Francesca Cricelli (Brasil, 1982) es poeta, traductora y catedrática. Es doctora en Estudios Literarios y Traducción por la Universidad de São Paulo (Brasil). Durante su investigación, descubrió un archivo inédito de casi 400 cartas escritas por el poeta italiano Giuseppe Ungaretti a su última musa, Bruna Bianco. El archivo había permanecido inaccesible durante más de cincuenta años. Las cartas están ahora a disposición del público en la Fondazione Mondadori de Milán. Francesca ha enseñado prácticas de traducción y escritura creativa en Brasil, en la Casa Guilherme de Almeida y en la Casa das Rosas. Vive en Reikiavik, Islandia, donde enseña portugués y aprende islandés. Actualmente es profesora visitante en el Instituto de Lenguas, Culturas y Sociedades de la Universidad de Londres, donde investiga la obra de escritoras translingües de Italia, Islandia y Brasil en el Centro para el Estudio de la Escritura Femenina Contemporánea. Su poesía se ha publicado en Brasil, Italia, Islandia, China, España, Croacia, Turquía, Finlandia y Estados Unidos. Ha publicado, entre otros, Repátria (Selo Demônio Negro, 2015) y Errância (Macondo y Sagarana forlag, 2019). Su próximo libro, Inventário, será publicado por la editorial Nós en Brasil.
Es un largo camino repatriar el alma
Hay que hacer silencio
para oír los dedos
sobre el viejo piano de la estación
Es un largo camino repatriar el alma
en el fondo la ruta es
un abrupto descenso
o una salida sin pausa- -
demoler para construir
y no escaparse del terror sin nombre
de no ser incluido
apañado, entendido
es preciso seguir adelante
en medio del fuego y sin aliento
y si el dolor perdura
es preciso ser audaz
para mirarse
en otros ojos
distantes como en un espejo.
É uma longa estrada repatriar a alma
Há que se fazer o silêncio
para ouvir os dedos
sobre o velho piano da ferrovia
é uma longa estrada repatriar a alma
a rota é na medula
descida íngreme
ou subida sem estanque –
demolir para construir
e não fugir do terror sem nome
de não ser contido
apanhado, compreendido
é preciso seguir adiante
no fogo e sem ar
e se a dor perdurar
é preciso ser destemido
para espelhar o rosto
em outros olhos
distantes como num espelho.
Azul
Hay algo triste en tus ojos azules,
algo perdido e infinito en este azul de tus ojos,
algo azul
en la tristeza de tus ojos.
Hay algo de tus ojos en este triste azul, algo perdido
en el infinito del azul de tus ojos,
algo infinito en el azul perdido de tus ojos.
Hay algo de azul
en la infinita tristeza
de tus ojos
perdidos.
Azul
Há algo triste no azul dos teus olhos,
algo perdido e infinito neste azul dos teus olhos,
algo de azul
no triste dos teus olhos.
Há algo de teus olhos neste triste azul, algo perdido
no infinito do azul dos teus olhos,
algo infinito no azul perdido dos teus olhos.
Há algo azul
no infinito triste
dos teus olhos
perdidos.
Camina invisible
El amor camina invisible
entre la multitud adolorida y atrapada
por miradas dispersas.
El amor camina solo,
ángel cruzado por rápidos pasos.
Es menos que un mendigo el amor
en la hora del intenso tráfico, en la plataforma de los trenes;
y la ciudad se muestra incandescente
minutos antes de la puesta del sol.
Caminha invisível
Caminha invisível o amor
na multidão doída e apressada
entre olhares dispersos.
O amor caminha só,
anjo atravessado por passos rápidos.
É menos do que um mendigo o amor
na hora do rush, na plataforma dos trens
e a cidade incandesce
minutos antes do pôr do sol.
Arranquense del cuerpo las costras del silencio
No se puede contemplar sin pasión
Borges
Arránquense del cuerpo las costras del silencio
todo lo que está expuesto y vivo grita
y gira en la avenida,
el dolor se junta al rumor.
Para alcanzar la clarividencia
búsquese un ritmo, cualquier ritmo
que haga perder el compás a las arterias –
la vida se arquea sobre la avenida
en su pecho nada más que la vorágine de lo eterno,
el fragmento de la onda sísmica
dibuja en la mano cataclismos.
Remover do corpo as crostas do silêncio
No se puede contemplar sin pasión.
Borges
Remover do corpo as crostas do silêncio
tudo que é vivo e exposto grita
e gira, pela avenida
a dor se junta ao rumor.
Para chegar à clarividência
procura-se um ritmo, qualquer um,
que descompasse as artérias –
a vida enverga sobre a avenida
no peito só a voragem do eterno,
a fração do abalo sísmico,
desenha na mão cataclismos.
La esquina
Como los dados en el aire
ávidos de su herida
Borges
La vida es una esquina,
en el cruce una niña patea un balón
sobre una cuerda de equilibrista
El gris de la calle respinga la flor del ipé.
Hay noviembres en que solo
las jacarandas nos salvan,
debe ser por eso
que el corazón del cielo
se llama huracán.
A esquina
Como los dardos en el aire
ávidos de su herida
Borges
A vida é uma esquina,
no cruzamento bate uma bola
sobre a corda bamba uma menina.
A rodovia opaca respinga no rosa dos ipês.
Há novembros em que só
jacarandás nos salvam,
deve ser por isso
que o coração do céu
tem nome de furacão.
Cuando la primavera tarda
Cuando la primavera tarda
y parece que nunca más llegará
a la ciudad, el cielo se vuelve gris –
levanto los ojos y no hay horizonte, pero
el infinito esta en las calles,
hay colores en los paraguas,
en los faroles, en los semáforos.
Hay que iluminar el cromo de las vías
para restaurar la primavera.
Quando a primavera atrasa
Quando a primavera atrasa
e pode não mais chegar
à cidade, o céu se acinzenta sobre ela –
levanto os olhos e perco a amplitude.
O infinito está nas ruas,
há cores nos guarda-chuvas,
nas lanternas, nos semáforos.
Há que se iluminar a cromatura das vias
para refazer a primavera.