Foja de Poesía No. 305: Lorena Ventura

 Lorena VenturaPresentamos la poesía de Lorena Ventura (Oaxaca, 1983, una de las poetas más interesantes de la generación de los ochenta. En 2004, recibió el Premio Nacional de Poesía “José Emilio Pacheco”, convocado por la Universidad Veracruzana. Fue becaria del FONCA en la categoría de poesía (2009-2010). Estudia el Doctorado en la UNAM.

 

 

 

Bach mira llover

 

Aquello que  me  fue llenando desde el fondo

            era su música.

 

Lo sé porque algo de mí

fue quedando entre los árboles.

Algo distinto de la lluvia

que no era trueno

ni rumor de pájaro

ni el aleteo negro de la ira.

 

El viento era una oleada de cristales rotos

que un ángel

–apresurado por la niebla

levantaba.

 

La tarde: un tumulto de estrellas imprecisas.

 

Para quien el amor es un colibrí dormido entre sus manos.

Para los murciélagos

–hojarasca  de la noche

en cuya piel la luna resuena.

 

(Los murciélagos,

atados a una rama

entienden al revés la noche.

 

Y cuando duermen

son partidarios unánimes de la gravedad.

Y su amor es ciego)

 

Para los caracoles en su amor paciente:

espiral de aire cayendo en la floresta.

Para quien sufre como la afrenta de una espada

el fruto amargo de la noche.

Para la primavera,

porque antes de sus pasos todo estaba abandonado

 

(Esta mañana vino la cuchara de una abeja

a averiguar algo entre las flores)

 

Y para todo lo que viene

que seguramente será rosado.

 

Aquí está su canto de pan y leche caliente,

de llovizna y animal dormido.

 

De fugitivo resguardado.

 

Ahora sólo queda esperar

 

el claro y sencillo chapoteo:

ruido hecho de mineral de cosmos,

arena-ritmo

de girasol marino.

 

Y tener cuidado de acallar

 el tren ruidoso en nuestro pecho

 

para no despertar a nuestro ángel de la guarda.

 

 

 

 

Hondura del silencio

 

Ahora que veo venir mi existencia

–vieja desde siempre

bajo una multitud de agazapado hielo,

y que la dicha es un aturdimiento lento

en mis entrañas,

una sed que no ha servido para nada,

tengo la certeza de haber llegado

 a la hondura clara del silencio:

 

Orilla luminosa en que te nombro.

 

(En tus ojos la eternidad se disuelve

como una tableta de sol

cayendo al fondo del agua)

 

Ya casi no soy ese viento ligero en que

el infinito, desde la luna, me bebía.

Pero todavía muerdo esa pregunta.

            ¿Por qué los glaciales pasos de la muerte?

 

Era la vida:

donde tu niñez milenaria pedía brillo,

habló tu sombra.

 

(Hubo un tiempo

para cerrar las puertas

y luego

donde antes había todo

poner la forma

siempre tibia

del recuerdo)

 

Desde tu facultad de polvo

escúchame,

porque empiezo a creer que esta fiesta

algo tiene de tu abismo,

algo de furor y herida lenta,

de temblor remoto

nacido de la memoria de tu carne,

algo que va a quedarse para siempre.

 

Y es muy distinto de la tregua.

 

 

 

 

Poética

 

1

Sin intención de un frente a frente

–que ya mis uñas están desafiladas–

 

Sin condiciones para hablar

–que ya es mucho lo que ofreces

para lo mínimo que guardo.

 

Yo estoy aquí

 

lejos de astrologías indudables

–que de a poco tus huellas fabricaron.

 

Ausente de todo pájaro y color

sólo atravesada

por lo marítimo sonoro

 

(contaminados los relámpagos,

encerrado lo aéreo en sucios frascos

sin nada ya que alumbre).

 

Sólo palabras excesivas

del todo irreparables

 

y un escándalo de olas como aullido.

 

 

 

2

Si puse a andar el viento

para echar a volar las intuiciones

Si aprendí a bailar

para entender el lenguaje de los árboles y el viento

Si me puse a dormir

            para no instruirme en tus secretos

Si luego estas manos rotas

            te llevaron a pedir a otra parte…

 

 

 

3

Mientras me atizo la tristeza

pensando en la humedad de mis zapatos

y en el ademán de sueño de los pájaros

 

(cansado de guardar silencio,

el cielo despliega con las aves

su mínimo alfabeto:

frágil sintaxis

destinada a morir con cada migración)

 

en una atmósfera de cosas estropeadas

me detengo.

