Patrícia Lino (1990) es poeta, ensayista y profesora de poesía y cine en la UCLA. Entre sus libros, videopoemas, traducciones y experiencias sonoras constan, por ejemplo, A Ilha das Afeições (2023), Barriga ao Alto (2023), Aula de Música (2022), O Kit de Sobrevivência do Descobridor Português no Mundo Anticolonial (2020), I Who Cannot Sing (2020), Manoel de Barros e a poesia cínica (2019) ou Vibrant Hands (2019). Su trabajo fue publicado y presentado en más de ocho países.
https://www.patricialino.com/bio.html
IG: @patriciaxlino
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Un cuadrado blanco sobre un fondo blanco
Cuando Malevich pintaba
los pájaros eran destinados a rectángulos
y las manos de las muchachas a líneas horizontales
rojas azules verdes o amarillas
que eran los colores con los que Malevich no pintaba
pájaros o manos de muchachas
sino la sustracción entre los dos.
Notable la destreza con que Malevich suspendía
el dedo índice sobre la mesa para decir
No es más preciso pintar aquello que se ve
Pero nadie entendía a Malevich
Y Malevich se aburría.
Aspirando a la práctica de sus consideraciones
Malevich tenía los dos pies sobre un banco
cuando, una de las tardes de 1915, terminó
un cuadrado negro sobre un fondo blanco.
Fumaba un cigarrillo y dudaba:
¿Mostrarlo a los amigos, a los alumnos?
¿Exponerlo en una galería, colocarlo en un museo?
Un cuadrado negro sobre un fondo blanco.
¿Qué más podés querer, Kazimir Malevich?
Un cuadrado negro sobre un fondo blanco.
Pero Kazimir Malevich quería más:
un cuadrado blanco sobre un fondo blanco.
Se erizaron, en 1918, los pelos de Malevich
frente a esa forma que no era otra cosa
que la eliminación de todas las formas.
Malevich pensó: nunca más pinto un cuadro.
Aleksandra Ekster pensó: Malevich nunca más
pinta un cuadro. Pero Malevich pintó.
Muchos se olvidaron hasta de lo que Malevich dijo
con el dedo erguido en un atelier en Verbovka
Les queda sólo la imagen de su índice volátil.
Algunos juran todavía haberlo oído murmurar en 1935
como si alineara la cabeza con la muerte:
Entonces tu lección, Malevich, nunca estuvo
en la eliminación de todas las formas
sino en la imposibilidad de eliminarlas.
Por eso un cuadrado blanco sobre un fondo blanco
sirve únicamente para:
redestinar los rectángulos a pájaros
abrir las paredes y desarmar todos los colores
entender que el grito anticipa la boca
diseñar bocas para el grito
es decir, desbocar.
Um quadro blanco sobre um fondo branco
Quando Malevich pintava
os pássaros eram destinados a rectângulos
e as mãos das raparigas a linhas horizontais
vermelhas azuis verdes ou amarelas
que eram as cores com que Malevich não pintava
pássaros ou mãos de raparigas
mas a subtração entre os dois.
Notável a destreza com que Malevich suspendia
o dedo indicador sobre a mesa para dizer
Não é mais preciso pintar aquilo que se vê
Mas ninguém entendia Malevich
e Malevich aborrecia-se.
Aspirando à prática das suas considerações
Malevich tinha os dois pés sobre um banco
quando numa das tardes de 1915 terminou
um quadrado preto sobre um fundo branco.
Fumava uma cigarrilha e hesitava:
Mostrá-lo aos amigos, aos alunos?
Expô-lo numa galeria, colocá-lo no museu?
Um quadrado preto sobre um fundo branco.
Que mais podes querer, Kazimir Malevich?
Um quadrado preto sobre um fundo branco.
Mas Kazimir Malevich queria mais:
um quadro branco sobre um fundo branco.
Eriçaram-se em 1918 os cabelos de Malevich
perante aquela forma que não era outra coisa
senão a eliminação de todas as formas.
Malevich pensou: nunca mais pinto um quadro.
Aleksandra Ekster pensou: Malevich nunca mais
pinta um quadro. Mas Malevich pintou.
Muitos esqueceram até o que Malevich disse
com o dedo em riste num atelier em Verbovka
Resta-lhes apenas a imagem do seu indicador volátil.
Alguns juram ainda tê-lo ouvido murmurar em 1935
como se alinhasse a testa com a morte:
Então a tua lição, Kazimir Malevich, nunca esteve
na eliminação de todas as formas
mas na impossibilidade de eliminá-las.
Por isso um quadro branco sobre um fundo branco
serve unicamente para:
1) redestinar os rectângulos a pássaros
2) abrir as paredes e destrinçar todas as cores
3) entender que o grito antecipa a boca
4) desenhar bocas para o grito
5) isto é, desbocar.
Manual para decapitar héroes
(Sudoeste, España, 2021)
Acercate, inhalá y cortá tal machetazo
en lo que soporta el busto, que cuando la cabeza caiga
te sobre todavía tiempo para los escombros. Comenzá
por abajo, en el sentido que mejor te parezca
y no te asustes, porque hay, en la cesura, un encuentro
con las partes. Lo que se desarma no es la tradición
sino la fábrica del pasado. Cercená sin parar
al monstruo por la raíz, y si te escupen
adelantá, mostrando los dientes, la mordida.
