Poesía de Nueva Zelanda: Louise Wallace

Presentamos, en el marco del dossier de poesía de Nueva Zelanda preparado por Andrea Rivas, textos de Louise Wallace. Es  autora de dos colecciones de poesía: Since June (2009) y Enough (2013), ambas publicadas por Victoria University Press. Su poesía ha sido antologada en The Best of New Zealand Poems y Essential New Zealand Poems: Facing the Empty Page. Fue la becaria de la Robert Burns Fellowship en 2015 en la University of Otago, Dunedin, y es fundadora y editora de Starling, revista literaria para escritores de Nueva Zelanda menores de 25 años.

 

 

 

 

Vacaciones de verano

 

No somos solo nosotros. Todos están

en sus vacaciones de verano y nos hemos

congregado en la costa cual gaviotas para traernos

de vuelta a la naturaleza, fastidiando a la población local.

Esta es la zona roja de tsunamis. La sal se endurece en

nuestro cabello y mientras regresamos de la playa

encontramos las motos acuáticas, las parrilladas,

los coches con logos plateados alzándose de

sus cofres, las bicis de niños, las bicis de los

amigos de los niños, una letanía de cosas

y la presión por poseerlas, uniéndose

para formar una ola montañosa

tan alta que empequeñece

al más seguro

de nosotros.

 

 

 

 

 

Ayudando a mi padre a recordar

 

Mi padre

está en el negocio

de las transmisiones.

Un técnico en radio,

la premisa básica siendo

que un mensaje es enviado,

y luego recibido. Excepto que algo ha

salido mal con el cableado

y él no me enseñó

cómo arreglarlo. Lo veo, de pie

en el banco de cocina,

su mano inmóvil

sobre un cuchillo anaranjado;

intentando pensar

lo que tenía planeado.

 

 

 

*

 

 

Hay evidencia de que el sonido

ayuda a restaurar la memoria:

el sonido

de una bola de cricket chocando

con la delgada cerca; limonada

mezclándose con cerveza en un shandy[1]; ramas

latiendo en el aire, cuando son tomadas

de una hoguera. El doctore dice

depresión, mi hermana dice estrés,

mi padre dice deja de ser

tan dramática.

 

 

 

*

 

 

Ellos dicen

soy igual que tú,

y que nosotros

somos como tu madre.

Te sigo a través de

hierba alta, tan alta

como mi cabeza. Llevas

tu caña de pescar.

Es verano, puedo escuchar

a las cigarras.

Hay viento

pero es tibio.

Nos acercamos

al río.

Encuentras a Nana,

yo te encuentro a ti.

No estaremos perdidos

si estamos juntos.

 

 

 

 

 

Su corazón latiendo

 

No me fue permitido ver El último de los mohicanos cuando fue estrenada. Mi Padre había escuchado sobre la escena donde un hombre clava su puño en el pecho de otro hombre y saca de él su corazón latiendo. Mi mejor amiga la había visto –una dócil y silenciosa niña- y mi Padre no lo podía creer. ¿No es irónico que ahora paso mis días trabajando en la mejor manera de realizar un atraco? Permanezco mirando el espejo de mi oficina, los dedos en forma de pistola contra mí misma, diciendo ¡manos arriba! una y otra vez, hasta lograr mi tono más aterrador. Es medio gruñido, medio aullido, por cierto. La gente se pregunta qué hago todo el día tras mi puerta cerrada. Trabajando en mi dibujo, digo. Ellos ríen como si estuviera bromeando. Cuando no río de vuelta, ellos ríen de nuevo, pero esta vez su risa es una nube de pequeños insectos, frotando entre ellos el borde de sus alas.

 

 

 

 

 

 

Sueño de brújula

 

He caminado por tres días. No tengo más agua, la tierra a mi alrededor es seca, pero está bien porque tengo una brújula. Un hombre aparece desde atrás de un árbol muerto y me dice que dado que compré la brújula en Nueva Zelanda, no funcionará aquí. ¿Qué demonios? Pensé que las brújulas eran el alfa y el omega de la seguridad. ¿Mientras tengas tu brújula estarás bien? No, dijo, declinación magnética, y rió. Miré la brújula en mi mano. Su pequeña flecha estaba atascada al techo de cristal, crispándose, como un cuerpo recién fallecido al que quisiera patear.

 

 

 

 

 

Ahakoa he iti he pounamu[2] | Aunque es pequeña es diorita

 

Elegí pounamu / que es una piedra de río / ella era de la tierra / ella tiene orquídeas en el invernadero /menos complejas que su marido / árboles frutales / sus injertos / ciruelas / duraznos / una niña de la que nunca hablamos / otro náufrago / yo elijo plantar mis piernas /para aterrizarlas / yo soy la niña de la cual nunca hablaremos / yo soy el náufrago / yo soy las orquídeas / árboles frutales / puedo soportar más de lo que tú crees / soy una piedra de río / y elijo un anillo hecho de pounamu para recordarme

 

 

 

 

 

[1] Coctel de cerveza con refresco o alguna otra bebida gaseosa. En español de Colombia también se le conoce como refago.

[2] Título originalmente en maorí. Pounamu significa diorita.

 

 

 

 

 

 

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