaje artístico en la realización del poema.

 

WL. Mario, ¿piensas que esta preocupación tuya es sólo de un grupo, o es una inquietud de la mayoría?

MB. Yo creo que es de mucha gente y que estamos encontrando caminos para responderla. Tú mismo, poeta, has estado escribiendo algo así, desde tu propia experiencia, con el punto de vista de tu generación. Y eso está bien, no hay que aferrarse a una sola visión. Creo que todos andamos preocupados por eso: cómo vamos a explicar la forma en que estamos viviendo y la forma en que estamos comprendiendo el mundo. Cuando Álvaro de Campos, en 1915, pública ¨ La Oda Triunfal”, en Portugal, dice:

“Quisiera expresarme como se expresa un motor

ir por la vida como un carro último modelo

esta belleza desconocida para los griegos …”

Grúas, transmisiones, motores, aceite hirviendo… él está hablando de su momento; ahora nosotros no tenemos tanto aceite hirviendo, ni grúas sino que todos son dispositivos electrónicos, vitales, complejísimos, complicadísimos de comprender, pero nuestro pensamiento es diferente, nuestro pensamiento funciona de un modo distinto, fíjate en este  otro poema:

“ahora estarás tirada bocabajo en la cama

leyendo una novela española

mientras tus pantorrillas se elevan sobre el dibujo de las sábanas

hay algo en tu cintura que se enciende con el roce del elástico

y piensas

todos pensamos en un momento del día

en aquel fuego que nos quemó y ansiamos

volver ahí al borde de ese incendio

pierdes la línea y lees sin leer

y luego te cuesta trabajo regresar a la escena

que el novelista español fraguó en horas de delirio

te obligas a volver y lees con cuidado lo que ya no

entiendes y te volteas boca arriba y ves las fotos

de tu librero y te quedas colgada de aquellos tus sueños

tan queridos

qué cerca has estado de ellos y qué lejos

qué opresiva atmósfera se ha vuelto el ancho mundo

qué ganas de patear una religión un país un idioma

y todo vuelva a respirarse a ritmo de pulmón

pero nada de eso te preocupa ahora

te preocupa el futuro el detonador del mañana

la almendra más allá de la cáscara la pepita brillante

y llena de aceite te dices qué calor

y sabes que el aire frío golpea las ventanas

qué ganas a veces de extender la mano

y que el placer rodee tu cintura

puedo ser yo u otro nadie el que en su abrazo

envuelva tu cuerpo aligerado ya de la carga  del mundo

y que te lleve lejos más allá de las costas

mar adentro

donde sólo exista el sonido de la sangre

que corre en su rumor de bestia florecida

vuelves al cuarto de donde no has salido

para decirte que es mejor así que nada importa

que nunca habrá ni un cómo un dónde para

la perfecta la redonda la exacta

felicidad

WL. Fíjate que siempre está presente la tradición. Tienes ahí, en el poema, el ritmo, las imágenes, todo; creo que es eso lo que no podemos perder aunque nos califiquen como poetas de la lengua

MB. Soy un poeta tradicional y desde la tradición estoy haciendo esto, tú eres un poeta eminentemente tradicional. Algunos se asombran cuando lo digo, pero así es. Puedo escribir el verso libre que me dispongan pero también otros metros, otras estrofas. Ese no es el asunto, lo importante es saber qué quieres, qué buscas.

 

WL. Darío es un poeta tradicional y defendía esa condición; constantemente nos recuerda: yo vengo de Quevedo, vengo de Góngora, de Santa Teresa…

 MB. Así es, lo dijo muchas veces y lo dejó escrito. Nosotros, insisto, debemos seguir en esa búsqueda sin renunciar a la tradición a la que pertenecemos. Desde luego me refiero a la tradición de la lengua, de la literatura de la lengua…

 

WL. …que como sabemos es un cuerpo vivo en constante evolución.

MB. Hay un razonamiento que asumí y que me hace feliz; no es totalmente mío, me aportó algunas cosas el maestro Eduardo Lizalde. Él, un día que platicábamos, me dice: mire usted, Góngora y Quevedo escribieron su obra sin un diccionario. Y yo me dije: ¡Claro, es cierto! Sólo se contaba con la Gramática de Nebrija, todavía muy vinculada a los usos del latín.

WL.  A mí me gusta mucho aquello que me contaste de tu diálogo con Bonifaz  a partir de un texto suyo que te recordó Anacreonte y él te dice: ¿por qué no Ronsard? ¿Recuerdas cómo empieza el poema de Ronsard?

MB. Es bellísimo el poema de Pierre de Ronsard y, efectivamente, trata el mismo tema. En la traducción de Eduardo Lizalde dice:

Cuando seas ya muy vieja,  de noche, ante la flama,

Sentada frente al fuego, hilando y devanando,

Dirás maravillada y entonando mis versos:

Ronsard me celebró cuando era yo muy bella.

