Muestra de poesía palestina

Porque se nos impone en este tiempo descolonizar el imaginario y porque ante la hipocresía de la política es necesario contraponer el testimonio de la poesía, proponemos la lectura de una muestra de poemas palestinos. Leemos textos de Fadwa Tuqan (1913), Samih Al-Qasim (1939), Naomi Shihab Nye (1952), Ghassan Zaqtan (1954), Fady Joudah (1971), Ahlam Bsharat (1975), Najwan Darwish (1978), Mazen Maarouf (1978), Marwan Makhoul (1979), Maya Abu Al-Hayyat (1980), Taghrid Abdelal (1984), Dalia Taha (1987), Razan Bannourah (1992), Yaya Achour (1998), Alice Yousef y Noor Hindi. Acompañamos estos poemas con un texto del pensador belga de origen marroquí Souhail Chichah para enmarcar la situación actual en Palestina.

 

 

 

 

Fadwa Tuqan

(1917)

 

 

Mi libertad

 

Libertad

Mi libertad

Palabras que resuenan en mi boca

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ espesa de rabia

debajo de la ráfaga de disparos

en medio del fuego

a pesar del peso de mis cadenas

y la noche

persisto

sobre los brotes de ira.

Libertad

Mi libertad

Voy a tallar las palabras

en el mundo

cincelar sus sonidos

en cada puerta de Levante

en el Templo de la Virgen

en su altar sagrado

en los surcos del campo

encima de la ladera

debajo de la pendiente de cada esquina

dentro de la prisión

en la cámara de tortura.

Voy a grabar las palabras

en la madera de mi horca

sin importarme las esposas

la voladura de nuestras casas.

Lo repito:

Libertad

Mi libertad

Deja que las palabras sean una chispa que se extienda

cubriendo cada centímetro de

mi tierra nativa

incluso las tumbas

que quizá mire

La Libertad Roja

toca en cada puerta

e ilumina en la oscuridad

arrasando con la neblina.

 

(Adalberto García López)

 

 

 

 

 

Samih Al-Qasim

(1939)

 

 

Persona non grata

 

Aquí el inicio de la carnicería

 

Su final: mi grito lunar.​​ 

 

Sé que mi vidrio puede ser fragmentado por una bala. Apunta bien y trata de asesinarme​​ a mí. Mis pequeños son demasiado jóvenes para la muerte. Fruta verde poco apropiada para tus amos. Apunta bien: mi esposa está a salvo ahora en la cocina. Apunta bien, estoy aquí sólo leyendo​​ Le Fou d`Elsa. Si tu francotirador se encoge dos pulgadas podrá verme: una figura silente junto a la ventana del estudio.​​ 

 

Vengan.​​ 

 

Vengan con todos los horrendos fuegos de su malevolencia.​​ 

 

¡Vengan! Aquí yo tengo una escalera en espiral que une cielo y tierra, un ventilador que falla en la canícula, un tanque que se pasea sobre un vientre embarazado, y aquí tengo mis áridas naciones.​​ 

 

Cráneos coronados por medallas adquiridas por el tipo de cambio de la muerte, zapatos habitados por escorpiones. Oh, un vaso de agria y amarga agua a cambio de mi sangre y lágrimas. He sido herido: mi herida está viva, mi voz está viva, mi silencio está vivo. Inclino mi corazón en señal de respeto. Vengan.​​ 

 

Mi aflicción: el deslumbramiento.​​ 

 

Mi ira: la súplica.​​ 

 

Vengan.​​ 

 

Vengan.​​ 

 

El quedarme es mi huida.​​ 

 

Mi muerte es combate.​​ 

 

Juro por el higo y el aceite, por el silencio y el clamor, por la fertilidad y la esterilidad, por la miel y la cicuta, por el brote y la muerte, por la ignorancia y el conocimiento, por el ayer y por el hoy, juro que lucharé.​​ 

 

Seguiré luchando.​​ 

 

Lo haré.​​ 

 

Hasta que nazca la verdad y la mentira se desvanezca

 

Lo haré y lo haré, levantarme y hundirme, andaré y rodearé, soltaré y me abstendré, flotaré y me detendré.

 

¿Qué? ¿Cómo?

 

Así:​​ 

 

con una caída hasta la cima de la muerte,​​ 

 

con potros trotando tras las huellas de la tragicomedia.​​ 

 

Así:

 

tomando una siesta en un asiento de autobús –una inquebrantable celda.​​ 

 

Menstruación con esterilidad, esterilidad con menstruación, dolor y protesta, amor y odio: un idílico baldío.​​ 

 

Caminaré fuera de mi cuerpo, ya no puedo soportarlo.​​ 

 

Buscaré un amigo.​​ 

 

Me apartaré de mis pasos, ya no puedo soportarlo

 

Buscaré un camino.​​ 

 

No hay camino salvo yo

 

y estos son mis pasos.​​ 

 

Mi cuerpo es el siguiente paso.

