Poesía mexicana: Jesús Adín Valencia

Leemos poesía mexicana, leemos al poeta mexicano Jesús Adín Valencia (Colima, 1979).

ME COMPLACE LA SANTA INCISIÓN

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

Al cortarme la yema del dedo índice  ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ con una hoja de papel​​ 

sonreí, hubo motivo y epifanía:​​ 

saber que el vacío tiene límites​​ 

 

Reconozco haber fluido​​ 

–muy quitado de la pena– al tacto​​ 

ciego por la nervadura de una espada​​ 

que la industria papelera​​ 

puso a mi favor

 

Me llegó el olor de Atenquique ​​ 

 

Toco fondo calcáreo cuadro adentro​​ 

Digo​​ blanco sobre blanco​​ 

por no decir geometría imprecisa

 

Nunca había sido abisal en mis escritos

Me obliga la hechura filial–folial​​ 

 

En el extremo del limbo​​ 

resulta imposible distinguir a ojo desnudo​​ 

la huella de sangre; la incisiva línea​​ 

perfecta en mi dedo apenas vi ​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ Sí, duele tantito​​ 

algunas personas creen que chupando​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ la herida deja de sangrar

 

La cortadura exquisita, si bien me quiso​​ 

frecuenta índice, pulgar, anular y cordial  ​​ ​​ ​​​​ 

menos​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ áspero​​ 

más

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ tierno​​ 

 

Toda hoja de papel respira nuestro aliento

en reminiscencia de otra época

cuando fue árbol

Corta por reflejo, al roce del tendón

desentierra de su instinto la acrobacia del hacha

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ y se espanta

 

La condición de mártir le otorga santidad

La santidad no coarta el que pueda​​ 

recurrir a la venganza

Al cortarme la yema del índice​​ 

reconocí la utilidad de la cesura​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ Empiezan​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ los versos​​ 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ el rastro

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ la línea

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ y terminan

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ ellos en mí, en ellos yo, he aquí el pacto

 

 

 

AMABLE PÚBLICO PASAJERO​​ 

permítanme​​ presentarles​​ 

este​​ breve acto de magia

un poco para hacerles llevadero el trayecto

otro poco para hacerme de algunas monedas

de​​ manera​​ honesta;​​ haré un acto de prestidigitación llamado:​​ 

El show de los versos que aparecen​​ 

y se van

Tengo en mis manos un libro ​​ 

Como podrán​​ ustedes​​ ver​​ 

al abanicarlo [--de izquierda a derecha

con el pulgar en la parte superior--]​​ 

sólo páginas en blanco,​​ despobladas, vacías, nada​​ 

Pero basta el soplo de​​ alguien,​​ ¿usted? ​​ 

un poco de pensamientos de aquí y de allá

preocupaciones, la esperanza de​​ usted, deseo

enojo, desinterés, empatía,​​ emociones que guardan​​ 

y comparten en silencio,​​ a través de los ojos​​ 

Miren ahora, el libro se ha nutrido de versos​​ 

Les abanico de nuevo​​ [--derecha a izquierda​​ 

el pulgar en la parte inferior--]

Aparecen​​ versos, sabemos,​​ son versos,​​ debe ser poesía

por la zigzagueante e irregular cantidad de palabras por línea

unas largas​​ 

otras menos​​ 

No alcanzan a distinguir qué dice​​ 

Describo: hay imágenes, sonido. Basta un soplo

ahora de mi parte,​​ ¿qué pasa?​​ 

los versos​​ han desaparecido​​ 

 

Nada

 

Y volvemos al vacío

¿Cómo​​ ha sido​​ posible?