No tendrás sierva entonces que al oír tales nuevas,

Suspensa su labor y a medias dormitando,

Al escuchar mi nombre, de pronto despertara

Bendiciendo tu nombre de alabanza inmortal.

Yo estaré bajo tierra, y fantasma sin huesos,

Sombreado por los mirtos, tomaré mi reposo.

Tú serás ante el fuego una encorvada vieja

Recordando mi amor, tus furiosos desdenes.

Vive, si has de creerme, no esperes a mañana

Y corta desde ahora las rosas de la vida.

Como sabemos ese es un tema mucho más antiguo; el primer poeta que lo escribió se llama Ausonio y el verso es:

Colligo, virgo, rosas ….. (recoge, virgen, ahora las rosas de la vida)

Es el mismo asunto y este poeta es el primero que lo trata, pero Pierre de Ronsard es el que lo magnifica y logra que se extienda, temporal y geográficamente. En Conversación con los Difuntos, un libro pequeño, muy hermoso, de las traducciones del inglés que hizo el poeta cubano Eliseo Diego, viene un poema de William Butler Yeats que es, exactamente, la reconstrucción del mismo poema.  Es el mismo poema de Ronsard…  Fíjate, aquí tenemos la traducción de Eliseo:

Cuando seas vieja y gris, colmada por el sueño,

y cabeceando al fuego, tomes este libro

y leas despacio, y con el brillo suave sueñes

que hubo en tus ojos una vez, y con sus sombras;

cuántos tus ratos de risueña gracia amaron

y tu belleza con un amor sincero o pérfido,

mas sólo un hombre amó tu alma en ti viajera

y las penas amó de tu cambiante cara;

y encogiéndote junto al fuego crepitante

murmures triste, acaso, del amor que huyera

para vagar por las montañas desoladas

y su rostro esconder en un montón de estrellas.

 

WL. Si recuerdas, también lo hizo Garcilaso…  

 MB. Sí, en el famoso soneto XXIII:

En tanto que de rosa y azucena

se muestra la color en vuestro gesto,

y que vuestro mirar ardiente, honesto,

enciende al corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena

del oro se escogió, con vuelo presto,

por el hermoso cuello blanco, enhiesto,

el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primavera

el dulce fruto, antes que el tiempo airado

cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,

todo lo mudará la edad ligera

por no hacer mudanza en su costumbre.

WL. ¡Prodigiosa memoria la tuya! El mismo tema lo encuentras también en la poeta cubana Dulce María Loynaz…

MB. Así es, en realidad es uno de esos temas que no mueren. Yo conocí un poema de Lizalde que se llama Otra vez Ronsard:

Acaso un día feliz,

cuando haya muerto,

te dirás:

Me amó este grande forjador de versos,

amó este cuerpo bello,

más bello cuando suyo ,

miró al trasluz gracioso

de mi alma por sus manos.

Pero si el tiempo justo

-su balanza de seda milagrosa-,

no depara fortuna a mis papeles,

dirás:

Nunca fui suya

jamás entró sus manos

en mis aguas tranquilas,

no me tocó al tocarme;

y además era feo:

su imagen aumentó mi astigmatismo.

Que Eduardo Lizalde titulara este poema “Otra vez Ronsard”…  ahí esta la clave, es muy evidente. En Rubén Bonifaz Nuño es otra cosa. Cuando él nos dice: Amiga a la que amo no envejezcas, estamos en la pista pero la clave viene mucho más envuelta, nos abre otra posibilidad, en realidad está modificada, porque Ronsard, habla de:  cuando seas ya muy vieja, y Bonifaz asegura a la mujer que ella nunca envejecerá, que quien se hará viejo es él, y cuando esto ocurra, dice, cuando me haga viejo córreme, no te apiades de mis canas, de los pelos que me salgan por la nariz, de mis dientes postizos, aléjate de mí. Indudablemente estamos hablando del mismo tema …

WL.  …pero es otra lectura

MB. Exacto. Recordemos el poema de Bonifaz:

Amiga a la que amo: no envejezcas.
Que se detenga el tiempo sin tocarte;
que no te quite el manto
de la perfecta juventud. Inmóvil
junto a tu cuerpo de muchacha dulce
quede, al hallarte, el tiempo.

Si tu hermosura ha sido
la llave del amor, si tu hermosura
con el amor me ha dado
la certidumbre de la dicha,
la compañía sin dolor, el vuelo,
guárdate hermosa, joven siempre.

No quiero ni pensar lo que tendría
de soledad mi corazón necesitado,
si la vejez dañina, prejuiciosa
cargara en ti la mano,
y mordiera tu piel, desvencijara
tus dientes, y la música
que mueves, al moverte, deshiciera.

Guárdame siempre en la delicia
de tus dientes parejos, de tus ojos,
de tus olores buenos,
de tus abrazos que me enseñas
cuando a solas conmigo te has quedado
desnuda toda, en sombras,
sin más luz que la tuya,
porque tu cuerpo alumbra cuando amas,
más tierna tú que las pequeñas flores
con que te adorno a veces.

