Reseña de Hablo de un corazón, de Irma Pineda

El poeta Mijail Lamas reseña el más reciente libro de Irma Pineda, Hablo de un corazón, editado por Círculo de poesía.

 

 

 

REINVENTAR EL AMOR EN CUALQUIER SITIO

Por Mijail Lamas

 

 

Hablo de un corazón

Irma Pineda

Círculo de Poesía,

México, 2024

p.p. 50

 

En su libro de 2018 Naxiñá Rului’ Ladxe’ /Rojo deseo (Pluralia,2018), la poeta zapoteca Irma Pineda reúne una intensa colección de poemas escritos en diidxazá y español. En esos poemas explora el discurso amatorio y erótico. Los poemas son en su mayoría breves o de mediana extensión, la sintaxis de los poemas es directa y su dicción conversacional, el efecto que genera es la evocación instantánea del deseo, pues con tres o cuatro versos la poeta logra construir escenas de una plasticidad muy latente, desbocada y anhelante.

         Naxiñá Rului’ Ladxe’ es, en sus enumeraciones de cuerpos lúbricos y sus paralelismos sinónimos, una clara hoja de ruta de un eje temático constante en la obra de la autora.

         En Hablo de un corazón (Círculo de Poesía, 2024), su más reciente libro, Irma Pineda vuelve sobre el tema del amor carnal, pero esta vez lo hace con una voz mucha más meditada, sus versos abandonan la economía de sus piezas anteriores para contar más atentamente los detalles del acontecimiento.

         Lo que en Naxiñá Rului’ Ladxe’ /Rojo deseo se presenta como un delirante desfogue propio de una pasión desmedida, en Hablo de un corazón la poeta se toma el tiempo de ordenar los íntimos elementos que recuperan la historia. Hay por lo tanto un trabajo mucho más atento en la construcción del relato que sustenta la agradable musicalidad irregular de su verso libre, pues se conserva la dicción conversacional ya antes destacada, pero distendida.

         La tensión poética que alcanzan cada uno de los poemas que componen este volumen es notable, pues cada uno de ellos puede tener una existencia independiente de los demás poemas del libro, sin embargo, el eje temático del deseo erótico crea un efecto de intimidad que nos lleva de la mano desde el inicio hasta el poema final.

         Por ejemplo, en su poema “Los amantes” elabora una poética, no sólo de la materia verbal, sino de la naturaleza de los encuentros amatorios: sigilosos, furtivos, discretos e insospechados. Por lo tanto, “el sigilo de los amantes” es la sustancia con la que “reinventan el amor”.

 

Amo el discreto amor de los amantes

que se refugian en moteles de paso

para atragantarse con sus sexos

y devorar la noche de un bocado.

 

         En “El vendedor de fruta”, por ejemplo, se activan los sentidos: la vista que atisba la piel morena del amante, el aroma a cítricos de su cuerpo, la voz que esquiva el te amo y la lengua que recoge toda la humedad bajo la falda de ella.

         Como ya adelantaba unas líneas arriba, una cualidad insoslayable de los poemas de este libro es el desarrollo de las historias que se cuentan y se cantan, como en el poema “Una vez fui una mujer de casa”, donde el recuerdo se desgaja en la mirada descreída que mira con ternura la feminidad normativa y pequeña burguesa de quien fue, la voz habla con algo de nostalgia descreída y socarrona. En este texto la vida doméstica, la monogamia y hasta el tiempo frugal de la escritura de poemas, se conjugan en pasado.

         En “Cumpleaños”, la nostalgia combate con el tiempo. La voz que añora hace recuento de los bares, las playas y los besos en que los cuerpos se refugiaron de la rutina, el trabajo o la familia, y sin embargo, el final es sin duda una tierna y provocadora vuelta de tuerca.

 

…seguimos ahuyentando el sueño

con las risas y los besos

y ahora conversamos sobre cuánto han crecido los hijos

Que el mío disfruta del básquetbol y el rap

Que tu hija lee mis poemas

Y seguramente le gustan

los mismos que un día escribí para ti

 

Y finalmente en el poema “Yo conozco el silencio”, último texto del libro, la poeta se aleja de la temática general para señalar que más allá del deseo carnal hay otro deseo latente, el de la palabra poética que anida en el silencio, donde los símbolos suspendidos en los versos configuran el conocimiento amargo del oficio de poeta.

 

Construí las paredes más altas del silencio

para no revelar mi origen:

La lengua de mis abuelos

La geometría oculta

en los huipiles de mi madre

Una infancia que arrojó pétalos

en las prisiones

que supo de cárceles clandestinas

antes de saber escribir su nombre

Yo conozco el silencio

Estuve ahí…

 

        Muchos más son los textos que valdría la pena mencionar de Hablo de un corazón, esta magnífica colección de poemas de Irma Pineda, lo que hace patente que nos referimos a un libro espléndido, con un refinamiento discursivo y temático propio de una de las voces más potentes de la poesía mexicana actual.

 

 

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