Poesía peruana: Daniel Olmedo

Leemos poesía peruana. Leemos a Daniel Olmedo (Lima, 1998); Promotor cultural, co fundador del colectivo Kverna Aetatis (2017). Ex miembro del club artístico Agujero Negro (2018). Ha publicado Poemas Azules (Plectro Editores, 2016), Colección de Cráneos (Francisco León Editor, Digital 2020) Pandora o E’xodia (Pléyades Ediciones, Poesía Digital, 2021) y ha colaborado en distintas revistas y antologías poéticas como En los bordes del acantilado, muestra poética brevísima y actual (Korriente A, Editores, 2016), Las palabras van desnudas a la ducha (Sociedad literaria amantes del país, Gaviota Azul Editores, 2018), etc. Olmedo, ha realizado diversos eventos como (Contracultura Vol l, en Barranco, 2019) (jueves de poesía contemporánea, Centro de Lima,2019), etc. Animando así a quienes recién estén inculcándose en el arte. Actualmente se encuentra trabajando para la publicación en físico de Colección de Cráneos.

 

 

 

 

 

 Panthaleón

 

 

I

Cuando estalla las tumbas,
el llanto de niños entona golondrinas.
Las brujas se asestan para acceder a sus orgasmos.
Las mariposas se ordenan en categorías
La circuncisión de la noche ajena apoya a los murciélagos.
Nodriza se llamará la antigua golondrina y su madre Zenda,
termina lidiando por amor en la nueva moneda
y el sol dibuja en la sequía gótica,
rebusca al león de sus hijos
se incendian las alamedas de Gaytán, Mordecai o Genovevo.

 

 

 

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La graduación de la oscuridad bebe injertos

¡Oh, Luciano! ¡Oh, Arsenio!, ¡Gertrudis! ¡Crispín! ¡Zenón! ¡Odón!
¡Laureano! ¡Celestino! ¡Custodio! ¡Olmedo! ¡Pantaleón!
Tú, fuiste quién puso el nombre a las cabezas de cerbero.
Y te burlas Veltesta, Tretesta, Drittesta, a sabiendas de la cola.
Hechizos de serpiente en la flor
Hay canciones en el aire de la luz.
Nodriza se llamará la antigua golondrina y su padre Pantaleón,
Copula en el año bisiesto de la mantis
– quién se adornó con las cabezas fieles,
ahora la desventaja de la libélula pre-histórica
duerme en el cuerno del dinosaurio,
descansa mariposas y piedras en el sueño báltico.

 

 

 

lll

Mientras, golems caen en la resaca,
las hadas divisan
la caravana de sus hermanas quimeras del universo.

 

 

 

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