Laura Andrea Garzón en La poesía te quiere vivo. Dossier de poesía joven colombiana

 

 

 

 

Laura Andrea Garzón (Bogotá, 1992). Literata y maestra en arte con énfasis en proyectos culturales. Magíster en escritura creativa de la Universidad de Iowa. Ha colaborado en publicaciones como Cerosetenta, Revista Matera y Revista Bienestar. Publicó su primer poemario,​​ Doméstico, con La Pájara Pinta en 2021. En 2022 fue ganadora del concurso nacional de poesía María Mercedes Carranza con su poemario​​ pan piedra. Actualmente se desempeña como tallerista y traductora. Come con cuchara los domingos.

 

 

 

 

 

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Bienaventuranzas

 

 

Me gusta la sensación de la mano de mi abuela

mi mano en su mano

grande fuerte  piel gruesa pero suave

el borde del abrigo de cada una

el mío el escocés de cumpleaños

el de ella paño negro

mi abuela siempre viste de paño y huele a café y a crema Palmolive

dice: hay que madrugar a ver a Dios

no se duerma en la misa

son las siete de la mañana de cualquier domingo a mis diez años

mientras el cura habla del evangelio mi cabeza

vuelve a apoyarse sobre su hombro

me da un pellizco pequeñito  no quiero

ver a Cristo morirse otra vez

¿cuántas veces?

  las que sean necesarias

 

Escuchar de Cristo que sabe que va a morirse y entonces

se vuelve pan o el pan es su carne y el vino

es su sangre o la sangre

sabe un poco dulce

como el coctel de año nuevo que probé a escondidas

para pasar los tragos amargos

o como cuando uno se queda chupándose el dedo luego de pincharse

ese debe ser el sabor de la sangre de Cristo

 

Agacho la cabezaarrodillada

ojos cerrados pero: trampa

me asomo y Cristo ahí
no puedo imaginármelo como pan

no puedo ver en él lo blando del pan

y a lo mejor eso es lo que le hace falta

a su carencia de centro suave

solo es corteza de pan francés que lleva todo el día en el mostrador

me río nerviosa y mi abuela me mira

regaño entre las dos cejas

me gustan sus cejasvan bien

con su caratoda ella

es fuerte

pero no dura

 

Esperamos sentadas mientras dan la comunión

ese no pan carne de Cristo

y ninguna va por él

ella porque no puede: algo malo que hice

algo que no me van a perdonar pero no

está triste cuando dice eso

no creo que pueda ser algo tan malo no

creo que haya hecho ya muchas cosas buenas para borrar

lo oscuro que dice: no

suspira y a lo hecho pechopiensa

 

El cuerpo de Cristo que llaman hostia me hace pensar en una arepa

de esas que haremos luego de la misa cualquier domingo a mis diez años

junto al caldo

no hay condena posible más que la espera a que esté listo y se ase la masa blanca rellena de queso

Ojalá esta fuera nuestra misa e hiciéramos como los vecinos cristianos que cantan

todo el día

e invitan a la gente a comer a su casa

 

A la masa blanca le quedan pequeñas manchas

negras y cafés

en los lugares donde ha recibido más calor

cuando las comemos

ninguna de las manchas importa

 

 

 

 

 

 

 

 

principiantes

 

I.

 

Padre aún no tiene nombre​​ 

Mi madre o El Mundo nos deja solos​​ 

y Padre dice Mejor inventemos un modo de llamarnos

que seamos otras personas

digamos Pedro y Juana y decidimos​​ 

vamos a hacer pizzaPadre ha comprado un rodillo

No sabe​​ 

si me gusta la pizza pero tiene suerte

 

En realidad hacer masa para pizza no es difícil harina agua sal aceite​​ 

Tal vez levadura

poquitica​​ 

Pero no ​​ mejor no​​  porque se nos vuelve un pan y no es lo mismo

 

Amasamos

 

La idea de Padre aún no existecrece entre los dedos es la levadura que no echamos  Padre es burbuja que abre la boca del gluten

no es maleable​​ 

Padre no es la suavidad​​ 

La suavidad ya tiene nombre y me llama

Pedro me detiene y me dice que tratemos de lanzar la pizza y atraparla

Tengo miedo ​​ He visto​​ 

en las películas que la masa se queda pegada al techo o se cae al piso y desastre

Él se ríe y la lanza

 

 

 

 

 

 

 

II.

 

¿Cuál es la necesidad de lo sólido? Un día me dirán que el padre es la raíz. Diré: No. Raíz no es lo que se eleva. No es volcán donde se vierte el agua. Preparar la masa. Luego dejarla reposar. Padre me ve. Él con su pelo desordenado y las fibras de la harina trabajada se desplazan. Átomos. Estallando. Dos niños juegan en la cocina a que la mamá vuelva y El Mundo vuelve y nos mira como si fuéramos sus hijos. Nos abraza sin pensar que un día no vamos a soportar el contacto. Por ahora los ingredientes a 350 grados en el horno. La capa finísima de mozzarella. Las rodajas de tomate. La intuición de que algo siempre falta, algo que no se puede improvisar como poner un nombre a otro nombre. Y no decirle Padre. Pedro. Nada. No leva. La masa es finísima. Se nos quemaron los bordes tratando de reconocernos. “Papá”. No. “Papi”. “Pa”. Harán falta años antes de que pueda decirle Padre. Luego me tragaré mis palabras.

