Presentamos, en versión de Adalberto García López, “El palacio”, un poema del poeta y editor irano-americano Kaveh Akbar donde retrata y cuestiona uno de los rostros más despiadados de la sociedad y política de los Estados Unidos. Kaveh Akbar es autor de los libros Calling a Wolf a Wolf y Portrait of the Alcoholic, su próximo libro, Pilgrim Bell será publicado en 2021. Ha merecido el Pushcart Prize en 2017.
El palacio
Es difícil recordar a quién le estoy hablando
y por qué. El palacio arde, el palacio está
en llamas
y mi trono es cómodo y
cuadrado.
*
Recuerda: el viejo rey invitó a sus súbditos a su casa
para celebrar con provisiones de tartas de manzana y dulce cordero. Para celebrar con historias
de dulce cordero. Él creyó
que lo amaban, que su bondad
había ganado la bondad de sus súbditos.
La bondad de sus súbditos lo arrastró a la calle
y le arrancó
sus brazos, desplumó
su bondad, le quitó los dedos
como plumas.
*
No hay reyes buenos.
Sólo hermosos palacios.
*
¿Quién aquí podría alegar que es enteramente culpable?
Cualquiera.
Mi vida
creciendo monstruosamente
con facilidad.
Para ser estadounidense mi padre dejó a sus hermanos
creyendo
que nunca más los iba a ver. Mi padre
quería ser Mick Jagger. Mi padre
se convirtió en un fantasma,
terminó trabajando en una granja de patos por treinta años, una vez un sueño
un sofá,
y tosió una pluma.
*
Estados Unidos podría ser una metáfora, pero no lo es.
Dormido en el sofá, tosió una pluma blanca de pato.
*
No hay puertas en Estados Unidos.
Sólo agujeros tamaño king-size.
*
Ser estadounidense significa ser discípulo
de la oportunidad.
La oportunidad cuesta.
Cada naranja que como desaparece los millones
de duraznos, ciruelas, peras que pude comer
pero no comí.
En el cielo, la oportunidad cuesta.
En su cielo
mi madre cultiva
duraznos, ciruelas, peras, y las como hasta desmayarme
y despertar en el cielo;
despertar y comer un poco más. No pude soñar con hacer algo
a medias. Sea lo que sea, me llevaré todo
el ramo. Por favor y pronto.
*
¿Estás escuchando?
Cada persona que toco
me cuesta diez millones de otras que nunca conoceré. Personas y personas,
dentro de cada una
un palacio en llamas. Dentro de cada una
Mick Jagger con una abrigo de piel de gorila cubierto con plumas de avestruz.
Él lo llama “glamuflaje”.
*
¿Qué se ha ido pero todavía puede verse?
*
Soldados sin suerte,
el lápiz empujado lentamente sobre el tríceps de mi hermano.
(¿Qué se ha ido pero todavía puede verse?)
Él no gritó, sólo dejó que sus ojos se humedecieran.
Si sonrío aunque sea un poco: ellos afilan sus espadas.
Y están en lo correcto. Éste no es momento para la felicidad.
Éste no es momento. El palacio arde.
El lápiz empujado lentamente en el hermano de mi hermano.
(¿Qué permanece que se ve irse?)
*
Un rey gobierna mejor
en la oscuridad, donde no puedes ver sus manos en movimiento. Un rey
no nos ve
mirando a un rey.
Cosemos las iniciales de Dios en nuestro uniformes de trabajo
mientras nuestro bebés adelgazan.
Los bebés no nos ven
mirando a nuestros bebés
adelgazando.
Nuestros bebés nacieron adictos al miedo a los bebés.
Nuestros bebés comiendo manzanas en el sol.
*
¿Estados Unidos? la lápida destrozada.
¿Estados Unidos? lo suficientemente alejada de sí misma.
*
Hola, habla Kaveh:
yo quería ser Keats
(pero ya he vivido cuatro años de más).
