13 de agosto / ce coatl: caída de Tenochtitlan

El 13 de agosto de 1521, día de San Hipólito, día consagrado a Diana, diosa de la caza entre los romanos, un capitán de Hernán Cortés, García Holguín, prendió a Cuauhtémoc. Cesó de este modo la resistencia mexica. Es una fecha fundacional de la Modernidad. El triunfo del ego conquiro y su violencia irracional (Dussel) convirtieron América, como escribió Walter Benjamin, en una “cámara de tortura”. Es esa violencia, piensa el autor de El libro de los pasajes, la que “ha creado una nueva configuración del espíritu”. Aquí leemos una pequeña muestra de poemas, producto de esa nueva configuración del espíritu. Un 13 de agosto, además, ahora de 1790, como si la historia jugara a los símbolos, trabajadores del drenaje de la Ciudad de México, encontraron a un costado de la Catedral a Coatlicue, la madre de los dioses. Pensamos también este acontecimiento con un poema de Octavio Paz, “Petrificada petrificante”.

 

En tanto método de exposición, la poesía es, ante todo, un modelo de conciencia. Pero ¿qué puede pensarse y decirse, de la historia por ejemplo, desde el poema? El 12 de mayo de 1934, Freud le escribe una carta a Arnold Zweig en la que se lee lo siguiente: “Nos encontramos con el problema de la libertad del poeta frente a la realidad histórica. Ahí donde, en la historia y en la biografía, se abre una laguna irremediable, el poeta puede intervenir e intentar adivinar cómo sucedieron las cosas. Lo mismo sucede cuando la historia es conocida, pero muy remota y ajena al saber general”.

Octavio Paz escribe que “la historia es sucesión pero la irrupción de ciertos instantes rompe la sucesión. Hay instantes de epifanía. Aunque el tiempo no se detiene, en sus entrañas transparentes vemos a veces lo que no es decible salvo por medio de la imagen poética”. Luego explicita, “la poesía es una vía de acceso a esos momentos. No los provoca: los expresa, los dice”. En esos momentos de ruptura, el poema, vehículo de la epifanía, funciona como imagen dialéctica, imagen que rescata y singulariza, imagen que salva al pasado en el presente y al presente en virtud del pasado. 

A.C.

 

 

En un año 3-Casa fue conquistada la ciudad. En la fecha en que nos esparcimos fue en Tlaxochimaco, un día 1-Serpiente

 

 

 

EDUARDO LIZALDE

 

Tercera Tenochtitlán

(Fragmento)

 

MIRO HACIA atrás contra la carne translúcida
y la vista se sumerge en este pozo de sangres
cuelga seis siglos sin tocar fondo

El pasado me lame con sus lenguas
florecida cola de un quetzal
grandioso como un bosque
un quetzal cuyo bosque es el quetzal

A mi espalda se extiende el seco osario
de puntas repulidas     torvas lanzas     arcabuces
hostiles pedruscos con ojeras de pólvora
armaduras vacías como cocos
que roe por dentro muerte allí encerrada
cascos sin piel que ya no agita el viento
lustroso del caballo
Este osario es el mío
la populosa tumba de familia     mis raíces
mis muertos enterrados los unos por los otros
vivos muertos
vivos en muerte
comidos uno a otro     en fin     sopa y hermanos
mis entrañables muertos asesinos
mi tzompantli     mis muertos con entrañas de serpiente
Este osario     esta cauda que arrastro
como el perro al que embroman
los botes de hojalata en el cordón

Qué ejércitos de carnes desolladas
la parentela fraguada por colmillos
los yelmos y diademas que ciñen con holgura
frentes enflaquecidas
las desangradas huestes de pájaros
corceles desalados por la pica o la flecha
Bestias despernancadas que con prisa diluyen
sus músculos veloces en la luz destructora
o las gargantas de los zopilotes
los lagos que devoran y rasgan cada cuerpo
hasta hacerlo otra vez cosa del agua

 

 

 