 

(Gustavo Osorio de Ita)

 

 

 

 

 

Naomi Shihab Nye

(1952)

 

 

 

Para Mohammed Zeid, 15 años

 

 

No hay balas perdidas, señores.​​ 

 

No hay balas como un gato asustado

escondiéndose debajo de un arbusto,​​ 

no hay balas como cachorros sarnosos

huyendo por las calles de medianoche.​​ 

La bala no pudo haber sido una nuez

cayendo sobre un toldo de lámina,​​ 

lentamente, no pudo haber sido una mota

de polen en el aire de octubre,​​ 

nunca una humilde piedrecilla en la calle.​​ 

 

Así que no lo hagan ver dulce, por favor.​​ 

 

Vivimos entre pensamientos perdidos,​​ 

con tareas a mitad el camino abandonadas.​​ 

Están henchidos nuestros cambiantes corazones​​ 

por devociones perdidas, nos sentimos en casa

entre los pedazos y retazos

de todas las rutas errantes de las palabras.

 

Pero esta bala no tenía inocencia alguna, no​​ 

le deseaba el bien a nadie, no pueden cambiarlo

con sus eufemismos, esta bala nunca fue amiga

de la vida, no debería garantizársele inmunidad

con palabras suaves –fuego amigo, bala perdida,​​ 

¿por qué le hemos dado el peso incorrecto a aquello que hacemos?

 

Mohammed, Mohammed, él merece la verdad.​​ 

 

Esta bala no tenía amables deseos secretos,​​ 

no se encontraba cantando para sí con los ojos cerrados bajo el puente

como la mujer exiliada en su precioso y gastado sombrero.​​ 

 

 

(Gustavo Osorio de Ita)

 

 

 

 

 

 

Ghassan Zaqtan

(1954)

 

 

Aquella vida

 

Voy a ver cómo murieron

yendo hacia los escombros

yendo para verlos ahí

tranquilos sobre la colina de la intervención

 

Querido Narciso de miércoles, qué hora es

qué muerte es esta

qué planeta en la mano de la viuda

¿cinco o tres?

 

Su vestido florecía

nosotros éramos

flores abandonadas sobre su vestido

 

Queridos umbrales de las mujeres, cuánto es una vida

qué tiempo es un río

cuántas dagas hay en la sangre

de la arremolinante tormenta

¿tres o cinco?

 

Dejamos que la ciudad jugara

y guardamos enrollados nuestros amplios velos

 

Voy a ver cómo murieron

yendo hacia los escombros

yendo para ver su muerte

colinas del norte

viento que se levanta del sur

voy a llamarlos por sus nombres

 

(Gustavo Osorio de Ita)

 

 

 

 

 

 

Caballos negros

 

El enemigo asesinado

Piensa en mí sin piedad alguna en su sueño eterno​​ 

Fantasmas ascienden por las escaleras de la casa, dando la vuelta por las esquinas

Los fantasmas que he recogido por los caminos

Recolectándolos de los pecados atados alrededor de los cuellos de la gente.​​ 

 

El pecado cuelga del cuello como una carga

Es ahí donde yo alimento y crío a mis fantasmas

Esos fantasmas que flotan como caballos negros en mis sueños.​​ 

 

Con el vigor de la muerte un último blues se alza

Mientras reflexiono en torno a los celos

La puerta está enteramente abierta, el aliento se filtra a través de las grietas

El aliento del río

El aliento de los ebrios, el aliento

De la mujer que despierta hacia su pasado en un parque público.​​ 

 

Cuando duermo

Veo un caballo pastando

Cuando me quedo dormido,​​ 

El caballo vigila mis sueños

 

Sobre mi mesa en Ramallah

Hay cartas no terminadas

Y fotografías de viejos amigos

El manuscrito de un joven poeta de Gaza

Un reloj de arena

Y las primeras líneas que, como alas, se despliegan en mi cabeza.​​ 

 

Quiero memorizarte como aquella canción de primer año

Aquella que aprendí

Completa y​​ 

Sin ningún error

El ceceo, el movimiento de cabeza, fuera de tono

Los pequeños pies llevando animosamente el compás sobre el concreto​​ 

Las palmas abiertas golpeando las bancas.​​ 

 

Todos murieron en la guerra

Mis amigos y compañeros de clase

Sus pequeños pies

Sus animosas manos… aún golpean los pisos de cada habitación

Aún golpean las mesas;​​ 

Y aún golpean el pavimento, las espaldas de la gente en la calle, sus hombros.​​ 

A donde quiera que voy

Puedo verlos

Puedo escucharlos.​​ 

 

(Gustavo Osorio de Ita)

 

 

 

 

 

Fady Joudah

(1971)

 

Me sacas

 

Tú que me sacas de mi casa

estás ciego ante ese tu propio pasado

que nunca te abandona,​​ 

sin embargo no eres un topo

como para poder ahora oler y sentir lo que​​ 

me estás haciendo.​​ 

Un ahora tardo, desgastado, para que el pasado

sea un cambio climático y no una masacre,​​ 

para que el presente acabe nunca.​​ 

Pero yo estoy más cerca de ti que lo que tú estás de ti mismo

y esto, mi amigo enemigo,​​ 

es la definición de distancia.​​ 

Oh, no te indignes,​​ 

mira este video, te paso el link,

en el cual me borras miembro por miembro

y me lanzas hacia la calle para hacerme marchar​​ 

hacia mi catástrofe en un presente​​ 

que aún no alcanza el tamaño de tu pasado:

¿es acaso este el muro

contra el cual estás tirando tus dados?