Guárdame en la alegría de mirarte
ir y venir en ritmo, caminando
y, al caminar, meciéndote
como si regresaras de la llave del agua
llevando un cántaro en el hombro.

Y cuando me haga viejo,
y engorde y quede calvo, no te apiades
de mis ojos hinchados, de mis dientes
postizos, de las canas que me salgan
por la nariz. Aléjame,
no te apiades, destiérrame, te pido;
hermosa entonces, joven como ahora,
no me ames: recuérdame
tal como fui al cantarte, cuando era
yo tu voz y tu escudo,
y estabas sola, y te sirvió mi mano.

WL. Es cierto que es un tema al que recurren mucho los poetas. Recuerdo más de un texto donde quien canta, por alguna razón ha quedado ciego o se ha alejado para siempre, y entonces la amada seguirá siendo joven y hermosa en la memoria. Hay un poema del cubano Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, muy ilustrativo en ese sentido. También recuerdo un cuento (no sé si de Unamuno) donde el hombre, que ha perdido la vista, sigue presentando a su mujer, ya vieja, como la más hermosa joven del lugar, y un texto de Nazin, el poeta Turco, que también se refiere al mismo asunto…

MB. No recuerdo ese poema de Naborí pero si me acuerdo de aquel en que habla de la pareja de viejos que se siguen amando. Allí él reflexiona y de pronto nos dice, si Romeo y Julieta no se hubieran suicidado ¿se mantendría el amor en la vejez?

Ahora bien, Waldo, ¿qué es lo que nos están diciendo los viejos con esto? Yo creo que está muy claro; nos dicen: señores hay que leer con atención, hay que leer a los nuestros.

WL. Yo creo que lo que tú estás diciendo, la propuesta que nos haces de buscar la forma de responder a este tiempo con su presente complejo y simultáneo y su futuro incierto, requiere de nosotros, en primera instancia, no olvidarnos de la raíz, no olvidar quiénes somos y de donde venimos. Esa conclusión, desde luego,  no es nueva, la historia y la historia de la cultura nos dan lecciones permanentes en ese sentido.

MB. Así es poeta. Creo que no completé la idea cuando te comentaba la observación de Lizalde sobre el hecho de que Góngora, Quevedo y Lope de Vega escribían sin diccionario; yo pensaba en ese sentido que en realidad nuestro trabajo es un trabajo en colaboración. Me explico: cuando los poetas jóvenes Audomaro Ernesto y Álvaro Solís, ambos de Tabasco, producen sus poemas, lo que están haciendo es colaborar con una obra mucho más grande, más vasta y más completa, en la que también están sus coterráneos, José Gorostiza, Carlos Pellicer y  José Carlos Becerra, por ejemplo. Su trabajo es una labor en colaboración; por eso no temo asegurar que no es pequeño el universo de nuestro trabajo, es justamente una lengua, y nosotros estamos aquí para preservarla, enjuiciarla, hacerla más fuerte, repetirla entre más gente, lograr que cada vez sea más clara y más precisa. Esa es nuestra chamba, hermano, la tuya, la mía, y fue también la chamba de Gonzalo de Berceo, del Arcipreste de Hita y de Alí Calderón, nuestro joven y talentoso poeta.

 

WL. Claro que esa “chamba” exige el reconocimiento de nuestra voz.

MB. Eso sería ventajoso, pero de todos modos es nuestra responsabilidad, tenemos que asumirla. De cualquier manera, en una perspectiva histórica, estoy convencido de que nuestra pequeñísima aportación va a enriquecer este proceso mucho más grande que es el español. En ese necesario proceso estamos hermanados todos, aún aquellos que piensan de un modo diferente al nuestro porque, gracias a que nos oponemos, podemos dar nociones diferentes del mundo y eso, sin duda, enriquece nuestro patrimonio común: la lengua. Enriquecer el continente de la forma del idioma que hablamos implica no sólo conocer todos sus secretos sino volcarnos al dominio de otras lenguas y verter las obras que en ellas se escriban a la nuestra, no importa cuán contemporáneas o no sean esas obras.

 

WL. La lectura es la que tiene que ser contemporánea…

MB. Así es. Traducir del latín, del griego, o de cualquiera de las lenguas contemporáneas es sin duda un enriquecimiento de lo que nosotros somos…

WL. …hijos y padres de una lengua… Yo estoy seguro, Mario, que ésta es una preocupación universal, es la misma que impulsa a los creadores de cualquier lengua y no dudo que al final los resultados son similares.

MB. Cuando salga la antología de poetas catalanes que se ha preparado, vas a ver cómo ellos y nosotros, los poetas mexicanos de la misma edad, estuvimos dialogando. Son dos lenguas de la misma raíz pero hay modos distintos de abordar los temas, sensibilidades distintas. No obstante, podrás darte cuenta que no están tan lejos, que están preocupados por cosas muy parecidas a las que  a nosotros nos preocupan.

 

 

 

 Lee la primera parte de esta entrevista aquí

 

 

 

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