Entrevista a Ludwig Zeller

Presentamos una entrevista a Ludwig Zeller (1927), poeta chileno radicado en México desde hace algunas décadas. Ligado a la corriente surrealista, además de poeta, es un artista visual y un destacado editor. Autor de varios libros de poesía. La entrevista fue realizada por Omar Alejandro Ángel Cortés.

 

 

 

 

ENTREVISTA A LUDWIG ZELLER

en compañía de Susana Wald

 

Omar Alejandro Ángel Cortés

 

 

 

La indisociable mezcla entre poesía y vida: poiesis, creación

 

Ludwig Zeller (LZ): Bueno, uno hace poesía y se da cuenta, digamos, siendo ya adolescente en el caso mío, que me interesaban los distintos temas poéticos; así como de las dificultades. Pero me ha sido muy interesante que mis familiares, en general, me apoyaron y protegieron. He vivido con un grupo grande de hermanos, he podido estudiar en distintas partes… he podido trabajar en esto. Naturalmente, pasan los años y me ha sido muy pleno, muy grato, el casarme con Susana y poder compartir cosas también. Ella me ha ayudado y me ha protegido en muchas cosas.

 

Susana Wald (SW): Yo tengo la sensación de que, bueno… la palabra poesía viene del griego crear. Y, como creador, Zeller es insaciable, incansable, durante un período muy largo de su vida. No solamente se dedica a crear lo propio, sino también impulsa a otros a crear. Constantemente. Y fue bien negrero en esa época. No dejaba descansar a los que trabajaban con él y con mucha dicha para toda la gente, no es una persona que esté torturando a nadie.

Y en cuanto a la poesía, como manifestación escrita, ésa es su interés central. Si miramos estas cosas acá, que él esta leyendo, no sé si hay aquí libro que no sea de poesía. Y hay aquí como cuarenta cositas por lo menos. No puedo concebir que haya uno que no tiene algo de poesía. Porque si él lo está leyendo es porque es poesía. Y es lector de poesía, conocedor desde su juventud. Cuando es muy, muy joven, pasa días y tardes -hasta que la cierran- en la Biblioteca Nacional [de Chile], tiene permiso especial para leer cosas, apenas tiene tres centavos para comer; se alimenta de un poco de pan y unas uvas y vuelve a la lectura. Es un lector voraz. Todos los escritores que yo conozco son muy buenos lectores. La lectura es fundamental para la escritura. Y en ese sentido, Zeller tiene un horizonte vastísimo, desde la poesía del Siglo de Oro (español) hasta otras influencias como el Romanticismo Alemán. Él llega al surrealismo a través del Romanticismo; no es que él esté buscando el surrealismo porque es joven, todo lo contrario. Tiene unas distensiones con los surrealista del primer grupo chileno. Álvaro Mutis lo dice muy bien: Para Zeller lo que está fuera de la poesía, no existe. Es una cosa un poco bruta como frase pero muy verídica. Sí, fuera de lo creativo el resto no tiene interés para él. Es como una cosa que hay que aguantar para poder dedicarse a este fondo primario que él considera esencial.

 

LZ: Me tocó pasar los primeros años de mi niñez en la parte norte de Chile, donde he nacido. Es un desierto. Mi padre tenía un trabajo muy especial, trabajó durante años para una gran factoría en la que hacían dinamita. Todo el norte de Chile está lleno de minas. Y me ha sido muy grato el trato con mis padres, con mis hermanos. Bueno, a posteriori he tenido que ir, naturalmente, al liceo y luego a una institución de la orden jesuita y me ha sido grato y he podido hacer, digamos, unos quince libros en esos años. En Chile es importante que se pueda publicar y se pueda distinguir uno porque hay algunos poetas muy conocidos como Gabriela Mistral o Neruda y así hay otros diez que son más o menos conocidos. Y si tú eres joven y estás en esto, tienes que hacer una obra, publicarla… hacer todo el proceso. En eso he colaborado y he tenido muy buena amistad con la Mistral. Me fue fácil participar en muchas cosas. Varios libros míos mencionan esto, hacen recuerdos.