Si te faltara fuerza, descansá el brazo, reposá
el ojo con que escuchás el principio. Y de vuelta
al disponer ambos pies sobre los bordes del pedestal
tené cautela. No es la tradición que se desarma, o la lisura
pero es mucho lo que se transforma. ¿Hace cuántas palabras,
al final, firmaron ellos las pautas y la praxis?
Ahora que diste la espalda a la pelea y el corazón
a la demanda, percibís cómo el golpe predice el borde
variado y desconocido, de la máquina, que a la máquina
sucederán la boca y las lenguas, el gesto y los cuerpos
a medialuz. Al designio de la invención seguirá,
a su turno, la vida. Y, como un susto, la vida
no se prevé. Cabelleras, guirnaldas y lomos rodarán
porque a la historia le agradan las piruetas, para el museo
de las cosas amorfas. Augurios de lado, el canto se hace
de oído pegado a la tierra. Inclinate, por eso, hasta
la oscilación vaga y firme de lo hallado. Aprendé
tan cerca de la muerte, la tonada circular del recomienzo
y escuchá cómo, en la caída estirada de los gigantes de piedra
surgen plantas y grillos en un reino de guijarros.
Si hablaran, ¿en qué tiempo del tiempo les hablarías?
Manual para decapitar heróis
(Sudoeste, Espanha, 2021)
Achega-te, inala e corta, tal a machadada
no que suporta o busto, que quando a cabeça caia
te sobre ainda tempo para o entulho. Começa
por baixo, no sentido que mais te aprouver
e não te assustes, porque há na cesura o encontro
com as partes. O que desaba não é a tradição
mas o fabrico do passado. Cerceia a eito
o monstro pela raiz e, caso eles te cuspam
adianta, arreganhando os dentes, a mordidela.
Se te faltar força, descansa o braço, repousa
o olho com que escutas o princípio. E de volta
ao dispor ambos os pés sobre as arestas do pedestal
tem cautela. Não é a tradição que desaba, ou a lisura
mas é muito o que descamba. Há quantas palavras
afinal, firmaram eles as pautas e a praxe?
Agora que deste a espalda à peleja e o coração
à demanda, percebes como o golpe prediz a borda
vária e desconhecida, da máquina, que à máquina
sucederão a boca e as línguas, o gesto e os corpos
em meia-luz. Ao desígnio da invenção seguirá
por seu turno, a vida. E, como um susto, a vida
não se prevê. Cabeleiras, grinaldas e dorsos rolarão
porque à história agradam as piruetas, para o museu
das coisas amorfas. Augúrios de lado, o canto faz-se
de ouvido pregado à terra. Verga-te, por isso, até
à oscilação vaga e firme do achado. Aprende
tão perto da morte, a toada circular do recomeço
e escuta como, ao tombo estirado dos gigantes de pedra
despontam plantas e grilos num reino de calhaus.
Se falassem, em que tempo do tempo lhes falarias?
Usina nuclear
Sobreviví a las tías, al mar y al canon
el canto gutural y seco de los monos
al disparo del cañón y las maldades
de los gatos. Y frunciendo el ceño
también sobreviví al fervor copulativo.
Compré cactus, escobas, ollas.
Soy un error del sistema, “una usina
nuclear”, dijo él en broma. Al final
sobreviví a la nación del ayer eterno y
en silencio, corroboré el recelo
de los enemigos: un grito sin vuelta.
Cómo sobreviví, no importa:
tal vez en silencio, tal vez cantando.
Aburrida, no pude sino, furiosa
agarrarme al tiempo, trepar las anchas
espaldas de los dioses. Sobreviví también
al pater familias y al brazo, inquieto
colosal y harto de la escritura. Aquí estoy
entre la tradición y la voz, escribiendo
contra un país burro. Imposible
la verdad, rozar con la lengua la palabra
lúcida, y responder: cómo sobreviví
a este brazo potente que es la extensión
de un cuerpo tenso, cuadrúpedo diciendo
e insistiendo pero, sobre todo, creyendo
en la extrañeza del primer poema y centelleante?
Usina nuclear
Sobrevivi às tias, ao mar e ao cânone
à cantada gutural e seca dos macacos
ao disparo do canhão e às mazelas
dos gatos. E franzindo a sobrancelha
sobrevivi também ao fervor copulativo.
Comprei cactos, vassouras, panelas.
Sou um erro do sistema, “uma usina
nuclear”, disse ele gracejando. Afinal
sobrevivi à nação do eterno ontem e
em silêncio, corroborei o receio
dos inimigos: um grito sem volta.
Como sobrevivi, não importa:
talvez em silêncio, talvez cantando.
Aborrecida, não pude senão, furiosa
agarrar-me ao tempo, trepar as costas
largas dos deuses. Sobrevivi também
ao pater familias e ao braço, inquieto
colossal e farto da escrita. Aqui estou
entre a tradição e a voz, escrevendo
contra um país burro. Impossível
na verdade, roçar a língua na palavra
lúcida, e responder: como sobrevivi
a este braço potente que é a extensão
de um corpo teso, quadrúpede dizendo
e insistindo, mais do que tudo crendo
na bizarrice do poema primo e cintilante?
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Sobre la traductora
María Sevlever (Buenos Aires, 1994) estudia Letras en la UBA, trabaja en UX, y también escribe, corrige, traduce y edita de manera independiente. Investiga en el UBACyT “Escrituras del dios. Borges y las religiones”, y es adscripta de la cátedra de Literatura brasileña de la UBA. También lleva adelante proyectos de experimentación escénica, con foco en el encuentro entre el teatro y la poesía contemporánea argentina.
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