Sí, estoy hablando de etimologías, estoy de acuerdo

con que la balanza se incline a tu favor,​​ 

a mí no me importan esas cosas, yo tengo un corazón​​ 

que se pudre, que resiste, que tiene esperanza, tengo genes,​​ 

como los tuyos, que no se adscriben

a la jerarquía de los daños.​​ 

Tú que me sacas de mi casa

también has sacado a mis padres

y a sus padres de las suyas.​​ 

¿Cómo es la vista desde mi ventana?

¿A qué sabe mi sal?

¿Acaso debo condenarme un poco

más para que tú puedas perdonarte a ti mismo

en mi cuerpo? Oh, cuánto amas mi cuerpo,​​ 

mi cuerpo, mi casa.

 

(Gustavo Osorio de Ita)

 

 

 

 

 

 

 

Ahlam Bsharat

(1975)

 

 

Cómo mato a los soldados

 

 

Soldados coloniales,​​ 

¿Qué le han estado haciendo

a mi poesía todos estos años

cuando fácilmente pude haberles dado muerte

en mis poemas

así como ustedes han matado a mi familia

fuera de la poesía?

 

La poesía ha sido mi oportunidad

para ajustar cuentas con los asesinos,​​ 

pero los dejo envejecer afuera,

pues quiero que conozcan el detrimento

de sus vidas, que se arruguen sus rostros,​​ 

que se adelgacen sus sonrisas,​​ 

y que se herrumbren sus armas.​​ 

 

Así que si ustedes, lectores, ven a un soldado

paseándose por mi poema,​​ 

tengan confianza en que lo he abandonado a su destino

así como se abandona un criminal​​ 

por los años que le queden,​​ 

aquellos que se encargaran de ejecutarlo.​​ 

 

Y sus oídos serán los que se encarguen de ejecutarlo

mientras me escucha recitar mi poema

para las dolientes familias,​​ 

y no podrá escabullirse​​ 

de mi libro o del sitio de la lectura

mientras la gente sentada lo mira fijamente.​​ 

 

No serás consolado,​​ 

soldado, no, nunca,​​ 

ni siquiera cuando salgas

de mi lectura de poesía

encogido de hombros

y con los bolsillos cargados de balas muertas.​​ 

 

Incluso si tu mano,​​ 

trémula como se encuentra

por tanta muerte,​​ 

se pone a jugar con las balas,​​ 

tú no​​ 

producirás nada​​ 

salvo un sonido muerto.

 

(Gustavo Osorio de Ita)

 

 

 

 

 

 

 

Najwan Darwish

(1978)

 

 

 

Durmiendo en Gaza

 

 

Fado, dormiré como hace la gente

cuando caen las bombas

cuando el cielo se abre como carne viva,

soñaré como hace la gente

cuando caen las bombas:

soñaré con traiciones.

 

Despertaré a medio día y le preguntaré al radio

las preguntas que la gente se hace

¿Ya terminó el bombardeo?

¿Cuántos fueron asesinados?

 

Pero mi tragedia, Fado,

es que haya dos tipos de personas:

aquellos que lanzan sufrimiento y pecado

a la calle para poder dormir

y aquellos que coleccionan el sufrimiento, los pecados de la gente,

los tornan cruces, los presumen

por las calles de Babilonia y de Gaza y de Beirut

mientras plañen

¿van a venir más?

¿van a venir más?

 

Hace dos años, al sur de Beirut,

camine por las calles

de Dahieh,

arrastrando una cruz

tan grande como los edificios destrozados.

Pero ¿quién levantaría una cruz

de la espalda de un hombre cansado hoy en Jerusalén?

 

La tierra es tres clavos

y por piedad un martillo

Detente, Señor.

Detén los aviones.

 

¿Van a venir más?

¿Van a venir más?

