Ayer, 27 de noviembre, se cumplieron 30 años del accidente de avión que le quitó la vida al escritor peruano Manuel Scorza. Escribe federico Díaz Granados: “Hace 30 años un accidente aéreo impactó el inocente mundo de mi infancia: el del Boeing 747 de Avianca que se estrelló en Mejorada del Campo a 12 kilómetros de Barajas. Allí murieron los escritores Ángel Rama, Jorge Ibargüengoitia, Manuel Scorza y Marta Traba quienes venían a Bogotá a un Encuentro de Cultura Hispanoamericana”. Presentamos un poema de Scorza.
Epístola a los poetas que vendrán
Tal vez mañana los poetas pregunten
por qué no celebramos la gracia de las muchachas;
quizá mañana los poetas pregunten
por qué nuestros poemas
eran largas avenidas por donde venía la ardiente cólera.
Yo respondo: por todas partes se oía llanto,
por todas partes nos cercaba un muro de olas negras.
Iba a ser la poesía
una solitaria columna de rocío?
Tenía que ser un relámpago perpetuo.
Yo os digo:
mientras alguien padezca,
la rosa no podrá ser bella;
mientras alguien mire el pan con envidia,
el trigo no podrá dormir;
mientras los mendigos lloren de frío en la noche,
mi corazón no sonreirá.
Matad la tristeza, poetas.
Matemos a la tristeza con un palo.
Hay cosas mas altas
que llorar el amor de tardes perdidas:
el rumor de un pueblo que despierta,
eso es mas bello que el rocío.
El metal resplandeciente de su cólera,
eso es mas bello que la luna.
Un hombre verdaderamente libre,
eso es mas bello que el diamante.
Porque el hombre ha despertado,
y el fuego ha huido de su cárcel de ceniza
para quemar el mundo donde estuvo la tristeza.