LA FUSIÓN DE VOCES EN LOS POEMAS DE GARY SNYDER: UN PARADIGMA POSHUMANISTA.
Gary Snyder, el ecopoeta posmoderno y activista medioambiental estadounidense, fusiona su tono poético con la voz de la naturaleza no humana y esta unidad hace de Snyder un destacado poeta post-humano. Los poemas de Snyder pretenden inculcar una conciencia ecológica en su público. Sus poemas destacan por la tensión creativa que genera al mantenerla junta, no solo mediante hechos e imágenes dispersos, sino también a partir de diversas culturas y visiones del mundo. A través de su poesía, Snyder deja en claro que los humanos son solo “una de las muchas especies animales que conviven interdependientemente en los ecosistemas de la Tierra” (Thornton 42). Esta noción resuena con su enfoque budista hacia la poesía, así como con sus actitudes ambientales. Al propagar las emociones de los seres no sensibles, Snyder amplía el horizonte literario de modo que no solo las emociones humanas sino también los sentimientos de los no humanos, como las plantas y los animales, encuentren su propio lugar en la literatura y en la crítica.
Mezcla la realidad física y las observaciones precisas de la naturaleza con la percepción interior recibida principalmente a través de la practica del budismo zen. Sus poemas “The Great Mother” and “Night Herons” (“La gran madre” y “Garzas nocturnas”) retratan categóricamente la opinión de Snyder sobre las nociones budistas de interdependencia e interpenetración, las dos nociones filosóficas que se han convertido en la necesidad crucial del momento. William Rueckert, en su ensayo de 1978 “Literature and Ecology: An Experiment in Ecocriticism”, señala que la biósfera o exosfera es el hogar que la vida se ha construido en la superficie exterior del planeta. Y “en esta exosfera hay una interdependencia recíproca de un proceso vital con otro, y hay un desarrollo mutuo interconectado de todos los sistemas vitales de la Tierra” (Rueckert 112). Pero las estrategias modernas de desarrollo antropocéntricas y exocéntricas exigen un cambio de paradigma para inculcar actitudes y comportamientos exocéntricos.
La poesía, como punto de arranque de la reflexión y la emoción tiene un potencial considerable como enfoque innovador para educar y transformar mentalidades. A través de sus poemas, Snyder intenta sensibilizarnos ante las constantes alteraciones de nuestro entorno por la tecnología racionalizada, capitalista y esencialmente occidental. Snyder es exocéntrico en su creencia de que los humanos forman parte de la naturaleza y su empresa poética incluye tanto lo premoderno como lo posmoderno o posthumano. Para Snyder, el humanismo tradicional ignora a los otros no humanos y, como ecopoeta, teoriza el desorden y la perturbación ecológicos a través de una imaginación medioambiental basada en su comprensión de los ecosistemas. La naturaleza parece silenciosa y sin voz, pero habla, aunque no en un lenguaje humano. Como ecopoeta, Snyder fusiona su tono poético con la voz de la naturaleza no humana y esta unidad convierte a Snyder en un destacado poeta posthumano. En su manifiesto seminal sobre la conciencia medioambiental, Snyder afirma:
Soy poeta, mis maestros son poetas, indios americanos y algunos sacerdotes budistas de Japón. La razón por la que estoy aquí es porque deseo aportar una voz desde el desierto, mi circunscripción. Deseo ser portavoz de un ámbito que no suele estar representado ni en las cámaras intelectuales ni en las cámaras del gobierno. (Isla Tortuga 106).
“The Great Mother” (“La Gran Madre”) de Snyder, incluido en la antología ganadora del premio Pulitzer Turtle Island, es un poema de cinco versos repleto de densas ideologías ecológicas. A la Tierra se le atribuyen rasgos maternales y es, sin duda, la gran madre. La influencia de la teoria Gaia de James Lovelock es evidente en el poema: “Los organismos interactúan con su entorno inorgánico en la Tierra para formar un sistema complejo autorregulado que contribuye a mantener las condiciones para la vida en el planeta”. Añade, además: “Gaia postula que la Tierra es un sistema autorregulado en el que intervienen la biósfera, la atmósfera, la hidrósfera y la pedósfera, estrechamente acopladas como un sistema de evolución” (“Interactive Video Lesson Plan”). Snyder retrata a la Madre Tierra sentada en el trono del juicio mirando fijamente todo lo que pasa por delante de ella. Aquí se aprecia una resonancia del dogma cristiano sobre el Juicio final: “Cuando venga el hijo del Hombre en su gloria, y todos los santos ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria; y se reunirán ante él todas las naciones, y se separará a unos de otros, como separa el pastor a sus ovejas de los cabritos” (Rey James, Mateo 25.31-32).
De forma similar el poeta menciona:
No todos aquellos que pasan
frente a la silla de la Gran Madre
consiguen pasar con una simple mirada, a algunos los mira a las manos
para ver la clase de salvajes que eran.