OTROS sobre estas ruinas ya de ruinas
sobre los despojos emplumados
de la gran Tenochtitlan
y sus floridos opresores
alzarán ciudades
antes del terremoto devastadas
restos desde el nacimiento
El nonato retoño     desde su primer fulgor
mordido ya su fruto

Vengamos tarde y mal tenochcas
la afrenta de nuestros destructores
Sólo tepalcates     jirones de una piel
quedan de aquélla
sus acuáticas islas enterradas
pobre pasto de sagaces memoriosos
reconstructores temerarios de ese tiempo en litigio
perdido en las goteras del reloj
forraje de turistas importunos y erosionadores del arte inacabado
el florecido silencio
el gran cachorro hecho de cuarteaduras
la vasija de cieno gordo y destejido
Mal la hemos vengado aztecas

 

 

 

 

 

 

MARCO ANTONIO CAMPOS

 

Moctezuma recibe a Cortés

 

Cuando llegue un extraño a la puerta
de tu ciudad,
y lo invites a palacio, dándole trato
de afamado,
acaso no sepas que los dioses
en ese momento,
con dolor y vergüenza, ya abandonan
Tenochtitlan,
pirámides y casas comienzan a agrietarse,
los súbditos
sollozan a orillas de los lagos, y acaso
no imaginas
que tú, al que todos reverencian
y miran como a un dios,
quebrada toda voluntad, como objeto
inútil, varios
meses tarde, serás apedreado
por tu pueblo.

 

 

 

 

ROSARIO CASTELLANOS

 

Malinche

 

Desde el sillón del mando mi madre dijo: “Ha muerto”.

Y se dejó caer, como abatida,

en los brazos del otro, usurpador, padrastro
que la sostuvo no con el respeto
que el siervo da a la majestad de reina
sino con ese abajamiento mutuo
en que se humillan ambos, los amantes, los cómplices.

Desde la Plaza de los Intercambios
mi madre anunció: “Ha muerto”.

La balanza
se sostuvo un instante sin moverse
y el grano de cacao quedó quieto en el arca
y el sol permanecía en la mitad del cielo
como aguardando un signo
que fue, cuando partió como una flecha,
el ay agudo de las plañideras.

“Se deshojó la flor de muchos pétalos,
se evaporó el perfume,
se consumió la llama de la antorcha.

Una niña regresa, escarbando, al lugar
en el que la partera depositó su ombligo.

Regresa al Sitio de los que Vivieron.

Reconoce a su padre asesinado,
ay, ay, ay, con veneno, con puñal,
con trampa ante sus pies, con lazo de horca.

Se toman de la mano y caminan, caminan
perdiéndose en la niebla.”

Tal era el llanto y las lamentaciones
sobre algún cuerpo anónimo; un cadáver
que no era el mío porque yo, vendida
a mercaderes, iba como esclava,
como nadie, al destierro.

Arrojada, expulsada
del reino, del palacio y de la entraña tibia
de la que me dio a luz en tálamo legítimo
y que me aborreció porque yo era su igual
en figura y rango
y se contempló en mí y odió su imagen
y destrozó el espejo contra el suelo.

Yo avanzo hacia el destino entre cadenas
y dejo atrás lo que todavía escucho:
los fúnebres rumores con los que se me entierra.

Y la voz de mi madre con lágrimas ¡con lágrimas!
que decreta mi muerte.

 

 

 

 

JOSÉ EMILIO PACHECO

 

 

Crónica de Indias

 

Después de mucho navegar por el oscuro océano amenazante
encontramos
tierras bullentes en metales, ciudades
que la imaginación nunca ha descrito, riquezas,
hombres sin arcabuces ni caballos.

Con objeto de propagar la fe
y quitarlos de su inhumana vida salvaje,
arrasamos los templos, dimos muerte
a cuanto natural se nos opuso.

Para evitarles tentaciones
confiscamos su oro;
para hacerlos humildes
los marcamos a fuego y aherrojamos.

Dios bendiga esta empresa
hecha en su nombre.

