Jaculatoria
Oh acércate, mi cabeza es de hierba
olíscame
suave es tu hocico y mis jugos son suaves
muérdeme
arranca despacio mi cabeza
mastícame
quiero no
quiero no pensar, ser una bola verde
en tu lengua, en el cielo de tu paladar
oh entre tus dientes
trágame
vuelta en tus limpios ácidos
nada nada nada
oh amor en tu panza de toro ahora
y siempre en tu ardentísima santa bosta,
amén.
Una mujer contra el muro
Cerrado a piedra y lodo a cal y canto
en cruz y escuadra resguardado
cómo he de encontrarte nunca
por no verte mis ojos no los tengo en la cara
mis pechos tampoco lejos de tus manos
y sin tus manos ninguna mía alcanza algo
menos las piernas por más desvelos
que ya la tierra sola me camina encima
la inmensa tierra herida
abierta por tu falta.
Lima
A Herman Melville –y a Paul Gauguin
que la conocieron de paso– y de niño
Van y vienen Melville y
Gauguin perdidos entre jiro
nes de baba blan
ca ballena enrollándose y des
enrollándose inmensa
tela virgen horror vacui
arpones pinceles pa
los de ciego en la neblina
toda superficie es blanca
herir las superficies
todas las superficies blancas
como el miedo / como el vítreo volcado de las ojos
o los cruzados huesos
vade retro cielo de Lima
vendaje horrendo rodante invento
de gallinazos
añil púrpura cian sangre ocre turquesa
sangre bermellón verde siena violeta
azul cobalto amarillo turquí sangre magenta