 

(Alí Calderón)

 

 

 

 

El autobús de la pesadilla

 

Los vi rellenar bolsas de plástico con los cuerpos de mis tías

En las esquinas de las bolsas se anega su sangre aún caliente

(Pero no tengo ninguna tía)

Supe que asesinaron a Natasha mi hija de tres años

(Pero no tengo ninguna hija)

Me dijeron que violaron a mi esposa que arrastraron su cuerpo por las ​​ 

 ​​ ​​ ​​​​ escaleras

que la tiraron a la calle

(Pero ni siquiera estoy casado)

De hecho esos son mis anteojos​​ 

esos que fueron aplastados por sus botas

(Pero jamás he usado anteojos)

 

Me quedé a dormir donde mis padres y tuve un sueño sobre una casa

Al despertar miré a mis hermanos

suspendidos en la horca​​ 

del techo de la Iglesia de la Resurrección

El Señor dijo inmisericorde: este es mi propio sufrimiento

Junté el orgullo que les quedaba a los ahorcados  ​​ 

respondí: en mi opinión es el nuestro

 

El dolor alumbra todo y yo lo amo más que a mis peores sueños

 

No voy a huir al norte

Señor

no me cuentes entre los refugiados

 

En breve continuaremos este informe

 

Debo dormir ahora

no sea que pierda el autobús de pesadilla​​ 

que se dirige a Sabra y a Shitila

 

(Alí Calderón)

 

 

 

 

 

 

 

 

Mazen Maarouf

(1978)

 

 

Fidelidad

 

Después de analizar largo tiempo

las líneas de su palma

eligió una

que parecía

más fina que las otras

Delicadamente​​ 

la desprendió

de su mano

a fin de suturar

una vieja herida

hecha

en su otra mano

 

(Alí Calderón)

 

 

 

Mano de guerra

 

 

Sostenemos la mano de la guerra,

para que no camine entre nosotros,​​ 

pero es la muerte

y es un tanto tardía, y la engañamos.​​ 

 

Sostenemos la mano de la guerra

convencidos de que ésta es la última vez

que ondea su catástrofe sobre nosotros,​​ 

ya que el camino es un fútil muro,​​ 

 

y el país entero está en búsqueda

de una fotografía

del dolor colectivo.​​ 

 

 

(Gustavo Osorio de Ita)

 

 

 

 

 

 

 

Marwan Makhoul

(1979)

 

 

 

Hacia ningún lado

(fragmentos)

 

 

Piensa la ballena que es grande

pero en el mar

es tan pequeña

 

 

 

 

 

¡Basta!​​ 

Le dice la muerte a los tiranos

Estoy satisfecha

 

 

 

 

El problema del ser humano

es que la justicia que ve

no es la misma que ven los otros

Lo opuesto también es verdadero

 

 

 

 

 

Fundamentalismo

¡Qué buena idea!

Pero qué nefasto es

cuando unos idiotas se juntan

 

 

 

 

 

En el pasado

le abrimos a los gitanos

las puertas de la Gran Siria

En correspondencia

ahora le abren ellos su país​​ 

a los gitanos que somos nosotros mismos

 

 

 

 

 

El cuervo entre la bruma es más hermoso

que todas las palomas de la paz

en los discursos de los políticos

 

 

 

 

 

Puede que con lo que escribimos

no vayamos a cambiar el mundo

pero sí que le soltamos un zarpazo​​ 

a su pudor

 

 

 

 

 

Tú eres el único Dios mío

ante quien no nos tenemos lástima

cuando nos desvestimos

 

 

 

 

Para escribir una poesía​​ 

que no sea política

debo escuchar a los pájaros

Pero para escuchar a los pájaros

hace falta que cese el bombardeo

 

(Alí Calderón)

 

 

 

 

 

 

Maya Abu Al-Hayyat

(1980)

 

 

 

 

Miedo

 

Soy por lo tanto

apuntan sus rifles hacia mí.​​ 

Por sus ojos y por las puntas de sus dedos yo broto.

Me lanzan sobre los somnolientos ojos y los cansados hombros

de los trabajadores

luego me cargan en sus pasaportes

y en sus biografías. Así que paseo con ellos​​ 

mientras aterrorizan niños

y le roban el sueño y las noches a las madres.​​ 

Me estás mirando

directo a los ojos para conseguir

que envíe a adolescentes al ejercito

y tuerza sus futuros.​​ 

Estoy aquí, armado, en las esquinas de las calles,​​ 

dentro de los tanques, en los techos,​​ 

mirando el espacio, omnipresente, trabajando constantemente,​​ 

arrancando el sueño de sus párpados,​​ 

sembrando el pánico, el capricho, el asesinato no intencionado.​​ 

¿Puedes dirigirte a mí

sin razón alguna, sin que se te caiga todo a pedazos,​​ 

tus adagios, tus mitos, tus credos?

Soy quien entrega la felicidad ilusoria

en las sólidas sociedades: “Mire cuán llenas están las calles”

dice el taxista mientras señala el radio:​​ 

“Los negocios prosperan,​​ 

la industria crece, somos la treceava

potencia entre las naciones.”

Le doy una palmada en el hombro al conductor,​​ 

él tiembla en la oscuridad,​​ 

rebusca la dicha de aquel

que ha sabido aceptar

que este es el mejor de los escenarios posibles.​​ 

Soy el sirviente de sus amos:

los llevo hacia la obediencia, hacia la fe:

que su orden es mejor

que el caos que podría terminar con ellos mismos.​​ 

 

Mientras me mires directamente a los ojos, prevaleceré.​​ 

Mientras tú seas otro.​​ 

Mientras seas eterno.

