El Lejano Oriente en la poesía mexicana de Elsa Cross
Poema para leer un viernes en la tarde: Gorin No Sho
Ha aparecido recientemente por la UNAM un tomo magnífico de poesía mexicana que reúne a 141 autores sobre el tópico general de Oriente, inicia a principios del siglo XX con esos dos sacerdotes de la imaginería japonesa en nuestra tradición, José Juan Tablada y Efrén Rebolledo y, cursa el siglo anterior y lo que va de éste, con composiciones de altísima factura y diversidad de enfoques, tonos, posibilidades de ejecución, terminando el volumen de más de 800 páginas con haikús de Cristina Rascón, maestra y traductora reconocida del japonés y Esteban Govea de Celaya, nacido en 1988. Cien nombres de poetas mexicanos es ya un continente difícil de precisar y ordenar, Elsa Cross nos explica:
"Los poemas aquí reunidos visitan desiertos, selvas y montañas, ruinas y jardines, templos y burdeles; se hunden en la introspección o se desbocan en la extroversión. Obedecen a diferentes ideas de la poesía y poseen incontables estilos, así como muy distintos grados de refinamiento y de logro poético. Hay sonetos lo mismo que poemas visuales, recreaciones épicas y plegarias, palíndromos y recetas de coctelería; hay tonos solemnes, sarcasmo corrosivo, lirismo puro, reflexión filosófica y crítica social y aun política. Algunos poemas brotan del sueño o la fantasía, y otros del impacto que han dejado en el poeta obras plásticas y literarias, teatrales, musicales y cinematográficas de aquellos lugares del mundo; y hay también poemas surgidos de la meditación o la visión interior".
Yo he aportado un poema que trata del Libro del Vacío de Miyamoto Musashi, del cual he publicado una breve traducción en Círculo de Poesía:
(https://circulodepoesia.com/2020/10/el-vacio-y-la-pletora-el-libro-de-los-cinco-anillos-de-miyamoto-musashi/)
“Antes de que entiendas el verdadero Camino, ya a través del Budismo o de cualquier otra regla, pensarás que estás en el orden y la dirección correcta. Sin embargo, si miramos con objetividad la Vía recta del corazón o de acuerdo a las reglas de la Gran imagen del mundo, veremos que muchas doctrinas nos alejan del verdadero Camino. Todo cuanto creemos y distorsiona contrariamente el verdadero Camino, lo pensamos así porque favorece nuestros puntos de vista y confirma nuestra manera de entender las cosas. Sepan bien esto y traten de seguir con rigor el fundamento y corazón del verdadero Camino.”
Este legendario maestro de la espada Miyamoto Musashi y el poeta y sacerdote Takuan Osho, me han acompañado en la formación de una idea del mundo, que pasa por la mente y se concreta en el cuerpo. Cuando un alumno le pregunta a Takuan Osho donde debe poner la mente a la hora del combate, éste le responde:
(https://circulodepoesia.com/2020/10/el-vacio-y-la-pletora-un-lugar-para-la-mente-takuan-osho/)
“Si no la pones en ninguna parte —le digo—, tu mente llenará completamente tu cuerpo, se extenderá y se propagará sobre todas las cosas. Entonces, servirá a tu mano cuando ésta la necesite, a tu pie cuando tu pie la necesite, a tus ojos cuando tus ojos verdaderamente la necesiten. Porque existirá plenamente ahí donde es necesitada, y servirá en todo lugar donde deba servir…”
Mi poema incluido amablemente por la poeta Elsa Cross en este gran libro es:
Gorin no sho, el libro del vacío de Miyamoto Musashi
A la gloria de mi Sensei,
el que ha recorrido el camino,
Isokichi Tsuzuki
Tres mil años combatimos bajo el calor ardiente
Reverberaba la arena ígnea en los pies mutilados
Yo era el espantapájaros inmóvil
Mi rival la negra garza que extendía sus alas
El liviano curso del río arrojaba al rostro su tenue brisa
Permanecimos bajo el sol quemante sin mirarnos
Nuestras filosas katanas eran sólo una ilusión
Tuve el relámpago en mis manos y se fue desvaneciendo como un soplo
Ningún gesto iluminaba nuestras caras en la interminable espera
Ni siquiera el deseo de alcanzar una estruendosa victoria
Era menos una estrategia que un respirar obstinado
Los combatientes también éramos una ilusión
Acudimos al duelo como acude la estrella en el sueño del alba
Ni sentimientos ni pasiones nos alentaban
Sólo la vencedora fama del otro nos daba una sorda alegría
Morir a manos del mejor Samurai
La hirviente arena se fundió hasta formar cristales de hielo ámbar
El tiempo se petrificaba en la inacción suspensa de la mente
Moriría el primero quien desfalleciera en la menguante voluntad
Lo mismo un corte curvo del filo sobre la carne que estrecharse en un abrazo
Era la hora del caballo e inició la danza milenaria
Los cuerpos burlaban los tajos homicidas
La postura exigía mantener los hombros en igual altura
Los puños como un escudo de flores de acero
Y el codo izquierdo tocando el mango de la espada corta
Todo el peso descansaba en la rodilla delantera
Las manos donde vibra el sable también eran ilusión
A este camino se le llama “los dos cielos como uno” Niten Ichi Ryu
Es el arte de la espada donde el dragón se encoge en la masa del agua
Mi cabeza pensaba en la caligrafía de mi poema de muerte
Mis ojos voltearon hacia la brillante katana en mi mano
Y ya no había ni brillante katana ni férrea mano
Ni oponente famoso ni arena calcinada bajo mis pies
Todo se llenó de un enorme y profundo vacío
Pude moverme libremente en el soplo de la brisa
No era yo un Ronin en el campo desolado
Tomé la vía recta del corazón
Me convertí en la brisa del río que envolvía el rostro de mi adversario
Había alcanzado el momento en que ya no hay visión ni sueño
La gran imagen del mundo vacío y la plétora
No sé si sigo combatiendo bajo el encendido sol
O si brisa me disipo en la arena enfebrecida por la luz del mediodía.
El Vacío y la Plétora. Un lugar para la mente: Takuan Osho
El Vacío y la Plétora: El libro de los cinco anillos de Miyamoto Musashi