Memoria de lo vivido: nuevo libro de Mario Bojórquez

Presentamos un adelanto de Memoria de lo vivido, la nueva antología de Mario Bojórquez (Los Mochis, 1968) que se publica en el Instituto Sinaloense de Cultura. Poeta, ensayista y traductor. Ha obtenido los Premios Bellas Artes de Literatura, Nacional de Poesía Aguascalientes (2007) y Nacional de Ensayo Literario José Revueltas (2010), el Premio Alhambra de Poesía Americana (2012), el Premiul Literature Fārā Frontiere de Transilvania, Rumania (2016), la Medalla Klísthenes del Demos Aigaleo de Atenas, Grecia (2017), entre otros reconocimientos. Memoria de lo vivido reúne su obra poética de 1999 a 2009: Diván de Mouraria (1999), Pretzels (2005), El deseo postergado (2007) y Y2K (2009), además se incluye un prólogo de Adalberto García López que enmarca el valor de estos libros y esta nueva poesía reunida.

 

 

 

 

 

 

Gacela de después del amor

 

No te aflijas, poeta, si su cuerpo volara

si el jardín aromoso de su vientre volara

si sus dos muslos plenos, dura carne, volaran

si sus ojos temibles, si su boca, volaran

si su sueño y su historia, si su amor y su cama

si sus dientes blanquísimos, si su falda esponjada

si de verdad volara, no habría por qué afligirse

siempre habrá un corazón que le brinde morada

si volara, volara.

 

De Diván de Mouraria (1999)

 

 

 

World Trade Center

 

El mundo está a tus pies

qué ardua velocidad socorre al viento

qué vacío el vacío

y qué enhiesta la vista

sobre los techos de los edificios.

 

En el tren vertical sin butacas

tomas boleto para el cielo

Vuelves los ojos hacia dentro

y en la acera de enfrente

ves un árbol más frondoso

una tierra más reverdecida.

 

Sólo el viento conoce la velocidad del vacío.

 

De Pretzels (2005)

 

 

 

Como si lentas costas en mar embravecido

Te dejaran al puerto la única salida

Y de tu baja sombra el pie en la orilla

Mordiendo una esperanza de fallido naufragio

Alza entonces la cara

Y enfrenta donde otros abajan la mirada

El futuro que asoma en tus pasos de tierra firme

 

Después recordarás tu pie en la arena

Como una memoria feliz de un tiempo ya pasado

Y el sostén de tu pie donde el abismo impere

Servirá para andar en el aire

Como aquél que ya sabe

Muy bien dónde es que pisa

 

De El deseo postergado (2007)

 

 

 

Estoy descolgando los cuadros

tú señalas este o aquel, dices, que aunque tenga mi nombre

de algún modo te pertenece y hay algo de verdad en esas palabras.

El contorno naranja del maniquí, con sus mil rayas negras, anticipa el color de una muchacha

que ofrecerá su cuerpo y su lengua sobre el espinazo de una vaca.

Soy por última vez el Minotauro,

me pierde el laberinto de tus gestos

y me preparo para el tajo.

Te digo que es muy triste despedirnos así,

que me llevaré tu imagen ensangrentada sobre las sábanas sucias,

asientes,

erras entre las veredas libres de los edificios azules hasta encontrar el signo;

sin ese talismán no tocaré tu cuerpo.

Ahora soy el toro blanco

tú, Pasifae disfrazada de res;

te han untado de esencia por los bordes y entre el tejido de maderas y pieles

me recibe tu artificio.

El armazón resiste el peso pero no la verdad

y eso que ahora florece en tu vientre será el hijo saciado de tu tristeza.

Nunca, nunca más, digo aún de pie y dentro de ti; nunca, nunca más recorreré tu orilla,

nada sabrás de mí.

Te revuelves en el lecho erizada de espinas,

Esfinge lacerada, resuelto el acertijo.

 

De Y2K (2009)

 

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