Nueve poemas de Geomantic de Paula Meehan

 

 

Presentamos nueve poemas de​​ Geomantic​​ de Paula Meehan en traducción de Eva Cruz Yañez. Paula Meehan (Dublín, 1955) es poeta y dramaturga, ha merecido reconocimientos como el​​ Arts Council Bursaries in Literature; The Martin Toonder Award for Literature; The Butler Literary Award for Poetry,​​ entre otros. En 2013 fue nombrada​​ Ireland Professor of Poetry​​ en el Trinity College Dublin y en 2023​​ Honorary Fellow.​​ Geomantic​​ es un camino de adivinación poética, al modo de una baraja de​​ Tarot​​ o un​​ I Ching, está compuesto por nueve series de nueve poemas, cada uno de los cuales contiene a su vez nueve versos de nueve sílabas.

 

 

 

 

 

 

 

 

EL GRIMORIO

 

Cuando hablas del libro de sombras

veo correr al ciervo leonado​​ 

hacia el Furry Glen; las estrellas

tienen su gramática propia,

sus declinaciones de seres

alados —Madre, Padre, el Otro.​​ 

Veo en el tránsito de Marte

la ruta que nos hermana, almas

perdidas bajo el tragaluz.

 

 

 

 

El idiota

 

¿Cuántos ángeles viste anoche

bailar con tus ojos vidriosos?

¿Y cómo es que eres tan pesado

 

en tan prodigiosa creación?

Juras que ya puedes cambiar.

Con tu vida en la bolsa negra:

 

nos aterra tu vista —plumas

volando, rayos en tu frente,

asustando niños, y al perro.

 

 

 

 

La luna se alza en campo abierto

 

Cuenta las sílabas, ve cómo

la luna se alza en las vocales,

se mueve ligera en la lengua

y suena ágil en el oído.

Escucharla selló mi suerte.

me dio una salida del miedo,​​ 

orden sobre el caos de joven,

un canto limpio y puro, magia​​ 

musa por el poder del nueve.

 

 

 

 

La lengua materna

 

¿Me fue imbuida o extraída a golpes?

¿Es el bulto donde se atoran

las palabras, que crece y crece

 

y amenaza con reventar?

No hay palabra para no, pero

denme: corneja, huerto, niño,

 

vecindad, golfa, vela negra,​​ 

carabelas y quinquerremes,​​ 

del sur las ciudades lucientes.

 

 

 

 

La perla

 

Mi madre hurgaba en el pasado,

sin cesar. Cribaba los granos

buscando la pizca en la cual

su pena se acrecía en perla.

Polvo histórico: el primer tiro

o el primer pendón tricolor

en Correos aquel día de Pascua,

o un oculto recuerdo heredado,

tóxico en lo hondo de su ser.

 

 

 

 

La paz

 

La paz llegará: que empiece conmigo.

 

Lema de mi juventud loca,

vuelve siempre que hago Tai Chi,

cuando yo medito en los Siete,

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ los Siete Santos Signatarios.

Parto crin del caballo, agito

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ manos, soy grulla blanca. Tomo

la cola del gorrión.​​ Podría

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ deshacer la traición de Estado:

redención por arte de la forma.

 

 

 

 

El altar de mayo,​​ 

Avenida Collins 58, Killester

 

Lo vestiste de alheña y lilas,

lino blanco bajo el florero,

candelas, medallas y cánticos

a María, Estrella del Mar.

 

Imploraste Su protección.​​ 

Creías en Ella y en ángeles.

 

Como si el cielo te llorara,

en Dublín llovió todo el día,

por la niña presta a partir.​​ 

 

 

 

 

El canto espectral

 

Los cantores y obreros que nunca tomaron el aire

Gwendolyn Brooks

 

De un sueño de verano y ajenjo,

desperté al invierno. Cantaban

coros en un país perdido.

Viandantes y obreros modorros

marchaban al tren.

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ La noche  ​​​​ 

de tu muerte vislumbré luz

de junio en la nieve. Tomé

el dolor, sol candente, bebí

del aire tu canto espectral.

 

 

 

El camino a Agios Quiricos

 

Imagino a nuestros espectros

de la mano, arriba la luna

llena y olor a hierbas finas;

 

Imagino que se detienen

donde las luciérnagas cantan

su esencia de polvo de estrellas.

 

Tienen todo el tiempo antes de​​ 

que el día usurpe, de sus almas

radiantes, sus mentes agónicas.

 

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