Audomaro Hidalgo ensaya la traducción de dos poetas franceses: Baudelaire (1821-1867) y Corneille (1606-1684). Estudia, en realidad, la actualización de dos ritmos, dos músicas de la poesía francesa. Hidalgo es autor de Pequeña historia de la destrucción (Círculo de Poesía / Valparaíso México, 2016) y ha coordinado en esta revista un dossier de poesía francesa contemporánea.
Para Françoise Elian
Baudelaire
XXXIII
Une nuit que j’étais près d’une affreuse Juive,
Comme au long d’un cadavre un cadavre étendu,
Je me pris à songer près de ce corps vendu
À la triste beauté dont mon désir se prive.
Je me représentai sa majesté native,
Son regard de vigueur et de grâces armé,
Ses cheveux qui lui font un casque parfumé,
Et dont le souvenir pour l’amour me ravive.
Car j’eusse avec ferveur baisé ton noble corps,
Et depuis tes pieds frais jusqu’à tes noires tresses
Déroulé le trésor des profondes caresses,
Si, quelque soir, d’un pleur obtenu sans effort
Tu pouvais seulement, ô reine des cruelles !
Obscurcir la splendeur de tes froides prunelles.
Una noche que estaba con una horrible judía,
como junto a un cadáver tendido otro cadáver,
comencé a pensar, junto a ese cuerpo en venta,
en la triste belleza negada a mi deseo.
Me imaginé su majestad nativa,
su mirada de vigor y de gracias armada,
sus cabellos formándole un casco perfumado
cuyo recuerdo para el amor ya me renueva.
Porque hubiera besado con fervor tu noble cuerpo
y desde tus frescos pies hasta tus negras trenzas
desplegado el tesoro de las hondas caricias
si alguna de estas noches, llorando sin esfuerzo,
pudieras tan siquiera, ¡oh reina entre las crueles!
oscurecer el brillo de tus frías pupilas.
Corneille
Stances à Marquise
Marquise, si mon visage
A quelques traits un peu vieux,
Souvenez-vous qu’à mon âge
Vous ne vaudrez guère mieux.
Le temps aux plus belles choses
Se plaît à faire un affront :
Il saura faner vos roses
Comme il a ridé mon front.
Le même cours des planètes
Règle nos jours et nos nuits :
On m’a vu ce que vous êtes
Vous serez ce que je suis.
Cependant j’ai quelques charmes
Qui sont assez éclatants
Pour n’avoir pas trop d’alarmes
De ces ravages du temps.
Ils pourront sauver la gloire
Des yeux qui me semblent doux,
Et dans mille ans faire croire
Ce qu’il me plaira de vous.
Chez cette race nouvelle
Où j’aurai quelque crédit,
Vous ne passerez pour belle
Qu’autant que je l’aurai dit.
Pensez-y, belle Marquise,
Quoiqu’un grison fasse effroi,
Il vaut bien qu’on le courtise
Quand il est fait comme moi.
Estancias a la marquesa
Marquesa, si mi rostro
tiene algunas facciones casi viejas,
recuerde que a mis años
no será como ahora.
El tiempo se complace
en afrontar las cosas más bellas;
como arrugó mi frente
marchitará sus rosas.
El curso de los astros
nuestras noches y nuestros días rige:
como usted me han visto;
será como soy ahora.
Poseo sin embargo
algunos encantos aún brillantes
para no preocuparme
del tiempo y sus estragos.
Podrán salvar la gloria
de los ojos que me parecen dulces,
lo que quiera de usted
dentro de algunos años.
En ese nuevo tiempo,
si he de tener algún valor o mérito,
sólo será hermosa
porque lo habré cantado.
Piense, bella marquesa,
aunque un grisón asuste, cause pánico,
es bueno cortejarlo
cuando a mí se parece.