Poesía norteamericana: Marie Gaglione

Presentamos una breve muestra de la joven poeta estadounidense Marie Gaglione (Chesapeake, Virginia, 1996) quien es una de las nuevas voces de su país. A ella le gusta escalar vallas y buscar extrañas formas en las nubes. Cuando se haga mayor, le gustaría ser florista. En su tiempo libre, Marie cuelga poemas de los imanes de la nevera y sirve mesas en un restaurante italiano. El próximo año planea mudarse a Nueva York, para tratar de hacer algo de sí misma. En la actualidad, estudia Inglés y Español en la Universidad de Virginia. Las traducciones son de Katie Cantone y Fernando Valverde.

 

 

 

 

En el distrito rojo

 

Aquí estamos: pero dónde

estamos tras pasar bajo

esa luz roja-blanca donde

casi te dejé, pero no lo hice.

mis dedos contrayéndose, su cara

partida en dos por alguna extraña cicatriz

que parecía la marca de una quemadura mal curada.

las luces azul-blanco de arriba la dibujan

con un color escalofriante, y cuando ella sonríe, tengo miedo

de que vaya a comernos o de que te coma a ti y

me obligue a mirar. Sus dientes me han puesto

tensa aunque sé que el tacto de su piel

es de terciopelo. Tus razones para estar nervioso son otras,

para mí la habitación es siniestra.

quisiera preguntarle entonces a Juliana cómo sería

si la viera en un distrito de diferente color, quiero saber

cómo se bebe ella un café. Pero treinta minutos se escurren

entre mis dedos y ya es hora

de regresar caminando por la misma calle de luz roja-blanca

hacia preguntas que nunca seremos capaces de responder.

 

 

 

 

in the red lights district

 

here we are: and where

are we after passing under

that red-white light where

I almost left you but didn’t.

my fingers shrinking her face

splitting along some funky scar line

and what looks like mishealed burn marks.

the blue-white lights above paint her

an eerie hue and when she smiles I’m afraid

she will eat us or at least eat you and

make me watch. her teeth have set me

on edge and I know her skin feels

like suede. you are nervous for different reasons

I think but for me the room it is sinister.

I want to ask julián how would it be

if I saw her on a different color street I want to know

how she takes her coffee. but thirty minutes fell

through my fingers and it’s time

to walk back down that red-white light road  

to questions we will never be able to answer.

 

 

 

 

Una semana sin ti (noches de la una a la cuatro)

 

a country far away as health

Sylvia Plath

 

noche uno

cierra con mi solitario cuerpo en diagonal

en la habitación oscura en mi cama oscura después de que

 

intentara expulsarte de mis pulmones toda la noche

inhalar humo barato y exhalar la culpa de mis entrañas

 

por qué elegí Luna Nueva y Eclipse

cuando el parecido implica una cierta deliberancia

 

no podría asegurarlo pero no daba la impresión de ser una casualidad

y sé que estas no son palabras comunes, pero es así,

 

lo que puedo hacer en la primera noche es mantener una falsa

jovialidad a pesar del hueco en el pecho nuevamente en carne viva

 

que ha vivido superficialmente para mostrar

un aparente sentido de cordura.

 

por ejemplo, esta noche viendo Eclipse

no sentí nada parecido a aquel viejo y nostálgico júbilo

 

cuando el pensamiento de bella estaba atrapado

entre dos apasionados amores

 

todo lo que vi allí fue toxicidad y dependencia

y otras palabras que he desgastado esta semana

 

 

noche dos

estaba tan fuera de mí que no podía

cerrar los ojos por el mareo

 

ahorrando horas de sueño para el día

en que me cure, el cual ha sido reprogramado, de nuevo

 

pero esta noche junto a ella nosotros estamos de alguna forma

al lado y estará su cuerpo respirando junto a mí.

 

me recordará a ti, pero sólo hasta el momento en que me giro

y siento su cabello, ligero, sobre mi almohada

 

 

noche cuatro

porque la noche tres está borrosa

(otro borrón) pero ya estoy reescribiendo

 

la noche dos y lamentando el melodrama

de reprogramar un país tan lejos

 

de estar sano. Vas a estar bien, chica,

vas a estar realmente bien, le digo

 

a la ducha caliente y al espejo

a mi almohada cuando me acuesto en diagonal

 

sobre mi cama oscura y solitaria. Pero es sólo

noche cuatro y estoy comenzando a ser amable

 

en mi cabeza. Tendiéndome en la ducha, dije

tú estás bien, y planeé un nuevo día.

 

allí habrá una visita a una biblioteca, y trabajo,

y escribiré la noche cinco después de leer un libro

 

y fumando sólo un poco más

después sí, otro somnífero, y entonces, lentamente

 

me quedaré dormida. Sola en mi oscura cama,

en diagonal, pero en calma.

 

 

 

 

a week without you (nights one through four)

 

a country far away as health

Sylvia Plath

 

night one

closes on my diagonal body alone

in the dark room on my dark bed after

 

i tried to blow you out of my lungs all night –

breathe in cheap smoke breathe out gut guilt.

 

why I picked new moon and eclipse

when overlap implied a certain deliberance

 

i couldn’t say but it felt like uncoincidence

and i know they aren’t words but that’s all

 

i can do on night one is keep up phony

joviality which despite my newly raw chest

 

cavity has lived superficially to portray

a maintained sense of sanity.

 

for instance tonight while watching eclipse

i felt none of the old nostalgic giddiness

 

at the thought of bella being caught

between two passionate love interests.

 

all i saw was toxicity and co-dependence

and other real words i’ve worn out this week.

 

night two

i was out of my mind i couldn’t

close my eyes for the dizziness

 

walking sleepwalking saving sleep for the day

i get healthy which is rescheduled, again.

 

but tonight next to her we’ll be somewhat

parallel and the breathing body beside me

 

will remind me of you, but only until I roll

over and feel her hair, light, across my pillow

 

night four

because night three was a blur

(another blur) but i’m already rewriting

 

night two and lamenting the melodrama

of rescheduling a country as far away

 

as health. you’re going to be okay sister

you’re going to be just fine I say

 

to the hot showerhead and the mirror

and to my pillow as I lay diagonally

 

across my dark bed alone. but it’s night

four only and I’m starting to be kind

 

in my head. laying in the shower I said

you are good and planned out my day.

 

there’s a library trip in there, and work,

and writing night five after reading a book

 

and only smoking a little bit

after yes another nyquil and then, gently,

 

falling asleep. alone in my dark bed,

and diagonal, but at ease.

 

 

 

 

 

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