 

 

 

4

Apenas sucia,

astillado el corazón de amores cancelados

y mentiras excesivas

sin cumpleaños que estrenar

y una prisa de testamento

en todo el cuerpo.

Con la sangre congregada en la derrota

 

Yo despierto aquí.

 

Con sólo ruido

puro ruido.

 

 

 

Simetría de la luz

 

Este amor es un joven dinosaurio

que ha tardado cien años en crecer:

 

más tardará en desmoronarse.

 

Milenios pasarán

para que la puta muerte

le clave los colmillos

y lo enferme de miseria,

para que el tizne de unos dedos

–envidiosos de tanto y tanto amor

se atrevan a tocarlo en su textura

–que es de luz y de crisálida.

 

Este amor vive en el silencio

que rodea a la palabra

y de nada vale treparse a la punta de los pies

o alargar la mano

para minar su territorio.

 

No deja nunca de crecer.

 

Animal largamente fatigado por la sed

            frente a la espuma inalcanzable del lenguaje,

Aprendió a decirlo todo

ayudado por los pájaros:

grafías subversivas que el viento

            aprendió a ordenar.

 

Si otros se atreven hoy a amar

–a dejarse beber por el silencio

es por su dulce sombra

 

unida insalvablemente a nuestros nombres.

 

Lejos de la marítima traición

de ir y de volver

 

se encuentra este amor

trazado en el centro de la luz:

 

Toda noche es ya una tinta mal cuidada

en el cuaderno de los días.

 

 

 

 

Precisiones de la sombra

 

A veces dios va dejando charcos

            con los que se despide

verticalmente

de los hombres.

 

Nostalgias del mar que aquí no recordamos.

 

Mirada neutra de una lluvia

que no hicimos caer encima nuestro.

 

Y ese lenguaje nítido que no entendemos

–honduras de una luz imprecisa,

espejos en los que nadie quiere ver su rostro–

 

es ahora  la palabra de un sólido desastre

que nos llena el corazón de nada,

 

–un cordero empapado

tiritando en la reja de los huesos.

 

(Y el polo también es un enorme bache

donde los osos polares deletrean la desgracia:

la difícil alba de quedarse a medio mar

en un naufragio de hielo solitario

 

–estado sólido de una luz que se derrumba)

 

Toda lluvia de hoy es un diluvio,

una daga que detiene la alegría en los cristales.

 

A dios se le acabó la eternidad.

 

 

 

 

Geografía de la dicha

 

Lentas luminarias líquidas

            venidas de tus labios

recorrieron mi piel

señalando mis puntos cardinales.

 

Para ti el hecho fue muy simple

pero desde entonces no me pierdo en barco alguno.

 

(Si escuchas un ronroneo mientras canto

            es mi corazón que ha vuelto a funcionar)

 

Así que

 

ahora que tenemos un alboroto entero

de brillantes peces

alimentemos al tigre de la dicha

            sin temor alguno.

 

Porque en tu cuerpo yo ejercito mi entusiasmo

cada colibrí lleva ahora  tu nombre a otras flores.

 

Porque la luz de mi interior es consecuencia  de tu aliento

y porque tu mano ahora es un pegajoso caracol entre la mía:

 

ya no me quiere más la muerte.

 

Puedo entonces

 –lanza en mano

            saludar al mundo.

 

(Saludos

hipocampos y hombres silvestres

y pintores festivos

y bomberos en días de siesta,

salmones bordados en el manto

de los ríos)

 

Que tus ojos sean la forma única

            en que yo pueda contemplarme.

Que en lugar de cardos sea

la hierba húmeda quien me reciba.

 

Que emplumes con palabras amarillas

            mis alas minerales.

 

Y que siempre pueda tenerte de mi lado

corazón

para que nada

 

Nada grave me suceda.

 

 

 

 

 

 

 

Datos vitales

Lorena Ventura (Oaxaca, 1982). Es Licenciada en Lingüística y Literatura Hispánica por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Maestra en Letras (Letras Latinoamericanas) por la Universidad Nacional Autónoma de México. Como poeta ha colaborado para publicaciones como Crítica, Luna Zeta, Tierra Adentro y Alforja. Ha sido incluida en las antologías Un orbe más ancho. 40 poetas jóvenes (UNAM, 2005) y en Cartografía de la literatura oaxaqueña (Almadía, 2007). En 2004, recibió el Premio Nacional de Poesía “José Emilio Pacheco”, convocado por la Universidad Veracruzana. Fue becaria del FONCA en la categoría de poesía (2009-2010). Actualmente estudia el Doctorado en Letras en la UNAM y es profesora del Departamento de Traducción e Interpretación del Centro de Lenguas de la misma institución.

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