(“The Great Mother” 34).
En este breve pero poderoso poema, el poeta llama nuestra atención sobre los hechos salvajes de la sociedad consumista contemporánea. Bajo la etiqueta del progreso, el desarrollo y la modernización, los seres humanos tratan a su entorno inmediato como “el otro” mostrando rivalidad y enemistad. Sus actos imprudentes, como la contaminación, la deforestación y el exterminio de especies, han provocado calamidades ecológicas como el calentamiento global, la escasez de agua, el cambio climático, los diluvios y las sequías. Esto ha llevado a Paul Crutzen a llamar a esta era “Antropoceno”, ya que los peligros ecológicos y la crisis medioambiental se ciernen sobre todo el mundo. Snyder cree en la coexistencia interdependiente de los seres humanos con el resto de la flora y la fauna. Lo observa en cuatro cambios:
Los budistas enseñan a respetar toda la vida y los sistemas salvajes. La vida del hombre depende totalmente de una red interpretada de sistemas salvajes… Algunas culturas indígenas americanas tienen características “maduras”: protección frente a la producción, estabilidad frente al crecimiento, calidad frente a cantidad. En los pueblos se practica una especie de democracia última. Las plantas y los animales también son personas y, a través de ciertos rituales y danzas, se les da un lugar y una voz en las discusiones políticas de los humanos. Están “Representados”. (Isla Tortuga 104).
Snyder critica con vehemencia la cultura materialista moderna que ha conducido a la aniquilación de la red de la vida. Está ampliamente documentado que el materialismo es perjudicial para los individuos en muchos aspectos de la vida, especialmente en las actitudes y comportamientos ecológicos. No cabe duda de que existe una intrincada relación entre consumo y placer, pero esta cultura materialista del consumo se considera hoy “social, ecológica y personalmente destructiva” (Wilk 246). En todo el mundo existe un desencanto generalizado sobre los modelos hedónicos de consumo y las consecuencias nocivas del consumo excesivo para el medio ambiente. Está claro que el materialismo entra en conflicto con el ecologismo. Los estudios han demostrado que cuando los individuos tienen valores materialistas, se preocupan poco por su entorno inmediato. Es evidente que se ha prestado menos atención a cómo mitigar el efecto negativo del materialismo sobre los comportamientos proambientales. La “cultura de lo salvaje” poscivilizatoria y poshumana de Snyder sugiere una forma de ampliar nuestro horizonte de expectativas, de ir más allá de las limitaciones de ser puramente humanos instándonos a tratar directamente con nuestra cada vez más caótica situación ecológica.
El poema “Night Herons” (Garzas nocturnas) presenta maravillosamente la necesidad de coexistencia de la naturaleza y la industrialización. Las garzas nocturnas son aves de agua dulce de largas patas que suelen anidar en lugares extraños. En el poema de Snyder anidan en el ciprés junto al río San Francisco. Pero el poeta introduce de forma sorprendentemente brusca una maquinaria peligrosa que afecta negativamente a la naturaleza, los recursos naturales y los hábitats:
Calderas estacionarias
con la alta chimenea
al borde de las aguas
una bomba de turbina de vapor
lleva agua salada
a las venas de la ciudades
principales
por si la tierra alguna vez
tiembla.
El poeta señala que, en la mayoría de estas actividades de desarrollo, son la naturaleza y los elementos no humanos los que se adaptan fácilmente a las situaciones cambiantes. Los martinetes representan la naturaleza salvaje. El poeta parece insinuar que los martinetes se han acostumbrado a las zonas urbanizadas que antes eran su hogar. La naturaleza nos rodea. Pero el materialismo en forma de tecnología, como la maquinaria mencionada en el poema, se ha inmiscuido para vandalizar la naturaleza desde su estado prístino. En consecuencia, la naturaleza salvaje está desapareciendo rápidamente, y Snyder, como ecopoeta y ecologista, se siente obligado a hablar en nombre de la naturaleza y de las especies salvajes que necesitan la intervención urgente del ser humano. El antropocentrismo domina la cultura estadounidense y hay intentos generalizados por parte de los humanos de conquistar y controlar la naturaleza salvaje. La ciudad de San Francisco, en el poema, se representa al lector con la mirada puesta en la naturaleza salvaje que se vive en ella. Para Snyder, vivir o habitar es un modo de existencia con su propia “situación” particular –un claro emplazamiento físico y geográfico– de estar con las cosas. El carácter básico de este proceso de coexistencia no es la explotación, sino la salvaguarda, lo que implica una comprensión de la naturaleza y la ecología.