Un mago jamás revela sus secretos

Los poetas tampoco deberían​​ 

Muchas gracias

    Muchas gracias

Muchas gracias

 

 

 

MINUTACIÓN

 

A quienes hemos rogado

por un minuto de silencio

Fragmentaria e inagotable​​ 

brizna, rocío, burbuja captora del eco

proseguirá en ascenso de ofrenda. Basta​​ 

un minuto iconoclasta guarda

cientos de fragores

cincelados

a soplo tibio

en el perímetro de la justa empatía  

Callamos porque tú callas

Callamos por tributo a tu destiempo​​ 

muerto

disculpa el retazo​​ 

no creemos dedicarte

más allá. Buena resulta la consagración del minuto en carestía

Goza mayor mérito callar  ​​ ​​ ​​​​ 

contigo en respeto del vacío ​​ 

Desfigura improvisar​​ 

palabras de aliento

grácil brinca la estupidez

Que cada quien interprete la isla de una u otra cara

donde no hay tesoro alguno, o sí: la nostalgia de aquel día

la frase memorable, la sonrisa, carcajadas; o plantarnos

idos

simplemente, pero​​ idos​​ ya es algo en silencio, libre

Intenta reprimir el llanto a ver qué tal

 

El minuto no puede ser auditado ​​ 

Allana terreno íntimo de paz. Conforta

la capilla del hospital, claro, con destino al rezo

pero no seamos hipócritas, el silencio del Eterno amor

–tigua del martirio alejarnos poco de quien queda

en cama.​​ Un minuto de silencio puede ocuparnos en el retrete​​ 

ajenos a la multitud. Puede estar en el beso que tolera

la fiesta del gemido, bullicios de caricias a partir del roce​​ 

orientado a la palmada erótica.​​ Minutemos​​ 

el silencio

a destajo​​ 

dondequiera, iniciáticos para dar culto

cronométrico. Minutar el silencio es minutar la sombra que espera​​ 

desde cualquier esquina laberíntica donde habita​​ 

sale al encuentro –ya sin freno–

arbitraria da paso la sombra al​​ sonido y la furia​​ que embiste a quien vive ​​ 

Monstruoso tiempo cuerpo de hombre

cabeza de toro de Creta: nueve sinfonías; el​​ 

>quejido<​​ de Sor Juana cabe; 

está el abrazo​​ 

sólo un minuto antes del adiós. ​​ [Pocos duran​​ 

la sesenteava parte de la hora]. ​​ Abrazarnos​​ 

antes de partir, un minuto es​​ 

insuficiente, pero un minuto abraza estadios completos 

previo al partido. Abraza

asambleas, ceremonias, recintos oficiales, el lugar de los caídos, un minuto

en campos militares ¿Qué tanto pone a buen recaudo? ¿Cuánto​​ 

detona? ​​ Hay destreza en el cálculo sin reloj

Preciso recodarles​​ 

a quienes concurren​​ 

sean tan amables de apagar sus celulares. Gracias

–o de ponerlos también​​ 

en silencio–

 

 

 

Noticia en scroll:​​ ADELANTAN RELOJ DEL JUICIO FINAL,​​ ESTAMOS A​​ UN MINUTO ANTES DEL APOCALIPSIS

 

 

 

JESÚS ADÍN VALENCIA. Nació en Colima, México, el 23 de diciembre de 1979. Licenciado en Letras y Periodismo por la Universidad de Colima. Publicaciones: Una lama extrema de jirones (Poesía, PuertAbierta, colección Parota de Sal); Copa de Nada (Poesía, Beca del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico de Colima, Pecda 2016); Bitácora de la Mortalidad, (novela/plataformas digitales/Bubok). Fue antologado en Poesía Visual Mexicana, colección de libros-objeto (INBA-Conaculta-Ediciones del Lirio); antología del I Certamen Mundial Excelencia Literaria MP Literary Edition: Poesía Volumen II (EE. UU); antología Toda la Mar, la presencia del mar en la poesía colimense Poesía-Gobierno del Estado); antología del 5º Premio de Microrrelatos Manuel J. Peláez 2017 (Colectivo de Badajoz, España). Con el libro Fragmentos para una Cápsula del Tiempo, obtuvo Mención Honorífica en el Premio Estatal de Poesía, Colima 2015. En 2017 formó parte de una exposición colectiva de poesía visual en el Niu. Espai Artístic Contemporani de Barcelona. En 2018 obtuvo el primer lugar en la categoría de poesía, en el marco de los Juegos Florales de la "Feria de Todos Santos 2018" . En 2019 resultó ganador del segundo concurso de cuento breve de rock "Parménides García Saldaña"

También puedes leer