 

 

 

 

 

 

 

 

III.

 

Hacer una pizza no es tan difícil​​  

Harina  ​​ agua  ​​ sal  ​​ aceite​​ 

 

¿Por qué pusimos la sal tan pronto si mata la levadura?​​ 

No lleva levadura​​ 

Entonces harina y sal juntas

un pacto​​ 

Sal en la medida justa o nos toca volver a empezar

volver al principio

 

Pero no nos damos cuenta​​ 

 

El Mundo llega a felicitar a sus niños y ellos sonríen

Átomos​​  ​​ la fuerza​​ 

que hace falta para separarlos

La transformación de la materia por efecto del calor  nos expandimos

en la cocina como si fuéramos a respirar hasta el techo ciegos a lo que habrá de distanciarnos Por ahora: crece

 

¿Qué pasa con la masa, Pedro? Y Padre se ríe y dice que igual debe saber bien. Tampoco podemos cambiar mucho. Ya hicimos lo que tocaba, lo que nos mandaron: insistir en el error como si ahí se pudiera reparar. Insistir. Un pacto. Quedarnos frente al vidrio del horno. Decirle Mami todo va bien y escribir tachados los nombres a ver si olvidamos su ausencia.

 

 

 

 

 

 

 

IV.

 

Hay que tener cuidado porque sobretrabajar una masa la arruina

 

Hemos amasado y amasado y ahora no crece

no lleva levadura

no importa

Hemos amasado hasta que empieza a quebrarse

Un volcán con sed

Pedro me mira  ​​ Sonríe

Me revuelve el pelo y me unta la cara con harina

como en las películas

pero en esta realidad

Padre no es raíz​​  La raíz no es Padre

 

 

 

 

 

 

 

V.

 

Pedro se asoma por la ventana de la cocina y yo le digo que si grita se oye el eco

Gritamos

El tejido vibra  Un volcán que implosiona

 

 

 

 

 

 

 

VI.

 

Padre

 

cabe en la palma de la mano. Es una palabra sonora que rebota hacia adentro, crece, crece por fuerza de lo tibio. Mi madre nos deja pero la necesitamos.​​ Debemos sacar la masa. Pedro dice que es mejor que ella lo haga porque es más cuidadosa. Pienso Los niños no deben usar solos el horno o la estufa. De repente Padre es un cuerpo de dos veces mi tamaño. Los niños. Cuidado se queman que esto está caliente. Nosotros. Mi mamá nos felicita a pesar de las fallas. Un pacto. Pedro y yo y la mamá sentados a la mesa. Comemos en silencio aunque Padre me mira para que hable. Me chupo la pasta de tomate de los dedos y le sonrío. Mi madre dice algo que ninguno de los dos entiende. Hemos quedado aislados por un momento del ruido del mundo. Un pacto con Padre. Un volcán que se sella y se apaga. Ahora el primero de siete años. Dos veces siete. Mi madre recoge los platos. Está satisfecha.

 

 

 

 

 

 

 

VII.

 

No lo sabemos pero la levadura debió ir antes que todo

con la dulzura de su mar primigenio.

 

 

 

 

 

 

 

Jardín en Giverny

 

Dicen que es necesario construir un puente para dialogar dicen que hay que quemar los puentes dicen de los puentes que son frágiles dicen que son estructuras muy prácticas que son muy necesarios dicen que acá no saben hacer puentes dicen​​ que los puentes deben ser pequeños dicen que los puentes grandes se caen que son peligrosos los puentes son puentes aunque un puente sea una tabla o tres o cinco tablas sobre el aire o el agua y dicen que ahora se pueden tender muchos más puentes. Quiero un puente japonés para mi jardín. Un puente que cuando lo mire por largo rato comience a cambiar la luz sobre mi puente la forma de mi puente hasta que pueda o no ser mi puente mandado a traer especialmente para mi jardín un puente que cuando cierre un poco los ojos para enfocarlo disipe su contorno de puente. Quiero quedarme ciega mirando mi puente japonés construir un puente con mi puente quemar los puentes con otros puentes ser un puente frágil práctico pequeño necesario peligroso grande ser un puente que se fabrique a sí mismo en donde nadie sabe hacer puentes. Quiero quedarme ciega de ser un puente. Ciega de todos los cruces que ocurran sobre mí ciega de las sombras del helecho porque acá no hay sauces ni cerezos ni nenúfares solo hay charcos y baldes y materas viejas. Quiero ser un puente tan largo que cruce de lado a lado de la alberca que se refleje ahí el tendido de sábanas de la terraza ser frágil práctica pequeña necesaria peligrosa grande para tender puentes y quemar puentes y dar sombra a las orquídeas cuando te hayas ido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Estefanía Angueyra / Christian Rincón / Stefhany Rojas Wagner / Alexandra Espinosa / José Rengifo Delgado / Daniela Pérez Taborda / Santiago Erazo 

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