 

SW: Los poetas que conocen a Zeller como hombre joven y lo apoyan son Rosamel del Valle y Humberto Díaz-Casanueva. Son poetas fundamentales de Chile, no están asociados políticamente con un interés como es el caso de Neruda y por tanto no existían tantas publicaciones de ellos; pero ahora sí, ahora ya son muy accesibles las obras de ambos. Yo creo que son importantes precedentes de la obra de Zeller. Otro es un poeta lituano que se llama Oscar Vladislas de Lubicz Milosz; la primera obra que como editor de libros publica -gran parte del trabajo de Ludwig es editorial- es una obra de poesía de Milosz en traducción castellana de Augusto D’Halmar. Es muy curioso que Zeller tiene estas anclas en su poesía, en Chile.

Si observas las lecturas de Ludwig, por ejemplo, aquí están Valéry, Rilke, Pizarnik, D. H. Lawrence, el propio Zeller, Milosz (el poeta que te digo), un libro mío, Cáceres (uno de los del primer grupo surrealista de Chile)… es decir, el interés de Zeller es de una base muy amplia. Hay cosas completamente nuevas, también; cosas que van apenas apareciendo tanto en América del Sur como acá y cosas viejas que se están reimprimiendo… Hay una efervescencia constante de muchos intereses en muchos sentidos en la obra de Zeller. Yo he conocido por ejemplo la obra de poetas de lengua inglesa a través de él. De lengua alemana, también; en francés: su conocimiento de la poesía francesa es amplísima.

 

LZ: Pero, de alguna manera hemos tenido un estímulo para trabajar, para elaborar cosas desde muy jóvenes. Y en eso, en Chile, por los antecedentes de poetas muy importantes (la Mistral, quien había ganado el Premio Nobel, Neruda o Vicente Huidobro).

 

Omar Alejandro (OA): Usted mencionaba a Vicente Huidobro. Específicamente en Altazor, en el canto II. ¿Qué opina de la postura que equipara Mujer en sueño, de su autoría, con dicho canto?

 

LZ: Tanto Huidobro como Neruda como la Mistral, tienen una enorme influencia sobre las otras generaciones, sobre las más jóvenes. Y es el hecho que a mí me tocó tratar con ellos, también.

 

SW: A mí me parece legítima toda comparación. Es totalmente posible que los que escriben se influencien por sus lecturas, pero a su vez, hay una voz propia. Zeller conoce también a poetas como Pablo de Rokha, Gabriela Mistral… hay un contacto directo, no solamente de lecturas; es decir, hay un contacto personal. Y también conoce mucho de la literatura en Argentina, Colombia… en muchos lugares donde a lo largo de su vida tiene contacto personal con los poetas. Ha viajado a Venezuela, ha conocido a la gente del Techo de la Ballena; en Buenos Aires ha conocido a todo el grupo que rodeaba a Aldo Pellegrini. Éramos muy cercanos a Olga Orozco, una gigante de la poesía argentina. Sí: hay una gran cantidad de gente con la que Ludwig ha tenido contacto personal.

 

LZ: Me fue muy grato también, digamos, que los poetas que me interesaban me recibían como un amigo. Yo era muy joven. Tenían entusiasmo y me decían, “trabaja, sigue adelante”.

 

 

El surrealismo en la vida y obra zelleriana

 

LZ: El surrealismo me interesó como tema; no puedo decir que en la vida me ha resultado viable esta idea. No puede en todo el suceder de los días ser surrealista de la noche a la mañana, de los dieciocho años hasta los cincuenta… no. Pero da posibilidades. Tuve la oportunidad de hacer exposiciones para el Ministerio de Educación y ahí conocí a muchos pintores surrealistas y ha sido muy interesante eso, me ha estimulado para trabajar.

 

SW: Los surrealistas lo consideran uno de los suyos. Ludwig ha tenido correspondencia con Breton. Hemos conocido a la generación posterior a Breton en París: ellos han publicado la obra de Zeller, nosotros la de ellos… Hemos tenido una actividad muy fuerte dentro del surrealismo. En ese sentido, yo creo que la obra de Zeller es muy seminal, es muy especial. Y le llega, impacta, a la gente mucho más joven por esa causa.  

 

LZ: Y mira, tengo muchos amigos. Han llegado muchas veces a mí buscando un libro mío, teniendo interés en lo que hago. Y los escritores en Chile me han apoyado, los compañeros.

