Poesía norteamericana: Tina Cane

Arturo Desimone nos acerca a la poesía norteamericana contemporánea. Leemos a la poeta Tina Cane. En 2016 fue nombrada la Poeta Laureada de Rhode Island. Entre sus libros destacan Once More With Feeling (2017) y Body of Work (2019). Las traducciones son de Arturo Desimone. Esta traducción fue realizada en el contexto de la columna radial “La Maja Desnuda” de Nidia Hernández en su serie de entrevistas a poetas.

 

 

 

El Año del Moscardón Asesino

año de la nube de polen      que me persiguió hasta mi auto   a lo largo del

estacionamiento del supermercado

año que fui dominada    por los pétalos en flor de la magnolia  en medio de un

vendaval

mientras que caminaba a casa

año del moscardón matón   y coronavirus   y el clima como un sistema

que daba forma a cada día

de cierta manera eso se sintió       distinto al pasado    año en que tú

me entendiste     como el vecindario

adonde te criaste     dio forma al modo en que dices amiga    como la

palabra infancia       es el comienzo de una oración

 sin fin      hasta que tú ya no eres él que lo está diciendo   año de los tan

adultos    con su gravedad

rehaciendo todo     en forma de pregunta o en fragmento    dependiendo en sus

tiempos personales           y en su “si o si” o su “en caso de”

algunos     eran verdes o profundos    como los arboles de tú imaginar

año en que    hablaron las matas

entre ellos   y sobre ellos mismos    eso fue más imprescindible   que la sombra

que

dieron          año para intentar de vivir

como los arboles    rectos y serviciales buscadores   

de la luz del sol, y de lenguajes silenciosos    año en que recibí un libro por el

correo tratando el tema de la limpieza doméstica    como una broma de otro

poeta   con respecto un poema mío    sobre lo áspero que es la vida

y la búsqueda constante de la gente    para agilizar las cosas      año

en que la tapa del libro

 leyó  Conozca Sus Héroes Domésticos: Productos Regulares con

Múltiples Habilidades     y cómo múltiples habilidades

sonaba más a una enfermedad    que a una maña   año de noches que

perdí

sueño      año en que mi mente me acunó

 

 

 

 

Nocturno: seguro

 

Si no es una madre pelando una naranja para su hijo    si no es un soldado escondiendo de helicópteros su corazón de bambú   si se trata del propio padre de uno habitando una casita en el árbol en el patio del jardín de su propia madre incapaz de quitarse las fantasmas    es su uniforme blanco

colgado en la puerta de un cuarto de baño con azulejos rosados antes de afeitarse por última vez    o la foto de una novia en el día de su boda     en un minivestido guardado en una maleta floreada al lado de la puerta        es por temor al fuego

memorias fileteadas como tela de corsé o pájaros dispersados por escopetazo  desde las cimas de las atalayas y si no fueron pájaros entonces personas convertidas en pixeles hasta volverse granos de arena   como si la información        o los niños andando abrazados por un pasillo hasta llegar una línea de meta

y si no ellos,  entonces los propios hijos de uno escalando un árbol de sombras

suspendido dentro del cristalino del ojo de su única madre   y si no se trata de una prisa para auto-percibirse   ¿Puedo ver? ¿Puedo ver? entonces será una prisa para sostener las manos del otro, a través de las llamas   las aves y los niños

es un empuje para de prisa quitarse los fantasmas   si no es el espacio sagrado del microbús escolar   es una mochilita ninja y un armario secreto   un sendero invencible llevando uno a casa    si ese atajo nunca se trata de meterse agachado por debajo de un pupitre colegial     es el derecho de decir cualquier cosa sin injerencias   es un imperio y ostras en la bahía   –un portón marítimo con la vastedad de toda la provincia     es la restauración, o una marca del nivel de agua, arriba del aparador en la cocina, que no sea indeleble   es un cielo inatacable sobre un mar que no se puede dividir    si no es acción correcto entonces será expresión correcta    o sino el descanso inmaculado  poseyendo todo tipo de delicia congelada  en la tienda sucursal Stop & Shop por la medianoche y las matas que dan sombra a las matas a lo largo de calles solitarias  es fumar a solas dentro del automóvil de uno que es lo opuesto al respiro     es el deseo de hacer ambas cosas a la vez a pesar de todo  y si no es eso   entonces es poder pensar pensamientos indelicados debajo las delicadas hojas de los arboles    las sombras de tu propia respiración

 

 

 

 

Year of the Murder Hornet

 

year of the cloud of pollen     that chased me to my car     across the supermarket parking lot

year I was overpowered     by flowering magnolia petals     in a windstorm while walking home

year of the murder hornet     and coronavirus     and weather as a system     that shaped each day 

in a way that felt     different from the past     year during which you understood     how the neighborhood 

you grew up in     shaped the way you say friend     how the word childhood     is the start of a sentence 

that has no end     until you aren’t the one saying it anymore     year of grown-ups    with their gravity

making everything     a question or a fragment     depending on their personal weather     whether 

some of them     were green or deep     as trees of your imagining     year when the way trees speak     

with each other about each other     was more essential     than the shade they gave     year to try to live     

like trees     upright yielding seeking     sunlight and silent languages     year I got a book in the mail     

about housecleaning     as a joke from another poet     regarding a poem of mine     about life being hard     

and people’s constant quest     on the internet     to make things easier     year the cover of the book 

read     Introducing Your Household Heroes:  Regular Products with Multiple Abilities     how multiple abilities    

sounded more like an affliction     than a capacity     year of nights I lost sleep     year my mind cradled me     

 

 

 

 

Nocturne: proof

If it isn’t a mother peeling an orange for her son      if it isn’t a soldier hiding from choppers heart of bamboo      it is one’s own father living in a tree house in his own mother’s yard unable to shed the ghosts      it is his white uniform hung on the door of a pink tiled bathroom for a final shave      or the photo of a bride in a mini dress kept in a flowered suitcase by the door it is a fear of fire      memories filigreed like lace or birds scattered like buckshot from the tops of towers and if not birds then it is people pixelated to grains of sand     as if information      or children linking arms across a corridor to make a finish line      and if not them then one’s own children climbing a shady tree suspended in the lens of their own mother’s eye    if not a rush to perceive oneself     Can I see? Can I see? it is a rush to hold hands through the fire     the birds and the children     it is a push to shed ghosts if it isn’t sacred space of school bus     it is ninja lunchbox and secret coat closet     an invincible way home if it isn’t never being crouched beneath a desk     it is the right to say anything unmolested     it is empire and oysters in the bay     a seagate spanning the entire state     it is restoration or a watermark above the sideboard that is not indelible     it is unassailable sky indivisible sea     if not right action then it is right speech     or inviolate fatigue possessing every frozen delicacy     in the Stop & Shop at midnight and trees shading trees on solitary streets     it is smoking in one’s car which is the opposite of breathing it is wanting to do both all the same     and if not that     then it is having indelicate thoughts beneath the delicate leaves of trees     shades of one’s own breathing    

 

 

 

 

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