Poemas de “Triste lengua” de Andrés Morales

Poemas de Triste lengua de Andrés Morales (Santiago de Chile, 1962). Es Licenciado en Literatura por la Universidad de Chile y Doctor en Filosofía y Letras con mención en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Barcelona (España).

 

Andrés Morales nació en Santiago de Chile en 1962. Es Licenciado en Literatura por la Universidad de Chile y Doctor en Filosofía y Letras con mención en Filología Hispánica por la​​ Universidad Autónoma de Barcelona (España). Ha publicado veintiocho libros de poesía.

Desde el año 2007 es miembro de la Academia Chilena de la Lengua y del Instituto de Chile y, desde el año 2014, de la Academia Hispanoamericana de Buenas Letras de Madrid, España​​ y de​​ Academia de Buenas Letras​​ de Granada, España (2023).​​ De igual forma, Andrés Morales es autor de una serie de libros de ensayos y ediciones de importantes libros de poesía española, hispanoamericana y europea. Presentamos poemas de su último libro​​ Triste lengua​​ (2023)

 

 

La vaca del viejo mundo

pasaba su triste lengua

sobre un hocico de sangres

derramadas en la arena…

 

FEDERICO GARCÍA LORCA

 

OSCURO PRESAGIO

 

 ​​​​ Un fantasma recorre Europa

Karl Marx

 

Europa sembrada de cráneos,

de antídotos sin​​ nombre​​ 

y cuervos en la calle,

de tibias que descubren

las amplias avenidas

donde enfermas enfermeras

habitan los manteles

y las leprosas lepras​​ 

habitan cada casa.

 

Europa que nos ruega

en bombardeo y llanto,

como herida de una guerra

sola, en medio de​​ los montes.

 

Europa que me clama,

que nos clama en esta noche,

por su sombra y su fantasma

que no recorre nada.

 

 

EL SERMÓN DE NUESTRA PESTE

 

Bienaventurados frágiles de piel acribillada.

Bienaventurados todos en la ignorancia enjuta.

Bienaventurados torpes que ensucian los crepúsculos

y los amaneceres solos de la belleza sola.

Bienaventurados ciegos de la muerte insomne.​​ 

Bienaventurados Marcos, Lucas, Juan, Mateo​​ 

al mundo ya sin pausa, sin Cristo, sin ventura.

Bienaventurados, esos, los que ya no tienen​​ hambre

y aquellos que la tienen y callan y se duermen.

Bienaventurados todos los Pedros traidores,

los desnudos y los muertos, los que sueñan y no gritan.

Bienaventurados niños en el filo de su asco,

magullados por su sexo, tiritando en el vacío.

Bienaventurados Jonathan, Bryan y Natacha.

Bienaventurados todos porque el aire aún resopla.

 

Bienaventurados ellos, nosotros, los que vengan

porque no hay más sangre joven entre los dedos muertos

ni agua que bautice, no hay mancha, ni agonía.

 

Bienaventurados todos los que cuenten, lo oigan o lo escriban.

 

Bienaventurados esos, aquellos, que me olviden.

 

 

MORRISON IN PARIS

 

        This is the end…

 

El barrio Le Marais fue el último escenario

de una ópera inconclusa y un film casi imposible.

 

El barrio Le​​ Marais con todas sus mentiras

como en la bañera blanca, al fin de la jornada​​ 

o en el sudor que duele.

 

“Era la poesía”, dijiste aún macizo,​​ 

insoportable y borracho de la nada y en la nada.

 

“Era la poesía” y fue París la excusa pobre

de aquel que no se​​ sabe en su trágico estertor.

 

 

GRECIA

 

Una columna rota frente al Egeo pétreo.​​ 

Una columna: espina de mi lengua​​ 

y de todas y otras lenguas.​​ 

Un recuerdo vago que sube a los muros de Micenas​​ 

o al calor de primavera mirando la caldera de Thira.

Una palabra, Grecia, que recorre mi sangre​​ 

y avienta el corazón.​​ 

No un país ni un territorio, una patria que nos hiere​​ 

y una patria que me acuna.

 

Un espacio en este tiempo, en la palabra, en sueño.

 

 

(A Ángela Gentile)

 

 

AMANECER EN KABUL

 

¿Cómo despierta el​​ alba en un crepúsculo de sangre,

cómo construye su marcha el caracol que regresa?

 

No es el claro horizonte ni son los dedos de Homero,

no es el futuro secreto de una niña que ríe.

 

Algo cruza el aire rompiendo la mañana,

abriendo un mar de sombras en pálido desorden.

 

Así la tierra quieta y el monte en frío pánico

deslizan su cuchillo de incertidumbre vana.

 

Y llegan los de siempre con calaveras huecas,

llegan resolutos de muerte presentida.

 

Un hálito susurra ceguera al mediodía

y todo ya ha cambiado y todo permanece.

 

 

[UN MUERTO CON UNA MALETA]

 

Ucrania, 2022

 

Un muerto con una maleta,

sin destino, sin partida, sin terruño.

Congelado cruzando la calle,

asesinado sin saber por qué.

 

Una maleta y un muerto.

 

Contenido:​​ 

tres fotos de familia,​​ 

algo de​​ ropa,

dos pañuelos de una mujer

y el aire inmenso de la dignidad.

 

Todo (o nada) es igual que antes:​​ 

pero no, “la vida no tiene sentido”.

 

 

A UNA CIUDAD SIN NOMBRE

 

Akrotiri

 

Ni Alejandro el Macedonio imaginó

las olas que rompían en tus piedras

ni el volcán, aún sereno, los secretos

de tus muros, de la sal y de tus muertos.

