Presentamos un muestra de la obra del poeta Etheridge Knight (Corinth, Mississippi 1931-1991). Fue y sigue siendo uno de los referentes indiscutibles de la poesía afroamericana. Recibió reconocimientos como el de la Guggenheim Fundation, de la National Endowment for Arts, de la Poetry Society of America, entre otros. En 1960 fue detenido y condenado a ocho años de cárcel en la prisión estatal de Indiana, lugar en el que empezó a escribir. Sirvió cuatro años en el ejército, de 1947 a 1951. Durante el conflicto con Corea sufrió una herida de metralla que lo volvió adicto a las drogas. Su primer libro, Poems from Prison (1968), fue publicado mientras estaba aún preso, pronto se convirtió en un éxito que lo colocó junto a poetas que conformaron el Black Artist Movement, como Amiri Baraka, Haki Mandhubuti, Gwendolyn Brooks y Sonia Sánchez, con quien se casó. Su tercer libro, Belly Song and Other Poems (1973), fue nominado al National Book Award y al Pulitzer Prize. Las versiones al español son de Luis David Palacios.
Sintiéndose jodido
Señor ella se ha ido deshecho me dejó deshecho descompuesto y dividido
y sin forma de hacerla
regresar y en todas partes el mundo está desnudo
brillante hueso blanco destellos de arena de cristal
muerte por droga muerta moribunda y balbuciente la llevó
lejos la hizo llevarse consigo su risa y sus sonrisas
y su suavidad y sus suspiros de media noche
Al diablo Coltrane y la música y las nubes amontonándose en el cielo
al diablo el mar y los árboles y el cielo y los pájaros
y los reptiles y todos los animales que vagan por la tierra
al diablo marx y mao al diablo fidel y nkrumah y
la democracia y el comunismo al diablo la heroína y la mariguana
y los rojos tomates maduros y todos los discípulos al diablo fanon nixon
y malcom al diablo la revolución al diablo la libertad al diablo
toda la puta cosa
todo lo que quiero ahora es que regrese mi mujer
para que mi alma pueda cantar
Últimas palabras de “Jactancioso”
(o un auto / elogio cantado)
Ahora, cuando yo / muera, no me entierres
En ninguna llanura solitaria
Y no me pongas en ninguna simple caja de pino
(porque dejé mucho dinero miserable);
Y arroja mi culo helado en el profundo mar azul.
Hagas lo que hagas, no me plantes / bajo ningunos seis pies de tierra;
Sólo machácame, machácame, excepto mi verga,
La cual quiero envuelta en la blanca / falda de una mujer.
No quiero ningún predicador / hombre que predique
Sobre mí, porque yo sé a dónde voy.
No quiero ningunas lágrimas, ningunas flores,
Nadie de pie y esperando / todas las horas.
Sólo consigue una trompeta dorada y trae a Dizzy para que la sople.
Porque yo / fui / astuto, y tú lo sabes bien.
Ningún piano tocando, ningún blues, por favor;
Ningún gemido, ningún quejido;
Sólo déjame en la mesa, machácame
Dentro de mi traje de doscientos dólares,
Calcetines rojos, zapatos de charol negro,
Corbata con nudo polka (asegúrate que sea de seda,
y ¡no lo olvides!)
Llévame a mi cadillac rosa
Apóyame / bajo el volante
Remólcame hacia una colina alta,
Cava un hoyo –seis metros de largo y seis metros de ancho–
Coloca un gran bulto de hierba / mariguana a mi lado;
Después, déjame solo
Y ¡déjame manejar al infierno con estilo!
Hard Rock regresa a prisión desde el hospital para criminales dementes
El Hard Rock / fue / “conocido por no tomar ninguna mierda
De nadie” y tenía las cicatrices para demostrarlo:
Divididos labios violetas, oídos pesados, moretones encima
De sus ojos amarillos y una larga cicatriz que cortaba
Su sien y se abría camino a través de una gruesa
Cubierta de pelo rizado.
