sobrevive la noche
la noche toma forma de ballena
que todo lo devora
interminable
Isabel Fraire
Cuando despierta el día
con sus cabellos rubios
enmarañados,
los negros rayos de tu mirada
amanecen.
Bajo ellos
resiste la noche
menguando
en círculos cromáticos
de rojos y morados
ante la pulcritud
del fango cosmético
que intenta borrar su existencia.
Lunas subcutáneas
que mecen sueños
sin dejar tiempo para el descanso
son el sello de tu desapego
por las cosas de este mundo;
causa
de la atención perdida
en el polvo de la luz.
Concédeles la vida
en solitaria oscuridad.
Acepta que por cada sol
siempre hay un astro opuesto.
Déjalas arrullar
el futuro incierto.
Permite que presuman
lo que desvela tu cabeza.
Que su purpúrea constricción
vuelva a inundarte
de noche,
que el día
no hace más
que terminar.
otra vez un pedazo de carne en la boca que no es un pito ni el cuerpo de Cristo
El infierno son los otros
Jean-Paul Sartre
La piel se transforma en una malla
que evita el reventar de las sienes.
Los ojos se abrasan en lubricaciones salinosas
hasta escurrir de sus comisuras.
La garganta se escalda
y contagia su ardor en ambas fosas:
se respiran
jugos fuera de lugar.
En este altar de albina porcelana
busqué el perdón de mis pecados.
Aquí ya no hay miles de condenas:
solo esos ojos
nuestros
que me ven inconformes.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Que me perdone ella, que expíe mis faltas.
Que su ardorosa mirada deje de perforar mi conciencia.
Que mis rodillas sangren y enrojezcan
hasta haber purgado.
Que estos ojos expandan su tamaño
y exploten para encontrar tregua.
En la copa yace el vino,
ambrosía de ácido clorhídrico.
Para conocerme basta asomarse al abismo
del engrudo espejo:
bañarse en las agrias carencias,
los desabridos antojos,
en los ásperos torrentes de sangre,
llagas, pus, químicos;
en la compulsión y en la soledad,
en las culpas jamás pronunciadas,
en las culpas tragadas,
en las culpas que no son mi culpa,
en las culpas que chilla el diafragma.
Masajear el clítoris oral:
pecar para purgar.
Convierto en agua el vino.
Un manto de vaho agrio sobre el reflejo
alivia el tormento.
Las arterias se contraen
avergonzadas por ser cómplices.
Abluciones callan
las reminiscencias de este ritual.
Otra vez somos una
hasta que los infiernos sean tantos
que nos obliguen a desdoblarnos.
el sirenio
…mira en el desagüe. Mira en los botes de basura, mira el excusado, ahí encontrarás de donde venimos todos.
Kazuo Ishiguro
I’m just an ass in the crack of humanity
I’m just a huge manatee
A huge manatee
The Moldy Peaches
Un plop inauguró su exilio
el traslado de una negrura a otra
Sobre las aguas
el silencio anunciaba su llegada a 1435 metros por segundo
velocidad precisa
para arrullar la incompetencia de los ojos
De costado suspendía su cuerpo
en medio de un mar bacteriano
dormía el gigante
en océano limitado
Residuo pisciforme
Quimo fútil olvidado por la corriente marina
Insulso colosal que irrumpe
el horizonte de la inmensidad cercada
Yace solitario
el sirenio escabechado
Entonces se hincharon sus carnes
la sal chupó sus últimas energías
y poco a poco el sirenio se convirtió
en creación que su dios niega
La nada llegó como algo urgente
como lo inevitable
Solo carbuncos permanecen coronando
su fatal destino
El agua presa es su sepultura
una niebla plástica su tumba
un mausoleo
hasta la siguiente descarga de repulsión negacionista
para continuar su camino
a otros mares
a otros abismos
radiografía de cuerpo completo
Un par de quesos añejos
Los besos de un enamorado
en el arco inquieto
por sentir las caricias del suelo
Mala genética que grita
el alivio de la asfixia caminante
Escudos paquidérmicos
de sensibilidad dorsal
Indelebles sombras
coronadas de vellos ralos
Engranes de una obsesión decimonónica
Osamenta mariposa
a la espera de expulsar vida
Imitadoras de músicas
Apoyo para las masas
cuando los brazos se vuelven incompetentes
Sonrisa adiposa que protege
una oquedad mensualmente vengativa
Valle de salitrosas lagunas
y recónditas pelusas
Circunferencia accesoria
génesis de mis temores
Entrañable cepo
Acordeón que arrulla alientos
Cuestas por las que sube el frío
Xilófono al servicio
de tus maestros dedos
Miembros que pesan frente al monitor
Dos mapas del empirismo
Diez flagelos
que en negro graban sueños
Atlas de sinapsis
que yacen en el olvido
Dos gemelas delatoras
de mis secretas humillaciones
Una alta vitrina que presume
arrugas, granos, mugre
y besos de despedida
la óptica del amor
Violeta no puede creerlo.
Se ha enamorado
y tiene la certeza
de que ya nada la hará
cambiar de parecer.
La ama tal y como es:
Sus caderas son anchas
y perfectamente curvas;
le encanta la manera en que todas
sus ondas se contonean con ritmo.
Ama todos sus valles y colinas
y la frecuencia con la cual
su ardiente figura se repite
en periodos idénticos.
Violeta, en cambio, es flaca y escueta,
parece un acordeón intacto
aun cuando se estira para alcanzar
las repisas más altas del supermercado.
Violeta es fría,
es secundaria,
es flor;
es mujer,
poder;
es uva, es berenjena, es mora.
Violeta es amatista,
es la cara que se asfixia,
un hematoma,
una golpiza.
Es un despejado amanecer.
Y es el halo del rayo que quiebra.
Violeta la ama.
Ama la separación de sus cúspides
y la de sus vaginas.
Ama la calidez de su rostro,
la fogosidad de su mirada,
la trayectoria de su danza.
Violeta la ama.
Violeta la ama.
La ama solo a ella.
Porque ella es un clavel.
Ella es ALTO,
es alerta,
un cometa,
es primaria.
Ella es papagayo, cochinilla, cangrejo:
un rubí.
Es Matisse
(un taller).
Es lo primero que miras
cuando aprietas con fuerza los párpados.
Es un precoz atardecer
y los caminos bajo la piel.
Violeta la ama
y no sabe qué hacer.
Se acaba el tiempo.
Se va la luz.
En la oscuridad
Violeta todavía la recuerda
mientras,
lentamente,
desaparece
cada una
de sus partículas viajeras.
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Olympia Ramírez Olivárez (San Diego, 1998). Escritora, editora y traductora, estudió Lengua y Literaturas Hispánicas. Actualmente reside en la Ciudad de México. Fue becaria en el sitio web de noticias y de entretenimiento Sopitas de 2018 a 2019. Su obra literaria se compone de ensayo, poesía y traducción, las cuales se encuentran publicadas desde 2018 en los medios y revistas físicos y digitales Armas y Letras, Punto de partida, Punto en línea, Ruleta Rusa, Casapaís y Página Salmón. Con esta última revista y editorial publicó su primer poemario Radiografía de cuerpo completo (2023), donde explora los sentires del cuerpo y sus desechos.