Daniela Prado en La poesía te quiere vivo

Alejo Morales construye “La poesía te quiere vivo. Dossier de poesía joven colombiana”. Leemos aquí algunos poemas de Daniela Prado (1994). Publicó recientemente ¿Por qué lo bello resulta doloroso? (Editorial Uninorte, 2023), antología de poesía expandida: collage/poesía, poesía musicalizada, video poesía.

 

 

 

 

 

Daniela Prado (Cali,​​ 1994)​​ es​​ escritora,​​ Licenciada en Literatura. Creadora de símbolos sensibles. Explora la imagen y el lenguaje como artista visual y plástica de collage y collage/poesía en Recorte Secreto. Fundadora de la editorial que publica escritoras emergentes colombianas y latinoamericanas: Tristes Trópicos Editorial. Tallerista de escritura creativa y edición autogestiva. Diseñadora editorial y gráfica freelance.​​ Ha publicado​​ Espacios Habitables​​ (Sic Semper,​​ 2019),​​ libro de poesía expandida con exploración de video poesía y poesía musicalizada;​​ Ya no soy esta carne trémula​​ (Proteo Editorial,​​ 2020),​​ libro objeto de collage/poesía;​​ Mujer Oblicua​​ (Tristes Trópicos Editorial,​​ ​​ 2021) y​​ ¿Por qué lo bello resulta doloroso?​​ (Editorial Uninorte,​​ 2023.), antología de poesía expandida: collage/poesía, poesía musicalizada, video poesía.

 

 

 

 

 

***

 

 

 

 

 

Esa caparazón en tu mirada que parece espuma

 

Está bien llorar

pero bajito

pones la canción triste​​ 

más fuerte

a todo volumen

Te excusas en la formación de los planetas​​ 

mientras tropiezas

se rasga tu pantalón​​ 

Así se siente

tener casi 30 años​​ 

y no saber hacer amigos​​ 

 

No me gusta empezar​​ 

una conversación con alguien​​ 

hablando sobre las veces

que tuvo resaca en el último mes

 

Prefiero hablar sobre el cambio climático​​ 

y el derretimiento de los polos

El lado favorito en el que duermes​​ 

Una conversación sencilla​​ 

sobre alguna sensación aterciopelada​​ 

Nada que termine en sexo​​ 

o algo pretencioso​​ 

 

Podemos leer un libro​​ 

y mirar los aviones atravesando nubes​​ 

o sentir el agua del río​​ 

mientras coleccionamos piedras​​ 

Una sensación verdadera​​ 

transparente y cálida.

 

 

 

 

 

 

 

Plumas vegetales erizadas

 

Las plantas me enseñan sobre el misterio​​ 

del movimiento oculto de lo vivo​​ 

Te escucho respirar dormido​​ 

No puedo ser tu paz​​ 

lo siento​​ 

 

Estoy a miles de nubes de mi casa

que no es aquí​​ 

Quieres que te ame​​ 

y que mi amor sea una trampa​​ 

de abrazos y erotismo

Pero en el camino​​ 

me perdí de la definición​​ de​​ a m o r

que no creo que sea​​ 

lo mismo que sexo​​ 

que decirte​​ 

qué hacer o cómo pensar​​ 

por tu bien

 

Si quisiera ser una policía​​ 

trabajaría con el estado​​ 

Si quisiera que me amaras las 24 horas​​ 

no podría dormir.​​ 

 

Estoy sintiendo en el fondo​​ 

un ruido​​ 

presentimientos

Alguien toca mi hombro​​ 

volteo​​ 

no hay nadie

Alguien toca el timbre de una casa​​ 

en la que estoy​​ 

y abro

Soy yo misma pidiendo​​ 

una orden de registro de las cosas en su sitio

Todo el polvo se acomoda perfecto​​ 

sobre la superficie solar de los objetos

 

Sabes distinguir cuando esas paredes y libros​​ 

no son tu casa

Tengo los pies fríos​​ 

hay demasiada humedad​​ 

 

Perdón​​ 

si me vuelvo agua

de repente​​ 

y luego musgo​​ 

para escapar silenciosamente​​ 

como liquen eléctrico​​ 

Como decía​​ 

hogar no es sinónimo de casa​​ 

Y este cúmulo de nervios​​ 

no es caparazón.

 

 

 

 

 

 

 

Un cenotafio de mi edad

 

De las tumbas quiero irme,

no sé cuándo pasará.​​ 

Las tumbas son pa’ los muertos​​ 

y de muerto no tengo na’​​ 

Ismael Rivera

 

Un cenotafio de mi edad en alguna calle

procesiones

niños con santos en su espalda

algo de fe en nuestras conversaciones

¿demócratas o republicanos?​​ 

Pensamos en la siguiente guerra mundial​​ 

Taiwán

los chinos comprando​​ 

todas las montañas de Latinoamérica

¿Cuál es la siguiente pregunta?

La ciudad se desvanece todo el tiempo

Un ramen y edamames al vapor

gracias por la comida de hoy

por los cohetes que aún no son misiles

Todo lo que nos recuerda la vida

la ciudad que se desvanece​​ 

 

la ciudad que se desvanece​​  ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ la ciudad que se desvanece​​ 

 

La ciudad que se desvanecerá​​ 

 

La entropía perfecta​​ 

y nosotros en ella​​ 

cruzando​​ 

puentes

metros

aviones

bancos

hospitales

 

Recordaré tu risa el día de tu muerte

un cenotafio

un poema

Tu amistad​​ 

como un pan de muerto relleno

Tu espalda y la mía​​ 

con su respectiva​​ 

procesión a cuestas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

***

 

 

Estefanía Angueyra

Christian Rincón

Stefhany Rojas Wagner

Alexandra Espinosa

José Rengifo Delgado

Daniela Pérez Taborda

Laura Andrea Garzón 

Ana López Hurtado

Andrés Restrepo

Librería

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