Hola, habla Keats:
es absurdo decir algo ahora
(mucho menos algo nuevo).
Hola, no habla nadie en particular:
flor de hibisco, plumas mojadas
(un pequeño pulgar con ceniza).
*
Ser estadounidense es ser un cazador.
Ser estadounidense. ¿Quién puede ser estadounidense?
¿Ser estadounidense es ser? ¿Qué? ¿Un cazador? Un cazador
que dispara sólo dinero.
No, no dinero —
dinero.
*
Tengo un electrodoméstico de cocina
que me permite centrifugar la lechuga.
No hay ninguna forma de decirlo
con elegancia: personas
con corazones vivientes
que pueden caber en mi pecho
quieren derretir la ciudad donde nací.
En su primaria en un suburbio estadounidense
la playera de un chico dice: “¡Lo hicimos en Hiroshima, lo podemos hacer en Teherán!”.
*
En su primaria en un suburbio estadounidense
la playera de un chico dice: “¡Lo hicimos en Hiroshima, lo podemos hacer en Teherán!”.
*
El trofeo parra llegar a casa:
cabrito asado balando en el asador.
*
La playera de un chico dice: “¡Lo hicimos en Hiroshima, lo podemos hacer en Tehrán!”.
Le piden que se ponga la camisa al revés.
¿Se lo piden? Su interior de fuera.
Después de cumplir, sus padres demandan al distrito escolar.
Nuestras almas quieren saber
cómo fueron hechos,
cuál es la deuda.
Estos padres de familia quieren que su hijo
quiera derretir a mi familia
y yo vivo entre ellos.
El trono del palacio. Cómodo, ardiendo.
Lo dibujo sin levantar la pluma.
Lo dibujo gordo como una creación
vacía como una huella.
*
¿Cómo vivir? Leyendo poemas, respirando superficialmente,
centrifugando lechugas.
*
Estados Unidos, la respiración superficial,
¿cómo vivir?
La trampa poco profunda, Estados Unidos
atrapando
sólo lo demasiado pequeño para comer.
*
Los muertos se mantienen calientes debajo de Estados Unidos
mientras mi madre fríe berenjena en la estufa.
*
No estoy ahí.
Estoy en otra parte de Estados Unidos (siempre estoy
en otra parte de Estados Unidos) escribiendo esto, escribiendo esto, escribiendo esto, el inglés
es la lengua materna de mi madre,
pero no la mía.
Podría haber dicho bademjan.
Podría haber dicho khodafez.
Aceite chisporroteando, grandes puños de humo, escribiendo esto.
*
El primer insecto dibujado por el hombre fue una langosta.
El arte es donde sobrevive lo que sobrevivimos.
Aceite chisporroteando, grandes puños de humo. Arte. Aceite chisporroteando. Arte.
Mi madre fríe la berenjena. El primer
insecto dibujado por el hombre sobrevive.
*
¿Quién besará a la reina del baile?
El cerebro latiendo como una ostra.
¿Quién para ganar la guerra?
Estados Unidos se levanta
cubierto
de pequeños granos de su propia creación:
pan fresco espolvoreado de harina.
Tecleando equivocadamente un correo electrónico,
te pierdo[1] mucho hoy,
después lo dejo.
Piedades prohibidas, molinos de viento dando vueltas
como adolescentes borrachos.
*
Cualquier documento de civilización es también un documento de barbarie,
dice el palacio mientras arde.
Yo, un hombre
soy lo que no digo.
Estados Unidos, te advierto que si me invitas a tu casa
me quedaré
perdiendo, besando francamente a mis seres queridos,
arrancando rábanos
y tapando tus bolígrafos.
No hay reyes buenos,
sólo palacios que arden.
Piérdeme hoy, demasiado.
[1] Es necesario entender el juego entre los verbos lose (perder) y love (amar) que se da en los siguientes versos.