En el marco del dossier, Modelo para armar: 62 voces de la poesía argentina actual, con selección e introducción de Marisa Martínez Pérsico, presentamos a la poeta María Casiraghi. Nació en Buenos Aires en 1977. Es poeta, narradora y periodista. Autora de los siguientes libros de poemas: Escamas del Silencio (2004), Turbanidad (2008), Décima Luna (2011) Loba de Mar (2013), y Albanegra (2015) todos ellos publicados por Alción Editora y la antología poética Vaca de Matadero (2017, Ed. Summa, Lima, Perú). En narrativa, es autora de Nomadía, (Monte Ávila, Venezuela, 2010), y de Otro dios ha muerto (Alción, 2016). Como periodista, publicó Retratos, Patagonia Sur y Patagonia Sur -Santa Cruz -Argentina (G. A.C, 2000). Desde el año 2014 forma parte del Consejo de Redacción de la revista Boca de Sapo: Arte, Literatura y pensamiento.
Anunciación
Tengo el nombre de la virgen.
Una madrugada, como un ángel
me anunció:
-Hay un hijo en tu vientre.
Aullé en los brazos de un antepasado
desenterrando
la primera pregunta:
¿venir así
al mundo
desde este cuerpo de cal?
Tengo el nombre de la virgen
y la boca de Eva.
Estadística
En Guatemala está agonizando Joaquín
uno de los 30 niños de cada 1000
que mueren allí
antes de cumplir cinco años.
En la franja de Gaza
Fadel
grita y grita
que alguien le devuelva al padre
se lo han llevado a Israel por pedir agua
algo tan simple
agua
y nadie lo ve
porque en Gaza
hasta la luz han embargado
y por eso cada vez son más los muertos que acaban de nacer.
Unas 3.000 personas se suicidan por día en el mundo
en Suecia hay alrededor de 500 niños apáticos
de los cuales 50 se quitaron la vida en 2010
el mismo año
que Lars se arrojó desde un puente
en Noruega
es que se matan de a cientos
cuando pasa el invierno
y se dan cuenta
de que no era la nieve la que los dejaba solos
por eso rompen su vida en el espejo.
En Somalía
el Congo
y Burquina Fasso
hasta la muerte
tiene hambre
de 168 niños de cada 1000
que mata por año en Mali.
En la India
todo es sagrado
menos los “intocables” dalits
que nacen
y mueren lavando baños
levantando con sus manos inhumanas
la mierda de los Brahmanes, sacerdotes que salieron de la boca de Dios
el orín de los Chatrías, militares y gobernantes, hechos con los hombros del Creador
el vómito de los Vaishias, nacidos de la cadera divina
y el sudor de los Shudrás, esos pobres siervos y obreros, que llegaron al mundo desde los pies de Brahma.
Por eso expulsaron de esa tierra a Buda
ese loco que decía:
todos somos iguales
antes de nacer
Dios es sólo una metáfora
Estados Unidos:
1531 mil millones de dólares al año en jugar a la guerra
el 42 % del gasto militar mundial
mientras
los hijos de los generales compran soldaditos de plástico chino
y declaran su batalla privada
en el desamparo de sus tardes
tan bellas y lentas.
Mientras
en ese país
hay 40 millones de pobres
y 200 millones de armas para la
masacre de la escuela secundaria de Columbine
masacre de la escuela Amish
masacre de Alabama
masacre de Bighamton
de Boston
de Centralia
de Colfax
de Forthood
masacre de la escuela primaria de Sandy Hook
y otra más y otra más
en la Universidad Estatal de Kent
sin vaciar el cargador
porque quedan todavía dieciseis colonias en el mundo
y más de quince millones de refugiados.
América Latina
el mundo entero
visto desde abajo
es un globo aerostático
suspendido
por gases fugados
de hospicios y pozos ciegos.
Allí
en el mundo
todavía es tarde
corren los péndulos contra la luz de las lluvias
arden gaviotas
huyendo siempre a los veranos
el mar que se nos va
del mundo
el mar que es solamente sal
insaciable
se va
y nos deja sin agua.
Sólo queda tomarnos las manos
y girar
de uno en uno
dentro del otro
hasta borrar todos los números.
Lavandera
Abrí el bolso de viaje de mi hijo
saqué su ropa
y toda esa casa volvió de golpe
a impregnar el aire de la mía.
Olí las mañanas entre los pinos
y las tardes en caminos ignotos de la sierra
y también los libros
los viejos estantes sin leer
y las camas tendidas para nadie en el invierno.
Pero en la ropa estaba también la mugre
las puertas envenenadas
y las fichas del juego quemándose en la chimenea.
De su saquito azul
me vino el canto del benteveo
y la persiana negra
el mármol de la montaña
y la fresca inocencia de la luna.
Olí las noches sorteando víboras en las espinas del parque
y vos y yo que éramos alguien
aún sabiendo que la luna marchitaba
nos abrazábamos
y decíamos que sí
ante ese brillo blanco de la despedida.
Ahora mi hijo
recién llegado
me cuenta lo vivido
y se niega
a recordar mis recuerdos.
Y me habla de esa casa como si yo fuese ciega.
Entonces
arrojo en el lavarropas
todo lo que trajo.
Él presiona el botón
y juntos nos sentamos
a mirar
cómo dan vueltas
entre la espuma
los espíritus.
Y se lava el sepulcro
y se blanquea la tarde
y mientras él juega con su caballito de madera
yo tiendo en la soga
la ropa limpia
inodora
y el sol incendia
por fin
el patio de esta nueva casa.
Enseñanza
No mereces morir
en ese árbol donde te esperan las hormigas
diles que no es tu hora
que se han equivocado
que entonces eras tu
un error del día.
Han abierto el cajón
pide que no te lleven
que no digan amén
y te tapen entera
para que te olfateen
las manos de tus verdugos
de tu familia
no escuches los murmullos
oye adentro del agua
el agua sabe
posee los secretos de la historia
y dice la verdad
su lenguaje
como el tuyo
es herbívoro.
Vuelve a ti
eras una lenga altísima
oye si no los caballos
galopando en la virginidad
y esas esponjas verdes que te crecían
colgaban de todos tus extremos
indicios de que eras libre.
No oigas el alarido de los hombres comunes
cuando se tiran al agua
aprende de esos sabios clavadistas
que saben caer silentes
mudos como plumas
al inminente agujero
donde la muerte es el comienzo de la música.
Sólo así
puedes arrojarte al mundo
desde ese árbol
donde antes te esperaban las hormigas.