Reseña de Memoria del desierto, de Mijail Lamas

La poeta y artista multidisciplinaria Marlon PV, reseña Memoria del desierto, el más reciente libro de Mijail Lamas.

 

 

 

COLGUEMOS AL DJ EN MEDIO DEL DESIERTO

Apuntes de​​ Memoria del desierto​​ de Mijail Lamas

Por​​ Marlon PV

Cavar ansiosamente en la arena. Cavar hondo de madrugada para encontrar agua. Una ilusión que los trasnochados conocen de cerca al aferrarse al último trago, y así continuar con la tortura de escuchar su propia pena en los otros poetas que cantan a través de la rocola. El autor describe el principio de esta agonía en los versos:​​ Oscureció temprano/para alargar la angustia del insomne. 

Una soledad de cantina, las dunas del desierto augurando la muerte o repasar con ventosas al lenguaje de la poesía, son  una de las tantas imágenes que podría definir al libro​​ Memoria del desierto​​ de Mijail Lamas, merecedor en 2023 del Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen; es un libro claroscuro que se conjura como espacio, el único refugio posible para que la propia oscuridad se mimetice con las sombras de tormentosos y áridos recuerdos.

Hace poco menos de un mes presentamos este poemario en la Feria del Libro de Tijuana. Mijail nos congregó a Násmar Guzmán​​ músico y admiradísimo amigo​​ y a mí, sin saber que entre nosotrxs ya existía un pacto de obsesiones poéticas y musicales. Así que sentarnos a pensar los sentidos del libro fue una conversación de amigos que ven en el otro, es decir en el poeta, sus propias llagas espirituales, concretas y hasta sistémicas.

Semanas antes estuvimos inmersxs en el debraye como​​ yonquis​​ desesperados. La locura del desierto se apoderó de la mesa de la sala, vaciamos nuestros bolsos con otros libros que se nos ocurrieran, mientras la fila de canciones en YouTube se alargaba. Allí lo supe, mientras la hondos falsetes de​​ Tamino nos cautivaba al interpretar​​ Habibi:​​ Mijail no solo escribió un libro de poesía, si no que construyó una narrativa de referencias para errantes como nosotrxs. Su voz poética nos imantó a lo más recóndito de una obviedad literaria y mística: el desierto es un territorio del exilio por antonomasia.

El libro busca constantemente dialogar desde su soledad. Parece una cuestión contradictoria porque la fijeza de los poemas escritos en las paredes, que son las hojas, inmortalizan las ideas, los dolores, las pérdidas. Pero no olvidemos que la transparencia de las páginas, su condición de fantasmas, estira el tiempo, empalma las palabras y hace​​ colapsar todas las memorias al cerrar y abrir el libro. La voz del desierto y la de los personajes empujan tormentosas historias para entretenerse sádicamente y sentir terror, pánico, ansiedad, miedo, tristeza, ¡oh, la tristeza en este poemario!

Vamos por partes. El libro está dividido en 5 secciones y comienza con​​ Memoria del desierto I, que en resumen es una carta de despedida a una mujer, la historia de lo que hay después de  una ruptura amorosa entre oníricas imágenes, entre un deambular que solo el desamor reprime en los cuerpos. Una devoción a la pérdida, pender de un hilo, errar entre las dunas de la poética y quererse morir siempre. 

Luego viene​​ Panic​​ y su entramado de referencias a personajes que están atravesados por una sórdida oscuridad. El intro es​​ una letra de The Smiths​​ que sirve como advertencia:​​ Burn down the disco/ Hang the blessed DJ/ Because the music that they constantly play.​​ Me hace pensar en la desesperada búsqueda de asirnos en otras palabras, del ansia que produce el deseo de pertenecer en el dolor de otros quienes escriben. 

Hay un apartado en donde el rumor del desierto no es más. Como si las historias de colgados, exiliados y olvidados cesara para focalizar los sonidos del propio poema hablándose a sí mismo, reconociéndose en su más pura imagen de significar; ese poder que erosiona a la palabra para convertirla en lo más primigenio de la voz humana: puro ruido. Y qué metáfora más​​ ad hoc​​ que la de desarticular el sentido para admirar la belleza de las formas del mundo. De ahí que​​ Maniobras no anunciadas​​ comience con este rompedor poema:

 

no parvada
jauría

de pensamientos lame palabra boca pez

mas vigilante

decir un desdecirse 

lamer ese comienzo roer sin no saber
de súbitos finales 

 

Memoria del desierto II (mitologías)​​ es un apartado breve, un conjunto de historias que edifican universos propios donde​​ Something is rotten o casi todo; ficciones que hacen​​ del mito una historia imposible pero con la suficiente credulidad para aferrarse a ellas, a su invencible dolor; sus personajes son Caronte, Blaise Cendrars, Unlucky, Hamlet, Samantha y el propio Mijal, quienes navegan en una balsa mientras recitan a Gonzalo Rojas de memoria para olvidarse un poco de su inevitable destino.​​ Ni Tijuana es Estambul ni las calafias van a todas partes​​ es el poema que más atesoro de esta sección, se trata de una noche contenida en versos donde el poeta lanza todos los dardos al blanco de mi ciudad, a su ola de violencia, vacíos y desasosiegos que penetran en quienes la vivimos.

Por último​​ Cuaderno de frontera, en el que Mijail repasa desde la anécdota su estadía, paso y deambular por varias ciudades de la frontera entre México y​​ el gringo.​​ Ese extraño vaivén de quien cruza dos países y abandona ser unx para convertirse en otro más observante; mezclarse tanto entre ambos idiomas que los insultos xenófobos adopten malformaciones de parentesco. O dicho de otro modo, mexicanxs​​ de allá​​ despreciando a los mexicanos​​ de acá,​​ O pensar en cómo la frontera física separa a las familias. O en los ejecutados al sol, a la noche, a todas horas; sus cuerpos esparcidos como un tributo a​​ la Border.

¿Qué es una memoria sino invenciones de lo fragmentario que resulta el pasado? Por eso la insistencia de Mijail y de Morrissey de quemarlo todo. Colguemos al DJ, al poeta, al músico o a quién sea en medio del desierto, en medio de esta locura de habitarnos en la fragmentación de los afectos, en la disparidad del sistema que oprime la llaga. Dejemos el cadáver expuesto y que su rumor de muerte nos acompañe en todos los amaneceres para nunca olvidar.

 

 

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Marlene Pérez Velasco, mejor conocida como​​ Marlon PV​​ (Tijuana,​​ 1991) escritora y ponente. Licenciada en Lengua y Literatura de Hispanoamérica por la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).​​ Parte de su obra ha sido incluida en antologías como​​ El incendio que habitan: antología de mujeres​​ (Hipérbole Frontera, Pinos Alados, 2023); en el fanzine​​ Mujeres del color de la tierra​​ (2022); en​​ Novísimas: antología de poetas mexicanas​​ (Los libros de perro, 2021); en revistas nacionales y locales como en​​ Círculo de poesía​​ (2020),​​ Gramanimia​​ (2019-2020), eSpiral (2018), entre otras. Su más reciente publicación se titula Migrar oro en tierra invisible (2022), un libro-objeto autogestivo que contiene poesía visual y escrita, el cual se centra en temas de migración, mujeres y comunidad en Tijuana.





 

 

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