Noche de Lisboa con autorretrato y sombra de Ian Curtis, poema de Al Berto

En esta nueva entrega de “Poesía permutante”, Mario Bojórquez presenta dos traducciones del poeta y pintor  Al Berto (Portugal, 1948-1997), acompañadas de un audio y de un video que dan cuenta de la calidad de un autor prácticamente desconocido en el medio hispánico.

 

 

 

 

 

 

Poetcast Pista 18. Al Berto: Noite de Lisboa com auto-retrato e sombra de Ian Curtis
Descripción:

 

 

Noite de Lisboa com auto-retrato e sombra de Ian Curtis

 

filamentos de gelatinoso néon invadem a catedral

em celulóide do filme nocturno: arquitectura de asas

abóbadas de vento pássaros de lixo

som

pálpebras de lodo sobre a boca do homem que rasteja

de engate em engate pelas avenidas da memória

e quando encontra a porta de um bar mergulha no inferno

bebe furiosamente

o peito encostado ao zinco sujo duma geração de subúrbio

e o mundo poderia desabar dentro de 5 minutos

o copo estilhaça

os vidros esfregados nos ombros no peito

onde uma veia rebenta para mostrar o radioso canto

depois dança contorce-se embriagado

cobre o rosto suado com a ponta dos dedos espalha

sangue e cuspo construindo a derradeira máscara

cai para dentro do seu próprio labirinto

como se a verticalidade do corpo fosse um veneno

domina-o um estertor

uma corda invisível ata-lhe a voz

não se moverá mais

apesar de nunca ter avistado os órgãos profundos do corpo

sabe que também eles se calaram para sempre

a noite é imensa e já não tem ruídos

a morte vem dos pés sobe à cabeça alastra ferozmente

mas a sua inquietante brancura

só é perceptível na súbita erecção do enforcado

 

Noche de Lisboa con autorretrato y sombra de Ian Curtis

 

filamentos de gelatinoso neón invaden la catedral

en celuloide del film nocturno: arquitectura de alas

bóvedas del viento pájaros de la basura

sonido

párpados de lodo sobre la boca del hombre que rastrea

de cruce en cruce por la avenidas de la memoria

y cuando encuentra la puerta de un bar se sumerge en el infierno

bebe furiosamente

el pecho recargado en el zinc sucio de una generación de suburbio

y el mundo podría colapsarse dentro de 5 minutos

el vaso se astilla

los vidrios frotados en los hombros en el pecho

donde una vena revienta para mostrar su brillante orilla

después danza se contorsiona embriagado

cubre el rostro sudado con la punta de los dedos

esparce sangre y saliva construyendo la última máscara

cae hacia dentro de su propio laberinto

como si la verticalidad del cuerpo fuera un veneno

lo domina un estertor

una cuerda invisible le ata la voz

no se moverá más

a pesar de nunca haber visto los órganos profundos del cuerpo

sabe que también ellos se callaran para siempre

la noche es inmensa y ya no tiene ruidos

la muerte viene de los pies a la cabeza se extiende ferozmente

pero su inquietante blancura

sólo es perceptible en la súbita erección del ahorcado

 

 

 

 

há-de flutuar uma cidade no crepúsculo da vida

pensava eu… como seriam felizes as mulheres

à beira mar debruçadas para a luz caiada

remendando o pano das velas espiando o mar

e a longitude do amor embarcado

por vezes

uma gaivota pousava nas águas

outras era o sol que cegava

e um dardo de sangue alastrava pelo linho da noite

os dias lentíssimos… sem ninguém

e nunca me disseram o nome daquele oceano

esperei sentada à porta… dantes escrevia cartas

punha-me a olhar a risca de mar ao fundo da rua

assim envelheci… acreditando que algum homem ao passar

se espantasse com a minha solidão

(anos mais tarde, recordo agora, cresceu-me uma pérola no

coração. mas estou só, muito só, não tenho a quem a deixar.)

um dia houve

que nunca mais avistei cidades crepusculares

e os barcos deixaram de fazer escala à minha porta

inclino-me de novo para o pano deste século

recomeço a bordar ou a dormir

tanto faz

sempre tive dúvidas que alguma vez me visite a felicidade

 

 

ha de flotar una ciudad en el crepúsculo de la vida

pensaba yo… cómo serían felices las mujeres

a la orilla del mar inclinadas hacia la luz encalada

remendando el paño de las velas espiando el mar

y la longitud del amor embarcado

a veces

una gaviota se posaba en las aguas

en otras era el sol que cegaba

y un dardo de sangre se arrastraba por el lino de la noche

los días lentísimos… sin nadie

y nunca me dijeron el nombre de aquel océano

esperé sentada a la puerta… más antes escribía cartas

me ponía a mirar la raya del mar al fondo de la calle

así envejecí… creyendo que algún hombre al pasar

se espantaría con mi soledad

(años mas tarde, lo recuerdo ahora, me creció una perla en

el corazón. pero estoy sola, muy sola, no tengo a quien dejársela)

Hubo un día

que nunca más avisté ciudades crepusculares

y los barcos dejaron de hacer escala a mi puerta

me inclino de nuevo hacia el paño de este siglo

vuelvo a bordar o a dormir

da lo mismo

siempre tuve dudas de que alguna vez me visite la felicidad

Traducción del portugués de Mario Bojórquez

O medo, Al Berto, Assirio & Alvim, Lisboa, 1997, 639 pp.

También puedes leer