 

Nadie adivinó tu nombre,

nadie, en medio de la nada

nunca pensó ni una palabra,

no predijo la grandeza de tu historia

ni supo abrir tus puertas entornadas.

 

Solo,

inquieto siempre,

pero solo

quedó el corazón de tu belleza

presentida, hoy, iluminada

pero hueca en el silencio,

en la sorpresa.

 

Mil años o dos mil,

más otros mil

tus huesos se perdieron calcinados

en la frente de aquel que te soñaba.

 

Aun así, tus cimientos florecieron

y​​ sin estar de pie te alzaste quieta

lejana de las guerras y el desaire

del tiempo y la memoria quejumbrosa.

 

Sin lágrimas de piedra,

inmensa en el susurro de los vientos

que entierran

la sombra interminable de tu cuerpo.

 

 

TRISTE LENGUA

 

  

Triste lengua, triste lengua,

veleidosa y cruel amante,

furtiva como ajada.

 

Triste y viva, triste y muerta

loca en estas sílabas

de idiomas y canciones.

 

Triste, triste lengua

y triste en el nosotros

sin trabas ni mesuras,

sin pactos verdaderos.

 

Lengua muerta, lengua​​ agraz:

lengua repetida, injusta y seca:

lengua traidora, lengua vengadora.

 

Y cobarde como piedra

y salvaje como grácil

y perdida en otras lenguas

en los cuerpos, en la sombra.

 

 

Catedral de los prodigios,

cielo de los ángeles,​​ 

purgatorio de culpables

e infierno en su mentira.

 

Lengua torpe, inútil, vana

consumida por incendios

y en el desaire, helada.

 

Temeraria en las palabras,

comedida en su silencio.

 

Triste lengua, triste lengua,

amante de mi boca,

espejo de mis ojos. ​​ 

 

Te quiero ver aquí,​​ 

guerrera​​ y en la paz

cuando mis dientes se rompan

mordiendo tu destino.

 

 

 

Andrés Morales ha publicado veintiocho libros de poesía entre los que destacan:​​ Por ínsulas extrañas​​ (1982 y edición del 40 aniversario, México, 2022));​​ Soliloquio de fuego​​ (1984);​​ Lázaro​​ siempre llora​​ (1985);​​ No el​​ azar/Hors du hasard​​ (traducción al francés, París, 1987);​​ Ejercicio del decir​​ (1989);​​ Verbo​​ (1991);​​ Vicio de belleza​​ (1992);​​ Visión del oráculo​​ (1993);​​ Escenas del derrumbe​​ de Occidente​​ (1998 y 2014 y 2020, nueva versión revisada, Oviedo, 2022);​​ Réquiem​​ (2001);​​ Izabrane Pjesme/​​ Poesía Reunida​​ (traducido al croata, Zagreb, 2002);​​ Demonio de la nada​​ (2005);​​ Los Cantos de la Sibila​​ (2008);​​ Poemas/Pjesme​​ (traducido al croata, 2011);​​ Antología breve​​ (2011),​​ Escrito​​ (Santiago, 2013; Madrid, 2014);​​ Poemas Escogidos/Poezii Alese​​ (versión al rumano, Bucarest, 2014);​​ Écrit dans un miroir​​ (Escrito, ​​ traducido al francés, París, 2015),​​ Esencial​​ (Antología, 1982-2014);​​ A los muertos​​ (La Plata, Argentina, 2016); ​​ Tránsfugo​​ (2017); Antología esencial​​ (Madrid, 2018);​​ Variaciones sobre “La Pantera” y otros poemas​​ (2018);​​ Escrito en Glagolítico​​ (2018),​​ Paese de occhi i sogni​​ (traducido al italiano, Roma, 2019);​​ Oráculo​​ (2019);​​ Antología Poética​​ (Madrid, 2020);​​ Premonición del vacío/Prémonition du vide​​ (traducido al francés, París, 2020) y traducido al rumano como​​ Premonítía Neantuluí​​ (Bucarest, 2020),​​ Al Sur de los Espejos​​ (Valparaíso, Chile, 2021)​​ y​​ Triste Lengua y otros poemas​​ (México, 2023).

Su obra poética se encuentra parcialmente traducida a​​ quince idiomas y ha sido incluida en más de sesenta antologías chilenas y extranjeras y en un gran número de revistas literarias nacionales y del exterior, siendo distinguida con diferentes reconocimientos nacionales e internacionales entre los que destacan: Premio Manantial de la Universidad de Chile (1980), Premio Internacional Miguel Hernández al mejor poeta joven latinoamericano (Buenos Aires, Argentina, 1983), Beca Pablo Neruda (1988), Beca de Hispanista extranjero (como poeta y académico investigador)​​ del Ministerio de Asuntos Exteriores de España (Madrid, 1995), Fondo Nacional de las Artes de Chile 1992 y 1996, Beca de Creación Literaria para escritores del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile en los años 2001, 2004 y 2008. Premio Nacional de Poesía “Pablo Neruda” 2001, Primer Premio en el XII Concurso Internacional de Poesía “La Porte des Poètes” de París (Francia), 2007, Premio Hispanoamericano “Andrés Bello”​​ 2014​​ de Madrid, España (por el conjunto de su obra poética) y el Premio de Ensayo “Centro Cultural de España” en sus versiones 2002 y 2003.​​ 

Actualmente reside en Madrid, España y desarrolla esencialmente su escritura poética luego de una larga labor de más de treinta años en la Universidad de Chile donde​​ se desempeñó como​​ Catedrático de Literatura española y poesía hispanoamericana.​​ 

 

 

 

 

 

 

 

 

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