Mario Bojórquez se alza con el Premio de Poesía Antonio Bouza de la Ciudad de Burgos, España

El poeta mexicano Mario Bojórquez​​ (Los Mochis, 1968)​​ se alza con el Premio de​​ Poesía Antonio Bouza​​ de la Ciudad de Burgos, España,​​ por su libro​​ Arqueología del​​ fuego​​ nuevo​​ del que presentamos​​ una muestra.​​ ​​ 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

XIUHCÓATL: SERPIENTE DE FUEGO

 

 

 

 

 

 

Y el llamado Tochancalqui​​ 

puso fuego a la serpiente hecha de teas llamada Xiuhcóatl,​​ 

que obedecía a Huitzilopochtli.

 

Códice Florentino, libro III, capítulo I.​​ 

Versión del náhuatl de Miguel​​ León-Portilla.

 

 

 

 

 

HAY UN JARDÍN OSCURO

que crece de tus dientes

al rozar la saliva​​ 

se dilata en la sombra

desliza chapotea

da brincos salpicando​​ 

hasta que leves ondas

humedecen ascienden

hasta el límite aéreo

Intransigente fuego

esplendes e iluminas

disputando sin tierra

los ardores nocturnos

¿Dónde nace la ráfaga

de qué color el aire

irrumpe en los cabellos

hiriendo adulterando

las trémulas raíces

—negras ondas sin frenos—

dónde vahos piedras ramas

crecen arboladuras

de dónde viene el fuego

que golpea la cara

se colapsa la sombra

del fuego contra el rostro?

 

 

 

 

 

 

 

LAS MANOS QUE TRANSITAN

las hogueras nocturnas

las manos despiadadas

las calcinantes manos​​ 

que retumban de soles ​​ 

agrietando las​​  sombras

negras manos que abren​​ 

sumergen retroceden

espaciosas ventanas

abiertos precipicios

incendios genitales​​ 

venturosas angustias

las manos inasibles

veloces enconadas

las manos que cobijan​​ 

veranos despedidos

inquietudes de largas

sorprendentes​​  caídas

se abren las manos rotas

al compás de otras brújulas

se aligeran de fiesta  ​​​​ 

interrumpiendo sueños

desbocando silencios

en mitad de mil lluvias​​ 

las manos alteradas

de rigor o de rabia

chillando y destrozando

con sus brazos espadas​​ 

por uno y otro lado ​​ 

abren los dedos mazos

con sonido de​​  estruendo

cristales ya partidos​​ 

las manos que acarician

 

desvelos y presagios

las hogueras nocturnas

las manos que transitan

las calcinantes manos

las manos despiadadas

agrietando las sombras​​ 

que retumban de soles​​ 

sumergen retroceden  ​​​​ 

negras manos que rompen

 

