Presentamos una muestra de la poeta Simona Cerri Spinelli (Posa, 1984). En el 2012 mereció el tercer lugar del Premio Literario de la Ciudad de Castello (Umbría) con su primera selección de poemas Mis versos como un perro en la iglesia. Fue publicada por Fara Editore (Rimini) en la antología Faraexcelsior, al cuidado de Alessandro Ramberti. En el 2015 obtiene el Premio 13, Centro de poesía contemporánea de Roma y publica el libro Reinar sobre ti injustamente, Lepisma Edizioni (Roma). En el 2016 participa en el proyecto La poesia e la Fontana, al cuidado de Davide Rondoni y Laura Piazza, editado por Teatro La Fontana en milano. La traducción corre a cargo de Alfredo Soto Guillén.
Sucede en los sueños el tacto de otras manos
y despiertamos,
casi serenos antes de mirarse entorno.
Sabes bien que estás solo
sin embargo, realmente quel nombre estás llamando.
-Aquel sueño, aquellas manos, aquel nombre-
en ráfagas,
como mirlos, se alejan.
Succede nei sogni il tocco di altre mani
e ci si sveglia appena,
quasi sereni prima di guardarsi intorno.
Lo sai che sei solo
eppure lo chiami davvero quel nome.
-Quei sogni, quelle mani, quel nome-
a folate
se ne vano come merli.
Estoy en silencio la mayor parte del día,
la casa se ve viene encima.
De noche miro el mal tiempo.
Los trucos de la mente:
tú y yo abrazados,
y me hablas.
No me digas que aún, en el lugar que estás,
llegará la mañana.
Sto in silenzio la maggior parte del giorno,
la casa mi scricchiola addosso.
Di notte osservo il brutto tempo.
Gli scherzi della mente,
io e te abracciati
e tu parli.
Non dirmi che ancora, al posto tuo,
arriverà il matino.
Antes de salir
he dejado las llaves en la esquina de la mesa,
el mañana al que hemos renunciado.
Llámalo, con todo, el último destello,
el último acometer del pez
que se separa del anzuelo.
Prima di uscire
ho lasciato le chiavi all’angolo del tavolo,
il domnani a cui abbiamo rinunciato.
Chiamalo eppure l’ultimo guizzo.
L’ultimo dibattersi del pesce
che si stacca dall’amo.
La noche se despojó de sus largas medias
y baja
desmemoriada
a traer el desorden.
Todo amarillea más allá del río
ha llegado la hora de andar
por senderos helados sin dejar huellas.
La notte si spogliò di lunghe calze
e venne giù
smemorata
a portare disordine.
Tutto è ingialitto oltre il fiume
è venuto il tempo di andare
su sentieri gelati e non lasciare impronte.
Tardarán siempre las cosas buenas si tú tardas.
Se fue de la memoria con un murmullo sordo.
La última nota de que desgrana
y no se percibe.
Pero en la garganta, en cada despertar,
el molesto sabor de haber dormido mal.
Tarderanno sempre le cose buone se tardi tu.
Andò via dalla memoria con un frusciare sordo.
L’ultima nota che sgrana
e non si percepisce.
Però in gola, ad ogni resveglio,
il sapore scomodo d’aver dormito male.