 

SW: Cuando Zeller cumple sesenta años -de eso hace ahora treinta y un años- Beatriz Hausner toma un poema de él y se lo manda a distintas personas. Y se publica entonces, para celebrar su cumpleaños, un libro que se llama A Celebration; hubo una celebración, justamente, valga la redundancia junto con una gran exposición. A ese libro contribuyen cincuenta y dos poetas y cuarenta y tres artistas visuales: más de noventa artistas, cada uno haciendo su propia versión del poema seleccionado. Es curioso que en ese mismo momento hay muchísima gente dispuesta a aportar algo poético, creativo, a la obra de Zeller.

 

OA: Usted tiene una facilidad también para la creación pictórica. ¿Cuál es la importancia de la imagen al momento de la creación, tanto poética como plástica?

 

LZ: Es muy importante. Tanto en la pintura como en la poesía ese detalle que usted menciona es muy importante, porque ahí es donde se gesta la obra.

 

SW: Ahí hay un aspecto muy importante. A Ludwig le interesa el asunto de la visión, las imágenes visuales, tanto en lo verbal como en sus collages. Yo diría que lo que él hace en collage es una especie de combinación poética, más que visual, más que plástica. La búsqueda de Zeller en los collages no es plástica, es una búsqueda de imagen, de contraposición de ésta y de creación de realidades nuevas a partir de elementos antiguos, en su mayor parte, aunque sí tiene también mucha obra hecha a partir de elementos modernos; pero es más conocido por los collages que hace con elementos antiguos, del XIX principalmente, por una razón técnica, porque están hechos de una cierta manera, y la combinación de ellos da un cierto resultado. Son líneas, no puntos (como ahora se reproducen las cosas), y a él le interesa mucho la reproducción lineal combinada con otra reproducción lineal.

 

 

La metáfora y la poesía hoy

 

LZ: La metáfora ha tenido importancia para mí como la tienen otros aspectos literarios. Fluye constantemente. Lo he podido ver y elaborar a través de toda mi vida.

 

SW: Hay un aspecto de la poesía de Zeller muy importante y que es lo que lo hace surrealista, también: la contraposición, la unión de los opuestos. Crea una nueva realidad y produce una chispa de algo que es interiormente vibrante. Eso se da mucho en toda su poesía, en especial en su época de los poemas de amor, como Mujer en sueño. Otro aspecto: Zeller tiene muchos poemas muy largos y a la gente le gusta leer poesía de una sola página, pero la gran parte de la poesía de Zeller son poemas muy largos, cien, quinientos versos y versos largos, además. Eso tiene un aspecto que considero esencial en su obra.

 

OA: ¿Considera que hay una fuerza en la poesía de hoy en día, o que ésta se pierde con el paso del tiempo?

 

LZ: No… la poesía subsiste a través de los siglos. La verdadera poesía. Lo importante es crear una cosa que sea absolutamente precisa. Mire, me ha interesado la poesía desde que era niño, adolescente. Tenia trece años y yo podía hacerte ya un poema. Así son las cosas. Es algo que brota, es lo natural del mundo en que vivo. Y así he podido hacer una veintena de distintas obras.

 

SW: Le voy a leer un poema de Enrique Gómez-Correa. Enrique Gómez-Correa era uno de los del primer grupo surrealista en Chile. El grupo se llamaba Mandrágora. Zeller y yo y los que nos rodaban somos el segundo. Ahora ya van el tercero. Esa idea sigue viva. Y Enrique Gómez-Correa tiene un poema que se llama “Ludwig Zeller”. Se me abrió aquí el cuadernito, no lo vengo buscando [Se adjunta el poema al final de esta publicación]. Esto es un poema escrito en Santiago de Chile en marzo de 1982. Nosotros publicábamos en Canadá una revista que se llamaba El huevo filosófico y nosotros lo incluimos en ella. ¿Por qué se me abrió en esa página? No lo sé. No lo veo hace treinta años.

 

OA: A manera de conclusión, ¿cómo considera a la poesía en su vida, a lo largo de casi ya un siglo?

 

LZ: Para mí ha sido una bendición. Es el impulso para colaborar con los amigos, con la persona que uno quiere, es el impulso de abrir el mundo. Es una sensación maravillosa. Eso es lo que yo tengo.

 

 

Oaxaca, abril de 2018

 

 

 

 

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