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Becerrillo

 

Y Cristóbal Colón también lanzó
contra los indios de Santo Domingo
disparos de metralla, una jauría
de perros antropófagos. Entre sus fauces
murieron centenares. Ya la historia
olvidó el episodio. Pocos saben
que la avanzada civilizadora
tuvo su héroe, un dogo: Becerrillo.
Colón le dio la paga de dos soldados.

 

 

 

 

Temilotzin de Tlatelolco

 

Temilotzin, nacido en Tlatelolco,
se hizo poeta en el calmécac, dejó escrito:
“Dios me envió a la tierra
para hacer la amistad entre los hombres”.
Pero llegó Cortés y Temilotzin
fue tlacatécatl, general azteca.
Defendió la ciudad junto a Cuauhtémoc
y cuando los cañones y la peste
acabaron con todo y el hedor
de los muertos llenaba el aire,
resistió en Tlatelolco hasta caer
al lado del tlatoani

Cortés lo mandó a España Temilotzin
se negó a ser esclavo, se arrojó
a las olas del mar y nadie sabe
si acabaron con él los grandes peces
o si alcanzó la orilla

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JUAN BAÑUELOS

 

 

No consta en actas
(Tlatelolco 1520-1968)

 

Oh, bebedor de la noche, ¿por qué te disfrazas ahora?
¿Todo es igual acaso? ¿Tengo que repetir
lo que el augur grabó en el silencio de la piedra
curtida por el viento?
.
“…esparcidos están los cabellos,
destechadas las casas,
enrojecidos sus muros.
Gusanos pululan por calles y plazas
y en las paredes están salpicados los sesos;
masticamos salitre, el agua se ha acedado.
Esto ha hecho el Dador de Tlatelolco,
cuando nuestra herencia es una red de agujeros”.
¿Todo es igual que ayer, entonces?
¿Ensartaremos cráneos como cuentas
y se ha de repetir lo que el augur
grabó en el silencio de la piedra?
.
¿Con coágulos de sangre escribiremos México?
Yo el residuo, el superviviente, hablo:
los comienzos de los caminos
están llenos de gente.
No haremos diálogo con la Casa de la Niebla

 

 

 

MARIO CALDERÓN

 

 

Agüero azteca

 

La gente rústica y los aldeanos
–dice Sahagún en su Historia
cuando veían que a su casa entraba
algún conejo luego suponían
agüero y concebían en su pecho
que les habían de robar la casa.

Para interpretar el inconsciente
su hermenéutica desarrollada
coincide ahora con el psicoanálisis
¡En sueños animales son instintos!
pues la invasora de los mexicanos
significa espacio de conejos.

 

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Metaficción

 

Para fungir de intérprete
durante la conquista en Tenochtitlan
por el determinismo
impulso narrativo de la historia,
naufragó en el Caribe,
en 1511
de Aguilar jerónimo,
“el del nombre sagrado” en lengua griega,
persona consagrada a la palabra,
según lo indica el nombre.
¿Existe un narrador
planeando los programas narrativos?

 

 

 

 

ALÍ CALDERÓN

[Que trata de naufragios y rescates]

En trece días del mes de febrero
año de mil quinientos diez y nueve años
Hernando de Cortés vino a la isla de Cozumel.
Terra adentro
Jerónimo de Aguilar, cativo y astroso,
sintió gran follía por aquel acaecimiento.
Aquellas nuevas eran brisa dus
e tibia para la su alma:
– ¡Oh luminaria de las tres caras!
Heme aquí arrepiso
rodilla en suelo
plegando por dexar esta nefaria nación.
E se fue Jerónimo de Aguilar donde Gonzalo Guerrero
para le referir lo acapitado:
–  Ave estas cuentas verdes de Castilla, mi buen amigo don Gonzalo,
que nos requiere en el su real
el adelantado de Su Majestad don Carlos.
Gonzalo Guerrero, que era tenido como cacique
y capitán de guerra
entre los suyos,
hubo gran lazería en el su coraçón
e respondió:
– Hermano Aguilar, yo soy casado e tengo tres hijos.
Idos con Dios, que yo tengo labrada la cara e
horadadas las orejas.
– Dios Nuestro Señor, que es el socorro verdadero, os dará el perdón.
– Acá nos dé Dios su gracia, hermano Aguilar, no os puedo servir de compaña.
Ya veis estos mis hijitos cuan bonicos son…