En el poema “Night Herons” (Garzas nocturnas) , la imagen inicial contrastada de las aves epónimas viviendo en el paisaje urbano de la Costa Oeste se revela gradualmente como el hogar de las aves migratorias. Esta zona salvaje ha sido invadida ahora por el ser humano con sus planes estratégicos de desarrollo. Pero tanto las aves como el orador parecen haber aceptado juntos esa vida, aunque la exposición al ruido excesivo puede perjudicar gravemente la salud humana y es una amenaza invisible para otros organismos. Snyder, defensor del ecocentrismo, concluye el poema con los sorprendentes versos:
¿Cómo podrían regresar
alguna vez las garzas nocturnas
a este estruendoso paraje en la bahía?
¿Cómo podría yo mismo volver?
Aquí el agente humano se sitúa en una posición similar a la de las criaturas salvajes. El regreso repetido a la bahía de San Francisco, a pesar del ruido industrial de la región, indica claramente que lo salvaje, o desenfreno como lo llama Snyder, reside incluso en la civilización. Sus poemas revelan un desmantelamiento de los claros binarios de naturaleza (buena) frente a cultura (mala). De hecho, a menudo se ve que la cultura es un lugar de coexistencia (e interdependencia) con lo natural. La capacidad de Snyder para mantener una distancia meditativa con respecto a ambos bandos se hace aún más visible en las técnicas que emplea. Las imágenes y argumentos del poema atestiguan la pacífica superposición de los opuestos aparentemente distantes. Lo salvaje ya no es lo opuesto a lo natural, sino algo más cercano. Los poemas de Snyder contribuyen así a hacernos ver la complejidad de cosas que a menudo se dan por sentadas. En sus poemas se aprecia la voluntad de abrazar formas dispares de alteridad.
***
La torturada y atormentada Madre Tierra y el destrozado vínculo familiar están representados en “La gran madre” y en “Garzas nocturnas”. A través de estos poemas, Snyder señala que la conexión de la humanidad con el mundo natural se ha roto a través de generaciones de saqueo de los recursos naturales. Por ello, ofrece a la humanidad una perspectiva no dualista y muestra cómo este enfoque podría sanar el daño que se ha hecho volviendo a una cultura arraigada que se basa en vivir en armonía con la naturaleza, y no en oposición a ella. Advierte que la extinción de especies y la pérdida de biodiversidad acarrearán pérdidas incalculables para los seres humanos. Por ello, espera que el apego a las posesiones materiales y la cultura consumista disminuyan y lo que se desarrolle sea un mundo enriquecedor e interconectado.
***
Almon, Bert. Gary Snyder. Boise State University, 1979. [2] Altieri, Charles. “Gary Snyder‟s Turtle Island: The Problem of Reconciling the Roles of Seer and Prophet.” Duke University Press, Vol. 4, No. 3, 1976, pp. 761-78. [3] www.jstor.org/stable/302702. [4] Bennet, Andrew and Nicholas Royle. An Introduction to Literature, Criticism and Theory. Pearson Longman, 2009. [5] Earle, Jamelah. “Gary Snyder and Environmental Activism.” www.litkicks.com/Gary Snyder. 22 June 2003. [6] Glotfelty, Cherryll & Harold Fromm, editors. The Ecocriticism Reader: Landmarks in Literary Ecology. University of Georgia Press, 1996. [7] “Literary Studies in an Age of Environmental Crisis.” Introduction. The Ecocriticism Reader: Landmarks in Literary Ecology. pp. xv-xxxvii. [8] “Interactive Video lesson plan for: Gaia Hypothesis-James Lovelock.” www.spiral.ac>sharing>gaia-hypothesis-jameslovelock [9] Rueckert, William. “Literature and Ecology: an Experiment in Ecocriticism.” [10]The Ecocriticism Reader: Landmarks in Literary Ecology, edited by Cheryll Glotfelty and Harold Fromm. University of Georgia Press, 1996, pp. 105-23. [11]Salovaara, Harri. “Support Your Right to Arm Bear”: Animal Imagery in Gary Snyder’s Poetry. (MA Thesis) University of Vaasa, 2013. [12]Sipchen, Bob. “Gary Snyder‟s Path of Deep Ecology Movement.” www.latimes.com. 28 Nov. 1986. [13]Snyder, Gary. Turtle Island. New Directions, 1974. [14] “The Great Mother.”Turtle Island. New Directions, 1974.pp.35-36. [15] “Night Herons.” Turtle Island. New Directions, 1974, pp. 47-49. [16] “Four Changes.”Turtle Island. New Directions, 1974.pp.91-114. [17]The Practice of the Wild. North Point Press, 1990. [18]The Bible. Authorized King James Version, Cambridge UP, 2004. [19]Thornton, James. “Radical Confidence: What is Missing from Eco-activism.” Tricycle: The Buddhist Review, Vol. III, No.2, Winter 1993. Pp. 40-45. [20]Wilk, R. “Consuming Morality”. Journal of Consumer Culture, 1(2), 2001, pp. 245–260.