 

(Gustavo Osorio de Ita)

 

 

 

 

Introspectiva

 

Estoy esperando que la hija de un mártir valiente
Se ponga de pie y grite

Toma tu patria
Y regrésame a mi padre
La flor de almendro sabe que la vida es corta

Pero sus capullos se quiebran y bostezan

Y solo cuando caen sobre la acera del colegio

La felicidad florece

Ni todos los minutos de silencio
Pueden regresar a la vida una voz

He vivido una vida tan repleta de héroes
Y de completos bastardos
Que ya no puedo distinguir entre unos y otros

He visto niños
Que dieron a sus padres a la patria
Pero nunca he visto a la patria
Darle un huérfano a un padre

Quiero que todos vivan y que nadie se rinda
Ni siquiera mis demonios
Ni siquiera tus demonios
Y tal vez si ninguno de nosotros se rinde
Todos resurjamos
De este infierno

 

(Mirna Calderón)

 

 

 

 

 

Taghrid Abdelal

(1984)

 

 

 

Querido cielo

 

 

Miraré a tu espalda

si te acercas aquí abajo un poco más.​​ 

Dios está demasiado lejos como para darse cuenta.​​ 

Ven más cerca

para que los credos tejan tu verdadero cabello,​​ 

para que puedas escuchar mis susurros en el oído de mi amante

pidiéndote que des un paso más.​​ 

 

No seas el Séptimo–

aquel cuyos vestidos

algunas mujeres sujetan mientras derraman

su fragancia sobre los hombres.​​ 

Siempre hay una mujer​​ 

que se precipita hacia ti.​​ 

 

Estaba contemplando tu moteada cola,​​ 

aguardando que planetas

aparecieran en tu gris final–

no seas el Séptimo

ni el último,​​ 

cambia tu número exterior

y también el forro interior de tu cubierta.​​ 

 

De cualquier forma, el mar te dará alcance

y no te tomará por mujer alguna.

 

Hay un columpio colgando cerca tuyo.​​ 

Y en lo que llamamos Tierra

hay otros cielos además de ti:

¿Por qué los libros han elegido darte

un único nombre?

 

La meta, el más allá

me han ayudado a verte desde donde estoy.​​ 

Lo cual está bien

siempre y cuando no seas nada salvo espalda, un revés

con dos hombros,​​ 

largo cabello y sentado.​​ 

 

 

(Gustavo Osorio de Ita)

 

 

 

 

 

 

 

 

Dalia Taha

(1987)

 

 

 

¿Te acuerdas de tu primera noche en este mundo?

De hecho, no es tu primera noche

en el Cairo o en París

en Kinshasa o en Buenos Aires.

podrías haber nacido en un pueblo tranquilo

en la ribera del río

o cerca de un rascacielos,

pero esta es tu primera noche en esta tierra

Lo que rodea el lugar de tu nacimiento

no son las ciudades ni las localidades próximas

tampoco los Estados o los continentes vecinos

son sobre todo los astros y las galaxias.

Lo más probable es que tu nombre fuese elegido hace meses

y que ya algunos hayan comenzado a caracterizarte:

nervioso o tranquilo, contemplativo o prudente.

Pero en realidad tú eres un ser extraño

más cercano al espacio sideral que nosotros.

Contigo nosotros no podemos superar el apuro

de los primeros instantes tras la llegada de un huésped,​​ 

cuando se le acosa a preguntas sobre el viaje.

Si te esperamos en el paritorio​​ 

o si te encontramos en medio de la carretera

lo cierto es que no sabemos exactamente​​ 

cómo llegaste aquí

y no podemos decirte

“Haz como si estuvieras en tu casa”.

Hasta ahora no lo hemos sentido

a pesar de que nos comportamos como si fuéramos

los propietarios del lugar.​​ 

Como tú,

en este mundo también nosotros somos invitados​​ 

Es el momento propicio para recordarlo​​ 

y es tu primera noche en la tierra.

No estabas cuando llovió esta mañana

pero, en el exterior, la hierba todavía está húmeda.

Entonces tú no sabías qué es el tiempo.

Los días, las semanas y los meses

no tenían ningún significado para ti.

Después de este momento

todo va a repetirse

tu palma se cerrará y se abrirá

y comenzarás a distinguir el día de la noche.

Tus ojos se acostumbrarán a los matices de los colores.

Después escrutarás largamente los rostros de la gente

y de una manera que la ciencia

todavía no ha logrado determinar

pronunciarás tus primeras palabras

y los adultos te pedirán que las repitas

y por alguna razón

será magnífico.

Después dirás río, rascacielos,

tren subterráneo.

Entonces creerás que posees el mundo

en parte, al menos, como a tu hermana o a tus hijos,

que serás capaz de provocar la guerra

o de extinguir los bosques.

A pesar de todo, y sea cual sea tu duración,

en raros momentos ​​ de tu vida

algo te estremecerá

y te recordará tu residencia original,

la vista de las colinas, por ejemplo.

