Iniciamos, con la selección y traducción de Audomaro Hidalgo, un dossier de poesía francesa del siglo XXI, la poesía que se lee y se escribe en la Francia de hoy. Leemos a Frédérique Cosnier (1974) escribe poemas y novelas. Es agregada en Letras Modernas y doctorante en poesía francesa contemporánea en La Sorbona, París 3. Su primer poemario apareció en 2008 en la editorial Entre2M. Su primera novela, Suzanne et l’influence, recibió el Premio Marcel Aymé en 2017. Su segunda novela, Pacemaker, fue publicada en 2020, en la editorial Rouergue. Su próximo libro, Ubique, del que fueron tomados los siguientes poemas que presentamos, aparecerá este año en La Clé à Molette.
On était faits de matières changeantes et d’éléments épars
diffus
propagés ondes
et en lumière
jusquà faire de nos corps ces montagnes d’atomes
en colère
Certains jours rien ne nous distinguait
du fleuve
des feux de forêt à la lisère
On divaguait
savants comme des loutres
toujours en retard d’un dire
ou en avance
Estábamos hechos de materias inestables y de elementos dispersos
difusos
propagados ondas
en luz
hasta hacer de nuestros cuerpos esas montañas de átomos
en batalla
Algunos días nada nos distinguía
del río
de los fuegos de bosque en la orilla
Divagábamos
sabios como nutrias
siempre impuntuales de un decir
o adelantados
Chaque brin d’herbe emprisonnait le souffle
à peine éteint de nos morts
et nous pouvions déjà
tracer sur eux la route et l’au-delà des limites
qu’ils ne nous imposeraient jamais
Nos corps n’étaient pas nos corps étaient
des aveux d’impatience
cada brizna de yerba aprisionaba el aliento
apenas apagado de nuestros muertos
y ya podíamos
trazar sobre ellos el camino y el más allá de los límites
que nunca nos impondrían
nuestros cuerpos no eran nuestros cuerpos eran
confesiones de impaciencia
Il n’y avait pas de limite étanche
entre les époques les périodes les moments
les rues les quadrillages
du plan
Tout se mêlait à l’arrogance du présent
qui nous lacérait lentement le visage
: faisait brume
Il y avait toujours
cette révolution à venir
pour nous prendre
no había límite impermeable
entre las épocas los periodos los momentos
las calles las cuadriculas
del plano
todo se mezclaba en la arrogancia del presente
que nos laceraba lentamente el rostro
: había bruma
había siempre
esa revolución que llegaba
para tomarnos
A un moment on voyait revenir du lointain
les jamais plus
L’impossible réversibilité des choses nous forçait
à trouver des sentiers de feuilles neuves
On s’accrochait au feu
des corps en s’élançant
de toutes nos forces à travers branches
Des cols noyés de brumes
rendaient les paysages lisibles
de nous seuls
En algún momento veíamos venir a lo lejos
el nunca más
La imposible reversibilidad de las cosas nos forzaba
a encontrar senderos de hojas nuevas
Nos aferrábamos al fuego
de los cuerpos lanzándonos
con toda nuestra fuerza a través de ramas
Cumbres invadidas de bruma
volvían los paisajes legibles
solo por nosotros