Antoni Marí: “¿De dónde, amigo, vienes, tan triste y afligido”

En fechas recientes, el poeta catalán Antoni Marí reeditó uno de sus primeros libros: El vaso de plata. Durante el Primer Encuentro Iberoamericano de Poesía tuvimos la oprtunidad de escuchar una de las voces más pontentes de la poesía en lengua catalana. El Círculo de Poesía saluda esta edición y envía un abrazo a Antoni Marí.

Les dejamos una entrevista con Antoni Marí a propósito de este tema.

Próximamente podremos leer la poesía completa de Antoni Marí, traducida al español por el poeta Mario Bojórquez (Los Mochis, 1968). Después del salto les dejamos una muestra.

Antoni Marí
De Un viatge d’hivern

Traducción del catalán, Mario Bojórquez

I

¿De dónde, amigo, vienes, tan triste y afligido
Por esta senda húmeda, oscura y apartada?
¿Por las sombras tú buscas dar con la madrugada?
¿La claridad del día en el sol que ha partido?
El camino que tomas todo el tiempo es de ocaso
La luz de invierno oscuro enturbia la comarca
Ni un solo brillo de alba con tu mirada abarca.
Si al bosque tú te marchas errarás con tu paso.

Hacia el bosque buscando la leve madrugada
Confiando en que la luz pronto será claror
Y el día nos abrirá su propio resplandor
Donde nos brillará la luz tan esperada.
Acostumbra tus ojos de oscuridad vaciada
Nada podrás mirar del aire cavernoso.
El tinte oscuro preso de este espacio ruinoso
Destruirá del perfil la forma ya estimada.

¿De dónde es que tú vienes cubierto por el llanto
Temiendo de la noche que te abre su puerta?
¿No sientes todo el peso que desde el agua muerta
Se te queda en los ojos, en el cuerpo y el canto?

Detén ya tu camino, tu paso de amargura
Y alejando tus pies que al aire desconsuelan
Olvida este camino. No cruces que se cuelan
Las aguas de este pozo, cuyo nombre es locura.
Si no cambias tu rumbo y aquí buscas estiaje
Un mar de oscuridad se llevará el recuerdo.
Olvidará el olvido el consuelo que pierdo:
Te enturbiará la mente la bruma del paraje
La nada de tiniebla te ocultará el paisaje
Te volverás la sombra sin destino ni suerte
No intentarás mirar el rostro de la muerte
Que desde hoy te será compañera de viaje.

¿De dónde es que tú vienes, amigo, que procuras,
Resguardando el vacío, la orientación perdida?
¿Con qué habrás de poblar tu soledad sentida
En el desierto atroz de la cosas impuras?
Desciendes el camino, rocas, escarpaduras.
Servirán de ataúd las aguas de lo oscuro
Cuando la sombra pierdas de tu paso seguro
Y que pierdas del mundo la comunal creencia.
De ti mismo no tienes ni una vaga conciencia.
Cuanto sabes es nada. Todo ahora es mentira.
La verdad duerme, todo apenas respira;
Ni el olvido ni el miedo te dan alguna ciencia.
El reino de tu mundo es predio de la ausencia:
Es tan sólo el delito de una vida divina
Complacida en su nada, contenta con la ruina
De su vano espejismo, formado en apariencia.
Al lugar donde llevas dirigidos tus pasos
Nada puede servirnos la impar identidad:
Todo lo ha confundido la espesa oscuridad,
Nada tiene su límite y se funden los trazos
No hay ningún nombre hoy para quien tiene lasos
sus confines, y al fondo de su intimidad
Se esparce en una vasta cumplida inmensidad
Donde queda secreta la fuerza de sus lazos.

Si del lugar que vienes tienes aún memoria
Si tus ojos imagen son aún de aquel mar,
Y si en la noche buscan en su faro llamear
Estrellas que en el cielo se ofrecen a la historia
Doliente será el día enturbiado en tiniebla
Dolorosa la noche instalada en su niebla
Esperarás en vano que el destino el azar
Aparten de tus ojos esa gasa mortuoria.

Si buscas en el orden oculto de esta estancia,
El ritmo de la forma que sin cuerpo se agita,
Espíritu que brega en el aire su cuita,
Y los acordes últimos que hacen la consonancia,
Habrás de atravesar la lóbrega distancia
Que la muerte ha cubierto con su fondo rotundo
Olvidarás, recuerdos vivos del otro mundo,
Hundido en este charco sin alguna esperanza.

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