Don Gonzalo, amorecido e desconortado,
fizo un postrer plego:
– Por vida vuestra que me deis de esas cuentas verdes
que traéis, para ellos, los mis hijos, e diré que mis
hermanos me la envían de mi tierra.
E Aguilar lo acusaba de necio e desentido por se quedar:
– ¡Maldito seas de Dios e de todos los sus santos, Gonzalo,
sesenta mil satanases te lleven!
Ansí se fue Aguilar sin tornar la cabeza
mientras Gonzalo Guerrero,
del devenir oruga
e natural de Palos,
se perdía en el verdor caníbal de la selva.

 

 

 

***

 

 

RUBÉN BONIFAZ NUÑO

 

Coatlicue es la representación de la materia condensada en la infinitud de la masa y la temperatura, a fin de obligarla a explotar y crear el universo.

 

 

 

 

OCTAVIO PAZ

 

Petrificada petrificante

 

Terramuerta
                      terrisombra nopaltorio temezquible
lodosa cenipolva pedrósea
                                             fuego petrificado
cuenca vaciada
                          el sol no se bebió el lago
no lo sorbió la tierra
                                  el agua no regresó al aire
los hombres fueron los ejecutores del polvo
el viento
                se revuelca en la cama fría del fuego
el viento
                en la tumba del agua
recita las letanías de la sequía
                                                  el viento
cuchillo roto en el cráter apagado
                                                       el viento
susurro de salitre
                             El sol
anicorazol centrotal caledadoro
                                                         se partió
la palabra que baja en lenguas de fuego
                                                                 se quebró
el cuento y la cuenta de los años
el canto de los días
                                fue lluvia de chatarra
pedregal de palabras
                                   silabarios de arena
gritos machacados
                               talómordaz afrenoboz alrronzal
caídos caínes neblinosos
                                          abeles en jirones
sectarios sicarios
                             idólatras letrados
ladinos ladrones
                            ladridos del can tuerto
el guía de los muertos
                                     perdido

en los giros del Ombligo de la Luna

 