La NOTICIA / fue / que Hard Rock ya no era un negro maldito,
Que los doctores le habían hecho un hoyo en la cabeza,
Cortado parte de su cerebro y disparado electricidad
Por sus restos. Cuando trajeron de regreso a Hard Rock,
Esposado y con cadenas, fue soltado,
Como un semental recién castrado, para probar su nuevo estatus.
Y todos esperamos y observábamos, como un rebaño de ovejas,
Para ver si la NOTICIA era cierta.
A medida que esperamos nos envolvimos en la capa
De sus hazañas: “hombre, la última vez, necesitaron ocho
Guardias para ponerlo en el Hoyo”, “Sí, ¿te acuerdas cuando
Golpeó al capitán con la bandeja de la cena?”, “Puso
El récord de tiempo en el Hoyo, ¡67 días seguidos!”
“Viejo Hard Rock, hombre, ese es un negro demente”
Y después, la joya del mito de que Hard Rock una vez había agarrado del pulgar
A un guardia envenenándolo con saliva sifilítica.
La prueba llegó, ver si Hard Rock estaba realmente amansado.
Un lugareño lo llamó negro hijo de puta
Y no perdió sus dientes, un guardia que conocía al Hard Rock
Desde antes lo sacudió y le ladró en la cara.
Y Hard rock no hizo nada. Sólo sonrió y parecía tonto,
Sus ojos vacíos como nudos de madera en una cerca.
E incluso después de que descubrimos que a Hard Rock le tomó
Exactamente 3 minutos decirte su primer nombre,
Nos dijimos que él había acabado de hablar,
Era genial; pero no pudimos engañarnos por mucho tiempo,
Y nos alejamos, nuestros ojos hacia el suelo. Abatidos.
El había sido nuestro Destructor, el hacedor de las cosas
Soñamos hacerlo, pero no pudimos hacerlo,
El miedo de los años, como un látigo mordaz,
Había cortado profundas hendiduras
A través de nuestras espaldas.
La salida del sol
Y si sale el sol,
¿cómo lo saludaremos?
Gwen Brooks
Salió el sol, señorita Brooks,
Después de todos los años de noche
Salió escupiendo fuego de sus labios.
Y volteamos –echamos todo a perder.
Parece que nuestros oídos no estuvieran preparados
Para el martilleo feroz.
Y ahora el Sol se ha ido, ha sangrado rojo,
Llorando tras las montañas.
De nuevo surgen las sombras de la noche.
Pero bajo el plácido rostro una tormenta ruge.
Los rayos del Rojo han perforado la profundidad, han golpeado
El núcleo. No podemos dormir.
Las sombras cantan: Malcom, Malcom, Malcom.
La oscuridad no es como antes.
Salió el Sol, señorita Brooks.
Y echamos todo a perder.
Creo.
(Aunque ninguna visión visitó mi celda)
¿Apología para la apostasía?
Suaves canciones, como pájaros, mueren en el aire envenenado
Así que ahora mi canción no puede ser dulce.
El enojo roe el roble y el olmo; las rosas son raras,
Pocas veces vistas a través de la ciega desesperación.
Y mi murmullo no puede ser oído
Por encima del barullo y el maldita sea. La noche está llena
De pendejos y bastardos; ninguna luna o estrellas
Iluminan el cielo. Y mi dulce se aplazó
Hasta el tiempo de paz, cuando mi voz sea luz,
Como abajo, flotando en el aire; entonces seré
El canto de las playas, blanco en el mágico sol,
Y de lunas y doncellas a media noche.
Feeling Fucked Up
Lord she’s gone done left me done packed / up and split
and I with no way to make her
come back and everywhere the world is bare
bright bone white crystal sand glistens
dope death dead dying and jiving drove
her away made her take her laughter and her smiles
and her softness and her midnight sighs—
Fuck Coltrane and music and clouds drifting in the sky
fuck the sea and trees and the sky and birds
and alligators and all the animals that roam the earth
fuck marx and mao fuck fidel and nkrumah and
democracy and communism fuck smack and pot
and red ripe tomatoes fuck joseph fuck mary fuck
god jesus and all the disciples fuck fanon nixon
and malcolm fuck the revolution fuck freedom fuck
the whole muthafucking thing
all i want now is my woman back
so my soul can sing
Last Words by “Slick”
(or a self / sung eulogy)
Now, when I / die, dont you bury me
On no lone prairie;
And dont put me in no plain pine box
(cause I left plenty cold cash!);
And throw my cold butt in the deep blue see.
