Poesía peruana de Neón: Olga Saavedra

Estamos leyendo poesía peruana del grupo Neón. Retomamos fragmentos de La hoguera desencadenada, Antología poética del movimiento cultural Neón 1990-2015, preparada por Harold Alva y Héctor Ñaupari para Summa. Este movimiento, según refiere Óscar Málaga, fue "fundado en las aulas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1990". Leemos poemas de aquí de Olga Saavedra (Lima, 1972). Estudió Literatura en la Universidad Mayor de San Marcos y realizó estudios de maestría y doctorado en University of Colorado, EE.UU., donde también impartió clases de español. Actualmente radica en Lima y enseña en la Universidad San Ignacio de Loyola.

 

 

 

 

 

 

Olga Saavedra​​ (Lima, 1971). Estudió Literatura en la Universidad Mayor de San Marcos y realizó estudios de maestría y doctorado en University of Colorado, EE.UU., donde también impartió clases de español. Actualmente radica en Lima y enseña en la Universidad San Ignacio de Loyola y en el Colegio Franco Peruano.​​ 

 

 

 

 

 

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How do you sleep

 

 

 

How do you feel when you close your eyes​​ 

el ruido de las bocinas y esa voz chillona de la radio​​ 

se han desvanecido,​​ 

los Stone Roses han ingresado, acomodo los audífonos.

How do you feel when you close your eyes​​ 

and try and drift away

Ella viste un escote profundo en su mirada candorosa,​​ 

Él, un brillo velado en sus manos manchadas de pintura.

 

De pronto, el piso de la combi​​ 

es un piélago cargado de quimeras

que devoran lentamente el paisaje interior

y la vida se torna en fragmentos​​ 

de voces, de empastes, de lentes, de soles​​ 

bemoles que flotan inertes.​​ 

 

Súbitamente, un viento leve acerca una azucena

y susurra un haiku.

Does it feel any better now?

Does it mean any more when the angel of death comes knock, knocking,

and banging at your door? ​​ 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Embebida

 

 

Ni el sonido polifónico de las copas

ni el de las cascadas de vino la aproximan.

Sentada en el bar, sola,​​ 

saluda a la que fue.​​ 

Es cierto, está vacía la pared donde asienta sus pupilas,​​ 

pero en ellas se reflejan lagos, colinas, praderas​​ 

y unos cachorros que corren raudamente​​ 

hacia ella​​ 

risueña y diminuta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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