Valle de México
                            boca opaca
lava de bava
                      desmoronado trono de la Ira
obstinada obsidiana
                                  petrificada
petrificante
                   Ira
                        torre hendida
talla larga como un aullido
                                            pechos embadurnados
frente enfoscada
                             mocosangre verdeseca
                                                                    Ira
fijeza clavada en una herida
                                                iranavaja cuchimirada
sobre un país de espinas y de púas
                                  Circo de montes
teatro de las nubes
                               mesa del mediodía
estera de la luna
                             jardín de planetas
tambor de la lluvia
                               balcón de las brisas
silla del sol
                   juego de pelota de las constelaciones
Imágenes reventadas
                                    imágenes empaladas
salta la mano cortada
                                   salta la lengua arrancada
saltan los senos tronchados
                                              la verga guillotinada
tristrás en el polvo tristrás
                                            en el patio trasero
podan el árbol de sangre
                                         el árbol inteligente
Polvo de imágenes disecadas
                                                La Virgen
corona de culebras
                               El Desollado
El Flechado
                    El Crucificado
El Colibrí
                 chispa con alas
tizónflor
               La Llama
que habla con palabras de agua
                                                   La Señora
pechos de vino y vientre de pan
                                                     horno
donde arden los muertos y se cuecen los vivos
La Araña
                hija del aire
en su casa de aire
                            hila la luz
hila los días y los siglos
                                       El Conejo
viento
esculpido en el espejo de la luna
                                                        Imágenes enterradas
en el ojo del perro de los muertos
                                                       caídas
en el pozo cegado del origen
                                              torbellinos de reflejos
en el teatro de piedra de la memoria
                                                           imágenes
girantes en el circo del ojo vaciado
                                                         ideas
rojas verdes pardas
                                enjambre de moscas
las ideas se comieron a los dioses
                                                      los dioses
se volvieron ideas
                              grandes vejigas de bilis
las vejigas reventaron
                                    los ídolos estallaron
pudrición de dioses
                                fue muladar el sagrario
el muladar fue criadero
                                       brotaron ideas armadas
idearios ideodioses
                                 silogismos afilados
caníbales endiosados
                                   ideas estúpidas como dioses
perras rabiosas
                         perras enamoradas de su vómito
Hemos desenterrado a la Ira
El anfiteatro del sol genital es un muladar
La fuente del agua lunar es un muladar
El parque de los enamorados es un muladar
La biblioteca es una madriguera de ratas feroces
La universidad es el charco de las ranas
El altar es la tramoya de Chanfalla
Los cerebros están manchados de tinta
Los doctores discuten en la ladronera
Los hombres de negocios
manos rápidas pensamientos lentos
ofician en el santuario
Los dialécticos exaltan la sutileza de la soga
Los casuistas hisopean a los sayones
Amamantan a la violencia con leche dogmática
La idea fija se emborracha con el contra
El ideólogo cubiletero
                                     afilador de sofismas
en su casa de citas truncadas
trama edenes para eunucos aplicados
bosque de patíbulos                    paraíso de jaulas
                     Imágenes manchadas
                  escupieron sobre el origen
carceleros del futuro                   sanguijuelas del presente
                  afrentaron el cuerpo vivo del tiempo
                          Hemos desenterrado a la Ira
Sobre el pecho de México
                                          tablas escritas por el sol
escalera de los siglos
                                  terraza espiral del viento
baila la desenterrada
                                  jadeo sed rabia
pelea de ciegos bajo el mediodía
                                                      rabia sed jadeo
se golpean con piedras
                                      los ciegos se golpean
se rompen los hombres
                                       las piedras se rompen
adentro hay un agua que bebemos
                                                        agua que amarga
agua que alarga más la sed
                                            ¿Dónde está el agua otra?

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Fue cuando hicimos los de Tlatelolco
armazones de hileras de cráneos

En los caminos yacen dardos rotos,
los cabellos están espacidos.
Destechadas están las casas,
enrojecidos tienen sus muros.
Gusanos pululan por calles y plazas,
y en las paredes están salpicados los sesos.
Rojas están las aguas, están como teñidas,
y cuando las bebimos,
es como si bebiéramos agua de salitre.

 

Golpeábamos, en tanto, los muros de adobe
y era nuestra herencia
una red de agujeros.
Con los escudos fue su resguardo,
pero ni con escudos puede ser sostenida su soledad.
Hemos comido palos de colorín,
hemos masticado gama salitrosa,
piedras de adobe,
lagartijas,
ratones, piedra en polvo,
gusanos…

 

Se nos puso precio.
Precio del joven, del sacerdote, del niño
y la doncella. Basta:
de un pobre era el precio dos puñados de maíz,
solo diez tortas de mosco,
era nuestro precio veinte tortas de gama salitrosa.
Oro, jades, mantas ricas,
plumajes de quetzal,
todo eso que es precioso,

                                               en nada fue estimado.

 

Ya todo acabó aquí
Y acaso es disposición de Huitzilopochtli
de que ya nada suceda

 

 

Ya no teníamos escudos
ya no teníamos macanas
nada teníamos que comer
y ya nada comimos

Toda la noche llovió sobre nosotros

Y las mujeres llevaban las carnes de la cadera casi desnudas
Por todos lados hacen rebusca los cristianos
Les abren las faldas
Por todos lados les pasan las manos
por sus orejas
                      por sus senos
                                              por su cabello
Aún no se venían a instalar nuestros amos los cristianos
En un año 3-Casa fue conquistada la ciudad
La fecha en que nos esparcimos
fue en Tlaxochimaco,
un día 1-Serpiente.
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Relato de la conquista (Anales de Tlatelolco).
versión de Ángel María Garibay. Intervención.
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Librería

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