Pero eso ocurrirá a su debido tiempo.

Ahora eres frágil y estás estupefacto.​​ 

Todavía no tienes edad.

Todo el mundo te examina.

Es tu primera noche en la tierra

y el ambiente es festivo

porque todos te consideramos como una ofrenda.

Pero si repitiéramos suficientemente esta frase

“Es tu primera noche en la tierra”

descubriríamos que, en realidad, eres un viajero,

alguien que acaba de llegar a un hospedaje.

Afuera, la tempestad

y las puertas del alojamiento permanecen abiertas,

no se cierran jamás.

Al unísono

entráis​​ 

y la tempestad.

 

(Carmen Medina Puerta)

 

 

 

 

 

 

Razan Bannourah

(1992)

 

Este dolor crudo y a punto

 

Amo las cosas frescas

las legumbres frescas

fresco el amor

la tristeza fresca

la muerte fresca

fresca la decepción

y la traición fresca

 

Las quiero​​ 

directo de su fuente de origen

a mi boca y a mi sangre

Jamás las querré cocidas

 

Tras su cocción las cosas

igual que una abundante comida

se olvidan

 

(Alí Calderón)

 

 

 

 

 

Yahya Ashour

(1998)

 

Cuando cae un misil

 

Cuando cae un misil

cerca de casa

me esperanzo

porque a pesar​​ 

de la injustificada

velocidad

ella​​ se dará cuenta

que hace tiempo

me acurruco

en una tumba

que ha cavado el miedo

Me digo: morirás de todas formas

tu maldita mala suerte…

 

Pero ya se sabe:​​ 

la Muerte desprecia

a los desahuciados​​ 

 

(Alí Calderón)

 

 

 

 

 

Noor Hindi

 

 

 

A la mierda su sermón sobre el arte, mi gente está muriendo

 

Los colonizadores escriben sobre las flores.
Te hablo de los niños que tiran piedras a los tanques israelíes

Segundos antes de convertirse en margaritas.

Quiero ser como esos poetas que se preocupan por la luna.

Los palestinos no ven la luna desde las celdas y las prisiones.

Qué hermosa la luna.

Qué hermosas las flores.

Recojo flores para mi padre muerto cuando estoy triste.

Él mira Al Jazeera todo el día.

Ojalá Jessica dejara de enviarme mensajes de 
¡Feliz Ramadán!
Sé que soy norteamericana porque cuando atravieso un cuarto algo muere.
Las metáforas sobre la muerte son para los poetas que piensan que a los fantasmas les interesa el sonido.

Cuando muera, prometo seguirte por siempre.

Algún día escribiré sobre las flores como si me pertenecieran.

 

(Adalberto García López)

 

 

 

 

 

 

 

Alice Yousef

 

 

Si me preguntas qué es lo que estamos haciendo, te diré esto:

 

-sí, aún bebemos nuestro café árabe amargo: quizá dejamos de contar su amargura porque ya no importa. Aún guardamos café para las bodas y para las muertes, nada cambia.

 

-sí, aún nos decimos buenos días y buenas noches, todos los seres humanos necesitamos no temer al paso de las horas.

 

-sí, aún nos enviamos mensajes de texto: esta no es mi primera guerra y leer en voz alta esos mensajes me rompe el corazón una y otra vez.

 

-sí, nos bañamos, hacemos compras, trabajamos, movemos nuestros cuerpos mientras podemos.

 

-sí, tranquilizamos a los niños: les decimos que todo es mentira, los sonidos son fuegos artificiales, las clases se cancelaron para pasar un día divertido en casa con los padres, les decimos que no vean a otros niños, que no vean lo que queda de ellos. Les decimos que su infancia nunca volverá a ser la misma, como la mía, como la nuestra.

 

-sí, nos preocupamos, perdemos, amamos, nos rompemos y luego despertamos y damos gracias porque han clareado los cielos sobre nosotros.

 

-sí, contamos cabezas, contamos cuerpos, contamos alientos, contamos el tiempo del amor en múltiplos: preguntamos ¿cómo amaneció

tu madre,

comiste bien,

dormiste bien,

aún respiras?

 

(Andrea Rivas)

 

 

 

 

 

 

 

***

 

 

 

Hamás: El punto ciego

 

 

He procurado diligentemente no reírme de las acciones humanas, ni llorarlas, ni abominar de ellas, sino comprenderlas.

​​ Spinoza

 

 

Los actuales ataques militarizados llevados a cabo por Hamás representan el marco fundamental en el que el mundo “occidental" percibe actualmente la cuestión israelí-palestina.

El presidente de Estados Unidos dio el pésame a las familias israelíes que habían sufrido pérdidas, mientras que omitió olímpicamente expresar sentimientos​​ similares a las familias palestinas, incluso durante los intensos bombardeos aéreos en curso dirigidos contra Gaza. Al mismo tiempo, Estados Unidos envió medios militares navales y aéreos a la región en una demostración palpable de apoyo a Israel.

