Poema para leer un viernes por la tarde: Tençó, de Paay Soarez y Pero Velho de Taveiros

En Poema para leer un viernes por la tarde, nuestro editor, el poeta Mario Bojórquez, nos propone la lectura de la Tençó, de los hermanos poetas Paay Soarez y Pero Velho de Taveiros. La poesía de estos hermanos es una pieza fundamental para la tradición iberoamericana. La traducción de la nota y del poema son de Mario Bojórquez.

 

 

 

 

 

Una Tençó o recuesta entre los dos hermanos poetas Paay Soarez y Pero Velho de Taveiros, al respecto de unas muchachas que el primero conoció por azar y de las cuales se ha enamorado. Siglo XII, hay manuscrito de la Tençó en la Biblioteca de Porto y en la Biblioteca Nacional de Madrid.

 

Mario Bojórquez

 

 

 

Tençó

 

Esta cantiga la hizo Pero Velho de Taveiros y Paay Soarez, su hermano, a dos doncellas hidalgas y muy hermosas que visitaban la casa de doña Mayor, mujer de don Rodrigo Gomez de Trastamar. Y dice que se parecían tanto la una a la otra que nadie podría asegurar cual era cada una y estando un día tomando la siesta en un pomar, entró Pero Velho de improviso y les habló. Llegó un guardia y lo sacó a empujones, haciéndolo quedar muy mal delante de ellas.

 

–Vi yo damas en cuidado 

que ya siempre serviré

porque hasta ando enamorado

pero no te las diré 

por temor que de ellas he.

Así es que me han castigado.

 

–Desde que esas damas viste

¿te hablaron algo de amor?

Dime, si las conociste

¿cual de ellas es la mejor?

No fuiste conocedor

Cuando no las distinguiste.

 

–Ambas eran las mejores 

que hombre pueda descubrir

blancas eran como flores

pero para no mentir

no las pude distinguir.

Son en todo superiores.

 

–Te perdió tu corazón 

cuando las fuiste(s) a ver

hablar y reír que son

virtudes por conocer

para mejor parecer

mas te falló la razón.

 

 

 

 

Tençó

 

Esta cantiga fez Pero Velho de Taveiros e Paay Soarez, seu irmaão, a duas donzellas muy fremosas e filhas d’algo a(s)saz que andavan en cas dona Mayor, molher de dom Rodrigo Gomez de Trastamar. E diz que se semelhava huã da outra tanto que adur poderia homen estremar huã da outra; e seendo ambas huu dia folgando per huã sesta en huu pomar, entrou Pero Velho de sospeita, falando com elas. Chego o porteiro e levantou-o end’a grandes empuxadas, e o trouve-o muy mal.

 

–Vi eu donas encelado

que ja sempre servirei

por que ando namorado;

pero no vo-las direi

com pavor que d’elas ei:

as(s)i mh-an lá castigado!

 

–Vós que es(s)as donas vistes,

falaron-vos rem d’amor?

Dizede, se as con(ho)cistes,

Qual d’elas é (a) melhor?

Non fostes conhecedor,

Quando as non depar(ti)stes.

 

–Anbas eran-nas melhores

que omem pode cousir:

brancas eran come flores;

mais, por vos eu non mentir,

non-nas pudi departir:

tanto sam bõas sen(h)ores!

 

–Ali perdeste-lo siso

quando as fostes veer,

ca no falar e no riso

poderades conhec(er)

qual á melhor parecer,

mais fali(u)-vos i o viso.

 

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