Presentamos la poesía de Estefanía Ceballos (Corrientes, 28 de Junio de 1982). Poeta, abogada y gestora cultural. Ejerce su profesión de abogada en el ámbito del derecho penal y la docencia universitaria en la misma rama del derecho. En el 2014 publicó su primer libro de poesía Desde La guarida que ha sido prologado por la poeta Laura Yasán de Buenos Aires. Participa de la gestión del espacio cultural independiente El Patio Cultural, espacio que se desarrolla como parte de las actividades de la Biblioteca Popular Mariño de la ciudad de Corrientes, Cap. En 2016 formo parte del equipo de gestión del II Festival Correntino de Poesía.
foto:El Litoral
La guarida
en esta casa vive una niña de ojos tristes
me pregunto si los habrá con más tristeza
no lleva más pasado que una brisa de jazmines inundando su última primavera
las manitas se le enredan de alacranes dorados mientras cruza el pasillo del /escritorio a la cocina
pero esos pasos esos pasos
parece llevada por un soplo de ángeles ansiosos que abren espacios para que su /princesa levite triunfal por el cielo
nada la detiene entre esas paredes ni las risas ni los muertos
cuando duerme gruñe fieramente como un animal salvaje buscando una salida
me acelera los sueños dentro de su casa con muñecas desnudas
camina sobre mi cuerpo haciendo zigzagues de zapatitos blancos
disfruta cada hueco que conquista en mi memoria
desordena el templo arroja al vacío los centímetros que me sobran
¡grita! grita despiadada la niña
hay días que parece despierta por un coro de vírgenes tenebrosas
las horas caen precipitadas en un laberinto del tiempo
meses siglos y los relojes desaparecen
entonces come descontrolada de mi plato otra vez come hasta vomitar
vomita al espacio sus silencios
los recuerdos que me buscan
vomita al patio de jazmines la casa de muñecas
y mis años no la encuentran mis palabras son sordas
sólo doy con la guarida en el mundo íntimo de arriba
trepo las ramas de un árbol espinoso tallado en versos
cuando al fin cae rendida beso su frente
miro el continente aquietarse
llevo las manos desgajadas por la aventura
sobreviví a la batalla
en mi casa vive esa niña de ojos tristes
me pregunto si los habrá con más tristeza
La casa
Seguí esas huellas comiéndome las uñas
Las horas se desprendían nerviosas en un tic tac de mi puño izquierdo
De vez en cuando giraba silbándole una risita de telarañas que abandonaban mis /pasos
Caminé largos días con el cuerpo seco
La casa estaba sola
amarilla
sin voz
Trepé por el rincón del descanso hasta el lugar donde solía bailar
Las lamparitas rotas aún hacían suaves estampidos eléctricos
Do Re Mi Fa y el Sol agonizante colgado en un margen de la ventana
Los dibujos de tizas haciendo esfuerzos por no desaparecer
Me miran expectantes
Puede decirse que extrañados
Recordé cada baldosa rota cada línea del techo uniéndose al infinito cada /llamado de ángeles
Me animó entonces una palmadita en la espalda
Ahí estaba de nuevo ella contemplativa ahora esperando mi alegato último para /dar el zarpazo
Los fantasmas no hablan
sólo duelen
Se me aflojaron los músculos y despedí largos silencios
Esta constructora de templos ha fracasado – me dije – y soltó una carcajada
La miré desafiante pero me acobardó esa imagen de estúpida ternura
Es un demonio esta niña que me habita
quisiera matarla
quedarme sola de una vez
en la mitad que me pertenece
Callado río
¿De qué lugar viene ese viento?
¿Qué verdades lo trae hasta aquí apoderándose de cada planta cada mármol cada /infancia?
¿Y con qué boca se come la carne podrida de hambre?
¿Y con qué ojos miro los sueños que todavía te duelen?
Sólo me lleva un ramo de violetas aparecido entre mis manos
Aquel calor de la casa cuando la lluvia en el horizonte se funde en angustiosas /líneas transparentes
¿Cómo no querer regresar a un beso joven un alma virgen una palabra sin miedo?
Debajo de los pies no hay animales de rapiña
Aquí entre la tierra y mis pasos fluye el verano que anuncia al río danzando /entre las orillas de mi espalda
que en cascadas se desliza por mis piernas largas
extendiéndose más allá de las sombras de tus fronteras tus idiomas
No no vengo
ni como
ni habito en la oscuridad de tus oscuridades
Soy un pueblo dormido de siestas
lamentándome de olvidos
bailando la danza de este río que no existe
desaparecido
callado río de los pueblos
Distancia X
estaré entre los fantasmas que se alzan como humo sobre tu cielo
esas horas en que el espacio se detiene en busca de los olores del monte
allá donde la nada encuentra compañía en la quietud de las soledades que te /inundan
serás mi guarida en las noches desesperadas cuando la infancia se vuelve /monstruo y de las estrellas cuelgan pedazos de piel seca
llegaré a tu mundo con los recuerdos clavados en la mirada las manos sangrantes /los pies desnudos
en la mochila arrastro trozos de los diez templos en los que supliqué piedad y un /rosario de caracoles muertos
pero mientras la casa tan sola aterra
busco la mirada de mi otra mitad que se vuelve sombra
los disfraces pierden su sentido místico y la carne rebota entre la desolación de /velas consumidas
¿será que he perdido el coraje de hembra hambrienta?
siento gusanos en mis pies cuando duermo
un cosquilleo constante
penetrando
en la piel del pasado
aquí
en este mismo instante
¿cuándo fue que acaricié tan terrible imagen?
la lengua se quiebra cuando escupo esas palabras no hay silencio en el /universo del poeta
sin oídos la vida sigue y se desdobla se retuerce en las esquinas del tiempo
esta noche hay multitudes
en la otra vereda
hago equilibrio
parada sobre un segundo eterno
La grieta
y ahora la grieta
donde rompía el llanto de toda una especie
donde arañaron también mis manos
adormecida de necedad grieta
patética desde tus ojos oscuros
lánguida grieta de tacos altos
de boca roja
de sangre puta
Grieta maldita
la adorada
la Eros
La sagrada grieta que trae al mundo al Homo Sapiens erecto.
La grieta hembra que luego quiere matarlo.
Pero sólo es una grieta
un agujero abierto a base de golpes.
Y a veces suelo encontrármela llena de odio