Siguiendo pasos similares, el Reino Unido está a punto de enviar un par de buques de la Marina Real británica, junto con medios de vigilancia aérea al Mediterráneo oriental, como una iniciativa destinada a mejorar la arquitectura de poder de la región.​​ 

Las acciones letales de Hamás suscitaron la condena generalizada de los dirigentes europeos. Al denunciar a esta organización política, la presidenta de la Comisión europea, Ursula von der Leyen, subrayó “el derecho de Israel a la autodefensa”. La Comisión Europea anunció una “revisión urgente de la ayuda de la Unión Europea a Palestina”, cuando apenas unas horas antes uno de sus comisarios, Oliver Varhelyi, había anunciado la suspensión de todos los pagos previstos en el marco de esa ayuda al desarrollo.

La cuestión de la condena de Hamás por el asesinato de civiles israelíes también compromete a los simpatizantes de la causa palestina. Si la condena de "Occidente" a Hamás tiene su origen en su rechazo del islam político, no es necesariamente lo mismo para muchos críticos de la ocupación israelí.

Así, en nombre del rechazo de una doble moral y ética, se sitúan en el actual foco de atención "occidental", centrado en la violación de la Convención de Ginebra por parte de Hamás.

¿Hay que condenar, entre otros ataques contra civiles, el ametrallamiento por Hamás de un festival de música que se cobró casi 300 vidas israelíes? ¿Debemos hacer caso a la justificación de Hamás? ¿Qué dicta el Derecho internacional? ¿Qué debería decir uno como promotor de la paz?

 

"Esta gente de Hamás son bestias humanas"​​ 

Premio Nobel,​​ Shimon​​ Peres

 

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, acaba de formular el conflicto en términos crudamente deshumanizadores, caracterizándolo como una​​ "lucha contra animales humanos". Esta afirmación resuena con la anterior caracterización de los árabes como "bestias salvajes" por parte del ex primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, contribuyendo así a un discurso que​​ deshumaniza​​ a los palestinos.​​ 

 

Shimon Peres, Premio Nobel de la Paz en 1994 y ex presidente israelí, contribuyó a dar forma a la retórica que describe a los palestinos como inhumanos, una narrativa profundamente​​ arraigada​​ en Israel. Hace casi 15 años, calificó a los miembros de Hamás como "bestias humanas". Esta declaración, publicada en un importante periódico de Bruselas en 2009, no suscitó ninguna reacción significativa. En cambio, mereció el título de​​ doctor honoris causa​​ por la Universidad Libre de Bruselas unos años más tarde.

Cabe observar que, mientras que en "Occidente" la demonización de Hamás es unánime, su perspectiva es ampliamente ignorada. Se trata de una condena de principio. Sin embargo, la falta de comprensión de la lógica política de un actor clave en la cuestión israelí-palestina impide iniciar o respaldar negociaciones políticas que no impliquen una humillación, sembrando así la semilla de la perpetuación de la violencia.

Los Acuerdos de Oslo son hoy una muestra conmovedora de esta realidad. En un principio, existía la esperanza generalizada de que allanarían el camino hacia una solución entre los dos Estados, poniendo fin a la prolongada violencia y las tensiones en la región. Sin embargo, con el paso de los años, la aplicación de​​ los Acuerdos de Oslo tropezó con tremendos obstáculos, como la expansión de los asentamientos, la falta de plena soberanía para los palestinos y las cuestiones sin resolver sobre el estatuto de Jerusalén, entre otros asuntos. En consecuencia, el otrora boyante optimismo que rodeaba a los acuerdos se fue atenuando hasta desvanecerse.​​ 

Comprender a Hamás es, por tanto, necesario para llegar a un acuerdo sobre los términos de la negociación y es, además, un requisito previo para la propia negociación.

Mientras que la opinión occidental considera a los israelíes como civiles, Hamás, entre otros muchos palestinos, son considerados (sobre todo a los de​​ Cisjordania ocupada) como colonos que se perciben como "parte del poder​​ armado israelí".

 

La segunda justificación presentada por Hamás es que ellos mismos responden a las​​ violaciones​​ de las leyes internacionales cometidas por Israel y denuncian el doble rasero de la indignación que provocan estas violaciones.

 

 

¿De quién es el derecho internacional?

 

La diferencia entre civiles y colonos no es meramente terminológica, sino que está imbuida de consideraciones éticas, jurídicas y políticas. Exige un análisis hermenéutico que tenga en cuenta no sólo los textos jurídicos, sino también el contexto sociopolítico y las mutables interpretaciones de las normas jurídicas internacionales.​​ 

Antes de entrar en más detalles, es imperativo subrayar hasta qué punto la profunda interrelación entre la sociedad civil israelí y su infraestructura militar​​ ha suscitado el escrutinio de una variada gama de intelectuales israelíes. Entre estos líderes de pensamiento, el distinguido columnista israelí​​ Gideon Levy​​ descuella como un notable comentarista sobre este tema.