Whatever you do, dont plant me / in no six feet of dirt;
Just mash me, mash me, except for my dick,
Which I want wrapped in a white / woman’s skirt.
I dont want no preacher / man a-preaching
Over me—cause I know where I am going.
I dont want no tears, no flowers,
No standing around and waiting / up / all hours.
Just get a golden trumpet, and have Dizzy blow it.
Cause I / wuz / Slick—and you damn well know it.
No piano playing, no blues please;
No moaning and groaning;
Just lay me on the table, mash me
Into my two-hundred-dollar suit,
Red socks, black patent leather shoes,
Polka-dot tie (make damn sure it’s silk—
And dont forget it!)
Take me out to my pink cadillac
Prop me up / under the steering wheel,
Tow me out to real high hill,
Dig a hole—twenty feet long and twenty feet wide,
Place a giant joint of reefer / weed by my side;
Then leave me alone—
And let me drive to hell in style!
Hard Rock Returns to Prison from the Hospital for the Criminal Insane
Hard Rock / was / “known not to take no shit
From nobody,” and he had the scars to prove it:
Split purple lips, lumbed ears, welts above
His yellow eyes, and one long scar that cut
Across his temple and plowed through a thick
Canopy of kinky hair.
The WORD / was / that Hard Rock wasn’t a mean nigger
Anymore, that the doctors had bored a hole in his head,
Cut out part of his brain, and shot electricity
Through the rest. When they brought Hard Rock back,
Handcuffed and chained, he was turned loose,
Like a freshly gelded stallion, to try his new status.
And we all waited and watched, like a herd of sheep,
To see if the WORD was true.
As we waited we wrapped ourselves in the cloak
Of his exploits: “Man, the last time, it took eight
Screws to put him in the Hole.” “Yeah, remember when he
Smacked the captain with his dinner tray?” “He set
The record for time in the Hole—67 straight days!”
“Ol Hard Rock! man, that’s one crazy nigger.”
And then the jewel of a myth that Hard Rock had once bit
A screw on the thumb and poisoned him with syphilitic spit.
The testing came, to see if Hard Rock was really tame.
A hillbilly called him a black son of a bitch
And didn’t lose his teeth, a screw who knew Hard Rock
From before shook him down and barked in his face.
And Hard Rock did nothing. Just grinned and looked silly,
His eyes empty like knot holes in a fence.
And even after we discovered that it took Hard Rock
Exactly 3 minutes to tell you his first name,
We told ourselves that he had just wised up,
Was being cool; but we could not fool ourselves for long,
And we turned away, our eyes on the ground. Crushed.
He had been our Destroyer, the doer of things
We dreamed of doing but could not bring ourselves to do,
The fears of years, like a biting whip,
Had cut deep bloody grooves
Across our backs.
The Sun Came
And if sun comes
How shall we greet him?
—Gwen Brooks
The sun came, Miss Brooks,—
After all the night years.
He came spitting fire from his lips.
And we flipped—We goofed the whole thing.
It looks like our ears were not equipped
For the fierce hammering.
And now the Sun has gone, has bled red,
Weeping behind the hills.
Again the night shadows form.
But beneath the placid face a storm rages.
The rays of Red have pierced the deep, have struck
The core. We cannot sleep.
The shadows sing: Malcolm, Malcolm, Malcolm.
The darkness ain’t like before.
The Sun came, Miss Brooks.
And we goofed the whole thing.
I think.
(Though ain’t no vision visited my cell.)
Apology for Apostasy?
Soft songs, like birds, die in poison air
So my song cannot now be candy.
Anger rots the oak and elm; roses are rare,
Seldom seen through blind despair.
And my murmur cannot be heard
Above the din and damn. The night is full
Of buggers and bastards; no moon or stars
Light the sky. And my candy is deferred
Till peacetime, when my voice shall be light,
Like down, lilting in the air; then shall I
Sing of beaches, white in the magic sun,
And of moons and maidens at midnight.