abiertos precipicios​​ 

espaciosas ventanas​​ 

venturosas angustias  ​​​​ 

incendios genitales

veloces enconadas

las manos inasibles​​ 

veranos despedidos

las manos que cobijan

sorprendentes​​  caídas​​ 

inquietudes se alargan​​ 

al compás de otras brújulas  ​​​​ 

se abren las manos rotas

interrumpiendo sueños

se aligeran de fiesta

en mitad de mil lluvias​​ 

desbocando silencios

de rigor o de rabia ​​ 

las manos alteradas

con sus brazos espadas

chillando y destrozando

mazos los dedos abren

por uno y otro lado

cristales ya partidos

con sonido de​​  estruendo

desvelos y presagios

las manos que acarician

partidos ya cristales

con sonido de estruendo

losdedos ​​ mazosabren

porunoy  otro lado

con​​  susbrazos   espadas

chillando y destrozando

de rigor o de rabia

 ​​​​ las manos alteradas​​ 

en mitad de mil lluvias​​ 

desbocando silencios

interrumpiendo sueños

se aligeran de fiesta

al compás de otras brújulas

 ​​​​ se abren las manos rotas

sorprendentes caídas

inquietudes se alargan

veranos despedidos

las manos que cobijan​​ 

veloces enconadas ​​ 

las manos inasibles​​ 

venturosas angustias

azogue, genitales​​ 

abiertos precipicios  ​​​​ 

espaciosas ventanas​​ 

sumergen retroceden ​​ 

negras manos que abren

agrietando las​​  sombras

que retumban de soles

las calcinantes manos ​​ 

las despiadadas manos

las manos que acarician​​ 

desvelos y presagios

con sonido deestruendo

   cristales ya partidos

por uno y otro lado

abren mazos los dedos

chillando y destrozando​​ 

con sus espadas brazos​​ 

las manos alteradas ​​ 

de rigor o de rabia​​ 

desbocando silencios  ​​ ​​​​ 

en mitad de mil lluvias

se aligeran de fiesta

interrumpiendo sueños

se abren las manos rotas

al compás de otras brújulas

inquietudes de largas ​​ 

sorprendentes​​  caídas

las manos que cobijan​​ 

veranos despedidos

las manos inasibles

veloces enconadas​​ 

incendios genitales​​ 

venturosas angustias ​​ 

espaciosas ventanas

abiertos precipicios

negras manos que abren

sumergen retroceden

que retumban de soles

agrietando las sombras

las manos despiadadas

las manos calcinantes​​ 

las hogueras nocturnas ​​ 

las manos que transitan

 

 

 

 

 

 

 

EL FUEGO RECONOCE SU PASIÓN POR EL AGUA ​​ 

Adultera su cuerpo con migajas sombrías​​ 

Nudos líquidos rompen su fiereza contrita​​ 

En el exacto linde de su preciso espectro​​ 

Danzan libres los soles incendiando las sombras​​ 

Presurosas del agua  ​​​​ 

En el aire describen​​ 

Frágiles secos giros de lenguas que combaten​​ 

Con humedad que quema los filos descubiertos​​ 

Del humo y de las ansias el fuego ya derrite​​ 

El agua que lo seca introduce sus miembros​​ 

En los húmedos huecos de siniestras salivas​​ 

En el lecho del sueño sus infinitas manos​​ 

Ya sujetan los márgenes de su propio deseo​​ 

Abre el fuego su alfombra de purpúreos destellos​​ 

Y espera incontinente su muerte deshojada​​ 

Las llamas van creciendo en sus propias orillas​​ 

Devorando el espacio que el silencio circunda​​ 

Las bocas enmudecen el ritual explosivo​​ 

Y crepitan los bosques nocturnos genitales​​ 

La pira no se extingue con el sudor increado​​ 

De las frágiles venas los ardores despiden​​ 

Calurosas metrallas sobre campos desiertos​​ 

Suben lenguas flameantes acariciando todo​​ 

Y las luces anuncian un final milagroso

 

 

 

 

 

 

 

Este lento vagar por entre ruinas​​ 

este lento fluir de duermevela​​ 

esta angustia de lenta por sincera​​ 

este lento roer la roca ardiente​​ 

este lento, si lento, lentamente​​ 

no abajará la espuma, no sardónico​​ 

no ríspido, estentóreo, plumbeazul​​ 

que a fuerza de roer tiene en los dientes​​ 

un sarro tremebundo, álgida escoria​​ 

árbol de luz, chispeando la tormenta​​ 

Ay que se es, no es, nunca lo ha sido​​ 

ay que lo busco, busco, no lo encuentro​​ 

ay que será, si llega, no sabemos​​ 

rueda que rueda, roe, rumba, río​​ 

Cuenta tus cuentas barro de ese fuego​​ 

raja su lumbre, viaja sin un freno​​ 

ola a su adiós, estúpida agonía.​​ 

Te tomo entre mis manos, te detengo​​ 

y te escurres, dolor, no hay si no fuga​​ 

te persigo sin dios, pío, te enfrento​​ 

y alterando la forma sin sustancia​​ 

vuelves a mí, y sin tocarte quedo​​ 

¿Qué fantasmas te alzan a mis ojos​​ 

qué brusca inspiración te vuelve oxígeno​​ 

torrente de mi sangre y de mis huesos?​​ 

Este lento, si lento, por silente​​ 

sopor de duermevela, sin bostezo​​ 

herida que se abre si se cierra

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dame, Señor de los venenos​​ 