En cuanto al argumento inicial de Hamás, que afirma que los israelíes deberían clasificarse como colonos y no como civiles, el derecho internacional ofrece una serie de criterios matizados para distinguir entre ambos grupos, especialmente en un contexto de ocupación y conflicto. Los colonos -como civiles- suelen estar protegidos de las acciones militares directas en virtud del Derecho Internacional Humanitario (DIH). Sin embargo, la profundidad de la ocupación y la ilegalidad de los asentamientos, así como, por supuesto, la participación directa en las hostilidades introducen matices que​​ afectan​​ la aplicación de estas protecciones. Además, mientras que la comunidad internacional considera predominantemente ilegales los asentamientos, las autoridades israelíes los consideran legales en virtud de su legislación nacional.

Esto plantea​​ cuestiones éticas y jurídicas​​ sobre si los colonos deben ser considerados personas protegidas en virtud del DIH o ser vistos como participantes voluntarios en una actividad ilegal.

Además, en cuanto a las graves violaciones de las Convenciones de Ginebra y del Derecho Internacional Humanitario, el consenso jurídico internacional se inclina en gran medida a favor de la no prescripción, lo que hace que la cuestión planteada por Hamás sea aún más compleja: desde 1948 hasta nuestros días, ¿qué frontera debe ser considerada para distinguir a los colonos de los civiles?​​ 

Hamás está planteando una cuestión fundamental que desentraña el intrincado tejido histórico de la región, desde la Nakba y la creación de Israel hasta los acontecimientos actuales. Esta interrogante exige algo más que un mero reconocimiento; exige una deliberación sustantiva y comprometida con vistas a una resolución negociada. Dada la gravedad existencial que reviste para la​​ región y sus notables implicaciones para la estabilidad mundial, la apatía o negligencia sostenidas de las potencias "occidentales" han llegado a un punto insostenible.

En cuanto a la segunda cuestión planteada por Hamás, que se refiere a si debe adherirse al derecho internacional que pasa desapercibido cuando interviene en apoyo de Palestina, corresponde principalmente a Estados Unidos iniciar un cambio de paradigma.

¿El dedo o la luna?

Como muy bien nos recuerda Derrida, todo es cuestión de encuadre. Este es también un principio de la​​ propaganda​​ de guerra.

Por lo tanto, debemos rechazar cualquier reduccionismo en el planteamiento de la cuestión israelí-palestina y devolverle toda su complejidad: no se puede reducir, resumir o incluso centrar el análisis únicamente en Hamás.​​ 

 

A nivel mundial, diplomáticos de un centenar de naciones han presentado diversas respuestas al actual enfrentamiento armado. Menos de la mitad de estas naciones condenaron abiertamente a Hamás. Por el contrario, otros, incluidos actores regionales como Qatar, Arabia Saudí, Kuwait, Siria e Irak, han culpado a Israel de las hostilidades. Aproximadamente veinte países han defendido sistemáticamente el derecho de Israel a la autodefensa, mientras que otros actores han abogado por una rápida desescalada de la actual explosión de violencia*.

Los hechos hablan por sí solos: la cuestión israelí-palestina es una cuestión global. Polariza al mundo: para unos es el símbolo del colonialismo y del imperialismo estadounidense, mientras que para otros es la reparación por el fascismo del pasado y abanderado de la democracia. Así era mucho antes de la formación de Hamás.

En cuanto a este último, una voz importante entre otras voces igualmente importantes del pueblo palestino, es necesario humanizarlo para comprenderlo. Contrariamente a lo que afirmaba el premio Nobel Shimon Peres, Hamás ya no debe considerarse una "bestia". Todo actor político tiene racionalidad; negarse a escuchar esta racionalidad es nada menos que negarse a la política. Es decir, empujar a la violencia armada en el caso de Hamás hoy y de la OLP ayer.

Las víctimas israelíes no se oponen a las palestinas, sino que forman una tragedia colectiva. En consecuencia, no es un mero desglose sino un examen exhaustivo de la cuestión israelí-palestina lo que resulta imperativo para quienes están comprometidos con la consecución de una paz sincera y duradera.​​ 

La​​ cuestión no es si actualmente Hamás está haciendo caso omiso al derecho internacional, sino que lo realmente importante es​​ mirar la luna1.

 

Souhail Chichah

(Traducción de Luis Martínez Andrade)

 

 

 

 

* Este artículo de opinión fue redactado inicialmente el 8 de octubre y posteriormente se revisó ligeramente para incorporar información hecha pública el 11 de octubre. Se redactó antes de que Israel reconociera su voluntad de llevar a cabo en Gaza acciones que podrían constituir genocidio, según la definición de la Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y la Sanción del​​ Delito de Genocidio. Naturalmente, el artículo no refleja ningún acontecimiento que pueda producirse con posterioridad a las fechas mencionadas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1

​​ El autor está parafraseando la siguiente frase: “cuando el sabio señala la Luna, el necio mira el dedo” (Nota del traductor).​​ 

 

 

 

 

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