Carmen Ávila nos acerca a la poesía de Nicole Barrière. Escribe: “Nicole Barrière, poeta y ensayista francesa, ha publicado una treintena de libros de poesía y aparecido en numerosas antologías en varios países. Su obra es un compromiso constante con los derechos humanos, el feminismo, la migración o las cuestiones ambientalistas. Ha sido activista por los derechos de las mujeres y la paz, en especial en Afganistán. Dirige la colección “Accent Tonic” de la prestigiosa editorial Harmattan de Paris, donde ha traducido varios autores de Nepal, Kurdistán, Islandia y los países del Báltico. Es miembro de varias asociaciones literarias, incluyendo la Maison des Ecrivains en Francia, la Société des Gens de lettres y la Asociación Internacional de Críticos Literarios. Además, se ha desempeñado como secretaria general del Pen Club Francia, donde su mayor contribución ha sido la de defender el mundo francófono, las lenguas y culturas que se encuentran en amenaza de desaparecer. Ha recibido numerosos premios, entre ellos sobresalen el Premio del Festival Internacional de Poesía de Plodiv Bulgaria 2018, el Premio Menada del Festival de Tetovo en Macedonia en 2016, el Premio Internacional de Poesía Don Luigi Di Liegro en Roma Italia 2014, el Premio Honorífico por todo su trabajo en Líbano 2011, el Premio Simone Landry de poesía femenina en Paris Francia 2011, el Gran Premio Europeo Oriente-Occidente en el Festival de Cuerta de Arges Rumanía en 2010 y el Gran Premio de La Baule, Francia 2002”.
Del Libro “De similar alma, Veinticuatro estaciones de un viaje de invierno
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Como una nube oscura
pasa en el cielo luminoso
Vivo en una liturgia de paciencia,
el ascetismo del frío
con las piezas de lienzo remendadas
el alma atrapada en la brecha de los días,
construyo un arte textil de humilde ofrenda,
primer arte del fervor.
Entre palabras y risas
la vida pasa, trenza su arte útil
de colcha contra el invierno,
contra el viento, contra la noche
de los destinos. Ninguna prueba de amor
puede competir con el cielo.
con sus cometas de color,
sus motivos de humildad
el aliento bendito y cotidiano
de las mujeres.
De la traza del hilo, al granicito derretido
pasa el invierno y sus caídas de nieve
el fuego interior se atiza
Encerrados en el vestido de novia color de tiempo,
las palabras, oraciones silenciadas,
la risa y siempre la bondad
Porque largo es el trabajo de los inviernos
de trozos de tejidos sombríos,
a caídas de meteoros
contra las ráfagas
lentamente se enrollan los hilos del alma
para que el frío no rompa allí el corazón.
Hago la colcha de retazos
su forro, sus puntos anudados
su espesor, sus cortes y sus colores
en un dulce calor de amar.
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Comme un sombre nuage
Passe dans le ciel lumineux
J’habite une liturgie de patience,
l’ascèse du froid
avec des bouts de toile rapiécés,
l’âme prise dans la trouée des jours,
je bâtis un art textile d’humble offrande,
art premier de la ferveur.
Entre paroles et rires
la vie passe, tresse son art utile
de courtepointes contre l’hiver,
contre le vent, contre la nuit
des destinées. Aucune preuve d’amour
ne peut concurrencer le ciel.
avec ses cerfs-volants de couleur,
ses motifs d’humilité
le souffle béni et quotidien
des femmes.
De la trace du fil, au grésil écoulé
passe l’hiver et ses chutes de neige
s’attise le feu intérieur.
Enfermées dans la robe de mariée couleur de temps,
les paroles, les prières étouffées,
le rire et toujours la bonté
Car long est le travail des hivers
de bouts de tissus sombres,
en chutes de météores
contre les rafales
lentement s’enroulent les fils de l’âme
pour que le froid n’y brise pas le cœur.
Je compose le patchwork
sa doublure, ses points noués
son épaisseur, ses coupes et ses couleurs
en douce chaleur d’aimer
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La escarcha ha salpicado de un reflejo blanco
mi cabellera
A las víctimas de los atentados de Kabul, enero de 2018
y a Latif Pedram
Antaño se pintaban las letras escapadas del libro de los misterios.
Los fantasmas anidaban bajo jeroglíficos.
Estaban en espera. Después se habían puesto en marcha.
Ahora la mano está abierta y lo real se escapa
justo antes de que el azar lo borre.
Restan reflejos humanos
el centinela se ha agazapado.
Sombras borrosas, pasos resuenan
en el velo del pasado
todo transcurre en lo oblicuo
donde miente este mundo sin espesor
Al acecho de lo inmóvil te conviertes en barquero
mirón de las estelas de polvos humanos
y hurtas bajo tus azules ventanas,
columnas salidas del pasado,
¿Adónde van todas estas siluetas sin pasado?
¿A dónde van?
¿hacia qué arenas imaginarias?
¿hacia qué toro ciego
donde el tiempo hace sus pases?
La matanza es para después.
Algunos se extravían en la espiral de los pasos,
se inmovilizan frente a la ventana de las esperas.
quedan borrosos, la incertidumbre en ellos,
se mueven demasiado desde el interior
la marea se desborda al fondo de ellos
sobre el piso mojado tratan de ahogar la sombra de su sombra.
¿A dónde van?
