62 voces de la poesía argentina actual: Fernando G. Toledo

En el marco del dossier, Modelo para armar: 62 voces de la poesía argentina actualcon selección e introducción de Marisa Martínez Pérsico, presentamos al poeta Fernando G. Toledo (San Martín, Mendoza, 1974). Licenciado en Comunicación Social. Ha publicado libros de poesía como, Hotel Alejamiento (1998), Secuencia del caos (2006, Premio Vendimia) o Mortal en la noche (2013) y, de narrativa, La luz mala (1998, cuento), De Mendoza a Tokio (2014, novela) y El mar de los sueños equivocados (2016, novela juvenil, Premio Vendimia). Es editor en diario Los Andes. Fue editor del suplemento de espectáculos de Diario Uno. Fundó y dirige, junto con Hernán Schillagi, la editorial Libros de Piedra Infinita y la revista virtual El Desaguadero. Es el creador y director del Festival Internacional de Poesía de Mendoza.

 

 

 

 

 

 

 

 

Acto reflejo

 

Cuando se oye sonar la propia música
En un lugar ajeno y no hay espejos
Que confirmen la supuesta presencia
En este cuarto de poema y fiebre
Cuando una letra cierra la palabra
Y sólo sigue un largo espacio en blanco
Cuando el tiempo es la secuencia del caos
Cuando todo es deuda y sólo resta
Conservar el doble punto de apoyo
Que este suelo concede indiferente
Cuando la noche es un acto reflejo
Vuelvo a escribir ¿Para mí? ¿Para un otro?
Nadie lo sabe: igual vuelvo a escribir
Hasta escarbar Hasta desenterrar.

 

 

 

Barricadas

 

Acaso diga y escriba y repita
Y gaste con la tinta y la voz nombres
Que no harán otro gesto que extraviar
Las llaves de algún reino sordomudo
Esto es un simulacro Nada puede
Más que parir largas filas de hormigas
Letras Señales de humo contra el mundo
Esquivo que no puede ser tocado
Pero acaso escriba mientras la noche
Estrecha el vínculo con esta casa
Que alimenta ecos como nodriza
De leches oscuras Acaso escriba
Describa una fruta en la mesa un grifo
Denuncie la distancia entre las cosas
/Nada pierde su cerrada unidad/
Acaso insista en poner por escrito
Formas figuras círculos viciosos
Y un sistema que sigue funcionando
Aire & vacío: El paisaje & el cuarto
Sostenes de una ficción pulmonar
Por la que el lenguaje respira pruebas
De estar asido aún a lo posible
Por eso acaso vuelva a repetir
El acto de calzarme una corona
Engarzada con palabras opacas
/Hegel: «El hecho primero mediante
El que Adán conquistó los animales
Fue imponerles un nombre Mejor dicho
Los aniquiló en su propia existencia»/
Pero este verso no sabe matar
Y menos sabe nacer el poema
Acaso entonces sólo gaste tinta
Y dibuje un mapa para extraviarme
En laberintos negros sobre blancos
Use como un manco una mano sola
Cómplice en el motín del alfabeto
Acaso diga y repita y escriba
Y en la saliva del habla se seque
El agua de este vaso que pronuncio
/La boca tiene sed y tiene lengua
Para beberse de un trago el silencio/
Acaso escriba largas despedidas
Reciba el último adiós de lo dicho
Porque decir es como abandonar
Porque escribir es elegir la sombra
Que acecha donde no llegan los ojos
Porque la red que arrojo de vocablos
Y acaso lo que hablo cuando sueño
Deba decirse escribirse caerse
Acaso porque sí o porque no
Porque las células siguen muriendo
Y es un hilo de sangre la escritura
Que ignora la ley recia de lo útil
Acaso porque arrecia el aire frío
De este diálogo entre adentro y afuera
Acaso escriba de nuevo y de nuevo
Diga y repita la primera letra:
Es lo que tengo Lo demás se ha ido.

 

 

 

 

10

 

«Entonces prefiero quedarme quieto»
Solía decirme a mí mismo Quieto
Como un animal que oye una canción
Quieto como la estrella que de niño
Elegí para mí entre las del cielo
«Hacia dónde voy cuando no me muevo»
Preguntaba como si no pudiera
Saber que el tránsito es a la distancia
Lo mismo que la palabra al silencio
Pasajero del punto de partida
Que despide a los trenes detenidos
Voy a seguir aunque ya nunca avance
Seguir como un reflejo que persiste
Después de que el espejo se ha quebrado.

 

 

 

 

Gesto en el universo

 

La abundancia sideral del mundo allá afuera
No parece bastarme por sí misma: busco
Entre toda esa madeja algo que volcar
En un poema.
Pero un perro se hace oír a lo lejos
Resolviendo antes que yo sus asuntos,
Y pienso en esto que ahora
Voy a poner por escrito:
Un ladrido como un acto reflejo
Contra algo que se mueve en la noche.

 

 

 

 

Anochecer
(Inédito)

 

Sucede que nunca has sentido en tus ojos abiertos
La carga de la oscuridad, por eso es que tampoco
Te ha rozado el miedo. Podrías intentarlo: correr las cortinas,
Probar el extraño aire de la luz ausente,
Sentir por primera vez que el corazón quiere huir
Pero sin ver el camino que tus pies están pisando.
¿Notaste cuánto pesa el color negro? Así será
Todo pronto. Ya el ciclo está cumplido.
Ya es tiempo del eclipse de seis soles.
Apenas hemos alcanzado a predecirlo,
Descubrir que llegaría, al fin, la ceguera,
Y ahora entenderemos lo más importante:
Si era mejor saberlo o acaso convenía
Seguir el camino del pasado, dejar que la primera sombra
Engullera al último sol y luego el planeta
Girara sin eje y se desangrase en un viejo fermento
Hirviente de noche, de locura, de fuego
Y de estrellas desesperadas.

a Isaac Asimov

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