Una cura eficiente para la amargura​​ 

Que destroza mi alma y mi cuerpo​​ 

Que destile tu bálsamo​​ 

Sobre la ardida piel de mi contorno​​ 

Que en mis venas transite el nepente de un viejo dolor ya olvidado​​ 

Que los músculos tirantes relajen sus fisuras​​ 

Que nervios y meniscos aligeren el horror de la pena constante ​​ 

Cristo negro y puro​​ 

Límpiame, sálvame, límpiame ​​ 

 

 

 

Cristo de los venenos,

Templo de San Juan Bautista, Coyoacán, Ciudad de México.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ser animal.​​ 

*​​ 

Donde hay hombre, hay animal; y quien busca al hombre encuentra al animal. Sentir el hueco en el estómago y correr desesperado a llenarlo: comer, comer, comer; rascarse, espulgarse, ayuntarse, hurgarse los hoyos de la nariz. Todo artificio se destruye, el alma se aploma en nuestro cuerpo y el animal combate con sus mejores armas el vestigio espiritual que nunca se concreta, canto con esa misma boca que mastica y revuelve la comida de hoy, escucho la más etérea música con esos oídos llenos de cerilla, veo los paisajes más dilatados con los resquicios que dejan las legañas, somos olores, sudores, secreciones íntimas y fétidas.​​ 

*​​ 

Los placeres del cuerpo siempre han sido superiores a los del pensamiento. La carne que late viva, los jugos espesos de la sensualidad, tomar un fruto y chuparlo con fuerza, tallar un muslo sudoroso, siempre será una victoria más heroica que la previsión de cualquier idea. “Sin pensar toque esa maravilla”, “fascinado por sus colores”, “sobrecogido por la suavidad de aquella piel”, son palabras sabias; nunca he escuchado a alguien decir: “todo mi cuerpo temblaba al comprobar los cuarenta y dos problemas del logos creativo de Euclides” o “cada vez que sumo los cuadrados de los catetos y es igual al cuadrado de la hipotenusa, mis manos hierven y se me pone el cuero de gallina”.​​ 

*​​ 

Soy animal, orino; soy animal, rasgo; soy animal, muerdo; soy animal, lamo; soy animal, huelo; soy animal, oteo; soy animal, arranco; soy animal, pico; soy animal, gruño; soy animal, devoro; soy animal, penetro…​​ 

*​​ 

Animal. Ánima. Animado. Vivo. Eso soy, un alma nunca muerta.

Una larga cadena de pensamientos, una ardua reflexión que nos embosca con sus mil recovecos: “Si pienso entonces existo” dijo el filósofo; pero de todos es sabido que quien piensa deja de existir; su cuerpo se distrae en la nube de su reflexión y la carne se ablanda como si fuera agua; el que piensa está muerto, nada lo sostiene en el mundo; por explicarse lo que ve, deja de ver; por razonar lo que siente, el sentido se pierde; y momentáneamente desaparece de sí mismo.​​ 

*​​ 

Hay quien dice que el artista encuentra su placer al pensar su creación; nada más falso. El único placer del artista, el verdadero gozo, es tocar, escuchar, ver su obra, detenerse en la textura, el color, el golpe metálico, el instrumento pulsado; y qué es esto sino sentido, el artista obtiene su placer cuando siente lo que hace, nunca cuando lo piensa.​​ 

*​​ 

El pensar es una consecuencia del sentir. “Siento entonces pienso”. ​​ El pensamiento es la más baja manifestación de los sentidos.​​ 

*​​ 

El toro que hunde una y otra vez el pitón en la carne sangrante del matador vestido de luces, está más vivo que todos los filósofos.

 

 

 

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