Multitudes solitarias, y solitario en fuga,
De una ciudad a un país del otro lado de las piedras,
ruinas a la Chirico los encierran.
Parecen correr, se les reduce a un detalle,
en la gran desaparición que se aproxima.
¿A dónde van?
Mi pregunta rebota en las calles vacías.
Ningún refugio donde recomponer esos pedazos dejados en el camino:
piernas, piernas, zapatos, bajo un cielo bajo.
Pasantes pasan y afloran con su presencia humana.
El día está delante de ellos, la noche inútil, los pasos de su sed.
Ellos no tienen reposo, ni cielo, ni agua.
¿A dónde van?
¿Y cuál miedo les atormenta?
Caminan por la ruta que esconde a todos los muertos.
Caminan, esqueletos moviéndose
Sobre los adoquines de la nada avanzan
Sin sonrisa, sin amor que consuele,
buscan una rotura por dónde pasar su miedo.
Han gravado su nombre en el olvido.
Caminan en la nieve, en la huella ya pisada
Caminan a la sombra de un perro
¿A dónde van?
El viento repite cada huella
sólo una rama rota quiebra el silencio.
Todos los caminos los traen de vuelta al mundo
formado por nuestra indiferencia
De este panorama egoísta sube una bruma violenta,
más espesa que el agua
Caminantes, ¿a dónde van?
Hay bordes de ríos sobre los cuales uno se debruza
en la espera, ve pasar a los muertos al filo del agua
sin ocaso.
Ya no tienen palabras, sólo tienen la ausencia con su materia vacía.
¿A dónde van?
No escuchan
están en otra parte
se han ido.
¿A dónde van?
No cuestionan sus miedos
El tiempo llora
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Le givre a saupoudré d’un reflet blanc
Sur ma chevelure
Aux victimes des attentats de Kaboul, janvier 2018
Et à Latif Pedram
Jadis se peignaient les lettres échappées du livre des mystères.
Les fantômes nichaient sous des hiéroglyphes.
Ils étaient en attente. Puis s’étaient mis en marche.
Maintenant la main est ouverte et le réel s’échappe
juste avant que le hasard ne l’efface.
Il reste des reflets humains
le guetteur s’est tapi.
Des ombres floues, des pas résonnent
dans le voile du passé,
tout passe dans l’oblique
où ment ce monde sans épaisseur
Aux aguets de l’immobile tu deviens passeur,
voyeur des traînées de poussières d’humain
et dérobe sous tes fenêtres bleues,
des colonnes sorties du passé,
Où vont toutes ces silhouettes sans passé ?
Où allez-vous ?
vers quelles arènes imaginaires ?
vers quel taureau aveugle
où le temps fait des passes ?
La mise à mort est pour après.
Certains s’égarent dans la spirale des pas,
s’immobilisent devant la fenêtre des attentes.
ils restent flous, l’incertitude en eux,
ils bougent trop de l’intérieur
la marée déborde au fond d’eux
sur le sol mouillé ils essaient de noyer l’ombre de leur ombre.
Où allez-vous ?
Foules solitaires, et solitaire en fuite,
D’une ville à un pays de l’autre côté des pierres,
des ruines à la Chirico vous enserrent.
Vous semblez courir, on vous réduit à un détail,
dans le grand effacement qui approche.
Où allez-vous ?
Ma question rebondit dans les rues vides.
Nul refuge où recomposer ces morceaux laissés en route :
des jambes, des jambes, des chaussures, sous un ciel bas.
Des passants passent et affleurent de leur présence humaine.
Le jour est devant eux, la nuit inutile, les pas de leur soif.
Ils sont sans repos ni ciel, ni eau.
Où vont-ils ?
Et quelle peur les hante ?
Ils marchent sur la route qui cache tous les morts.
Ils marchent, squelettes mouvants
Sur les pavés du néant ils avancent
Sans sourire, sans amour qui console,
ils cherchent une déchirure par où passer leur peur.
Ils ont gravé leur nom dans l’oubli.
Ils marchent dans la neige, dans la trace foulée
Ils marchent dans l’ombre d’un chien
Où allez-vous ?
Le vent répète chaque trace
seule une branche cassée brise le silence.
Tous les chemins les ramènent au monde
fait de notre indifférence
De cette fresque égoïste monte une brume violente,
plus épaisse que l’eau
Passants, où allez-vous ?
Il est des bords de fleuves sur lesquels on se penche
dans l’attente, on voit passer au fil de l’eau les morts
sans soleil couchant.
Ils n’ont plus de parole, ils n’ont que l’absence avec sa matière vide
Où allez-vous ?
Ils n’entendent pas,
ils sont ailleurs,
ils sont partis.
Où allez-vous ?
Ils ne questionnent pas leurs peurs
Le temps pleure
19
Por qué evitar los senderos
que utilizan los otros viajeros
Febrero
No hay nadie más que tú y yo
¿ves tu rostro?
Es el mío
Entre llantos
soy el cauce apaciguado
de algunas lágrimas
Esta noche
Deja venir
Toda la alegría del único hombre
Que espero
19
Pourquoi éviter les sentiers
Qu’empruntent les autres voyageurs
Février
Il n’y a que toi et moi
tu vois ton visage ?
C’est le mien
En pleurs
je suis le bief apaisé
de quelques larmes
Ce soir
Laisse venir
Toute la joie du seul homme
Que j’attends